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Revolución #110, 25 de noviembre de 2007

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Carta sobre la protesta en Washington contra los ataques a los negros:

Miles dicen: "¡Basta ya!"

Revolución recibió esta carta:

Miles de personas acudieron a Washington, D.C., el viernes 16 de noviembre para condenar los crímenes de odio, los dogales y los asesinatos y el maltrato policiales de la juventud, los ataques racistas contra los negros en la tele y los periódicos, y muy especialmente el detestable caso de los 6 de Jena. Eso es lo que conmovió a muchos.

Viajé a Washington desde Nueva York con unas 300 personas de la Red de Acción Nacional de Al Sharpton, que es el grupo que convocó y organizó la protesta. También había gente de Atlanta, Chicago, Virginia, Filadelfia, Baltimore, Detroit y California. 

En la protesta me encontré con mucha gente con la que siempre me encuentro en esta ciudad. Estaba un activista pacifista con quien siempre me encuentro en D.C. Se enteraron de la protesta por la radio. Estaban entre el puñado de blancos en la protesta. Uno de ellos está en una silla de ruedas y siempre tiene un símbolo de la paz fijado en la silla. Querían expresar su solidaridad con la protesta y ligar diferentes luchas contra la desastrosa dirección por la que el gobierno de Bush lleva a la sociedad. Un amigo de Queens, Nueva York, el barrio donde mataron a Sean Bell, vino con nuestro grupo. Tenía puesto una capucha negra y una máscara del KKK con las letras NYPD en la frente y coreaba sobre las 50 balas con que mataron a Sean. Fue tremendo y muy llamativo. Yo hablaba del asesinato policial de Khiel Coppin en Brooklyn que ocurrió dos días antes, y que la víspera la policía mató a otro negro en Newark, New Jersey. Los manifestantes coreaban: “¡Si no hay justicia, no habrá paz!” y les gustó que agregamos creativamente: “¡No a la pinche policía asesina!”.

Hablé con la gente sobre la hora que es en Estados Unidos. Fue el día de vestirse de naranja (el color de los que quieren sacar al gobierno de Bush) y el titular en la primera plana de Revolución decía: “¿Quiénes realmente tienen como rehén nuclear al pueblo del mundo? — Por qué hay que parar un ataque estadounidense contra Irán”.

Empecé a hacer agitación sobre eso cuando la gente empezaba a reunirse después de una estimulante marcha alrededor del edificio del Departamento de Justicia. Destaqué que Estados Unidos es el único país que ha usado armas atómicas y ¡el presidente tiene las agallas de decir que debemos apoyar un ataque contra Irán para impedir que otros (especialmente Irán) no hagan lo mismo! ¡Estamos en las entrañas de la bestia! ¡En nuestro nombre han masacrado casi un millón de personas en Irak para preservar y extender el imperio! No podemos quedarnos de brazos cruzados mientras continúa esta infamia. ¡El mundo entero está mirando y tenemos la responsabilidad y el deber de impedir que eso suceda!

Muchos apreciaron eso y pararon para escuchar lo que decía. Más que unos pocos me dieron dos, tres o hasta cinco dólares por el periódico, aunque unos apenas tenían 50 centavos. Hasta se pusieron en cola para comprar el periódico. Distribuí casi 100 ejemplares del periódico y colecté $91. En el principio fue un poco difícil y había unos cuantos anticomunistas. Unos se sorprendieron que vendía un periódico comunista, como si fuera un bobo negro distribuyendo un periódico “para los blancos”. Pero la agitación puso las cosas en claro y me permitió bregar con la gente sobre muchos temas. Unos seguían escépticos sobre el comunismo pero estaban más dispuestos a entrarle al debate.

Casi todos estaban a favor de que se necesita una revolución (aunque tenían diferentes ideas sobre lo que eso significa). Leer la declaración del presidente Avakian que está en la página 7 (“Rehusar oponer resistencia a los crímenes contra la humanidad es en sí un crimen”, en revcom.us) y los “Tres puntos principales” (página 2) fue una buena manera de dar a conocer lo que queremos decir con revolución y qué clase de mundo sería posible si tuviéramos el poder. “¿Verdaderamente podríamos hacer eso?”. Para mí, este evento tenía que ver con que la gente quiere más que simplemente marchar y protestar contra cosas que siguen pasando una y otra vez y hacer algo para verdaderamente pararlo. Me acerqué a un tipo precisamente cuando le estaba diciendo a otro: “¡Necesitamos una revolución!”. Aparentemente había pensado que nos podemos apoyar en las elecciones y los demócratas, pero estaba completamente disgustado con eso especialmente después de ver el debate entre los candidatos presidenciales del Partido Demócrata, que yo no vi, pero en el que Barack Obama fue pésimo. Mucha gente (como este tipo) expresó disgusto con los demócratas y en particular con Obama. “¡Ninguno de ellos siquiera mencionó a Jena o los dogales o los asesinatos policiales y estoy harto de ellos!”. 

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