Revolución #91, 10 de junio de 2007


La defensa de un crimen de guerra: En palabras de un criminal de guerra

En marzo, el programa "60 Minutes" de la cadena CBS entrevistó al marine que dirigió la masacre de Haditha, el sargento Frank Wuterich. Lo que dijo en defensa de sus acciones es escalofriante y dice mucho sobre la naturaleza de las fuerzas armadas yanquis.

Un soldado iraquí que trabaja con las fuerzas de ocupación y otros testigos dijeron que inmediatamente después de que una bomba mató a un marine en la calle, los soldados yanquis mandaron bajarse a cinco hombres de un taxi y los ejecutaron en el acto. Wuterich dijo que cuando vio el carro a 100 metros del sitio de la explosión, dio por sentado que los cinco iraquíes "de edad militar" eran insurgentes, o sea, una amenaza potencial y blanco legítimo. "Los iraquíes saben qué hay que hacer", dijo. "Bajarse con las manos en alto y cooperar completamente". Los hombres echaron a correr, continuó, "así que les disparé". Por la espalda. Wuterich admite que los hombres no tenían armas y no lo amenazaban. Nada más corrieron.

Wuterich dijo que oyó dos o tres "disparos esporádicos" desde otra dirección y pidió refuerzos. Recibió permiso para acercarse a una casa. ¿Oyó disparos de la casa? "De esa casa específicamente, no". ¿Vio disparos de la casa? "No vi fogonazos de la casa". Simplemente dio por sentado que había insurgentes adentro y dirigió a un grupo de marines a atacarla. Varios testigos dijeron que entraron a la fuerza, gritaron, tiraron granadas y dispararon a quemarropa. Emaan Waleed, una niña de 9 años, es uno de los pocos sobrevivientes. Ella explicó a los corresponsales: "Oí explosiones cerca de la puerta. Los estadounidenses entraron al cuarto donde mi padre rezaba y lo balearon. Luego fueron a mi abuela y la mataron también. Oí una explosión. Tiraron una granada debajo de la cama de mi abuelo". A Emaan la hirió la metralla; su hermano de 9 años recibió un balazo en el hombro.

Wuterich dijo que no mató a civiles a propósito y que los soldados "vaciaron los cuartos como lo debían hacer". Cuando el entrevistador de "60 Minutes" dijo que le preocupaba que Wuterich y los demás soldados no sabían a quiénes atacaban, este le contestó: "Bueno, eso es lo que hacemos. Nos entrenan a hacerlo así". A pesar de que sabían que murieron mujeres y niños, atacaron otras casas. Dijo: "Mi responsabilidad como comandante del escuadrón es que no muera ningún otro miembro, así que continuamos el ataque".

Wuterich negó que lo que pasó en Haditha fue una masacre. Dijo que una masacre es "un grupo grande de personas ejecutadas sin razón" y que "eso de ninguna manera es lo que pasó aquí". Sigamos esa lógica. Para proteger a su escuadrón, las familias iraquíes de casas "sospechosas" eran blancos legítimos. No es una masacre, sino el entrenamiento militar.

En 1968 unos soldados yanquis cometieron una masacre en la aldea de My Lai en Vietnam. Mataron a más de 500 aldeanos, la mayoría mujeres, niños y ancianos. Violaron a muchas mujeres. Tiraron los cadáveres en zanjas. Taparon el crimen hasta que la creciente indignación obligó al gobierno a acusar a varias personas. La masacre de My Lai le hizo ver a muchos los crímenes estadounidenses en Vietnam y los impulsó a la acción política. A fin de cuentas, solo condenaron a una persona, el teniente William Calley. El tipo nunca pidió disculpas; dijo: "Cumplí las órdenes que me dieron y no creo que hice nada indebido". Cuarenta años después, buscan justificar la masacre de Haditha con ese mismo punto de vista reaccionario.

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