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Revolución #103, 7 de octubre de 2007


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Estados Unidos redobla amenazas contra Irán

Se siente que Estados Unidos ha redoblado las amenazas contra Irán. La semana pasada la tensión aumentó cuando el presidente de Irán fue a Nueva York para hablar ante la ONU y la Universidad Columbia fue el centro de una orgía de chovinismo. El New York Post publicó una foto de Ahmadinejad y una leyenda que chillaba: “NO SE PERMITEN PERROS”. Bush también habló ante la ONU, Estados Unidos ha tramado ataques diplomáticos y económicos, y hay informes de que el debate en el gobierno de Bush “ha girado” a favor de la guerra. Desde nuestra última alerta (“Alerta: Gobierno de Bush acelera preparativos de guerra contra Irán”, #101), la trayectoria hacia la confrontación, y posiblemente la guerra, ha acelerado.

A los seis años de la sangrienta conquista y ocupación de Afganistán e Irak, Estados Unidos se encuentra empantanado y ante enormes dificultades. Tras el 11 de septiembre del 2001, lanzó su guerra contra el mundo con el objetivo de aplastar al fundamentalismo islámico anti Estados Unidos y rehacer el Medio Oriente y Asia central, como parte de su plan de crear un imperio indiscutible e indisputable. Pero, en muchos sentidos, el tiro le ha salido por la culata. Por toda la región ha aumentado el odio contra Estados Unidos; los movimientos islámicos han crecido y cobrado fuerza; Estados Unidos no ha podido someter a Irak y le esperan años y quizás décadas de guerra; y sus fuerzas armadas están en una situación difícil.

La clase dominante de Estados Unidos ha apostado su poderío mundial a esta guerra, que llama la “guerra contra el terror”, para extender el imperio. Por eso ahora tiene a Irán —un blanco principal desde el principio— en las miras. El problema que los imperialistas tienen con la República Islámica de Irán no es que es una teocracia reaccionaria que ha encarcelado y ejecutado a miles de progresistas y revolucionarios e impuesto relaciones sociales muy opresivas. Nada de eso; de hecho, Estados Unidos ha apoyado —o causado— represión sangrienta y relaciones opresivas en toda la región, incluso en Irán durante el reino del tiránico sha de Irán. No, eso no es el problema, sino que Irán es cada vez más un obstáculo a su agenda rapaz de hegemonía sin límites y transformación regional. El gobierno fundamentalista de Irán ha cobrado influencia como resultado de la caída del gobierno de Saddam Hussein en su flanco oeste y el de los talibanes en su flanco este. En Irak, los partidos chiítas que tienen lazos estrechos con Teherán son las facciones dominantes del nuevo gobierno, y la influencia iraní ha crecido enormemente. Tiene un programa de energía nuclear con el potencial de desarrollar armas nucleares en el futuro. Es una fuente de apoyo ideológico y material para los grupos y tendencias islámicos por toda la región.

En sus recientes discursos sobre la guerra de Irak, el general Petraeus, el embajador Crocker y el presidente Bush hablaron de Irán. Bush dijo que la victoria en Irak es el elemento clave para refrenar “las ambiciones destructivas de Irán” y para no permitir que “domine la región”. Crocker dijo que “Irán desempeña un papel dañino en Irak”. Petraeus condenó las “acciones malignas” de Irán.

Unos funcionarios del gobierno de Bush estaban furiosos cuando la Agencia Internacional de Energía Atómica de la ONU informó hace poco que Irán se había portado “curiosamente cooperativo”, y su director, Mohamed ElBaradei, dijo: “Esta es la primera vez que Irán está dispuesto a hablar sobre todos los asuntos pendientes. Es un paso significativo”. Los funcionarios estadounidenses descartaron el acuerdo entre Irán y la AIEA y condenaron a ElBaradei por “intervenir de manera irresponsable”. Eso demuestra que los imperialistas estadounidenses no solo han querido impedir que Irán obtenga armas nucleares sino que lo que quieren es “un cambio de gobierno”, no importa si los ayatolas de Irán quieran entrar en un acuerdo o no.

En vez de rebajar la tensión, Estados Unidos quiere seguir apretando las clavijas. Hasta la fecha, el Consejo de Seguridad de la ONU ha aprobado dos medidas punitivas contra Irán, y Estados Unidos y Europa están librando lo que unos llaman una “guerra económica” contra Irán para causar daños a su economía, dominada por el imperialismo. Sin embargo, Estados Unidos quiere más sanciones contra Irán, “con dientes” como lo dice Condoleezza Rice. Estados Unidos está buscando apoyo para eso de otras potencias, pero hasta la fecha China y Rusia se oponen.

El 20 de septiembre, Estados Unidos arrestó a otro funcionario del gobierno iraní en Irak, con el cuento de que es parte de una fuerza militar élite. El presidente iraquí, Jalal Talabani, condenó su detención y demandó que lo pongan en libertad inmediatamente porque es miembro de una delegación comercial. Persisten las acusaciones, hechas en “ruedas de prensa” militares, de que Irán está armando y dirigiendo a milicias anti Estados Unidos.

¿”Una escalada cuidadosamente calibrada”?

Se informa que en la administración de Bush ha estallado un debate candente entre la secretaria de Estado Rice y el vicepresidente Cheney sobre si se debe continuar con presiones económicas y diplomáticas (por el momento) o si se debe recurrir ya a la fuerza militar. Rice y el secretario de Defensa Gates dicen que todavía se puede tratar con Irán “por medios diplomáticos y económicos”. Pero en varios informes recientes se dice que los que quieren la guerra están ganando el debate. Altos funcionarios piensan que “Bush y su círculo interno están dando pasos para poner a Estados Unidos en pie de guerra contra Irán”, informó el Sunday Telegraph del 16 de septiembre. Agregó: “Los funcionarios del Pentágono y la CIA dicen que la Casa Blanca ha empezado a calibrar de manera cuidadosa una escalada que podría resultar en un enfrentamiento militar con Irán”. El Telegraph también dijo: “Rice está dispuesta a resolver las diferencias con el vicepresidente Dick Cheney y aprobar medidas militares contra Irán”. El 16 de septiembre, el New York Times dijo que en unos discursos recientes, Bush “señaló que el debate, por ahora, ha girado a favor del Sr. Cheney”.

Todo esto sucede tras la declaración del presidente francés Sarkozy (inmediatamente después de su “charla íntima” con Bush en agosto) de que la guerra con Irán es una verdadera posibilidad; y la declaración peligrosa del ministro de relaciones exteriores francés a mediados de septiembre de que Francia debería “prepararse para lo peor” y que “lo peor, señor, es la guerra”.

Además, dos grupos de guerra de la marina estadounidense están cerca de Irán, uno encabezado por el portaaviones Enterprise y el grupo de ataque Kearsarge, que tiene 10 buques de guerra, dos submarinos y aviones de caza. Se informa también que Estados Unidos tiene planes para construir una base militar en la frontera de Irak e Irán. Y el almirante Fallon, el comandante estadounidense en el Medio Oriente, está en gira por la región “presionando a los aliados árabes a formar un frente más unido contra Irán”. (AP, 18 de septiembre)

Aunque públicamente los líderes de Irán descartan la posibilidad de que Estados Unidos los ataque, están ha­cien­do sus propias amenazas. Irán ha estado bombardeando unas bases en Irak de los curdos que se oponen a Irán y amenaza con mandar tropas a Irak si no cesan sus ataques. El nuevo líder de los Guardias Revolucionarios advirtió públicamente que Irán ha identificado los “puntos débiles” de Estados Unidos en Irak y Af­ga­nistán, y que “lanzaremos una res­pues­ta­ devastadora si nos ataca”. Fun­cio­narios iraníes han dicho que lanzarían ataques con misiles contra blancos estadounidenses y del Occidente por toda la región, inclusive contra Israel, si lo atacan.

El peligro de la guerra y la resistencia que urge

Las amenazas beligerantes, la “guerra económica”, la demanda de mayores sanciones y el apoyo a operaciones clandestinas y a grupos que se oponen al gobierno iraní (como sacó a luz el año pasado Seymour Hersh) podrían tener el propósito de obligarle a la República Islámica capitular ante Estados Unidos o iniciar un colapso interno sin hacer estallar la guerra. Es posible también que el gobierno de Bush esté esperando el resultado de estas maniobras antes de decidir si lanzar la guerra. Pero también es posible que la clase dominante haya empezado a “calibrar de manera cuidadosa una escalada” hacia la guerra, como dice el Telegraph.

Sea cual sea el caso, Irán está cada vez más en las miras de Estados Unidos y la trayectoria es hacia un conflicto. En vista de estas extremas y crecientes tensiones, la guerra podría estallar por accidente o por una medida de cualquiera de las partes, por ejemplo de un conflicto en la frontera, un incidente en alta mar en el golfo Pérsico o cualquier otro incidente. La guerra también podría estallar como consecuencia de lo que Steve Clemons (Salon.com, 19 de septiembre) llama una “provocación manipulada” por los allegados a Cheney (quizás Israel), que lleva a pasar por alto el resto del aparato de toma de decisiones. Un ensayo de eso pudo haberse dado ya el 6 de septiembre durante un incidente, todavía envuelto en el misterio, en el que unos aviones israelíes atacaron a Siria. El ex embajador de Bush a la ONU, John Bolton, dijo que ese ataque fue un “mensaje clarísimo a Irán de que sus esfuerzos para adquirir armas nucleares tendrán consecuencias”.

¿Qué están haciendo los demócratas mientras Bush echa gasolina al fuego en el Medio Oriente? Uno que otro demócrata de peso ha dicho que se opone a un ataque a Irán, pero cuando los demócratas del Congreso han tenido que hacer algo, lo que han hecho es preparar el terreno para la guerra: primero, al revocar a principios del año el requisito que Bush consulte con el Congreso antes de atacar a Irán; y segundo, al votar abrumadoramente en el verano a favor de una resolución que culpa a Irán por la muerte de soldados estadounidenses en Irak. Todos los demócratas de peso están de acuerdo, como lo dijo Barack Obama hace poco, que “Irak presenta un enorme reto”. Obama, Hillary Clinton y John Edwards han dicho que “todas las opciones” contra Irán están sobre el tapete. Como partido de la clase dominante, el Partido Demócrata comparte con Bush y los republicanos la meta imperialista de derrotar al fundamentalismo islámico, apoyar plenamente a Israel y mantener el yugo yanqui en la región, a pesar de las diferencias que tengan sobre cómo hacer eso y cómo responder a las contradicciones de su imperio.

Cualquier ataque contra Irán que lance Estados Unidos, sin importar el pretexto, tendría el fin de promover los fines imperialistas de Estados Unidos y no liberar a nadie, salvar vidas ni disminuir el peligro de una guerra nuclear. Sería injusto y criminal, y podría causar mucho sufrimiento y muerte en Irán y desatar un baño de sangre por toda la región. La agresión y amenazas de guerra estadounidenses ya han desatado una dinámica muy peligrosa por toda la región en la cual los polos reaccionarios del imperialismo, por un lado, y el fundamentalismo islámico, por el otro, se refuerzan mutuamente, al mismo tiempo que chocan.

Todo eso recalca la urgencia de denunciar y oponerse a las amenazas y los preparativos bélicos de Estados Unidos hoy mismo. La organización El Mundo no Puede Esperar—Fuera Bush y su Gobierno ha exhortado a sumarse a la campaña “¡Pronúnciate ya, vístete de naranja!”. Habrá protestas contra la guerra el 27 de octubre. (Hay detalles en www.worldcantwait.org) Lee y distribuye Revolución para que mucha, pero mucha más gente sepa la verdad y se inspire a oponerle resistencia política a los crímenes que está cometiendo el imperialismo estadounidense y a los que está preparando.

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