Cómo y por qué los fascistas cristianos atacan las iglesias tradicionales

Revolución #028, 26 de deciembre de 2005, posted at revcom.us

Ademas de los ataques a la ciencia, la educación, el arte, el sistema judicial y las demás instituciones, los fascistas cristianos atacan a las iglesias que no están de acuerdo con ellos.

Sí, los fascistas cristianos tienen un plan sistemático para apoderarse de las iglesias protestantes "tradicionales’, así como del Concilio Nacional de Iglesias, y convertirlos en baluartes fascistas. Esas iglesias han tenido un carácter liberal por décadas, y han sido las iglesias de la élite y de la clase media alta la mayor parte del siglo 20.

Apoderarse de esas instituciones es una maniobra estratégica del partido de ajedrez que están jugando los fascistas cristianos. Buscan eliminar toda plataforma desde donde se pueda protestar contra el nuevo orden. Como la legitimidad de los fascistas cristianos se basa en que dicen representar "la palabra de dios", la moral y a los creyentes, tienen que limitar, destruir y suprimir las voces del púlpito que digan lo contrario.

Los perros de ataque del Instituto de Religión y Democracia

El Instituto de Religión y Democracia (IRD) está coordinando las maniobras para dividir y controlar las iglesias protestantes tradicionales. Ha concentrado los ataques contra la Iglesia Metodista Unida, la Iglesia Presbiteriana y la Iglesia Episcopal. Un documento del 2000 del IRD dice que esas iglesias son "el bastión de la Izquierda Religiosa" y que "aunque solo son el 10% de las fuerzas religiosas organizadas del país, han ejercido una fuerte influencia en la vida americana a lo largo del siglo 20 y tienen una cantidad desproporcionadamente alta de americanos de alto nivel de ingresos y educación… Tienen donaciones de miles de millones de dólares. Están afiliadas con universidades, seminarios, academias y centros de beneficencia". El documento parece la estrategia de una corporación para adquirir otra a la fuerza, y efectivamente esa es la intención del IRD.

Las tácticas del IRD se parecen asombrosamente a las de los perros de ataque de David Horowitz contra los profesores universitarios progresistas. Reclutan y preparan espías y soplones para ir a las charlas y conferencias de los teólogos y clérigos liberales, y después los "reportan". Escriben que "encaminan mal las actividades religiosas y es necesario reformar la iglesia". Después reparten esas acusaciones directamente a la congregación. Atacan sobre todo a los "obispos liberales que no respetan la ley eclesiástica, especialmente en lo que respecta al matrimonio y la sexualidad". IRD ofrece capacitación y asesoría a los congregantes que quieran entablar demandas contra el clero.

IRD se ha propuesto acaparar posiciones de alto nivel, especialmente si tienen influencia en todo el país. Admite con orgullo que hizo cambiar la distribución de delegados de las Conferencias Metodistas Generales, de modo que "las regiones en declive (liberales) de la iglesia tendrán menos delegados, y las regiones en ascenso (y más conservadoras) tendrán más". También ha atacado la dirección de seminarios e instituciones religiosas que le parecen demasiado liberales, y ha puesto conservadores en su lugar.

Además, ha atacado dos organizaciones: el Concilio Nacional de Iglesias y el Concilio Mundial de Iglesias. Hace poco atacaron al secretario general del Concilio Nacional de Iglesias por "su estridente proselitismo político". Es el colmo de la hipocresía que critiquen el "proselitismo político"; lo que no les gusta es que el Concilio Nacional de Iglesias se ha pronunciado contra la guerra de Irak, la tortura, la Ley Patriota y la derecha religiosa, y ha abogado por los acuerdos de Kyoto sobre el clima y por el aumento del salario mínimo. IRD quiere que el Concilio Nacional de Iglesias recomiende que el gobierno federal recorte los programas de asistencia social y que esas funciones las desempeñen obras de beneficencia de la iglesia. Eso es lo que han venido haciendo los fascistas cristianos para remplazar programas del gobierno por programas de adoctrinamiento religioso, que les echan la culpa a los pobres de su pobreza y opresión ("dios te mandó esto por tus pecados").

IRD busca subyugar a la mujer bajo el patriarcado bíblico e impedir que controle su reproducción y sexualidad. Su respuesta a los embarazos y las relaciones sexuales de adolescentes es la abstinencia. Se opone al aborto y "destapa" a los líderes y organizaciones religiosas que lo apoyan. Ha propuesto una "iniciativa de matrimonio" que recomienda quitarles la asistencia del gobierno a las madres que no se casen.

También ha tratado de impedir que los clérigos casen a parejas gay y "legitimen la expresión sexual fuera del matrimonio heterosexual". Demostrando claramente su intolerancia, IRD se opone a las leyes que prohíben los ataques a los homosexuales.

Las apuestas

Los fascistas cristianos dicen que para parar "la decadencia moral", hay que cambiar radicalmente la sociedad, imponer la religión ortodoxa y resucitar el concepto de "pecado" y del castigo divino a los pecadores. Esa es la teología que llevó a varios líderes fascistas cristianos a decir que los ataques del 11 de septiembre se debieron a la ira divina contra las feministas, los liberales y los gays; o que el huracán Katrina fue el castigo de dios por la "degeneración moral" de Nueva Orleáns. IRD quiere que esa sea la posición uniforme de las iglesias protestantes.

Como comunistas, no creemos en dioses, en sentido literal ni metafórico. Los dioses no son reales y creer en ellos dificulta ver cómo crear por nuestra propia cuenta un mundo sin explotación ni opresión (y por lo tanto sin la necesidad del consuelo de la religión). Por otra parte, trabajamos unidos con mucha gente religiosa en diversas luchas hoy, apreciamos sus contribuciones y debatimos estos temas.

También entendemos claramente las apuestas de la estrategia fascista cristiana de apoderarse de esas iglesias o destruirlas. No se trata de debates bizantinos sobre detalles oscuros de doctrina religiosa. Si logran silenciar y eliminar la voz religiosa progresista, y remplazarla con el cruel programa teocrático fundamentalista, será un avance para la causa fascista. Eso es importante para su estrategia por dos razones: porque esas iglesias tienen mucho poder institucional y porque son una voz que refuta la legitimidad de los fascistas cristianos. El plan de convertirlas en baluartes de la teocracia es parte de la estrategia para imponer una cultura y mentalidad fascista en todas las esferas. Hay que reconocerlo como tal y rechazarlo.

El ejemplo del pastor protestante Martin Niemoller (que se opuso a los nazis) es, de nuevo, muy relevante. Hitler, también, en cierto momento se propuso dominar las iglesias de Alemania; Niemoller fue uno de los que se opuso y acabó en una cárcel nazi ocho años. Al final de la guerra, Niemoller señaló que el problema fue que la resistencia empezó muy tarde y muy pequeña, y que cada grupo solo luchó cuando cayó bajo ataque.

Eso no puede volver a suceder.

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