Nepal: Revolución en la cima del mundo

Li Onesto repasa ocho años de la guerra popular

Obrero Revolucionario#1230, 22 de febrero, 2004, posted at rwor.org

Cuando viajé a Nepal en 1999, el Partido Comunista de Nepal (Maoísta) llevaba apenas tres años librando la lucha armada en el campo. Con armas rudimentarias y uno que otro rifle moderno confiscado de la policía, los guerrilleros realizaban acciones relativamente pequeñas: ataques a puestos policiales en zonas remotas y contra los odiados terratenientes y políticos corruptos. Esas acciones, que a veces tomaban y redistribuían la tierra, las apoyaban muchos campesinos pobres; los guerrilleros echaban a los opresores y los campesinos se beneficiaban de las transformaciones económicas, sociales y políticas en las zonas maoístas.

En ese tiempo las escuadras guerrilleras eran de 7 a 9 guerrilleros y los pelotones de 24 a 30. Fui a un campamento de "fuerzas especiales" en el bastión maoísta de Rukum que establecieron para realizar acciones más grandes durante el boicot a las elecciones y como parte del proyecto de formar unidades más grandes, compañías de 100 guerrilleros. En 2002, cuando se formó oficialmente, el Ejército Popular de Liberación (EPL) tenía varias compañías permanentes y unas unidades provisionales del tamaño de una brigada (varios centenares de combatientes).

Cuando viajé a Nepal, los maoístas empezaban a establecer autoridad y organización política en las aldeas. El partido operaba en tres tipos de zonas: 1) "Zonas Guerrilleras", donde se libraba lucha y resistencia armada contra la policía; 2) "Zonas de Propaganda" en las ciudades donde el gobierno tenía mucha fuerza y el objetivo principal era preparar el terreno para la futura insurrección y las formas principales de trabajo eran educación política, actividades de masas y generar apoyo de las clases trabajadoras y medias para la lucha en el campo; y 3) "Zonas Principales", donde apuntaban a establecer "bases de apoyo" como forma embrionaria del "poder político rojo".

Apenas tres años después, a finales de 2002, la guerra popular había logrado avances muy importantes: la expansión de las zonas de control y el desarrollo de nuevas instituciones de "poder popular". En vastas zonas del campo los VDC (Comités de Desarrollo de las Aldeas) del gobierno se desintegraron; los presidentes de los comités abandonaron la zona o renunciaron y se unieron a los maoístas. Políticamente, el gobierno casi no tenía autoridad en el campo. Los maoístas establecieron bases de apoyo en la región Occidental, el bastión de la revolución, y también en las regiones Oriental y Central. Los maoístas decían que en la región Occidental 10 millones de personas (Nepal tiene una población de 23 millones) vivían en zonas rojas. Según notas de prensa e informes de agencias de inteligencia, los maoístas operaban en la mayoría de los 75 distritos del país.

Guerra de guerrillas

¿Cómo lograron avances políticos y militares tan importantes en apenas tres años?

El Partido Comunista de Nepal (Maoísta) aplicó los principios de estrategia militar de Mao Tsetung: tácticamente "diez contra uno", estratégicamente "uno contra diez". Asestaron golpes contra los eslabones débiles del gobierno, principalmente los puestos policiales menos fortificados. Reconocieron que al nivel nacional las fuerzas revolucionarias eran (y por un tiempo iban a ser) inferiores numéricamente a las fuerzas del gobierno, es decir, en un sentido estratégico eran "uno contra diez". Pero tácticamente y en batallas específicas podrían concentrar una fuerza absolutamente superior para aniquilar las fuerzas del gobierno con una orientación de "diez contra uno". Para hacerlo, desarrollaron unidades más y más grandes del EPL; primero juntaron tres pelotones (30 guerrilleros) para formar compañías (de 100 guerrilleros) y después juntaron tres compañías para formar brigadas. A finales de noviembre de 2001 cuando levantaron el cese al fuego de cuatro meses, lanzaron un ataque con un total de 1,335 combatientes del EPL (un batallón, dos compañías y varios pelotones) y 700 milicianos.

El PCN (Maoísta) aplicó conscientemente la estrategia de guerra prolongada de Mao; cuando el gobierno quiso librar una "lucha frontal" contra el EPL, los maoístas siguieron las enseñanzas de Mao sobre la guerra de guerrillas. Atrajeron a las fuerzas del gobierno a penetrar profundamente en las "zonas rojas", las rodearon y atacaron los eslabones débiles. En esas zonas contaban con amplio apoyo de las masas, que aportaban inteligencia sobre el enemigo y con milicias, que jugaban un importante papel político y militar. Las unidades militares del Ejército Popular han ido creciendo y se ha elevado el nivel de la guerra, pero las unidades pequeñas y las acciones guerrilleras siguen jugando un papel importante. Los guerrilleros realizaron acciones exitosas con armas rudimentarias y unidades relativamente pequeñas y pusieron a la policía más y más a la defensiva, y con el tiempo prácticamente dejó de salir de los cuarteles. A finales de 2002, las fuerzas del gobierno solo controlaron los cuarteles distritales y algunas partes de Terai en la frontera con India.

El principio de establecer bases de apoyo y nuevo poder político ha sido parte del programa del PCN (Maoísta) desde el inicio de la guerra y es un elemento decisivo de su estrategia.

Con la expulsión del campo de la policía, los funcionarios del gobierno y los terratenientes, se dio una nueva situación en que las autoridades e instituciones que dominaron y oprimieron al pueblo no existían. Los maoístas llenaron el vacío con el "nuevo poder popular". En 1999, apenas empezaban el proceso; organizaban comités en cada aldea y "tribunales populares" que resolvían disputas, repartían tierra, tramitaban divorcios y castigaban a violadores, etc. De ese modo dieron los primeros pasos hacia el establecimiento de bases de apoyo.

Los avances militares ayudaron a consolidar los avances políticos iniciales. Es decir, cuanto más la lucha militar "liberaba" territorio y creaba zonas donde la policía y las fuerzas del gobierno no podían entrar, tanto más los maoístas consolidaban la autoridad política de una manera más permanente, aunque todavía relativamente precaria.

En las zonas guerrilleras de Rolpa y Rukum que conocí en 1999, los maoístas tenían mucho apoyo popular y caminaban por las aldeas de uniforme. Pero para viajar de una aldea a otra tenían que vestirse de civil y caminar de noche. Como la policía todavía podía entrar a esas zonas, era muy peligroso que los guerrilleros pasaran más de uno o dos días en una aldea.

A principios de 1999, el PCN (Maoísta) cumplía el "Cuarto Plan" de empezar a establecer bases de apoyo. Dos años después, tenían fuertes bases de apoyo en los distritos occidentales, y la expansión y consolidación de bases de apoyo en otras partes del país cobraba fuerza. En los distritos de Rukum, Rolpa, Jajarkot y Sallyan en la región Occidental, "Comités Populares Revolucionarios Unidos" ejercían el poder abiertamente y eran las principales instituciones: una forma embrionaria de nuevos gobiernos locales que dirigían los departamentos de administración, economía, social, cultural, educación y desarrollo, las milicias locales, "tribunales populares" y "cárceles populares".

Los avances militares y políticos de esos años son muy importantes, pero a principios de 2001 después de cinco años de guerra popular, los maoístas todavía no enfrentaban directamente a las fuerzas principales del gobierno: el Ejército Real.

Revolución y contrainsurgencia

Como resultó patente que las fuerzas policiales no podían frenar a los guerrilleros, sectores de la clase dominante nepalesa y potencias extranjeras como Estados Unidos e India presionaron al rey a despachar el ejército.

De acuerdo a la Constitución de Nepal, el rey comanda el Ejército Real Nepalés (ERN); sin embargo, el rey Birendra estaba reacio a despacharlo contra los guerrilleros y eso intensificó las luchas intestinas de la clase dominante (en el parlamento y entre el rey y las fuerzas parlamentarias).

En ese contexto se registró un acontecimiento que sacudió el país y el mundo: la matanza del rey, la reina y la mayoría de la familia real en una cena familiar en el palacio real el 1§ de junio de 2001. Muy pocos se tragaron la versión oficial de que el hijo del rey se enloqueció y abrió fuego contra la familia porque a su mamá no le gustaba la novia que eligió. Además, daba la casualidad de que Gyanendra, el hermano del rey (que estaba mucho más dispuesto a despachar el ejército contra los maoístas), se encontraba lejos de vacaciones en el momento de la matanza, y su subida al trono despertó muchas sospechas.

El primer ministro, Girija Koirala, dimitió cuando los guerrilleros tomaron presos a varios policías y las unidades del ERN apostadas en la zona no acudieron a rescatarlos, y se puso de relieve que se seguía restringiendo el ejército. Gyanendra nombró a un nuevo primer ministro, Sher Bahadur Deuba, que propuso negociaciones con los maoístas. En julio, el PCN (Maoísta) aceptó la propuesta del cese al fuego y entró en pláticas con el gobierno; planteó abolir la monarquía, establecer una república, formar un gobierno interino y elegir una asamblea constituyente para redactar una nueva constitución.

Ambos bandos aprovecharon el cese al fuego para hacer intensos preparativos militares. El gobierno corrió a adquirir armas modernas y ayuda extranjera. Por su parte, los maoístas movilizaron más apoyo popular y elevaron la capacidad de realizar acciones militares avanzadas. A finales de 2001, los maoístas anunciaron la formación del "Ejército Popular de Liberación" y el Consejo Popular Revolucionario Unido que en adelante gobernaría las zonas rojas.

El 21 de noviembre de 2001, Prachanda, el presidente del PCN (Maoísta), declaró que no tenía caso seguir con las pláticas porque el gobierno había rechazado las demandas principales. A los dos días, los maoístas levantaron el cese al fuego con dramáticos ataques coordinados contra más de 20 de los 75 cuarteles distritales del país.

El rey Gyanendra declaró estado de emergencia y suspendió muchas garantías constitucionales; la represión recrudeció por varios meses con arrestos y asesinatos de miles de "simpatizantes maoístas" en el campo. Implantaron duras medidas de censura contra prácticamente todos los medios de comunicación. Cerraron periódicos que apoyaban abiertamente a los maoístas, y arrestaron a los reporteros y editores. Allanaron y cerraron el periódico maoísta Janadesh , arrestaron al editor, Krishna Sen, y lo asesinaron en la cárcel. También arremetieron contra la prensa grande cuando no les gustaban los reportajes sobre los maoístas; interrogaron a periodistas y editores por el simple hecho de citar a los líderes maoístas. En agosto de 2002, la Federación de Periodistas Nepaleses documentó 130 arrestos de periodistas desde que se declaró el estado de emergencia en noviembre de 2001.

Los combates entre el EPL y el gobierno se reanudaron apenas dos meses después del ataque del 11 de septiembre contra las Torres Gemelas en Nueva York. La "guerra contra el terrorismo" de Estados Unidos le ha convenido mucho al gobierno nepalés, que bajo ese rubro ha pedido mayor apoyo internacional para luchar contra los guerrilleros. Nepal e India tacharon de "terrorista" al PCN (Maoísta) y pidieron ayuda a otros países. En febrero de 2002, el secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, viajó a Nepal a reunirse con el rey, el primer ministro y generales de alto rango. El periódico Kathmandu Post señaló: "Llámese `síndrome del 11 de septiembre' o no, la guerra mundial de Estados Unidos contra el terrorismo ha ayudado al señor Deuba [primer ministro de Nepal] a ganarse importantes partidarios en su propia guerra contra el terrorismo".

Estados Unidos e Inglaterra aumentaron su apoyo político y militar al gobierno de Gyanendra. Poco después del viaje de Colin Powell, el jefe del Comando de Defensa británico, el general Michael Boyee, viajó a Nepal a reunirse con el rey y personal del ejército, y recorrió las bases del ejército en las regiones Occidental y Oriental. En mayo, el primer ministro Deuba viajó a Estados Unidos a reunirse con el presidente George Bush y a Londres para pedir ayuda.

Inglaterra dio $40 millones de ayuda. Estados Unidos envió $22 millones y docenas de expertos militares que recorrieron Nepal y trazaron planes militares para el Ejército Real. En junio de 2002, el gobierno inglés convocó una reunión internacional para tratar el tema de ayuda al gobierno de Nepal. Mike O'Brien, el subsecretario de Estado de Asuntos Exteriores británico, habló sin pelos en la lengua: "Es imperativo que ayudemos al gobierno de Nepal en la lucha contra el terrorismo. No permitiremos que los terroristas ganen ni que Nepal se convierta en un estado fracasado". En octubre, O'Brien convocó una segunda reunión en Katmandú.

De igual modo, India acudió a apuntalar al gobierno de Nepal; mandó helicópteros y camiones llenos de armamento, despachó tropas a la frontera con Nepal y apretó la represión contra nepaleses en India. Arrestó a periodistas nepaleses y "presuntos maoístas" y los extraditó sin juicio, y arrestó a maoístas heridos internados en hospitales particulares de India y los entregó a la policía nepalesa.

El gobierno de Nepal ofreció una recompensa de 100,000 a 5,000,000 MN ($13,000 a $64,000 EU) a cualquiera que entregara a los altos dirigentes maoístas, vivos o muertos. A petición del gobierno nepalés, Interpol (organización policial internacional) giró una "alerta" contra ellos, es decir, órdenes de arresto que rigen en los 179 países miembros de Interpol.

Al cabo de siete meses el gobierno levantó oficialmente el estado de emergencia, pero siguió arrestando y matando a diestra y siniestra. En un año la policía y el ejército mataron a más de 5,000 personas.

El 4 de octubre de 2002, en una situación de grandes divisiones en la clase dominante acerca de cómo lidiar con la escalada de guerra y represión, el rey tomó una medida drástica: disolvió el gobierno de Deuba, se apoderó de la rama ejecutiva y canceló indefinidamente las elecciones nacionales programadas para noviembre.

Esta gran grieta en la clase dominante y el desbaratamiento de la estructura parlamentaria llevó a una nueva ronda de negociaciones con los maoístas que se inició a finales de enero de 2003.

El PCN (Maoísta) entró en negociaciones desde una posición fuerte debido a los avances políticos y militares. Por su parte, el gobierno reconoció que no podía ganar la guerra por medios puramente militares y buscaba aprovechar las negociaciones para desarmar y destruir a los maoístas.

Importantes dirigentes del partido maoísta que llevaban años en la clandestinidad salieron para negociar con el gobierno. Los maoístas aprovecharon el cese al fuego para convocar mítines multitudinarios en la capital de Katmandú y en todo el país. Altos dirigentes como Barbarum Bhattarai abrieron locales en Katmandú, se reunieron con la prensa e instaron a apoyar las demandas de la revolución.

El rey Gyanendra siguió ejerciendo control absoluto, nombró primer ministro a un monarquista del Partido Rashtriya Prajatantra y excluyó el Partido del Congreso Nepalés (anteriormente el partido gobernante) y los demás partidos parlamentarios del gobierno y las negociaciones. Los cinco principales partidos políticos convocaron un boicot al gobierno y una serie de manifestaciones contra el rey. El gobierno arrestó a centenares de personas y a altos dirigentes del Partido del Congreso Nepalés y el Partido Comunista Nepalés (Unido Marxista-Leninista), otro partido parlamentario.

La situación se puso muy compleja, pues esos dos partidos formaron parte del gobierno antes de que el rey disolviera el parlamento y participaron directamente en la campaña de contrainsurgencia durante el estado de emergencia de 2001-2002, pero los maoístas aprovecharon las fuertes divisiones intestinas de la clase dominante y el cese al fuego para reunirse con diversos líderes de los partidos parlamentarios.

Durante las negociaciones, Estados Unidos mandó al Ejército Real ayuda y entrenamiento militar; entregó 5,000 rifles M-16 y se comprometió a enviar 8,000 más. Aumentó la ayuda para proyectos "pertinentes a la insurgencia" de $24 millones a $38 millones y firmó un pacto "antiterrorista" de cinco años que da armamento y entrenamiento a las fuerzas de contrainsurgencia de Nepal. Curiosamente, aunque el gobierno de Nepal le retiró la etiqueta "terrorista" a los maoístas, como condición del cese al fuego, Estados Unidos puso el PCN (Maoísta) en la lista de terroristas del Departamento de Estado.

En seis meses, se registraron dos sesiones de pláticas entre los maoístas y los representantes del rey. El 17 de agosto de 2003, durante la tercera sesión, el Ejército Real mató a 19 maoístas en una aldea del distrito oriental de Ramechhap. Según informes de Amnistía Internacional, las fuerzas de seguridad abrieron fuego contra una casa donde se reunían los maoístas; mataron a uno, y a los otros 18 se los llevaron y después los fusilaron uno por uno.

Poco después, Prachanda, el líder del PCN (Maoísta), condenó los "asesinatos a sangre fría" y el hecho de que el gobierno no negociaba seriamente. (Los representantes del rey declararon que jamás aceptarían el fin de la monarquía, una asamblea constituyente y una república, y exigieron que el Ejército Popular entregara las armas). El 28 de agosto, los maoístas levantaron el cese al fuego con acciones militares en varias partes del país.

De la noche a la mañana, Estados Unidos e Inglaterra intervinieron más directamente. Los embajadores de ambos países se presentaron en la casa del líder del Partido del Congreso Nepalés, Girija Koirala, y pidieron que se uniera con la monarquía y el gobierno en la lucha contra los maoístas, diciendo que la oposición al rey servía para fortalecer a los maoístas. Presentaron el mismo argumento al presidente del Partido Comunista de Nepal (Unido Marxista-Leninista).

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El 13 de febrero es el octavo aniversario del inicio de la guerra popular de Nepal. El Partido Comunista de Nepal (Maoísta) ha logrado mucho en apenas ocho años. Ha avanzado de pequeñas unidades de combate al Ejército Popular de Liberación, que moviliza a centenares de guerrilleros y milicias contra el Ejército Real Nepalés. Ha avanzado de un bastión de apoyo en la región Occidental a bases de apoyo por todo el país, donde un nuevo poder revolucionario gobierna las aldeas.

Con el avance de la guerra popular, se han dado profundas divisiones aparentemente irreconciliables en la clase dominante. Las grandes desigualdades económicas y sociales del país siguen alimentando la revolución maoísta. Muchos creen que los partidos parlamentarios son corruptos e impotentes. La disolución del parlamento por el rey en octubre de 2002 eliminó la fachada de democracia y llevó a divisiones más profundas en la clase dominante y mayor descontento del pueblo. A pesar del ingreso de miles de soldados al Ejército Real y del entrenamiento y abastecimiento de armamento y helicópteros de Estados Unidos, no ha podido evitar que los maoístas controlen la mayoría del campo. A principios del año, los maoístas anunciaron que controlan el 80% de las zonas rurales, lo cual crea una situación favorable para la conquista del poder en todo el país.