Washington, D.C.:

Marcha de inmigrantes

Revolución #040, 26 de marzo de 2006, se encuentra en revcom.us


El 7 de marzo entre 30 y 40 mil inmigrantes latinos llegaron al Capitolio de todos los rincones de Washington, D.C., y sus alrededores en metro y en docenas de autobuses. Grupos de personas que trabajan en la misma empresa llevaban sus uniformes puestos. Jornaleros, trabajadores de hoteles, obreros, congregaciones eclesiásticas, estudiantes de secundaria y preparatoria y familias de Maryland y Virginia estuvieron ahí. Inundaron el enorme área frente al edificio del Capitolio para reclamar que se abatiera la cruel ley antiinmigración HR4437. Llegaron por lo menos 10,000 personas más de las que esperaban los organizadores. La gran cantidad de gente que acudió a la manifestación contribuyó sin duda a que unos días más tarde se manifestaran casi medio millón de personas en la ciudad de Chicago.

Esta manifestación es una expresión patente del profundo descontento que existe y el creciente deseo de resistencia que se desborda en las comunidades de inmigrantes. La gente quiere respuestas: ¿están destinados los inmigrantes a ser siempre cazados y explotados o hay alguna opción distinta? Un grupo de trabajadores llevaba una manta grande escrita a mano que decía: “¿Por qué atacan a los trabajadores que hacen el trabajo que otros no quieren hacer?”. Un hombre dijo “Somos como los judíos de la Alemania nazi, o como los esclavos negros. El gobierno quiere que seamos esclavos sin derechos. Hacemos el trabajo que nadie quiere hacer por una bicoca, y encima de una patada nos deportan cuando les conviene”. Otro hombre comentó acerca de la conexión entre la inmigración y el dominio imperialista de sus países de origen: “A nuestros países los explotan enormes corporaciones millonarias. En El Salvador el gobierno dice que esto es el progreso, ¡pero están fomentando la pobreza! Porque la pobreza es el motor de las grandes economías. El dinero que podría alimentar a los pobres lo están absorbiendo las compañías extranjeras. Por eso los más pobres tienen que venir aquí. Y aquí es la misma situación, los ricos no pueden hacer nada sin el trabajo de los pobres”. Hubo una intensa búsqueda de respuestas y una gran apertura hacia las soluciones revolucionarias y al movimiento comunista. Se repartieron cientos de paquetes de ejemplares de Revolución y se vendieron docenas de DVDs de Revolución: Por qué es necesaria, por qué es posible, qué es

En una rueda de prensa antes de la marcha, líderes religiosos y profesionales de servicios sociales se esposaron las muñecas en señal de protesta contra el plan de extender la definición de “contrabandear ilegales” a toda persona que los ayude. Días antes de la marcha, líderes de iglesias católicas, judías, protestantes y evangélicas sacaron una declaración conjunta contra la HR4437. En la marcha, un sacerdote católico anunció: Las iglesias evangélicas, protestantes y católicas no cerraremos las puertas a ningún indocumentado ni a ningún ser humano. Si ayudar es un acto de desobediencia, entonces desobedeceremos las leyes aunque tengamos que ir a la cárcel”. A su lado, 40 niños tenían camisetas de “No somos criminales”. Si la HR4377 llega a ser ley, esos niños serían criminales por ir a la escuela.

Varios oradores apoyaron el proyecto de ley Kennedy-McCain. Dijeron que es mejor porque ofrece una ruta a la (posible) legalización para los que cumplan los requisitos y paguen multas por miles de dólares. Este proyecto de ley mantiene viva la esperanza de legalización y de reunificación familiar, porque a sus autores les parece que eso es un elemento necesario para mantener la paz de la fuerza de trabajo inmigrante, que es de una importancia estratégica. Pero por otra parte, propone la misma represión de alta tecnología en la frontera que la HR4437.

Los presentes sabían en carne propia qué es la “seguridad fronteriza”. Un campesino salvadoreño, arruinado por la dolarización de la economía de su país, dijo que él fue el único que sobrevivió de un grupo que entró por el desierto tras una caminata de un mes desde El Salvador. Otro dijo: “No importa cuántos muros o militares pongan en la frontera, los hambrientos seguirán llegando. No queremos soluciones que no abarquen a los que vendrán el año entrante”.

Con el actual clima de miedo irracional contra los inmigrantes, las autoridades están pintando a los albañiles, las empleadas domésticas y los agricultores como terroristas y pandilleros peligrosos. Pero a pesar de eso, miles y miles salieron a la manifestación. Un señor de México dijo: “Quieren meternos más y más en la oscuridad, pero salimos al sol”.

En Virginia, la policía ya se está portando como agentes de la Migra y detiene y manda deportar por una infracción de tránsito. En Manassas, una ciudad a unos 50 kilómetros al sur de Washington, los dueños de casa o los que alquilan departamentos han recibido órdenes de desalojo o de arresto si en la misma casa viven muchos miembros de la familia. ¡Qué buen ejemplo de “valores familiares” y qué envidia le daría a Hitler esa maniobra! En diciembre, el consejo municipal cambió la definición de “familia” y excluyó a primos, tíos y demás. Esto le ha dado alas a los que quieren sacar a las familias inmigrantes de las colonias blancas, y también les ha dado los medios judiciales para arrestarlos por el crimen de vivir cerca de donde trabajan. Esto se ha aplicado inclusive a las familias que son dueñas de su casa. Debido a las protestas, el consejo tuvo que anular esa medida, pero la alcaldía sigue distribuyendo folletos que explican cómo identificar “conglomeraciones ilegales de personas” y tiene una línea telefónica destinada a recibir quejas anónimas. La edición en español del volante recomienda dejar encendidas las luces toda la noche para que la policía pueda ver si se está haciendo algo ilegal, como que un tío entre por la puerta de atrás. Hace poco la policía fue a arrestar a una familia china a raíz de una llamada anónima.

En el norte de Virginia también han estado operando las “Patrullas de Defensa Civil de los Minutemen”: las tropas de choque contra los inmigrantes que tantas alabanzas han recibido del Congreso y varios gobernadores de ambos partidos por “valor y patriotismo en defensa de las fronteras”. Han dicho que las actividades de los Minutemen en la frontera son “un clamor popular” y con eso justifican la militarización de la frontera. Ahora los Minutemen operan en ciudades y pueblos lejos de la frontera: se ponen a sacarle fotos a los jornaleros y a los que los contratan a fin de meterles temor.

En el norte de Virginia la mayoría de la población ha sido de familias de clase media blancas del ejército, el gobierno, el Pentágono y la CIA. En Herndon, hubo protestas cuando los Minutemen se pusieron a fotografiar a los jornaleros latinos que se reúnen en una tienda 7-11, pero han seguido en las mismas. En el condado Montgomery de Maryland viven muchos inmigrantes y tradicionalmente les ha ofrecido muchos servicios sociales; unas ciudades, como Tacoma Park, tienen leyes para proteger a los inmigrantes. Pero aquí también los Minutemen se han puesto a fotografiar a los jornaleros que esperan que los contraten en los centros de CASA Maryland, una organización de apoyo a los inmigrantes que los organiza para luchar por derechos y servicios básicos. Cuando CASA Maryland recomendó a los inmigrantes fotografiar a los Minutemen fotografiándolos y protestar donde estos viven y trabajan para que sus vecinos y colegas se enteraran de sus actividades fascistas, los Minutemen corrieron a quejarse a la policía y a sus amigachos del gobierno. Pidieron una investigación de cómo usa la CASA Maryland los fondos públicos y acusaron a su director de “alevosía” y de ¡poner en peligro a sus niños! En la marcha un señor dijo con toda razón: “Los Minutemen tienen el apoyo del gobierno y, más que eso, hacen lo que el gobierno quiere que hagan”.

El pueblo de Gaithersburg, Maryland, financió un centro de contratación de jornaleros que antes se paraban en el estacionamiento de una iglesia. Los Minutemen se pusieron a “patrullarlo”. Eso ha movilizado un polo reaccionario de racistas patrióticos, que de otra forma estaba disperso. Ahora es posible que la alcaldía cierre el centro de contratación.

En Riverdale, Maryland, muy cerca de Bladensburg, donde golpearon, le rociaron gas pimienta y arrestaron a Joe Veale y AT por repartir volantes de “Bush: Lárgate con todo y tu programa” en una prepa, los jornaleros que se reúnen en una tienda 7-11 dicen que la policía los vigila todo el tiempo, les agarra la ropa, los golpea y les quita los papeles de identificación. Uno dijo: “A veces tenemos temor de qué nos pueda pasar mañana, nos han rociado con gas pimienta, nos mueven del parqueo… suben los carros a la banqueta para corrernos”. En respuesta, los jornaleros organizaron una rueda de prensa y denunciaron la conducta de la policía. También formaron un comité para abrir un centro de contratación.

En vista de este clima de ataques, la ola de resistencia de docenas de miles de proletarios del fondo de la sociedad en esta ciudad, y de cientos de miles en el país, es muy positiva y estimulante. Lo que se vio aquí el 7 de marzo, y más aún en Chicago el 10, es el potencial de crear una polarización y un futuro muy, muy diferentes de lo que quieren los proponentes de la HR4437.

Envíanos tus comentarios.