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Revolución #92, 17 de junio de 2007

La lucha de los chicanos y la revolución proletaria en Estados Unidos

Quinta parte: La lucha de los trabajadores del campo, los años 60 y la Moratoria Chicana

Estamos publicando una serie de pasajes de "La lucha de los chicanos y la revolución proletaria en Estados Unidos". Este informe, de un grupo de estudio del Partido Comunista Revolucionario, EU, salió en junio del 2001. La investigación fue parte del proceso de elaborar el borrador del nuevo programa del PCR. (El Borrador del Programa y el informe completo están en línea en: http://revcom.us/s/programme_s.htm).

Publicamos otras partes de esta serie en los números 87 y 89-91. Esta parte es de "La historia y la situación actual de los chicanos".

La lucha de los trabajadores del campo

En septiembre de 1965, los trabajadores chicanos y mexicanos se unieron a la huelga de los filipinos que trabajaban la uva en Delano, California. Eso desató un nuevo período de lucha en el campo de California y del Suroeste. Bajo el liderazgo de la organización que más tarde llegó a ser el Sindicato de los Trabajadores del Campo (UFW), lanzaron un gran desafío a los ricachones de la agricultura y, a pesar de la tenaz oposición de los patrones y el resto de su clase, lograron importantes avances e inspiraron a trabajadores de todas las nacionalidades y al naciente movimiento chicano. Miles de trabajadores agrícolas participaron en el movimiento; movilizaron a muchos otros trabajadores y gente de diversas capas sociales a solidarizarse con actividades de apoyo, como el boicot de frutas y verduras cosechadas por rompehuelgas (“esquiroles”).

De Nueva York a Bélgica, los trabajadores se negaron a transportar las uvas boicoteadas y obligaron a charros sindicales y a políticos liberales a apoyar la lucha. Estudiantes y trabajadores de las ciudades acudieron a grandes movilizaciones en el valle central de California para solidarizarse con los trabajadores agrícolas, y regresaron más resueltos a acelerar la lucha contra la opresión. Dado el impacto y el apoyo que tuvo el movimiento, no es de sorprenderse que la burguesía hiciera todo lo posible por aplastarlo, y por confinarlo al sindicalismo y el reformismo. Eso tuvo su efecto; los líderes del movimiento fomentaban el pacifismo y procuraban tapar e impedir la combatividad que inspiraba al mundo entero. Adoptaron el argumento de la burguesía de que los “ilegales” quitan trabajos a los nacidos aquí y deben ser deportados, aunque muchos de los luchadores más combativos eran indocumentados.

El movimiento de los trabajadores agrícolas inspiró a otros sectores de chicanos porque luchaba contra la explotación, ponía de relieve la opresión nacional y planteaba las reivindicaciones de las comunidades chicanas: mejor vivienda, mejores escuelas y servicios médicos, y un fin a toda forma de discriminación.

Los años 60

Con las luchas de liberación nacional que ardían en Asia, África y Latinoamérica y, sobre todo, la Gran Revolución Cultural Proletaria en China, la revolución estremecía al mundo y estaba en la boca de todos. (A finales de la década, se anunció que las ventas mundiales del Libro Rojo de Citas del Presidente Mao ¡superaron las de la Biblia!) Vietnam, un pequeño país del tercer mundo, estaba derrotando al “todopoderoso” Estados Unidos en el campo de batalla. Los soldados yanquis desobedecían órdenes de combate, desertaban y mataban a sus oficiales. En esa situación estallaron grandes protestas y rebeliones por todo el país. Millones de jóvenes de diversas capas sociales y nacionalidades libraban luchas campales con la policía en protestas contra la guerra de Vietnam. Y tras el asesinato del Dr. Martin Luther King, más de cien ciudades estallaron.

Con la fuerza de un volcán, una nueva generación de activistas chicanos —inspirados por los trabajadores del campo, el pujante movimiento de liberación negra y la creciente oposición a la guerra de Vietnam— se lanzó a las calles. La lucha de los chicanos contra la opresión nacional alcanzó nuevas alturas. En Nuevo México, lucharon por conservar las concesiones de tierras comunitarias; en Colorado nació un importante movimiento juvenil. Los “blowouts” (paros estudiantiles) sacudieron al Este de Los Ángeles y miles de estudiantes chicanos se lanzaron a las calles a reclamar una educación digna. En prepas y universidades del Suroeste y otras regiones se organizaron y exigieron cursos de estudios chicanos y el ingreso a la universidad. Todas las zonas de grandes concentraciones de chicanos se volvieron fuertes centros de resistencia.

En ese momento, la revolución se planteaba como la solución a los problemas de la sociedad. Al igual que otros, los chicanos exigían un fin a la opresión en que vivían y preguntaban qué se requería para hacer un cambio real. Se sentía urgentemente la necesidad de trazar un nuevo camino y se organizaron diversos grupos políticos. Esa creciente conciencia política y búsqueda de una solución a la opresión llevó a unos 3,000 activistas chicanos a reunirse en Denver, Colorado, en 1969. En esa Primera Conferencia Nacional de la Juventud se escribió el “Plan Espiritual de Aztlán”. Poco después, en Santa Bárbara, California, se formó el Movimiento Estudiantil Chicano de Aztlán (MEChA) como organización estudiantil unificada. Se dio un auge en la lucha contra la guerra de Vietnam, la supresión de culturas e idiomas, la discriminación en las escuelas y en la sociedad, y contra la brutalidad policial en los barrios. La conciencia política se elevó y se debatió cómo liberar a los chicanos y a todos los oprimidos. La lucha se extendió a todas las esferas; florecieron poesías, canciones, obras de teatro y pinturas que destacaban la vida y lucha de los chicanos. Algunas fuerzas adoptaron el marxismo y plantearon que la solución era derrocar al imperialismo yanqui.

La Moratoria Chicana

El 29 de agosto de 1970, más de 25,000 chicanos de todo el país se dieron cita en Los Ángeles para protestar contra la guerra de Vietnam y la opresión nacional. Fue la primera gran protesta de chicanos en la historia del país. Desde la mañana, chicanos de Kansas City, Minnesota, Chicago y el Suroeste, al igual que familias mexicanas y chicanas de Los Ángeles, llegaban al parque Laguna (bautizado después parque Rubén Salazar) a expresar su coraje por la muerte de miles de chicanos en Vietnam y decir "¡Alto a la guerra!". Tenían miles de letreros y mantas que decían “¡Raza sí! ¡Guerra no!” (y los revolucionarios, “¡Raza sí! ¡Guerra aquí!”) y otras consignas. Al marchar por el bulevar Whittier del Este de Los Ángeles, recibieron aplausos y apoyo de la comunidad.

Con el pretexto de un pequeño incidente a una cuadra del mitin, la policía se lanzó al ataque con cachiporras y gas lacrimógeno. Los manifestantes se defendieron con lo que estaba a su alcance y la batalla se extendió por la comunidad, con la participación de chavos y mayores por igual.

Un militante del PCR que participó en la Moratoria señaló: “La policía no atacó a causa de un puñado de manifestantes buscapleitos, sino porque Estados Unidos estaba sitiado aquí y por todo el mundo. Apenas tres meses antes, la Guardia Nacional mató a unos universitarios de Jackson State (con un estudiantado 100% negro) y Kent State. En tal situación, [Estados Unidos] no podía permitir que los chicanos se alzaran y tomaran el destino en sus propias manos”.

La batalla duró varias horas. Gente que en otras ocasiones no se hubiera metido, sentía la necesidad de apoyar a los manifestantes al ver que el ataque era totalmente sin justificación. Muchos les dieron refugio en su casa y negaron la entrada a la policía.1

Los sheriffs mataron a tres personas ese día, entre ellas al conocido periodista Rubén Salazar, a quien le dispararon en la cabeza una lata de gas lacrimógeno. Pero no cabe duda de que la clase dominante y la policía sintieron la furia y la fuerza de los chicanos ese día.

Por varias razones, las grandes luchas de los años 60 entraron en un período de reflujo a principios de la década del 70.2

En los años siguientes, los chicanos libraron algunas luchas importantes, como la huelga de 1972 contra las fábricas de pantalones Farah en Texas y Nuevo México (donde la mayoría de los trabajadores eran chicanas); recibió apoyo por todo el país y en 1974 ganó la mayoría de sus demandas. También libraron luchas contra la brutalidad policial, como la rebelión de Moody Park, del barrio North Side de Houston; en 1978, miles de chicanos se trabaron en dos noches de batallas campales con la policía, que se puso a joder en la celebración del Cinco de Mayo. El levantamiento se prendió tras la lucha de un año que reclamaba justicia para José Campos Torres, a quien la policía golpeó con saña y echó al río, donde murió ahogado… a los policías ¡los castigaron con un año de libertad condicional y una multa de un dólar!3


Footnotes

1. El camarada también cuenta: “Un policía estaba defendiendo una estación de bomberos… De repente cayó en cuenta de que estaba solo y en eso una muchedumbre lo rodeó. Se metió a la patrulla y cerró la ventana. ¡Ni modo, güey! Volcaron la patrulla, rompieron las ventanas, lo sacaron y le dieron una buena paliza…

“Y esto se me quedó grabado en la memoria: una joven chicana salió de la multitud y le dijo: ‘¡Cabrón, me has chingado a mí y a mi gente toda la pinche vida!’ Y le dio duro… “La ira popular se hará sentir… No debemos frenar el odio y la ira de los oprimidos ni decirles que solo se aceptarán ciertas formas de lucha. Si adoptáramos tal actitud, sería como decir que está bien que los imperialistas nos exploten y jodan, que no tenemos el derecho de hacer nada… Esa ira es bella porque puede cambiar el mundo.

“Como ese ejemplo, hubo otros… El dueño de una tienda nos trajo unas cajas de botellas y dijo que cuando se acabaran, nos daba más. El señor no era ultrarradical… pero conocía muy bien la vida del pueblo. Veía tantas cosas por la ventana de su tiendita. Así que cuando tuvo la oportunidad de aliarse con gente que quería acabar con todo eso, respondió luego luego”. [Regresa]

2. Estados Unidos sufrió una derrota en Vietnam y tuvo que retirar sus fuerzas armadas; el sistema se vio obligado a dar unas concesiones, lo cual apaciguó a la gente que luchaba por ciertas reformas; y con el cambio en las contradicciones mundiales, empezó a cobrar más importancia la contienda entre Estados Unidos y la Unión Soviética. (La Unión Soviética se volvió una potencia imperialista tras la restauración del capitalismo a mediados de los años 50). [Regresa]

3. Travis Morales, partidario del PCR, y dos compañeros revolucionarios se solidarizaron con la rebelión y dijeron en una rueda de prensa que era un día glorioso en la historia de los chicanos. Los arrestaron y los acusaron de motín, un delito grave. Se libró una batalla para defender la rebelión de Moody Park y a los “Tres de Moody Park”, y el gobierno no logró echarlos al bote. [Regresa]  [Regresa]

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