Revolución #86, 29 de abril de 2007


Mensaje a los jóvenes:

El mundo los espera y cuenta con ustedes

Han llegado a la mayoría de edad en un planeta saqueado por guerras de salvajismo incomparable; la que arde hoy en Irak ha cobrado 655,000 vidas, ha destruido la infraestructura del país y cada mes desplaza a 100,000 personas; y ahora van a mandar más tropas sin que se vea un fin.

Lo “bueno y lo malo” lo están aprendiendo de una sociedad que está adoptando la tortura como algo usual. Los han criado en una cultura en que el fanatismo se pone máscara de “entretenimiento”. Les ha predicado la “moral” una pandilla de fascistas cristianos de la inquisición que atacan la ciencia, la curiosidad y el pensamiento crítico; que pide sumisión y virginidad de la mujer, obediencia ciega de todos e intolerancia hacia los gays.

Si son mujeres probablemente están entre el 25% de quienes han sufrido una violación, un intento de violación o abuso sexual*… y es casi seguro que conocen a alguien que ha sido violada. Todos los días los saturan de imágenes de cuerpos de mujeres para consumir o para vender mercancía.

Si viven en uno de los ghettos o barrios latinos del país, los han insultado, les han faltado al respeto y los ha acechado la presencia constante de la brutalidad policial y la muerte a manos de la policía; los han arrinconado en las peores escuelas o los han acorralado en prisiones. Durante el huracán Katrina les enseñaron que los cimientos de este país (la supremacía blanca y la esclavitud) siguen firmes.

Si nacieron al otro lado de las sangrientas fronteras estadounidenses han sido parte de la mayor migración humana en la historia del planeta. Cientos de millones de personas han sido desplazadas de sus tierras natales, obligadas a cruzar fronteras peligrosas y a vivir en la ilegalidad debido a los dictámenes rapaces de la globalización capitalista.

Y si viven en los estériles suburbios y se preocupan del mundo, los han excluido, aislado, atomizado y les han dicho que sus voces no cuentan y que se olviden de sus sueños.

Además de todo eso, les han MENTIDO…

sobre armas de destrucción masiva que jamás existieron en Irak…

les han MENTIDO…

de que no pueden cambiar el mundo…

y les han MENTIDO…

de que la revolución, especialmente la revolución comunista para cambiar todo esto, ha sido ineludiblemente un desastre total…

Hoy, bajo el reino de George W. Bush, todo esto es más intenso.

Bajo el falso nombre de la “guerra contra el terror”, Estados Unidos ha desencadenado un monstruo de guerra por el imperio; ha mandado fuerzas armadas por todo el mundo para derrotar y humillar a cualquier grupo o nación que se opone a sus intereses imperiales. Buscan rehacer y dominar el mundo entero empezando por el Medio Oriente, una región estratégica por el petróleo, para asegurar su posición de única superpotencia. Afganistán… destruido. Irak… destruido. Irán… está en la lista, y podrían atacarlo con armas nucleares. Y han prometido que no terminará ahí.

En Estados Unidos ya han legislado buena parte de un estado policial fascista. El gobierno espía correos electrónicos, llamadas telefónicas, fichas de biblioteca, récords estudiantiles, etc. A los migrantes los detienen indefinidamente y los persiguen paramilitares racistas. George Bush ha declarado que tiene el derecho, y el Congreso lo ha autorizado, de declarar a quien quiera “combatiente enemigo” y mandarlo desaparecer, detener sin acusaciones, enviar a cualquier parte del mundo para que lo torturen sin posibilidades de juicio. Importantes voceros de la prensa y la política acusan a cualquiera que critique esto de “odiar a Estados Unidos” y de posible enemigo del estado.

Todo esto lo aplaude y glorifica un poderoso movimiento de fascistas cristianos que han llenado las cortes, el Congreso, la Casa Blanca y las fuerzas armadas, que a patadas y agresivamente quieren anular la separación de la iglesia y el estado. Aunque a veces no lo admiten abiertamente, la Biblia que quieren que se obedezca a la letra manda lapidar a las esposas que no sean vírgenes, quemar a “herejes” que desafían mitos religiosos como el creacionismo, matar a hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres, masacrar a la gente que adora otros dioses y sentenciar a muerte a los que han “manchado” la sociedad. Fundamentalistas cristianos como Pat Robertson quieren que el “modelo bíblico” sea el código de castigo penal para “delincuentes reincidentes”, o sea, quieren más represión y pena de muerte por lo que ahora se consideran delitos menores o que ni siquiera son delitos. Esa manera de ver las cosas podría llevar al genocidio, especialmente contra las masas negras (y los latinos), a quienes el sistema ha penalizado y almacenado en prisiones a una velocidad mayor que en Sudáfrica durante los años de apartheid.

Todo esto ha sido facilitado por el acuerdo y la capitulación del Partido Demócrata. Nada de esto va a parar si seguimos con la “política de siempre”. Ninguno de los candidatos presidenciales está desafiando los principales aspectos de esta agenda.

La misión de esta generación

Toda generación deja su sello en el mundo. Pero no toda generación vive en tiempos que hacen historia, en épocas de gran cambio. La generación que se sublevó para acabar con la esclavitud… la generación que claudicó ante los nazis como “buenos alemanes”… a unas generaciones se las recuerda con aplauso o con desprecio.

Hoy la generación de ustedes tiene una mayor responsabilidad que las dos mencionadas.

Ser joven en Estados Unidos hoy es como estar al borde de un precipicio. Por un lado está el desplome hacia la pesadilla bushista. Por el otro lado está el camino de tremenda lucha, osadía y sacrificio, pero también de nuevas vistas del potencial humano, nuevas cumbres de posibilidades revolucionarias.

La misión de esta generación debe ser parar las guerras por el imperio, cambiar la dirección fascista por la que va la sociedad y crear una alternativa viable a las alternativas de consumismo sobre las espaldas de millones de millones de personas en todo el mundo o un fundamentalismo religioso fanático y reaccionario. ¡Eso quiere decir sacar al gobierno de Bush y crear un mundo mucho mejor!

El éxito o fracaso de esta generación en esa misión afectará a cientos de millones de seres humanos en este país y el resto del mundo por muchísimo tiempo.

Esta generación necesita nuevas voces, que, gritando a voz en cuello, demanden cambios y que hagan cambios. Es necesario que se lance a la calle; que cierre físicamente las escuelas y pare la maquinaria de guerra con su propio cuerpo; que rete a los militares a obedecer la conciencia y no órdenes ilegales.

Esta generación también necesita participar en intensas conversaciones, debates y foros para ver que el mundo puede ser diferente y cómo; para forjar relaciones entre personas de diferentes puntos de vista pero que luchan por una meta común; para que pueda surgir algo verdaderamente substancial, vibrante y nuevo.

Tenemos que forjar y vivir una nueva moral: una moral que valore la verdad aunque no sea popular, que aprecie la igualdad entre naciones y entre hombres y mujeres, y la vida de los demás seres del mundo como la propia. Tenemos que descartar la apatía, el cinismo y bailar a nuevos ritmos, con una nueva música, y forjar una cultura de resistencia desafiante y llena de esperanza. Tenemos que soñar sueños radicales. Tenemos que dejar en claro que hasta que se ponga en reverso la pesadilla hacia la que nos lleva el gobierno de Bush y hasta que se haya creado un mundo completamente mejor, el espíritu de rebelión política se difundirá, la resistencia crecerá y se paralizará la rutina normal.

Cuando esta generación asuma esta lucha, con fuertes vientos de guerra, represión y teocracia, tendrá que esforzarse por mantenerse firme. Eso requiere indagar a fondo en esta sociedad para ver por qué el mundo es como es: estudiar las raíces de los problemas, las gigantescas fuerzas de acumulación capitalista y las torcidas ideologías que generan. Esta generación debe buscar las respuestas y las soluciones, aun en lugares donde se le ha aconsejado no buscar.

La revolución y el comunismo inspiraron a una generación por todo el mundo por la promesa de cambios fundamentales para llevar a la humanidad a un mundo en que los hombres no opriman a la mujer; en que no haya la prepotencia de los blancos contra la gente de color; en que un puñado de capitalistas no se enriquezca a expensas del trabajo y sudor de millones de millones de seres humanos; en que no haya divisiones entre los que han recibido capacitación para trabajar con el intelecto y los demás (a quienes se les ha excluido de la vida intelectual y obligado a trabajar como bestias de carga); y en que un solo país no trate de dominar el mundo entero con prepotencia y salvajismo.

En vez de esto, necesitamos una sociedad en la que millones y millones de personas se levanten para crear un estado cualitativamente diferente, un poder revolucionario que sirva para transformar la sociedad, arrancando de raíz la opresión, la ignorancia y la explotación. Un mundo en el que millones usen ese poder estatal para prevenir el reverso a la pesadilla del capitalismo e imperialismo, en vez de que el estado sea lo que es hoy: un instrumento para extender la explotación y reprimir la resistencia.

Hoy nos mienten sobre las lecciones muy positivas de la revolución comunista, las tergiversan y las esconden de quienes más necesitan saberlas. Pero por otra parte, hay que ir más allá de lo que se logró en las revoluciones pasadas.

Hoy tenemos a alguien que es un eslabón con lo mejor de los años 60, con lo más revolucionario de esos tiempos. Cuando esos movimientos entraron en reflujo y cuando muchos otros se dieron por vencidos, fueron aplastados o se vendieron, esta persona siguió adelante. Bob Avakian es un líder revolucionario singular que siguió profundizando y hoy apunta a una sociedad comunista que podría ser mucho más electrizante y mucho más vibrante, llena de debate, disentimiento y efervescencia intelectual, que al mismo tiempo se preocupe de las necesidades fundamentales del pueblo. También ha señalado cómo sería posible dirigir a millones en este país para que, conscientemente, hagan la clase de revolución que se necesita, cuando las condiciones maduren, como el primer paso hacia una sociedad socialista verdaderamente liberadora.

Más que nadie, Bob Avakian es un líder a quien tienen que conocer.

¿Qué harán USTEDES?

Cuando el mundo los bombardea con preguntas de qué van a ser cuando crezcan, es hora de contestar una pregunta diferente: ¿en qué clase de mundo quieren vivir y qué están dispuestos a hacer para forjarlo?

A todos los que rehúsan hacerse de la vista gorda cuando la tortura y la ocupación siguen día tras días, o esperar la próxima procesión de politiqueros que debatirán cuál es la mejor manera de subyugar pueblos enteros, de librar guerras en el planeta y de callar el disentimiento…

A todos los que les preocupa menos la ropa de moda y los últimos aparatos que el hecho de que jóvenes de su edad por todo el mundo tienen que trabajar de 12 a 14 horas al día para hacer esos productos para que los capitalistas se llenen los bolsillos…

A todos los que arden de impaciencia de deshacerse de este sistema que ha azotado e insultado incansablemente y siglo tras siglo a los afroamericanos, amerindios, chicanos, puertorriqueños y otros pueblos oprimidos…

A todos los que se preocupan más por los niños de Irak que por saber quién es el papá de la niña de Anna Nicole…

A todos ustedes que sienten que algo está profundamente mal, pero que todavía no han encontrado su voz…

El mundo de veras depende de lo que ustedes harán.

Lleven este periódico a sus amigos y hablen sobre él.

Cada semana consigan docenas de ejemplares de Revolución y llévenselo a gente que todavía no conocen. Verán que hay muchos, como ustedes, que anhelan un camino diferente.

Si ya están luchando contra el sistema, lleven este periódico a esa lucha. Si todavía no están luchando, entren a grupos como El Mundo no Puede Esperar—Fuera Bush y su Gobierno, y lleven este periódico a esos movimientos.

Otro mundo es posible, pero no sin antes sacar al gobierno de Bush y cambiar el curso por el que va la sociedad. Eso requerirá lucha. Requerirá trabajo. Requerirá estudio y mucho debate. Pero no hay nada más significativo ni más gozoso que tomar partido con los seres humanos del planeta, unirse con los soñadores y luchadores, y crear un mundo mucho mejor.

El mundo los espera. Está preguntando y pensando cuándo por fin asumirán la misión que les corresponde de parar esto y galvanizar la sociedad entera cuando lo hagan.


Nota

*Una investigación de 6,000 estudiantes en 32 universidades de Estados Unidos encontró que una de cuatro mujeres ha sido víctima de violación o intento de violación. (Warshaw 1994) http://www2.ucsc.edu/rape-prevention/statistics.html [regresa]

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