Inquisición por los esteroides

Revolución #002, 15 de mayo, 2005, posted at revcom.us

"Es como el macartismo. Están buscando comunistas. Decir eso probablemente me meterá en problemas otra vez, pero así lo veo".

Dusty Baker, mánager del equipo Cubs de Chicago, habla del "escándalo" de esteroides en el béisbol

El 17 de marzo, frente a la TV de todo el país, personajes de fama mundial se presentaron a una audiencia del Congreso. Representantes de ambos partidos políticos les mandaron acusar a sus compañeros y les dijeron que era su última oportunidad de limpiar su nombre. Si no colaboraran, su vida profesional quedaría arruinada y los podían acusar a ellos de perjurio.

No eran escenas de las audiencias macartistas de los años 50, cuando el Congreso obligó a famosos artistas del cine (y personalidades de política, gobierno y otras esferas) a declarar que "no militaron en el Partido Comunista" y a delatar a amigos y colegas.

Era la audiencia de un comité de la Cámara de Representantes que investigaba el consumo de esteroides en las Grandes Ligas de béisbol. Llamaron a dar testimonio a peloteros destacados en la historia del béisbol: Curt Schilling, Mark McGwire, Rafael Palmeiro, Sammy Sosa y otros. Si no cantaban, los podían acusar de perjurio y zamparlos cinco años al bote.

Ningún jugador estaba acusado de ningún delito o violación de las reglas de las Grandes Ligas. Los esteroides no se prohibieron en el béisbol sino hasta septiembre de 2002, y los análisis y sanciones no empezaron sino hasta el 2004. Lo que los jugadores citados tenían en común era que el ex bateador José Canseco los nombró en su libro sobre esteroides Juiced: Wild Times, Rampant ’Roids, Smash Hits and How Baseball Got Big .

Altos niveles del gobierno

La audiencia era parte de una inquisición por esteroides en el mundo beisbolístico. Los jugadores tienen que someterse a análisis de drogas y hasta a detectores de mentiras o, si no, la conclusión es que usan esteroides. Están levantando dudas sobre el récord de peloteros como Barry Bonds, quien se perfila como el rey de jonrones de todos los tiempos, y los jugadores sufren el acoso constante de periodistas. Hace poco, un reportero de la revista Sports Illustrated desafió a Sammy Sosa, le dio el nombre de un laboratorio de análisis de drogas y le dijo que si no iba inmediatamente era porque usaba esteroides.

Altos niveles del gobierno han azuzado la controversia para imponer medidas represivas. En el informe presidencial del año pasado, Bush habló más de esteroides que de "armas de destrucción masiva". Poco después, el secretario de Justicia, John Ashcroft, acusó a cuatro personas de conspirar para distribuir esteroides a atletas y citó a varios atletas prominentes a comparecer ante un gran jurado de acusación.

La histeria creada con los esteroides es parte del ambiente de represión que existe en Estados Unidos hoy. Como demuestra la Ley Patriota y otras medidas, el gobierno quiere anular principios legales aceptados por años, por ejemplo la presunción de inocencia de una persona hasta que se pruebe su culpabilidad. Lo de los esteroides sigue el mismo patrón: se supone que los jugadores son culpables hasta que prueben que no lo son.

La entrada de "Big Mac"

Mark McGwire, retirado del béisbol desde 2002, fue el único jugador que le hizo frente a la inquisición. No respondió a las preguntas sobre el dopaje ni delató a nadie. Dijo: "Aprovecharé toda la influencia que pueda tener para disuadir a los jóvenes atletas de usar drogas que no les recomiende un médico. Lo que no haré es delatar o involucrar a mis amigos y compañeros de equipo".

McGwire condenó la hipócrita indignación moral de esta inquisición. Dijo: "No juzgaré a otros jugadores —sea por su preferencia sexual, sus problemas de pareja o sus hábitos personales— y tampoco por usar o no usar sustancias químicas. Jamás lo he hecho y no pienso cambiar simplemente porque las cámaras están rodando".

Asimismo, criticó duramente la lógica de la audiencia. Dijo: "Pedir, frente a cámaras de televisión, que yo o cualquier jugador respondamos preguntas sobre quién consumió esteroides no soluciona el problema. Si un jugador dice que ’no’, simplemente no le van a creer. Si dice que ’sí’, se le expone al desprecio público y a un sinfín de investigaciones gubernamentales".

La prensa burguesa atacó despiadadamente a McGwire por esa postura. El columnista de deportes Larry Biel escribió: "El silencio de McGwire fue resonante. Ante la opinión pública, quedó como culpable". Otro, Thomas Boswell del Washington Post , escribió que McGwire "dejó la audiencia con la reputación destrozada".

¿Y Barry Bonds?

Un pelotero brilló por su ausencia: Barry Bonds, que ha estado en el centro de la controversia. Cuando le preguntaron por qué no citó a Bonds, el vocero del comité, David Marin, respondió: "Bonds suele divagar y perder el hilo".

La verdad es que, lejos de querer evitar que Bonds divagara, el comité quiso evitar que fuera al grano .

Bonds ha mantenido una actitud desafiante frente a las acusaciones de usar esteroides y muy posiblemente le dijo al comité que se vaya al carajo. Tiene fama por su postura combativa ante la prensa, y su conciencia política ha aumentado a lo largo de esta inquisición. Cuando se habló de borrar los récords de Bonds y otros jugadores, supuestamente porque hicieron "trampas" con esteroides, Bonds respondió: "¿Saben qué es trampa en Estados Unidos? Confeccionar una camisa en Corea por $1.50 y venderla aquí por 500 bolas".

A pesar de que no lo citaron a la audiencia, las autoridades han atacado a Bonds de otras maneras. Lo mandaron presentarse ante un gran jurado, convocado en secreto, sobre el dopaje y filtraron su testimonio a la prensa. Los titulares de prensa han destacado las acusaciones no corroboradas de una ex novia de que Bonds consumió esteroides.

La "pureza" de los deportes

"A lo largo del último siglo, el béisbol ha sido parte del tejido social del país. Restauró la normalidad después de la guerra... Ahora estamos pidiendo que el béisbol tenga integridad. Que haga una declaración clara contra la estafa. Una política irreprochable. Y una razón para tener fe en el deporte otra vez".

Representante Henry Waxman (demócrata de California)

"Dejen de buscar la virtud en los deportes. No existe. Se fue cuando entraron los dólares".

Jason Whitlock, locutor de ESPN

Frente a cámaras de ESPN y CSPAN, los congresistas del comité (del derechista republicano Cliff Stearns a liberales demócratas como Henry Waxman y el ex candidato presidencial "antibélico" Dennis Kucinich) explicaron que los esteroides destruyeron la pureza del béisbol en Estados Unidos. Tom Davis, presidente del comité, comenzó con una lectura de un famoso poema beisbolístico patriotero "Casey at the Bat". Unos representantes contaron que de niños coleccionaban tarjetas de peloteros y practicaban al bate con su padre. El congresista Chris Van Hollen hasta relató que su hijo duerme en una camiseta de Sammy Sosa.

¡Por favor! Como dice el Borrador del Programa del PCR, EU : "En la sociedad capitalista, las necesidades de la clase burguesa y del capital moldean y deforman las instituciones educativas y de investigación, el mundo del arte y la cultura, y la vida ideológica de la sociedad, o sea, los medios de comunicación, las escuelas, los laboratorios, los deportes, las instituciones científicas, artísticas y educativas" (pág. 103).

En la sociedad capitalista, el motor de los deportes son el racismo, "ganar, cueste lo que cueste", aumentar las ganancias a expensas del deporte y los jugadores, la comercialización descarada, la dominación machista y el patriotismo reaccionario. ¿Qué tienen de "sagrados" los récords de gente como Babe Ruth, establecidos dentro de una liga que no permitía jugar a negros y latinos? ¿Qué tiene de "pureza" un pelotero como Ty Cobb, conocido por su racismo? La historia del racismo en el béisbol llenaría libros enteros.

Mucha gente lamenta el daño físico que el uso prolongado de esteroides les causa a los atletas, pero todo aficionado sabe que la salud de los jugadores no les importa un bledo a los dueños de equipos ni a los medios de comunicación. Tyrone Wheatley, jugador del equipo de fútbol americano Oakland Raiders, dijo: "Si uno no hace cosas espectaculares en la cancha, no es nada extraordinario. ¿Por qué se acepta dar drogas a los atletas para que sigan jugando con fracturas o desgarramientos, pero no se acepta que tomen suplementos para seguir en el juego?"

Béisbol en la década pasada... y ahora

¿Por qué importa la década de los 90, la época que el comité está investigando? En 1994, los peloteros se declararon en huelga, y se canceló el resto de la temporada de 1994, la Serie Mundial y parte de la temporada de 1995. Muchos aficionados se desilusionaron con el béisbol, y se desplomaron la venta de boletos y los televidentes. Esa situación siguió hasta 1998, cuando empezó la competencia por jonrones más explosiva de la historia de las Grandes Ligas entre Mark McGwire y Sammy Sosa. McGwire terminó con 70 cuadrangulares en una temporada, rebasando el récord de 61 de Roger Maris, que había durado 37 años.

El libro de Canseco ha recibido mucha atención en los medios de comunicación, pero lo que NO mencionan es que el libro afirma que los dueños de equipos y los peces gordos del béisbol estaban enterados del consumo de esteroides y lo animaban. Canseco dice que eso era muy común en sus tiempos con los Texas Rangers en los 90. George W. Bush era entonces copropietario del equipo, pero claro que no lo veremos ante el comité.

¿Por qué no hicieron esta inquisición en los años 90? Porque en ese tiempo, la supervivencia —y la rentabilidad— del béisbol estaba en juego. La época de Clinton fue de "recuperación" económica, con una producción más "flexible" y "globalizada". Ese "turbocapitalismo" alimentó una búsqueda frenética de bienes materiales y placeres egoístas, y fomentó el deterioro de "valores tradicionales" como el patriotismo y el sacrificio por el "interés nacional", especialmente en los sectores profesionales altos.

Ahora, a principios del siglo XXI, otra dinámica está en juego, no solo en el béisbol sino en todo el país.

Carlos Marx y Federico Engels escribieron en el Manifiesto comunista : "Dondequiera que ha conquistado el poder, la burguesía... ha desgarrado sin piedad [las relaciones feudales] para no dejar subsistir otro vínculo entre los hombres que el frío interés, el cruel ’pago al contado’. Ha ahogado el sagrado éxtasis del fervor religioso, el entusiasmo caballeresco y el sentimentalismo del pequeño burgués en las aguas heladas del cálculo egoísta. Ha hecho de la dignidad personal un simple valor de cambio... En una palabra, en lugar de la explotación velada por ilusiones religiosas y políticas, ha establecido una explotación abierta, descarada, directa y brutal".

Y Bob Avakian ha señalado: "Aquí se encierra una gran ironía: el ’triunfo’ y el ’triunfalismo’ del capitalismo hoy por hoy han producido ciertos efectos y sentimientos que tienden a socavar la voluntad de sacrificarse por ’dios y la patria’, es decir, por los intereses y exigencias del imperio yanqui, dentro del país y a nivel internacional. Por eso, los ’conservadores’, principalmente la derecha cristiana, buscan reavivar e imponer precisamente ’el sagrado éxtasis del fervor religioso, el entusiasmo caballeresco y el sentimentalismo del pequeño burgués’; es decir, resucitar una situación en la cual impere una explotación mundial más brutal que nunca, pero ’velada por ilusiones religiosas y políticas’". (Ver "La verdad sobre la conspiración derechista... y por qué Clinton y los demócratas no son la respuesta" del OR No. 1255, 17 de octubre de 2004 en rwor.org).

La inquisición sobre esteroides en el béisbol va de la mano con el afán de reanimar la "moral tradicional". Las añoranzas de políticos por el béisbol de su niñez, en una audiencia del Congreso y frente a las cámaras, ilustra a la perfección ese "sentimentalismo del pequeño burgués".

Apuntar contra los jugadores o contra el sistema

Por otra parte, la inquisición sobre esteroides busca mayor control de atletas profesionales de alto nivel, que tienen vínculos con las masas básicas e influencia sobre muchos sectores de la sociedad. Utiliza un populismo burdo para ganar apoyo para medidas represivas. Los medios de comunicación fomentan la idea que "esos pinches jugadores ganan muchísima lana y piensan que pueden hacer lo que se les da la gana; no piensan en los fanáticos y hay que controlarlos". Esa mentalidad vengativa no beneficia a las masas. Sí, es verdad que muchos jugadores profesionales gozan de ciertos privilegios, pero los atletas no crearon las grandes desigualdades de ingresos que hay en este país.

Este "escándalo" de esteroides ocurre en un contexto de represión general en que amenazan a profesores universitarios por dar conferencias que critican al sistema; en que los profesores de prepa temen enseñar la ciencia de la evolución; en que condenan a los abogados a 20 años de cárcel por hacer una defensa legal; en que los inmigrantes viven con miedo cada día.

Así que debemos pensar qué está pasando cuando el gobierno cita a atletas —sin acusar formalmente a ninguno— y los trata como delincuentes (o tal vez "pecadores") en una inquisición oficial.

¿Qué son los esteroides?

Los esteroides son una clase de drogas que se fijan al núcleo de las células musculares y hacen que produzcan más proteínas y, como consecuencia, que el músculo crezca. Químicamente, los esteroides se parecen a ciertas hormonas que el cuerpo produce, como la testosterona. Se usan para tratar varias enfermedades, como la osteoporosis y la pérdida de peso que produce el SIDA.

El consumo de esteroides durante mucho tiempo puede causar varios problemas de salud, como enfermedades cardíacas, lesiones del hígado y desgarramiento de tendones (porque los músculos crecen más rápidamente que los tendones). Puede causar impotencia, calvicie y el crecimiento de pechos en los hombres; y vello facial, trastornos en la menstruación y calvicie masculina en las mujeres.

Los expertos en salud pública —incluso los que se oponen al uso de esteroides— no se explican el énfasis que la controversia ha puesto en esas drogas. Robert MacCoun, profesor de derecho y administración pública de la Universidad de California en Berkeley, dijo: "Como cuestión de salud pública, es difícil defender ese énfasis". Agregó: "[El consumo de esteroides] no es un problema de salud trivial, pero es muy difícil ponerlo en la misma categoría que el alcohol, el tabaco, el SIDA y la obesidad. No tiene esa magnitud".

Si el gobierno se preocupa realmente por el daño que causan los esteroides, ¿por qué no hace algo con los esteroides que le dan al 80% del ganado de este país? La presencia de esteroides en los alimentos se ha vinculado con el cáncer, en particular el cáncer de mama, y otros problemas de salud. Los esteroides presentes en el estiércol de ganado pasan a los ríos, lo que produce peces con órganos sexuales masculinos y femeninos. En Europa se prohíben los esteroides en la ganadería, pero en este país no. ¿Por qué? Porque aumentan las ganancias.