Los fascistas cristianos y las fuerzas armadas

Revolución #031, 22 de enero de 2006, posted at revcom.us

Nota de la Redacción: A continuación publicamos partes de una charla que dio Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, a un grupo de militantes y partidarios el año pasado (2005). Al editar la charla, se le agregaron subtítulos y notas al pie de página.

Quiero mencionar algunos aspectos de la relación actual entre los fascistas cristianos y las fuerzas armadas; la unidad entre los dos puntos de vista (fascista cristiano fundamentalista y militar burgués); y la relación de refuerzo mutuo que se da concretamente hoy. En conexión con esto, hace poco leí el libro The New Amerian Militarism, How Americans Are Seduced by War (El nuevo militarismo americano: Cómo la guerra ha seducido a los americanos) de Andrew J. Bacevich. Bacevich, egresado de la academia militar West Point y veterano de la guerra de Vietnam, es profesor de relaciones internacionales de la Universidad Boston y en este libro parte de un punto de vista "imperialista liberal". Aborda una serie de temas importantes relacionados específicamente (aunque no solamente) con la interconexión o relación "simbiótica" de refuerzo mutuo entre el punto de vista militar burgués, en líneas generales, y el fascismo cristiano fundamentalista.

Bacevich por lo visto niega (paradójicamente, quizá), o al menos subestima, el grado en que el fundamentalismo cristiano derechista se ha atrincherado en el mando militar, lo cual se manifiesta de muchas formas, como el ejemplo del general Jerry Boykin1 y la campaña masiva de proselitismo fundamentalista cristiana en las fuerzas armadas, especialmente en Irak. De paso, el refrán de los comentaristas burgueses de que "no hay ateos en las trincheras" es una distorsión total, pues en el curso de la historia, millones de ateos han peleado en las trincheras, especialmente (pero no solamente) los comunistas. Sin embargo, si uno ve las cosas en el marco burgués, la religión, y concretamente el fundamentalismo religioso, ejerce cierta atracción en medio de la guerra. En Irak, hay un fenómeno masivo de bautismo de soldados en Bagdad, en el río Tigris, etc. Entonces, Bacevich por un lado subestima (no es que niegue completamente) el grado de influencia del fundamentalismo cristiano derechista en las fuerzas armadas, y especialmente la fuerte influencia en el mando militar; sin embargo, ofrece un análisis penetrante de aspectos importantes de la relación de beneficio y refuerzo mutuo entre la mentalidad y valores burgueses reaccionarios (hablando en nuestros términos) de las fuerzas armadas, especialmente del alto mando y los oficiales, y el fundamentalismo cristiano (que muy correctamente llamamos fascismo cristiano en sus manifestaciones políticas reaccionarias).

Entre otros comentarios importantes, Bacevich señala que los fundamentalistas cristianos han elaborado la "teoría de la guerra como cruzada" [p. 131]; dice: "Con la propuesta de guerra preventiva [que plantearon incluso antes del 11 de septiembre], los conservadores cristianos apenas se adelantaron tantito al curso de los acontecimientos". Es decir, antes de que el gobierno de Bush adoptara oficialmente tal doctrina, los fascistas cristianos propusieron la teoría de guerra preventiva (para Estados Unidos). Además, Bacevich explica que desde la perspectiva fascista cristiana: "No se aplican las normas convencionales [de guerra y, en concreto, de "guerra justa"] a ciertos países destinados a desempeñar un papel especial en los programas de salvación de Dios", y hace notar que la frase "ciertos países" incluye a Israel y Estados Unidos2. O sea, una manera de ver la situación actual en el mundo es que ahora Estados Unidos bajo el gobierno de Bush está proclamando y aplicando explícitamente en el plano internacional la misma doctrina de guerra preventiva que Israel siempre ha aplicado en el plano regional, a saber: "no nos atenemos a las normas".

Bacevich relaciona eso con "la pertinaz sensibilidad religiosa que ha caracterizado la imagen que América tiene de sí misma y su misión providencial". [p. 122]. Un ejemplo: Reagan dijo que América era "la ciudad luminosa en la colina". Tales cosas siempre han tenido connotaciones religiosas (aun cuando no se expresen explícitamente): la noción de que Estados Unidos en particular, y su misión en el mundo, representan la providencia y voluntad de dios ("la imagen que América tiene de sí misma" y "su misión providencial", en las palabras de Bacevich).

Más adelante, Bacevich pone todo eso en el contexto de la gran división que se dio en Estados Unidos en el curso de los años 60 que, como he mencionado, todavía no se resuelve completamente de un modo u otro (y está relacionada con la guerra civil que se perfila).

Bacevich dice: "La calamidad suscitada por Vietnam y los años 60 --desde la perspectiva de los que opinan que tal calamidad persistió mucho tiempo después de la caída de Saigón-- tenía varias dimensiones. Era una crisis de política exterior y también una crisis interna. Era una crisis cultural y también moral. Abarcó asuntos inmediatos e íntimos --la familia y la relación de pareja, por ejemplo-- y planteó interrogantes profundos acerca del propósito nacional y la identidad colectiva. Ningún grupo de la sociedad captó más profundamente la trascendencia de tal crisis que los evangélicos protestantes".

Aquí quiero agregar que agentes imperialistas de derecha muy conscientes aprovecharon esos sentimientos vagos y a medio formar, y los sistematizaron a fin de forjar un punto de vista y una fuerza política fascista, y concretamente fascista cristiana. Tales sentimientos hubieran podido persistir en esa forma dispersa, si no fuera por el hecho de que un sector de la clase dominante, en aras de sus intereses y consciente de la necesidad y también el potencial, se puso a "cohesionar" y organizar eso, elevarlo a un plano más consciente, manifestarlo y organizarlo como movimiento político. Pero volviendo a los comentarios de Bacevich: "La convergencia de la respuesta a Vietnam como catástrofe de política exterior y manifestación de agitación cultural tuvo su mayor impacto en los cristianos que estaban consternados por el rumbo en que se encaminaba el país". [p. 123]

Me parece muy importante reflexionar sobre esto. Además, hablando de la relación de refuerzo mutuo entre los fascistas cristianos y los militares, Bacevich dice: "Algunos evangélicos esperaban que las fuerzas armadas fueran decisivas para salvar a América del colapso interno". Quiero señalar que no habla solamente del aspecto militar sino del aspecto ideológico. Sigue: "En tiempos de decadencia y confusión moral, [muchos fundamentalistas cristianos] aplaudieron las fuerzas armadas como bastión de los valores que podían frenar el deslizamiento de la nación hacia la perdición: honor a la tradición, orden y disciplina, y estar dispuestos al sacrificio por el bien común", desde luego, en el marco de las relaciones e ideología burguesas. Bacevich añade: "En resumen, para los evangélicos los soldados eran el modelo de cualidades personales que los ciudadanos en general tenían que volver a descubrir para que América contrarrestara la marea de impiedad y decadencia social que suscitaron los años 60". También hace notar: "Evangélicos militantes dieron el sello religioso a la militarización de la política nacional y le brindaron un aura de legitimidad moral al concomitante activismo militar". [p. 124]. Se ve claramente que se trata de una relación de refuerzo mutuo, aun si Bacevich subestima el grado en que la ideología fascista cristiana se ha atrincherado en las fuerzas armadas y especialmente en el mando militar.

De nuevo, es preciso recalcar que el proceso que Bacevich describe no fue tan "espontáneo" como lo presenta; de hecho, lo alentaron, sistematizaron, organizaron y dirigieron agentes muy conscientes del sistema imperialista, y concretamente del ala derecha de la clase dominante (usando esos términos generales). En todo caso, los comentarios de Bacevich ayudan a captar el carácter del "núcleo interno" de la clase dominante imperialista en este momento y especialmente de los militares. Aclara la importancia de reconocer el fenómeno que vengo recalcando --la "dinámica" dialéctica de refuerzo mutuo entre los factores militares y políticos (e ideológicos)-- y de crear una repolarización política (e ideológica) que penetre en todo rincón de la sociedad estadounidense, hasta los bastiones de los reaccionarios y del poder reaccionario, y "se gane" a gente de esos sectores e instituciones, especialmente a la gente cuyos intereses objetivos no radican en el núcleo fascista de la clase dominante ni en el propio sistema imperialista.

Notas:

1. En un servicio religioso, Boykin declaró, vestido de militar, que Bush "está en la Casa Blanca porque Dios lo puso ahí para los tiempos en que nos encontramos". Hablando de la ocupación de Somalia y de la guerra contra las fuerzas islámicas en dicho país, dijo: "Mi Dios es más grande que el de ellos". Después de que se armó una gran controversia por esas afirmaciones, Bush lo ascendió a subsecretario de Defensa.

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2. En "La pirámide del poder" Bob Avakian destaca la siguiente contradicción: el fundamentalismo cristiano y la adhesión literal a la Biblia han llevado históricamente al antisemitismo extremo, ligado a la noción de que los judíos "mataron a Cristo"; pero en el mundo de hoy, Israel es sumamente importante para el imperialismo yanqui en general y especialmente para el programa del grupo allegado a Bush. Los fascistas cristianos "resuelven" esa contradicción predicando que Israel es imprescindible para el "segundo advenimiento" (el regreso de Jesucristo) y el triunfo del reino de dios: entonces, hay que defender a Israel cueste lo que cueste. Como se ha señalado en "La pirámide del poder" y otros escritos, los fascistas cristianos son de los más fanáticos partidarios del derecho de Israel a existir y a extender sus fronteras por la fuerza y reprimir, con toda la brutalidad que sea necesaria, la resistencia del pueblo palestino. Ver "Elecciones, resistencia y revolución: La pirámide del poder y la lucha por cambiar de base al mundo", Obrero Revolucionario #1237 (25 de abril de 2004). Este artículo es la respuesta a una pregunta hecha después de la charla Revolución: Por qué es necesaria, por qué es posible, qué es (en video, Chicago: Three Q Productions, 2004). También está en el folleto La guerra civil que se perfila y la repolarización para la revolución en la época actual (Chicago: RCP Publications, 2005).

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