El Campo Delta, Guantánamo:

660 presos de 42 países: Sin derechos ni cargos

Obrero Revolucionario #1214, 5 de octubre, 2003, posted at rwor.org

El Campo Delta es una enorme máquina para fomentar desesperanza. Está en lo alto de un acantilado de la base de la Marina yanqui en la bahía de Guantánamo, Cuba, y está separado del resto de la isla por fortificaciones y alambre de púas. Está totalmente aislado del mundo de afuera.

La mayoría de los presos llevan unos 19 meses en aislamiento total y privación sensorial. Viven en pequeñas celdas (de 3 x 2 metros) y con frecuencia los amarran y les vendan los ojos. Esta rutina diaria solo la interrumpen las ratas y los interrogatorios.

Los presos no reciben noticias de sus familias ni de los sucesos mundiales. Las alfombras de oración llevan la etiqueta "La Meca: 12,793 kilómetros", como para recordarles que están muy lejos de sus países de origen y bajo el control exclusivo de Estados Unidos.

Shah Mohammad, un paquistaní de 23 años, es uno de 40 presos puestos en libertad hace poco. El 22 de mayo, le dijo a la BBC que a los presos los drogan: "Me decían que estaba loco. Me pusieron cuatro o cinco inyecciones y me daban varias pastillas".

Dada esa situación, unos 30 presos han intentado suicidarse colgándose o cortándose las muñecas con alambre (según informó el Miami Herald el 24 de agosto). Los presos también han iniciado huelgas de hambre y otras formas de resistencia.

El comando militar dice que tiene 660 presos de 42 países, y que hablan 17 idiomas. No ha permitido que ningún corresponsal ni abogado hable con ellos, y tampoco ha publicado una lista de nombres. Muchas veces las familias no saben nada de lo que les ha pasado.

La mayoría son prisioneros de guerra capturados durante la invasión de Afganistán. Pero siguen llegando más presos: hombres arrestados sin explicación, secuestrados en plena calle, torturados por agentes yanquis y luego empacados a Guantánamo.

El gobierno de George Bush ha pedido $87 mil millones para continuar la guerra contra el mundo, y planea gastar millones de dólares para ampliar el Campo Delta y convertirlo en un penal permanente. Kellogg, Brown & Root (una compañía de construcción militar vinculada al vicepresidente Dick Cheney) ha despachado cuadrillas de trabajadores de India y Filipinas para construir celdas de "máxima seguridad" rodeadas de torres de vigilancia y faros.

La ley al carajo

"Un principio básico del derecho internacional es que un preso goza del derecho de cuestionar la legitimidad de su arresto ante un tribunal. Metiendo a estos presos en un agujero negro jurídico, el gobierno estadounidense está creando un mundo en que la detención arbitraria e incuestionable es aceptable".

Amnistía Internacional, 12 de marzo de 2003

El Campo Delta pone en ridículo las declaraciones de Estados Unidos de que respeta los "derechos humanos" y el "dominio de la ley".

A los presos no los han acusado de nada; no les han dado la oportunidad de contar su versión de los hechos; no les han permitido hablar con abogados, ni tener audiencias o apelaciones. En vez de aplicarles el principio de "inocente hasta que se prueba que son culpables", han hecho todo lo contrario: los declaran culpables aunque no haya ninguna prueba.

Erwin Chemerinsky, profesor de derecho de la Universidad del Sur de California que ha entablado una demanda en nombre de los presos de Guantánamo, escribió en el Los Angeles Times el 25 de marzo: "Hace varios meses, unos altos funcionarios del gobierno admitieron que arrestaron a muchos de los detenidos de Guantánamo por equivocación, porque otros gobiernos les dieron inteligencia errónea o por las difíciles condiciones del campo de batalla. Por eso, varios individuos siguen detenidos a pesar de que se sabe que no son terroristas y que no tienen ninguna información útil...".

Tres presos son muchachos de 13 a 15 años.

Es una situación cien por cien injusta e ilegal. El derecho internacional, y especialmente la Convención de Ginebra, rige el tratamiento de los prisioneros de guerra. Es ilegal interrogarlos y solo están obligados a decir el nombre y el rango. Tampoco es legal mantener en secreto los nombres de los presos o detenerlos después de que termine una guerra.

La respuesta del gobierno es que ni el derecho estadounidense ni internacional tienen vigencia en Guantánamo. Ha creado una zona de control absoluto y arbitrario, repleta de crueldades. Y hasta la fecha ha rechazado con la lógica más retorcida todas las demandas relacionadas con los derechos de los presos.

Primero, afirma que la Convención de Ginebra no se aplica porque los detenidos no son "prisioneros de guerra" sino "combatientes enemigos". En realidad, a muchos de ellos los capturaron durante la guerra de Afganistán como soldados del ejército afgano, o sea, son prisioneros de guerra. La Convención de Ginebra dice que un "tribunal competente" tiene que decidir si una persona es prisionero de guerra o combatiente enemigo, pero Washington no lo acepta. Afirma que los tribunales no tienen jurisdicción en el caso de estos presos, y los jueces han accedido.

Segundo, afirma que tampoco se aplican las leyes estadounidenses.Una demanda solicitó que un tribunal federal declarara que la base de Guantánamo está bajo la jurisdicción de las leyes nacionales (como ha sido el caso de otros lugares parecidos, por ejemplo la zona del Canal de Panamá). Pero el 11 de marzo el tribunal lo rechazó ¡con la ridiculez de que el gobierno que tiene "soberanía" en Guantánamo es el de Cuba!

Esto pone la realidad patas arriba: todo mundo sabe que el gobierno cubano no tiene "soberanía" en la base de Guantánamo. Estados Unidos le robó la base a Cuba a punta de fusil y es una potencia ocupadora. Si Cuba tuviera soberanía hubiera clausurado la base hace mucho tiempo.

Así que el tribunal le puso un sello de aprobación al concepto de un "agujero negro" donde Estados Unidos puede hacer lo que le dé la gana, sin tener que obedecer ninguna ley. El Centro pro Derechos Constitucionales ha apelado a la Suprema Corte.

Además, la base de Guantánamo no es el único penal militar estadounidense. En Irak hay miles de presos; no se sabe cuántos, cómo viven ni de qué los acusan. Se informa que cuando arrestan a hombres y muchachos en las redadas militares en Irak, amenazan con enviarlos a Guantánamo para infundirles miedo.

Un campo de muerte

Tras dos años de brutalidad e interrogatorios, las autoridades militares admiten que han sacado poca información útil. Por eso están convirtiendo el campo paso a paso en una "cámara de muerte".

El primer paso fue el anuncio de que someterán a los presos a "juicios militares" y los ejecutarán. El 3 de julio, el Pentágono anunció que Bush ha escogido a los primeros seis presos para enjuiciar. Dos son ciudadanos ingleses y uno es australiano. Sus familias han apelado a la Suprema Corte. No se sabe de dónde son los demás. Las decisiones sobre los juicios militares las tomará Paul Wolfowitz, el subsecretario de Defensa.

Estos juicios se llevarán a cabo en Guantánamo en total aislamiento. No se aplicarán las reglas de pruebas y apelaciones de los tribunales civiles. Los abogados defensores tendrán que someterse a la disciplina militar. E incluso si los absuelven, no los pondrán en libertad necesariamente. William J. Haynes II, el principal abogado del Pentágono, dijo: "Es posible, enjuiciar y absolver a un detenido, pero no ponerlo en libertad automáticamente".

O sea, el mismo gobierno admite que son juicios ilegítimos cuya meta es iniciar el proceso de ejecutar a los detenidos e infundir miedo a todos los capturados.

Pero estas medidas represivas han suscitado oposición. Amnistía Internacional respondió a la declaración de la Casa Blanca diciendo: "Un juicio ante una comisión militar sería una parodia de la justicia". Don Rehkopf, miembro del comité sobre el derecho militar de la Asociación Nacional de Abogados Defensores, dijo: "Para los abogados no sería honrado aceptar las condiciones que ha impuesto el gobierno: abolir la confidencialidad de las conversaciones entre el abogado y su cliente y permitir que el gobierno las escuche. Es una farsa".

Al cierre de esta edición, el gobierno acaba de anunciar que está investigando a varios militares por filtrar información sobre los presos de Guantánamo. Ya han arrestado a dos soldados. A Ahmad Al-Halabi, de 24 años, de la Fuerza Aérea, lo han acusado de filtrar información al Medio Oriente (información que el derecho internacional requiere que Estados Unidos dé). Por eso podrían ejecutarlo.

Los arrestos han desatado un frenesí en Washington sobre cómo aumentar el velo de seguridad en Guantánamo, pero ni una palabra de crítica sobre la injusticia y las violaciones de las normas internacionales que se cometen ahí. Por ejemplo, el senador Charles Schumer, un demócrata liberal de Nueva York, dijo: "Es doloroso e inconcebible tener fallos de seguridad en nuestra base más segura".

Pero el Campo Delta existe para infundirle miedo al mundo y el gobierno quiere tapar lo que está haciendo ahí. Ha cubierto sus operaciones con un manto de secreto y difunde mentiras que repiten lealmente los medios de comunicación. Amenaza con ejecutar a cualquiera, incluso sus propios soldados,que filtre noticias sobre los presos (una clara amenaza contra los abogados defensores también).

Por todo el mundo Estados Unidos se jacta de sus "valores democráticos". Dice que es el paladín de la civilización, el dominio de la ley, la libertad y los derechos humanos. Pero la otra cara de la moneda se ve en el Campo Delta: una zona sin libertad, un campo de tortura diseñado para sembrar terror en todo el imperio.


Este artículo se puede encontrar en español e inglés en La Neta del Obrero Revolucionario en:
rwor.org
Cartas: Box 3486, Merchandise Mart, Chicago, IL 60654
Teléfono: 773-227-4066 Fax: 773-227-4497