Revolución #88, 13 de mayo de 2007


1º de Mayo de 2007: Por todo el país

Marchas resueltas pro derechos migrantes

Recibimos los siguientes informes:

Chicago: De 150,000 a 200,000 personas marcharon por el centro hasta llegar al parque Grant para un mitin. Los organizadores dicen que la protesta fue grande porque había mucha indignación por la redada una semana antes por agentes federales en un mall en el corazón de la comunidad mexicana.

Área de la Bahía de San Francisco: Miles marcharon en San Francisco, San José y Oakland. CBS News informó que 150 estudiantes de la prepa San Lorenzo, 40 de Oakland Technical y 60 de la prepa Fremont se salieron de clase para ir a la marcha. Estuvieron presentes estudiantes de la Universidad de California en Berkeley, donde el gobierno estudiantil votó a favor de apoyar a los estudiantes y maestros que decidieron ir a la marcha.

Nueva York:Hubo una marcha por el barrio Washington Heights antes de llegar a la plaza Union, donde se reunieron entre tres y cinco mil personas. Cuando la policía intentó arrestar a un señor, centenares de personas rodearon a los policías, que los atacaban con porras. Pero los manifestantes no se rajaron y corearon: "¡No nos vamos hasta que lo ponen en libertad!".

Otras ciudades: En Milwaukee la marcha de miles de personas se extendió casi dos kilómetros. En Arizona, entre 15 y 20 mil protestaron en Phoenix y 2,500 en Tucson. Hubo protestas en ciudades y pueblos por todo el estado de Florida; los trabajadores del campo realizaron protestas en los Everglades y en Immokalee. Miles participaron en una protesta en el suroeste de Detroit. En la prepa Pájaro Valley de San Diego, unos 500 estudiantes se salieron de clases para demandar justicia para los migrantes y alto a las redadas.

Este 1º de Mayo, cientos de miles de migrantes y aliados se dieron cita en marchas y manifestaciones por todo el país, en ciudades grandes y pequeñas. Las principales demandas fueron: legalización para todos los migrantes, alto a las redadas, alto a las deportaciones y alto a la militarización de la frontera. Las marchas fueron muy importantes, a pesar de que fueron más pequeñas que el año pasado, cuando respondieron al draconiano proyecto de ley Sensenbrenner, que quería criminalizar a todos los migrantes y a quienes los ayudaran. Se dieron a pesar de una serie de redadas, rastrillajes de comunidades y deportaciones por todo el país, cuyo propósito es castigar por las megamarchas de la primavera pasada y prevenir la oposición política a los ataques. Los manifestantes estaban muy resueltos, como en Los Ángeles, donde no se rajaron ante un ataque policial. Por otra parte, muchos han preguntado: ¿por qué las protestas de este año fueron más pequeñas? ¿Sirven de algo? ¿Está agonizando el movimiento?

Antes del 1º de Mayo, la prensa empezó a pronosticar que las marchas serían menos numerosas a fin de desmoralizar. Citaban a personas que decían que no faltarían al trabajo este año. Pero estaban en juego muchos factores. Las redadas y detenciones del último año han tenido efecto y el temor es un factor. Por ejemplo, en Virginia este año los organizadores de una celebración del 5 de Mayo la cancelaron porque los llamó la Migra. Temían que hubiera una redada.

Dos grandes factores interrelacionados del año pasado no jugaron el mismo papel este año. Uno, el proyecto de ley Sensenbrenner, sumamente represivo y descarado, llevó a muchos a lanzarse a la calle y movilizó a millones de migrantes superexplotados que tienen que ganarse la vida como sea. Tenían toda la razón en pensar que les estaban quitando el derecho de existir. Muchos sentían indignación y combatividad y que había que pararlo, que se encontraban entre la espada y la pared. Fue una mecha que se prendió y condujo a la formación, rápidamente, de un movimiento popular de migrantes que surgió de repente y tomó por sorpresa total a la burguesía.

Dos, y relacionado al primero, importantes sectores de la clase dominante y sus representantes políticos pensaban que si se aprobaba el proyecto de ley Sensenbrenner podría estallar una tormenta social. Saben que la economía estadounidense depende completamente de la mano de obra superexplotada y que, en este momento, económica y políticamente, no pueden detener y deportar a millones de personas sin papeles. Así que optaron por proponer leyes con muchas de las mismas medidas represivas del proyecto de ley Sensenbrenner pero que también ofrecen el “ilusorio camino a la ciudadanía”, para que millones se reporten a fin de controlarlos con más facilidad. Además, cuando el movimiento empezó a cobrar fuerza, muchos politiqueros demócratas corrieron a ponerse a la cabeza para encauzarlo a los canales oficiales a fin de desmovilizar a las masas. Eso llevó a que la prensa grande promoviera las megamarchas, y muchos demócratas las endosaron y hablaron en ellas. Se abrió una tribuna para expresarse, porque sectores de la clase dominante se oponían al proyecto de ley Sensenbrenner y porque buena parte de la prensa en español reflejaba los sentimientos de su público y en muchos casos se solidarizaba con él. Esto llevó a muchos a abandonar el miedo de salir a la calle. Ese no fue el caso este año.

Esta vez, con el Congreso controlado por los demócratas, hay un consenso general entre Bush y los demócratas a favor de una “reforma migratoria” con un “programa de trabajadores huéspedes”, más militarización de la frontera, más centros de detención, la legalización de unos y la ilusoria posibilidad de legalizar a otros, y mayores medidas represivas de control. A pesar de que se está gestando ese consenso, hay importantes desacuerdos y no está del todo claro si algún representante de la clase dominante va a apadrinar una ley migratoria. Así que, con excepción de Chicago, este año, los políticos de la clase dominante no sintieron la necesidad de apoyar las marchas.

Además, con la derrota del proyecto de ley Sensenbrenner, las masas esperaban que algo bueno saliera del Congreso tras las megamarchas, pero no ha sido así y eso ha creado confusión. Al decir eso, no debemos olvidar que las históricas marchas de la primavera pasada jugaron un papel central en la derrota de dicho proyecto de ley. Igualmente, mostraron que en la sociedad hay una nueva fuerza importante que no se va a desvanecer y que demanda justicia. Prendieron mucho debate político y social. Ese es otro de los grandes aportes de las marchas. Lanzarse a la calle puede tener un enorme efecto. El movimiento se unificó contra el proyecto de ley Sensenbrenner, pero ahora se han producido diferencias con respecto al “programa de trabajadores huéspedes” y la legalización de unos pero no otros con una cantidad de restricciones. Por eso también las marchas de este año fueron más pequeñas que las del año pasado.

Sin embargo, las manifestaciones de este año expresaron el anhelo de ser tratados como seres humanos. Demostraron que a pesar de los sucesos del año transcurrido, ha surgido un fuerte núcleo que no se ha dado por vencido y se lanzó a la calle a pesar de redadas, detenciones y deportaciones. Las justas demandas del pueblo no se han satisfecho. El movimiento tiene que crecer, incorporar a muchos más fuera de las comunidades migrantes y apoyarse en los esfuerzos del pueblo para derrotar todos los ataques contra los migrantes. Los revolucionarios tienen que trabajar con este movimiento, fortalecer la resistencia y destacar siempre los intereses fundamentales de las masas populares y por qué solo se pueden satisfacer a través de la revolución.
 

 

Envíenos sus comentarios.

Si le gusta este artículo, suscríbase, done y contribuya regularmente al periódico Revolución.

Basics
Revolución: por qué es necesaria, por qué es posible, qué es
From Ike to Mao and Beyond