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Revolución #60, 10 de septiembre 2006

El programa del gobierno tras Katrina: Echarle la culpa a las víctimas y negligencia criminal

Li Onesto

En el primer aniversario del huracán Katrina, se difundió una mentira peligrosa e insultante por medio de una serie de discursos políticos, artículos y editoriales: que el que quiera "quejarse", no debe acusar al gobierno local, al gobierno federal y de ninguna manera al sistema capitalista, sino a sí mismo.

Veamos las dimensiones políticas e ideológicas de esto.

Para empezar, ¿qué ha pasado con los cientos de miles de personas que el gobierno abandonó en Nueva Orleáns el 29 de agosto de 2005?

En los días y las semanas después de que azotó Katrina, todos vimos los horrorosos retratos y horripilantes informes. Vimos familias enteras sumergidas en el agua; cadáveres flotando en aguas tóxicas; gritos de socorro desde techos; miles de negros apiñados en un estadio, como los esclavos en los barcos negreros; soldados y policías apuntando armas de fuego, golpeando y matando a quienes luchaban por sobrevivir; y evacuaciones desalmadas que separaron a familias enteras.

Vimos cómo la Casa Blanca ignoró los gritos de socorro; vimos a Condi comprando zapatos y a Cheney pescando. Y cuando Bush por fin fue a Nueva Orleáns, cinco días después del huracán, lo vimos en el avión presidencial, a una altura de la cual no podía oler la fetidez de los cadáveres podridos ni ver el sufrimiento.

¿Qué ha pasado durante este año? Un corto resumen basta para condenar al gobierno de Bush por la persistente negligencia y las prácticas del sistema de segregación racial.

Katrina fue un huracán de categoría 4 y causó mucho daño. Pero la ciudad, en general quedó en pie. La ruptura de los diques fue lo que inundó el 80% de la ciudad. Por eso fue que tantos se ahogaron, cientos de miles tuvieron que evacuar la ciudad y tantos hogares quedaron destruidos.

La tragedia del huracán Katrina, en el que murieron 1,800 personas, se debe completamente a la falla del sistema y en particular del gobierno de Bush. No hizo preparativos para desastres naturales y de hecho recortó los fondos necesarios para reparar los diques, a pesar de que se sabía que los diques eran inadecuados. No hizo nada cuando se advirtió que se aproximaba un peligroso huracán. Y no ayudó a la gente cuando los diques se reventaron y miles quedaron atrapados y enormes zonas de la ciudad se inundaron.

Sigue el sufrimiento y la negligencia

Se calcula que el huracán destruyó aproximadamente 160,000 hogares en Nueva Orleáns, especialmente en los barrios negros, como el 9th Ward, que fue el más afectado. Han quedado inhabitables 43,000 viviendas de alquiler, y el costo ha subido 39% en comparación con el año pasado.

Antes del huracán, en Nueva Orleáns 5,000 familias vivían en viviendas públicas; el 88% eran familias encabezadas por la madre y casi todas eran afroamericanas. Ahora no permiten regresar a 4,000 familias. Ante la peor escasez de vivienda en Nueva Orleáns desde la guerra de Secesión, el gobierno federal quiere demoler 5,000 apartamentos.

En buena parte de la ciudad todavía no hay electricidad, gas y agua potable. El gobierno prácticamente no ha hecho nada para limpiar las zonas cubiertas de lodo tóxico y viviendas inhabitables. El 1º de agosto encontraron a una señora muerta en su hogar, cubierta de escombros. Desde marzo han encontrado a 28 personas.

Antes del huracán, las escuelas públicas tenían 56,000 estudiantes y más de 100 escuelas. Pero cuando terminó el año escolar solo quedaban 12,500 estudiantes. De las 100 escuelas que el distrito manejaba, ahora solo maneja cuatro. La mayoría de las escuelas ahora son particulares.

El principal hospital de la ciudad, Charity Hospital, sigue cerrado y no hay ningún pronóstico de que vaya abrir pronto. Los que no tienen seguro y los pobres tienen muy pocos servicios médicos. Se calcula que la mitad de los médicos se han ido.

No hay ni un solo hospital psiquiátrico. Muchos padecen de estrés post traumático, parecido a lo que padecen los que han pasado por guerras. Los suicidios han triplicado, pero la ciudad tiene menos de la mitad de los psiquiatras, trabajadores sociales y psicólogos. Las clínicas de salud mental siguen cerradas. Muchos enfermos mentales acaban en la cárcel.

Evacuación sin regreso

Como resultado del huracán, evacuaron a un millón de personas del Golfo. Nueva Orleáns tenía una población de 485,000 personas y ahora solo tiene la mitad. Dos tercios de la población eran afroamericanos, y debido a que la mayoría de ellos se fueron se dice que Nueva Orleáns ya no será una "ciudad negra".

Más de 250,000 personas fueron a Texas, 150,000 de ellas a Houston. Se calcula que el 41% de las familias solo tiene un ingreso mensual de $500; el 80% son afroamericanas; el 59% siguen desempleados y muchos tienen problemas de salud.

Represión a punta de fusil

Ahora la Guardia Nacional patrulla las calles de Nueva Orleáns y los politiqueros dan la impresión de que el mayor problema son las pandillas y el crimen, a pesar de que el gobierno no ha hecho nada para ayudar a la gente o conseguir trabajo.

En la película de Spike Lee When the Levees Broke, vemos a la gobernadora, Kathleen Blanco, decir justo después del desastre de Katrina: “Vamos a restaurar el orden público… Estas tropas saben disparar a matar y están muy dispuestas a hacerlo si es necesario, y espero que lo hagan”. También se habla del incidente sobre el puente Gretna cuando un grupo intentó cruzar pero la policía no lo dejó y le apuntó escopetas.

Luego vino el comentario de Barbara Bush sobre la gente que vivía en horribles condiciones en el estadio Astrodome de Houston: "Me dicen, y eso me da un poco de miedo, que todos [los damnificados negros] quieren quedarse en Texas... mucha gente aquí en el estadio, pues es gente desfavorecida y estar aquí les cae muy bien”.

Últimamente, Jack Strain, el sheriff de un suburbio les dijo a los reporteros que iba a proteger su jurisdicción de los "matones" y la "basura" de los multifamiliares cerrados que se estaban asomando. Prometió que la policía pararía a todos los que tienen el cabello en "trenzas o estilo chee-wee".

El funcionamiento del sistema

Lo que salta a la vista es que el sistema se basa en la ganancia y en la protección de la propiedad capitalista. Se ve que para el sistema la vida humana vale un carajo; que el racismo y las instituciones de la supremacía blanca están entrelazados y son componentes integrales del sistema capitalista de Estados Unidos, y que los que gobiernan refuerzan esas relaciones.

La mayor cantidad de este sufrimiento fue y es innecesario. La humanidad tiene la capacidad de proteger el ambiente, de prepararse para los desastres naturales y de involucrar a todos para cooperar. Pero, el funcionamiento del capitalismo lo impide.

Por eso, un año después, miles siguen sufriendo por un sistema que ve en la devastación y el desplazamiento la oportunidad de reconstruir una ciudad que les deje más dinero y de deshacerse de la vivienda pública y el "problema" de los pobres.

El gobierno de Bush no está haciendo lo que debe para que la gente regrese a Nueva Orleáns para empezar de nuevo, porque 1) no es lucrativo y 2) el NO hacer eso concuerda con un programa consciente de qué hacer con ciertos sectores de la sociedad.

El huracán Katrina puso al descubierto la completa incapacidad del sistema capitalista de atender las necesidades del pueblo. También demostró que el pueblo tiene el potencial de hacer las cosas de otra manera. En condiciones sumamente difíciles, la gente tomó iniciativa, se unió y con creatividad se las arregló para sobrevivir a pesar de las fuerzas de este sistema rapaz. Así se vio lo que se podría lograr en la sociedad si estuviéramos organizados de una manera diferente.

Un estado socialista tendría prioridades, principios y métodos fundamentalmente diferentes para organizar la sociedad, lo cual daría resultados muy diferentes en caso de un desastre. Se atendería y minimizaría, y no empeoraría, el sufrimiento de la gente. El lucro y el todopoderoso dólar no mandarían, y el gobierno movilizaría a la población para resolver los problemas en todos los frentes. Los científicos explicarían qué son los huracanes, para educar al pueblo, y para que ellos y ellas también aprendan de las masas. La sociedad discutiría qué hacer ante fenómenos como los huracanes, qué medidas preventivas tomar y qué prioridades debe tener el gobierno en inversiones de dinero y recursos. Además, una de las medidas de un gobierno socialista revolucionario sería acabar con todas las instituciones y leyes que refuerzan la opresión nacional.

Los huracanes y los desastres naturales seguirían siendo graves retos, pero las masas y la sociedad en general estarían en una situación fundamentalmente diferente para encarar esos fenómenos. Se movilizaría a la gente de todo el país para organizarse inmediatamente y hacer llegar alimentos, medicinas y transporte a las zonas afectadas. Se tomarían medidas extraordinarias para hacer uso de todos los recursos de la sociedad para atender las necesidades de todos, dando prioridad urgentemente a los enfermos, heridos y pobres.

Ataques ideológicos en el aniversario

Ahora que hemos visto todo lo que el gobierno hizo y NO hizo a raíz del huracán Katrina; ahora que hemos visto el fracaso total y colosal del gobierno, que no se responsabilizó de ayudar a las víctimas de la tormenta; ahora que vemos que el gobierno no solo no ayudó a evacuar, a reubicarl y a reconstruir, sino que contribuyó al sufrimiento, volvamos a lo que dijimos al principio. La avalancha de ataques ideológicos que le echan la culpa a los damnificados si no se "responsabilizan ellos mismos" por "salir adelante".

Mejor dicho, es la manera de pensar de Bill Cosby, que culpa a los pobres por la situación precaria en que el sistema y el gobierno los tiene. Eso es lo que están recalcando en el balance oficial del aniversario de Katrina.

Hay muchos ejemplos; veamos dos, uno es sutil y otro descarado.

Antes del aniversario, el New York Times publicó una serie de artículos de personas que han regresado y están empezando de nuevo. Lo que decían era: "No se preocupen, los que tienen iniciativa y ganas están bien". Pero el mensaje sutil es: "Los que siguen sufriendo son los perezosos, los que viven de la asistencia pública, seguramente están involucrados en crimen y son negros".

Uno de los artículos sigue a una pareja blanca de clase media, dueña de una compañía con $50,000 de ingresos anuales. Tienen dos casas y viven en una mientras reparan la otra. Otro artículo compara a los que se fueron a Atlanta con los que trasladaron a Houston, y dice que la diferencia "radica en el momento de la tormenta, y en si estaban dispuestos o eran capaces de evitar el peligro". Bajo el subtítulo de "Unos trabajan mientras otros esperan", nos enteramos de que en Houston el alcalde "les ha estado rogando a los sanos que vayan a trabajar" y que hay más de 5,000 empleos disponibles. Pero los que trasladaron a Houston, y tenían trabajo, por lo general solo ganaban $15,000 al año. Y no hay muchos de esos empleos en Houston. Pero los que están en Atlanta, que por lo general son profesionales, "no esperaron ayuda" y "se orientaron por su cuenta", según el artículo.

El artículo compara dos grupos de personas como si tuvieran situaciones idénticas y las mismas oportunidades. En realidad tienen situaciones y oportunidades muy diferentes y muy DESIGUALES. Así se da a entender que los que salieron adelante lo hicieron porque son superiores, mientras que los otros no lo han hecho por su propia culpa.

La verdad es que la gente que sufre viene de muchas capas sociales: los que fueron abandonados por el gobierno y son víctimas de un sistema voraz, por ejemplo, de compañías de seguro que no quieren hacer valer el seguro de inundaciones. Entre ellos hay muchos blancos y gente de la clase media. Muchos negocios pequeños fueron destruidos y la situación ha golpeado duro a muchos músicos y artistas.

El sistema, y en particular el gobierno de Bush, no han ayudado a cientos de miles de personas afectadas por Katrina. Los negros y los pobres son los más afectados, debido al hecho de que tienen menos recursos y a las medidas conscientes del gobierno.

El programa “Democracy Now” informó sobre Pamela Lewis. Dijo que la policía las encañonó a ella y a su madre de 86 años cuando trató de salir de la ciudad. La trasladaron a un campamento de casas rodantes de FEMA a unas 100 millas, rodeado de alambre de púas. Todavía está en el campamento: “Aquí es como una cárcel. Esto es el fondo”. El campamento está cerca de una refinería de Exxon y el único camión solo va a Wal-Mart. (“Big Easy to Big Empty—The Untold Story of the Drowning of New Orleans”, Greg Palast, 27 de agosto)

En el New York Times del 1º de septiembre salió un comentario de Juan Williams titulado "Getting Past Katrina" (Superar Katrina). Williams aplica el método de decir que algo es cierto porque cree lo que se le ha dicho que es cierto. Cita una encuesta que dice que en Estados Unidos dos tercios de los negros y un cuarto de los blancos piensan que demasiada gente depende de la ayuda del gobierno. Luego afirma que hay buena razón para que la gente piense eso, y que es fácil salir de la pobreza. Tiene un programa básico de cuatro pasos: graduarse de la prepa; esperar hasta los 20 años para casarse; esperar hasta casarse para tener hijos; y aceptar cualquier trabajo.

Este es el viejo cuento de decirle "sal adelante por tu propia cuenta" a los cientos de miles de pobres y negros cuyo sufrimiento se debe incuestionablemente a la negligencia, discriminación y represión del gobierno.

Ese ataque contra las masas, en forma de "responsabilízate", es un intento deliberado de evadir y desviar la atención de la realidad social y la responsabilidad social; es no querer ver las causas y la dinámica subyacente de la situación.

En la charla "Conservatism, Christian Fundamentalism, Liberalism and Paternalism… Bill Cosby and Bill Clinton … Not all ‘Right’ But All Wrong!" (Conservatismo, fundamentalismo cristiano, liberalismo y paternalismo… Bill Cosby y Bill Clinton…), Bob Avakian habla de lo que promueven Bill Cosby, Bill Clinton y otros que dicen que son amigos del pueblo negro. Básicamente dicen que los negros están en la situación en que se encuentran porque no han asumido “responsabilidad personal” por su vida. ¿Pero hay comunidades enteras abandonadas porque sus habitantes decidieron echarse del trabajo y trasladar las fábricas a lugares donde los dueños pueden explotar más despiadadamente? ¿Decidieron quitar todos los servicios sociales de sus comunidades? Y dice algo que creo que guarda mucha relación con la situación de Nueva Orleáns: que esto encaja en un programa social y político general que incluso tiene implicaciones genocidas para los negros. [Se puede descargar esta charla en revcom.us o bobavakian.net]

El programa del gobierno de Bush para el pueblo negro

Repasemos lo que pasó a raíz de Katrina.

Los que vivían apiñados en las peores viviendas y no tenían dinero para irse eran en su mayoría negros. Miles de personas, principalmente negras, fueron acorraladas en el estadio Superdome, como esclavos en un barco negrero. Con mentiras, la prensa demonizó a los negros de Nueva Orleáns. Personas ligadas al gobierno de Bush, así como miembros del gobierno, ignoraron desalmadamente su sufrimiento. Vimos cómo la policía y los soldados arremetieron contra los negros que solo querían sobrevivir. Ahora, un año después, la mayoría de la gente negra que el huracán desplazó sigue dispersa por todo el país, sigue sufriendo, sin que le permitan regresar a reconstruir y empezar de nuevo.

Todo esto muestra el programa con implicaciones genocidas que el gobierno de Bush tiene para el pueblo negro. El elemento genocida de este programa es algo que puede pasar a primer plano a medida que se desarrolle la situación y hay que prestar mucha atención a esto.

Bush es una continuación y una perversa extensión del sistema capitalista. Su gobierno quiere un orden social muy diferente para este país: una combinación de una dictadura religiosa fascista en el país con medidas imperialistas más agresivas contra el resto del mundo. Como parte de su plan, Bush y poderosas fuerzas fascistas cristianas han estado cebando a un grupo de ministros de la comunidad negra para que formen parte de un movimiento político que se propone imponer una teocracia: una dictadura religiosa fascista en todo el país. Los fascistas cristianos quieren abolir la separación de poderes y quieren que todos sigan su visión de las leyes de la Biblia. Ese plan se vio en Nueva Orleáns después del huracán.

Un ejemplo: ¿qué papel desempeñó Pat Robertson con respecto a Nueva Orleáns? Ese fascista cristiano de peso (uno de los principales patrocinadores de Bush) dice que el sistema penal, en el que se encuentran encerradas millones de personas negras, se debe reemplazar con algo peor. Dice que esos presos han "manchado la tierra" y que la sociedad debe adoptar "el modelo de la Biblia", donde a los "delincuentes empedernidos los eliminaban de una vez por todas con la pena de muerte". William Bennett, un ex miembro de gabinete de Ronald Reagan y Bush padre y pez gordo del Partido Republicano, se siente con la liberad de lanzar a los cuatro vientos la idea de que "Si se quiere reducir el crimen… se puede abortar a todos los niños negros en este país". A través de medidas conscientes del gobierno, así como a través del funcionamiento del capitalismo, se dice que vastos sectores de la población negra son "desechables", que el sistema no tiene futuro para ellos, que es gente que el sistema no puede usar y que por lo tanto quisiera ver "desaparecer".

Ese ya era el plan antes de Katrina. Veamos la orden de Bush de imponer "cero tolerancia" para los "saqueadores". Miren lo que dijo el general de brigada Gary Jones, de la Guardia Nacional de Louisiana: "Esto va a parecer una pequeña Somalia, vamos a recuperar esta ciudad. Se requerirá un operativo militar para poner la ciudad bajo control". Ahora vemos que la Guardia Nacional es prácticamente una fuerza permanente en Nueva Orleáns. Todo eso cuadra con lo que dijo Pat Robertson, que es parte del programa político, social e ideológico del gobierno de Bush. ¡Y veamos el hecho de que una de las agencias de beneficencia de Pat Robertson fue mencionada por FEMA como una de las tres agencias a las que se podían enviar donaciones para los damnificados de Katrina!

Veamos el informe reciente de la ACLU (Unión Americana de Libertades Civiles) que dice que cuando azotó el huracán, las autoridades abandonaron a miles de presos, incluso menores de edad, en la prisión Orleans Parish, o sea los dejaron en las celdas encerrados cuando las aguas crecían.

Miren lo que dijo un congresista republicano de que la inundación fue un intento de dios de acabar con la vivienda pública. Miren las mentiras del jefe de policía de Nueva Orleáns, que la prensa difundió, de que los negros estaban violando a bebés y matando, lo cual llevó a blancos retrógrados a recurrir a la violencia tipo KKK.

A todo esto podemos agregar la serie de crímenes que el gobierno de Bush ha cometido contra cientos de miles de negros a raíz de Katrina.

Todo eso tiene dimensiones genocidas y cuadra con el plan que Bush tiene para la sociedad.

Como dice el editorial de Revolución con motivo del aniversario de Katrina:

"Urge dar marcha atrás a este curso criminal y desastroso. El pueblo tiene que dar su veredicto sobre los crímenes que el gobierno de Bush ha cometido y sigue cometiendo en Nueva Orleáns: culpable de asesinato en masa. Por ahora, la principal manera de hacer eso es preparar el terreno durante las próximas seis semanas para que el 5 de OCTUBRE sea una poderosa expresión de la resolución del pueblo DE PARAR TODO ESTO y SACAR CORRIENDO AL GOBIERNO DE BUSH".

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