¡Hacia la finalización del Programa del PCR! En estos tiempos histórico-mundiales necesitamos respuestas histórico-mundiales

El Borrador del Programa del PCR y la agricultura: Un intercambio de opiniones

Obrero Revolucionario #1214, 5 de octubre, 2003, posted at rwor.org

A continuación publicamos la segunda parte de un intercambio de opiniones entre Gary Grant, presidente de la Asociación de Granjeros y Agricultores Negros (BFAA), y un equipo de trabajo del Borrador del Programa del PCR acerca de la agricultura en la nueva sociedad y la mejor forma de atender las necesidades de los granjeros negros. El intercambio es parte de la discusión pública del Borrador del Programa que se está llevando a cabo actualmente; los comentarios de Gary Grant salieron en el website 2changetheworld.com y le agradecemos el permiso de reproducirlos aquí.

En el último número publicamos los comentarios de Gary Grant y la primera parte de una respuesta del equipo de trabajo. En este número volvemos a publicar los comentarios de Grant acompañados de la segunda parte de la respuesta del equipo de trabajo, que aborda por qué la propiedad social de la tierra es necesaria para la construcción de un nuevo sistema económico y social, y cómo el socialismo atenderá las necesidades y las justas demandas de los granjeros negros y de otras nacionalidades oprimidas.

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Respuesta a los comentarios de Gary Grant sobre el Borrador del Programa - Parte 2

Si no nacionalizamos la tierra, no podemos construir un nuevo sistema

Queremos profundizar un poco más sobre el problema de la propiedad privada de la tierra. En la agricultura la tierra es el medio de producción esencial y literalmente la base de la producción. Partiendo de eso y de los intereses generales de la sociedad, el Borrador del Programa busca elaborar una política correcta de la propiedad de la tierra.

En sus comentarios usted propone dejar las decisiones de producción a los agricultores y nacionalizar la distribución del producto. Recomienda utilizar el mecanismo del precio para resolver asuntos de producción: darle un precio justo al granjero y este cultivará lo que se necesita. Pero a nuestro parecer, no es adecuado.

El estado socialista tiene que establecer prioridades de producción y asignar recursos, y debe prestar atención a las relaciones entre los sectores y los varios niveles (local, regional, nacional) de la economía, y entre el desarrollo económico y otros importantes problemas y esferas, como la salud y el ambiente. Ciertamente, el control de precios e ingresos es un instrumento de planificación del estado socialista, pero es secundario, relativo a la organización y coordinación directa de la producción y distribución, que la planificación socialista global hace posible.

Volviendo al problema de la propiedad de la tierra, la propiedad privada de la tierra implica el derecho al uso, venta, arrendamiento y hasta a dañarla o sacarla de la producción agrícola.

Quisiéramos preguntar: ¿su propuesta de conservar la propiedad privada de la tierra contempla esos derechos? Dado que usted comparte el compromiso de resolver el problema alimenticio y crear una sociedad más justa, nos parece que estará de acuerdo con que tales derechos de propiedad y control ilimitados son problemáticos.

Entonces, supongamos que conservamos la propiedad privada pero ponemos ciertas restricciones al uso de la tierra cultivable. Por ejemplo, especificamos que hay que dedicarla a actividades de beneficio social. Quizá usted estaría de acuerdo pero, ¿no cree que otros lucharían por los plenos derechos de propiedad, tales como el derecho de compraventa y de consolidar mayores extensiones de tierra que les permitan ser más competitivos, eficientes y emprendedores? ¿No dirían que la propiedad privada no tiene sentido si no implica el derecho de adquirirla, hacer uso de ella y competir?

Pero, como hemos venido señalando, ese nivel de control privado de las fuerzas productivas impide la planificación eficaz y hace imposible coordinar el desarrollo global de la economía para atender las necesidades del pueblo y la sociedad, y seguir transformando la sociedad (y el mundo) hacia la eliminación completa de las relaciones de explotación y opresión.

Prevenir el resurgimiento de la explotación

Además, hay otro peligro mayor. Al permitir la propiedad privada de la tierra agrícola, se abre la puerta a disparidades de acumulación de riqueza porque no toda la tierra es igual. Algunas tierras son más fértiles o están más cerca de los medios de riego o transporte. El control privado de esas tierras y de una mayor cantidad de maquinaria agrícola lleva al control diferencial de los procesos y recursos de producción y da una ventaja económica a esos dueños. La propiedad y la agricultura privada desembocaría en el poder económico y social de unos sobre otros , y tales segmentos privilegiados de la sociedad podrían presionar y atraer a gente sin tierra a trabajar para ellos.

Poco a poco, se crearían las condiciones para el resurgimiento de los trabajadores asalariados sin propiedad. ¿Qué tiene de malo? Un porcentaje creciente de la sociedad (los trabajadores sin propiedad) no tendrían otra alternativa que trabajar para otros y estarían sujeto al poder y los dictados de los que controlan los medios de producción. Volverían a la condición de explotados y la sociedad se polarizaría nuevamente entre los que tienen y los que no tienen, y también volverían los males sociales del pasado.

Reconocemos que a los granjeros pequeños que quieren un título de propiedad de la tierra en el socialismo no los motiva necesariamente el deseo de explotar a otros. Pero también reconocemos que la demanda de la propiedad privada no se plantea en un vacío. En la sociedad socialista, fuerzas burguesas viejas y nuevas se opondrán a la revolución; para restaurar las relaciones de explotación y opresión, procurarán movilizar el apoyo de granjeros pequeños y otros sectores a la agricultura y la propiedad privada. Por esta razón también consideramos que la revolución debe ceñirse al principio de socializar la propiedad de la tierra.

Hacer frente a los estragos de la guerra

Además, la nacionalización de la tierra será un paso necesario casi de inmediato para hacer frente a los estragos de la guerra revolucionaria. La revolución conquistará el poder a través de una lucha difícil y dolorosa contra una burguesía dispuesta a todo para mantenerse en el poder. El proletariado y sus aliados tendrán la tarea monumental de reorganizar la producción y movilizar al pueblo para reconstruir y para construir la nueva economía, además de alimentar a la población.

La alianza más sólida con los granjeros

Se requerirá un gran esfuerzo coordinado de toda la sociedad para atender necesidades apremiantes, lo cual será imposible sin la propiedad social de la tierra y otras nuevas formas colectivas y cooperativas de trabajo. Una de las tareas políticas más importantes de la revolución es conquistar para la causa del cambio revolucionario a un número considerable de granjeros pequeños, además de medianos y grandes (por ejemplo de cereales), que explotan poca o ninguna mano de obra. Tiene que llevarlos a captar que la propiedad social es crucial para construir una economía y sociedad justa.

Nuestro Borrador del Programa busca definir la base de unidad más sólida que permita a la revolución poner de su lado a los granjeros pequeños y otros; es decir, elaborar un conjunto de medidas que permitan unirse con los granjeros y sus justas demandas, elevar su conciencia e inculcarles una orientación socialista.

Por eso el Borrador del Programa plantea la cancelación de las deudas e hipotecas y le garantiza al granjero un ingreso estable. De igual modo subraya la socialización de la propiedad de la tierra y propone asignar parcelas de tierra nacionalizada a los granjeros pequeños (y a los granjeros medianos y grandes que explotan poca o ninguna mano de obra) para que asuman la responsabilidad de cultivarlas, lo que en muchos casos significará que sigan trabajando la tierra que trabajan ahora.

El Borrador del Programa parte de las metas, tareas y contradicciones de la sociedad socialista. ¿Cómo se evitará que surjan nuevas desigualdades en la nueva sociedad? ¿Qué medidas ayudarán a fomentar la moral comunista de cooperar voluntariamente por el bien de la sociedad y el mundo? ¿Qué medidas fortalecerán la sociedad contra la contrarrevolución y permitirán avanzar por el camino revolucionario y acabar con las clases y diferencias sociales antagónicas?

Tomando todo eso en cuenta, el Borrador del Programa saca la conclusión de que la propiedad social de la tierra es indispensable como punto de partida y medida que permita unir al pueblo y avanzar por el camino revolucionario.

El espíritu público y el espacio personal

Usted menciona que la gente necesita "soledad" y su propio "espacio". Queremos responder a esa inquietud, pero antes es necesario contrastar un poco más el capitalismo y el socialismo.

En el capitalismo la gente se traba en una frenética lucha por ganarse la vida, pisando a otros para salir adelante. La economía no se rige por necesidades sociales sino por ganancias privadas. No se fomenta una preocupación por los demás ni es posible que cada cual se realice plenamente. Reina la ley capitalista de comer o ser comido y la mentalidad que le corresponde: "¿cuánto me toca a mí?", "dame lo mío", "quiero trabajar por mi propia cuenta", etc.

En el socialismo, la organización de la economía y los valores de la sociedad son otros. Como hemos recalcado, la producción social se orienta conscientemente a atender necesidades sociales y cumplir metas sociales, y se coordina a nivel de la sociedad. Se buscan soluciones colectivas a problemas como la salud, la vivienda, la discriminación y la destrucción del ambiente. Millones de personas debaten las necesidades y el rumbo de la sociedad. Trabajan cooperativamente, motivadas por el espíritu público de los intereses de la sociedad, y unen esfuerzos por el bien común de la sociedad y la humanidad.

En ese contexto, pasemos a examinar el problema del "espacio personal". Naturalmente, la necesidad de "espacio privado" cabe dentro de nuestra visión de la nueva sociedad, y el socialismo (y más plenamente el comunismo) lo tomará en cuenta mucho más, en realidad, que el capitalismo. Pero en el socialismo tal espacio existe en el marco colectivo, y el desenvolvimiento del individuo no lleva a enfrentarlo contra los demás; ese espacio no es el privilegio exclusivo de los "dueños" o los que controlan la riqueza y los medios de producción (que de hecho crea y mantiene el trabajo de toda la sociedad).

Los derechos históricos del granjero negro a la tierra

El Borrador del Programa se guía por la orientación de eliminar todo aspecto de la opresión de los negros y otras nacionalidades oprimidas y fomentar auténtica igualdad entre todas las nacionalidades, y contempla medidas concretas de compensar a los granjeros y rancheros negros por la opresión y pérdidas del pasado.

Afirma que el estado proletario "dará ayuda especial a los agricultores negros, chicanos y amerindios que han seguido trabajando sus tierras a pesar de una fuerte discriminación, como negarles préstamos del gobierno, etc. Además, tomará en cuenta el hecho de que muchos de esos agricultores tuvieron que abandonar sus terrenos y quisieran volver a trabajarlos. En tales casos, el estado asignará tierras y recursos de acuerdo a su política agrícola".

Es una medida general, pero muy importante, a nuestro juicio, para atender las necesidades y respetar los derechos históricos del granjero negro. Se llevará a cabo en el marco de la propiedad socializada de la tierra y en el contexto de transformaciones de las esferas económica, política e ideológica que apuntan a superar la explotación y desigualdad. De acuerdo a la orientación del Borrador del Programa de eliminar del todo el racismo y elevar la conciencia política de la población, la sociedad socialista enseñará a todas las nacionalidades la experiencia histórica y la resistencia de los granjeros negros.

En las últimas décadas, el número de granjas negras ha disminuido rápidamente debido a la combinación letal de presiones del mercado y discriminación histórica y actual (en materia de préstamos, seguros, ayuda por desastres naturales, etc.). Hoy hay menos de 18,000 granjas negras, el promedio de ventas es muy bajo y su situación es muy precaria.

A diferencia del Departamento de Agricultura actual de este país, el nuevo estado proletario dará ayuda auténtica a los granjeros negros que desean seguir cultivando la tierra e incorporará su experiencia y conocimientos al desarrollo de la agricultura socialista sustentable al servicio del pueblo. Como señala el párrafo del Borrador del Programa (citado arriba), el estado proletario también ayudará a los granjeros negros arruinados a que vuelvan a cultivar la tierra, que en ese entonces será propiedad de toda la sociedad.

Los negros y la nueva agricultura

Hoy un porcentaje muy reducido de granjeros negros tiene menos de 35 años de edad y muchos tienen más de 70. Así que la demografía es un aspecto importante del problema.

En el socialismo, las aspiraciones de cultivar la tierra de los negros se manifestarán de distintas formas, pero nos parece probable que la nueva sociedad busque la forma de atraer a más negros, especialmente de la nueva generación, a la agricultura, sobre todo en las regiones donde se han concentrado históricamente, como las llanuras de la costa sur de Virginia a Georgia, los valles de Carolina del Norte y Virginia, y el delta del río Mississippi.

Como hemos mencionado, la nueva sociedad y economía vinculará más estrechamente la agricultura y la industria, y las zonas urbanas y rurales, e integrará el trabajo y la vida social de tal forma que abra mayores posibilidades de que los negros y otros grupos establezcan nuevas conexiones con la tierra. Tales iniciativas serán coherentes con una economía basada en la socialización de la propiedad de la tierra y los grandes medios de producción y se tomarán en ese marco.

Usted pregunta por cuánto tiempo se permitirá que los granjeros negros sean dueños de la tierra. Como hemos señalado, se asignarán parcelas de tierra social a individuos y familias para que asuman la responsabilidad de trabajarla. (No será propiedad privada ni podrán venderla o dejar de sembrarla). La duración de esa medida dependerá de la experiencia de la revolución y las necesidades de los oprimidos en la vieja sociedad. Consideramos que esa política agrícola es fundamental para corregir las injusticias del pasado, pero no descartamos la posibilidad de emplear otros modos y medidas conforme vaya avanzando la socialización de la agricultura y la economía, así como la lucha por eliminar el legado de discriminación y racismo.

Nos parece que quizá usted duda que los hijos o parientes hereden esas tierras asignadas al cultivo. Hasta ahora no hemos sacado ninguna conclusión firme al respecto. Nos parece importante examinar el problema más a fondo (e investigar más otros asuntos relacionados con la agricultura) en el proceso de finalizar el Programa.

Pero claramente nuestra estrategia global y nuestra meta es lograr la socialización de la propiedad de la tierra, lo cual permitirá a la sociedad remediar los crímenes históricos cometidos contra los granjeros negros y prestar atención a sus necesidades especiales, al igual que los granjeros de otras nacionalidades oprimidas que han sufrido el robo de sus tierras y recursos, y permitirá hacerlo como parte de construir una nueva economía y sistema social en aras de la emancipación de la humanidad.

Conclusión

Hemos señalado varios puntos centrales en respuesta a sus comentarios, y los hemos examinado a fondo porque son asuntos importantes que merecen elaborarse y profundizarse. Nos parece que tenemos muchas preocupaciones en común y estamos de acuerdo en muchas cosas, y esperamos poder seguir dialogando sobre estos y otros temas.

Solidariamente.


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