Revolución #88, 13 de mayo de 2007


Del Partido Comunista Revolucionario, EU, Con motivo de las marchas del 1º de Mayo por los derechos de los migrantes:

Somos seres humanos, exigimos un mundo mejor, no aceptaremos ninguna forma de esclavitud

El Partido Comunista Revolucionario, EU, publicó una declaración con motivo de las manifestaciones del 1º de Mayo en defensa de los derechos de los migrantes: Somos seres humanos, exigimos un mundo mejor, no aceptaremos ninguna forma de esclavitud (en línea en revcom.us). Repartió docenas de miles de copias en las marchas por todo el país. A continuación publicamos un pasaje de la declaración:

El imperialismo expulsa a la gente de la tierra, la persigue y hasta la mata en la frontera; luego, dentro de sus fronteras, la superexplota y demoniza. Millones de migrantes tienen que abandonar su tierra natal para ir a Estados Unidos, donde los explotan horriblemente en restaurantes, talleres, jardinería y construcción. Son prácticamente esclavos y la economía del país depende tanto de la superexplotación de estos migrantes que no podría funcionar sin esa mano de obra. Toda la manipulación de los temores de los millones nacidos aquí; todas las divisiones que fomentan e imponen entre las nacionalidades, incluso las nacionalidades oprimidas… todo esto es producto del capitalismo.

Esto está sucediendo por todo el mundo. Más de 200 millones de personas han tenido que abandonar el campo para buscar trabajo en países como Estados Unidos, Europa y Japón. Junto con los aproximadamente 12 a 20 millones de trabajadores indocumentados en Estados Unidos, ellos han sido expulsados por el desalmado funcionamiento del capitalismo y el imperialismo. Los capitalistas dicen que no son rapaces ni mala gente, sino que no les queda otra; y, en un sentido perverso, tienen razón. A cada uno le impulsa el temor de que otro capitalista lo hunda haciendo trabajar por salarios más bajos y sacando mayores ganancias.

Desde el punto de vista de los de abajo, no hay un problema de migración sino un problema de capitalismo…

El pueblo tiene el potencial de forjar la unidad de todas las nacionalidades para acabar con la horrible explotación y opresión de los migrantes y, lo que es más, unirnos como parte de una lucha revolucionaria para crear un mundo mejor. Sí, el enemigo es muy poderoso. Y una lección que tenemos que aprender de lo que pasó el año pasado es que los políticos de este sistema no van a ofrecer una buena resolución en los intereses del pueblo. Pero el año pasado también vimos el poder del pueblo… y aprendimos una que otra cosa. Todos podemos aprender del espíritu de esas protestas, del desafío y la resistencia, e incorporarse y hacer sentir su fuerza en una lucha unida contra el sistema que es la fuente de la miseria y sufrimiento que todos vivimos.

La clase dominante imperialista estadounidense recorre el mundo saqueando y destrozando, invade y ocupa países enteros en aras de su imperio, y tortura y mete en cárceles secretas indefinidamente y sin acusaciones. En el país apuntala un movimiento que busca imponer un gobierno cristiano fascista fanático, elimina el derecho de la mujer al aborto y redobla la opresión y discriminación de las minorías, y más. No hay absolutamente ninguna posibilidad de un mundo mejor para los migrantes ni nadie más bajo este sistema. Piénsenlo bien: no lo van a permitir. Los ataques contra los migrantes son parte de todo un programa y hay que luchar para ponerle fin.

Pero lo que es más importante, la situación no tiene que ser así. Se puede cambiar el mundo por medio de la revolución… una revolución socialista.

El proletariado, la clase que solo tiene su capacidad de trabajar y no tiene nada que perder más que sus cadenas, tiene que dirigir tal revolución y tiene que unir a muchos millones más que no son proletarios pero que anhelan un mundo mejor y más justo. Esa revolución tiene que ser obra consciente de millones de personas. Tiene que crear un poder estatal totalmente nuevo que se base en los logros de las revoluciones proletarias del pasado, y que vaya más allá para desencadenar una sociedad socialista vibrante y efervescente. Este poder estatal tiene y debe estar al servicio de nuevas relaciones sociales y económicas cuya meta es acabar con la explotación y todas las instituciones e ideas opresivas que existen hoy, entre el pueblo y entre países. Tiene que tratar con firmeza a los que buscan destruirlo, tanto los de afuera como los explotadores viejos y nuevos de la misma sociedad… pero tiene que "ir al borde de ser descuartizado" para garantizar el mayor florecimiento posible del pensamiento crítico y de la democracia popular. Un mundo totalmente diferente… y mucho, mucho mejor… es posible. Y lo que es más, tenemos un líder, Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, EU, que ha forjado un plan y una visión revolucionarias para llegar a ese mundo mejor, que aprende de los logros del pasado y hace un balance crítico de sus debilidades, y a base de eso propone un nuevo "modelo" de la sociedad socialista y la transición a un mundo verdaderamente comunista.

 

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