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Revolución #72, 10 de diciembre de 2006

Atlanta: La policía balacea a sangre fría a Kathryn Johnston, de 92 años

El 21 de noviembre, una hora después del atardecer, tres tiras antinarcóticos cortaron las rejas de fierro y tiraron la puerta de una casa de Vine City, Atlanta. Detrás de esa puerta, muerta de miedo, estaba Kathryn Johnston, de 92 años, con un revólver oxidado. Al terminar la balacera, tres policías resultaron heridos… y la Sra. Johnston quedó muerta, balaceada por ellos.

El subjefe de policía dice que los tres agentes “hicieron todo de acuerdo con las reglas. Tenían una orden de cateo, le avisaron quiénes eran y tocaron”. La familia, los amigos y los vecinos están indignados. Un señor preguntó: “Entonces, ¿si quieren entrar unos criminales a mi casa y gritan ‘¡policía!’ antes de tirar la puerta, yo no puedo dispararles?”. “Pues, como lo veo yo”, dijo su sobrina Sarah Dozier, “la mataron como a un perro”.

Por 17 años, Kathryn Johnston vivió en Vine City, que está “en transición”. Nuevas casas se construyen al lado de casas antiguas, deterioradas, y hay mucho crimen. Las casas de su calle están bien cuidadas; sin embargo todas tienen rejas en puertas y ventanas. La gente grande y las personas como la Sra. Johnston que viven solas se protegen, especialmente cuando oscurece. Todos los que la conocían, desde el vecino que le traía el mandado, hasta el señor que le arreglaba su jardín, dicen que ella vivía con miedo detrás de esas rejas. Ese miedo la llevó a tener una pistola, registrada, siempre cerca de ella. Mas, no le sirvió de nada.

Al principio, los vecinos pensaron que allanaron su casa por error. Una joven dijo: “antes creo que el mundo es plano que pensar que ella iba a permitir venta de drogas en su casa… Ella odiaba la presencia de drogas en el vecindario. La odiaba”. Con el tiempo, sin embargo, se ha visto que nada fue como contó la policía.

¿La supuesta orden de cateo? Dice que una “fuente fidedigna”, que no es un policía (al contrario de lo que primero dijeron), usó dinero del gobierno para comprar cocaína “a Sam” en esa casa unas horas antes. Según dijeron, esa “fuente fidedigna” entregó la droga que compró y le informó a la policía que “Sam” tenía cámaras de seguridad por toda la casa y que siempre vigilaba todo, un indicio irrefutable de actividad ilegal.

El problema es que “Sam” no existe. La “fuente fidedigna” ya empezó a hablar, y les ha dicho a los investigadores de policía y a los noticieros que nunca fue a esa dirección y que no hay ninguna persona que se llame “Sam” ni cámaras de seguridad. Todo fue inventado. La “fuente fidedigna” dice que la policía lo llamó después del ataque y le advirtió que tenía que seguirle la corriente o atenerse a las consecuencias. También salió que a uno de los policías lo están demandando por fabricar cargos en otro caso. Los investigadores han dicho que los “narcóticos” que se hallaron en la casa solo son una pequeña cantidad de marihuana; pero según dicen, en realidad no se halló nada.

El FBI se encargó de la “investigación”, junto con el departamento de investigación de Georgia y la fiscalía federal. Un vocero del FBI dijo que todavía no han llegado a una conclusión y que no se revelará nada hasta que terminara la investigación. Sin embargo, un noticiero de televisión mostró más de 100 agujeros de balazos en la casa de la Sra. Johnston. La radio informó el 30 de noviembre que unas pruebas de balística demuestran que la Sra. Johnston solo disparó una vez antes de que la mataran, y la evidencia forense indica que solo a un policía le tocó la bala; a los otros los hirieron fragmentos que salieron volando en el tiroteo.

A la fecha, los siete policías y el sargento de la redada están suspendidos con salario.

Los parientes y los que están indignados por la muerte han mantenido una vigilia en frente de la casa de la Sra. Johnston. Algunos incidentes de coraje espontáneo se han convertido en resistencia y protestas organizadas. Ha habido mítines y juntas públicas de más de 400 ó 500 personas para exigir justicia. Entre los grupos que han participado están el Nuevo Partido Pantera Negra, el movimiento FTP, Malcolm X Grass Roots y la Organización de Derechos Humanos Nuevo Orden. En una junta también se presentaron el profesor activista de derechos indígenas Ward Churchill y la ex diputada Cynthia McKinney.

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