La lucha por el parque Central

Obrero Revolucionario #1250, 22 de agosto, 2004, posted at http://rwor.org

"Hay que decirlo sin pelos en la lengua: no dar permiso para una protesta en el parque Central es una medida de un estado policial emergente. Todos los que piensan en el futuro de la humanidad deben presentarse en el parque Central el 29 de agosto".

Tanya Mayo, coordinadora nacional del Proyecto No en Nuestro Nombre,
New York Times , 11 de agosto

Escogieron a Nueva York como el perfecto telón de fondo para volver a nominar a George Bush. Esperaban que la ciudad que sufrió el ataque del 11 de septiembre le diera una calurosa bienvenida al "presidente guerrero". La convención iba a proyectar la imagen de un presidente de mano dura, una población agradecida, un mundo lleno de amenazas y la necesidad de más guerra.

En este cuento de hadas republicano no hay cabida para la protesta ni la resistencia populares.

No cabe duda de que las autoridades no quieren que haya ninguna protesta durante la Convención Nacional Republicana, que empieza a finales de agosto. Tampoco cabe duda de que mucha gente planea lanzarse a la calle durante la convención para oponerse a este gobierno, la guerra, las mentiras, la represión y la política oficial.

Por toda la ciudad y el país, mucha gente planea decirle ¡NO! a Bush y a todo lo que representa.

Como no lo pueden IMPEDIR completamente, las autoridades están haciendo todo lo posible para marginarlo y restarle importancia.

El resultado ha sido una lucha de varios meses sobre si el miedo dominará al clima político, sobre dónde se podrá protestar, sobre si los que viven en Manhattan se ausentarán durante la convención. y sobre si más de un millón de personas estarán en la calle en Nueva York y por todo el mundo en un repudio potente y masivo de Bush y de todo lo que representa.

*****

El gobierno federal y la alcaldía han sembrado miedo de violencia y ataques terroristas para que la gente tenga miedo de salir a la calle o incluso de ir a Nueva York. Quieren controlar estrictamente dónde se puede protestar y mantener a los manifestantes lejos de la convención y de las cámaras.

En la primavera, los organizadores solicitaron permiso para una marcha de centenares de miles de personas el 29 de agosto, la víspera de la convención, por el Centro de Convenciones. Después propusieron realizar un mitin en el Great Lawn del parque Central, el lugar histórico de protestas.

Pero en abril el alcalde, Michael Bloomberg, un multimillonario arrogante, rechazó la solicitud. ¡Dijo que tanta gente estropearía el césped!

En vez, la alcaldía dio permiso para una marcha por el Centro de Convenciones seguida por un mitin en el West Side Highway, una autopista a lo largo del río Hudson donde la policía podría atrapar y atacar a los manifestantes.

Hubo intensas negociaciones pero la alcaldía anunció que no iba a ceder. El plan enfureció a muchos, que buscan la oportunidad de condenar y rechazar las acciones del gobierno, y no quieren empezar una serie de protestas históricas acorralados por la policía.

Jimmy Breslin, respetado crítico del periódico Newsday,escribió que no dar el permiso para la protesta era "obra de una dictadura". Agregó que "la gente debe clamar en contra y oponerse" a la ruta impuesta por la alcaldía y la policía y, en vez, marchar al parque con o sin permiso.

El 3 de agosto, No en Nuestro Nombre anunció que iba a luchar por obtener permiso para una manifestación en el parque Central y recibió amplio apoyo.

*****

"¿No es irónico que, en el país que proclama que está librando la guerra por la democracia, haya que luchar tan ferozmente por defender el derecho de protestar?"

Tanya Mayo, No en Nuestro Nombre

Al cierre de esta edición, la alcaldía dice que no dará permiso. El New York Times comentó que puede haber caos y violencia si los organizadores no se echan para atrás.

AiMara Lin, de No en Nuestro Nombre, nos dijo: "Queremos protestar en el parque Central. No debemos aceptar menos".

La lucha por el permiso se ha vuelto un enfrentamiento clave para que se realice la clase de protesta potente y patente que la situación EXIGE.

¿Podrán acorralar y marginar al río de manifestantes, y presentar la conquista mundial y la represión interna como "la voluntad popular"? ¿O oirá el mundo las voces de la calle?

¿Será Nueva York el telón de fondo de una cínica fiesta propagandística imperialista. o de un festival histórico de justa resistencia?

¿Será el mensaje de Nueva York que habrá guerra sin fin y estado policial permanente. o un inconfundible ¡NO! que se oirá tan clara, fuerte y patentemente que no se podrá negar, distorsionar ni pasar por alto?

Las autoridades han pintado las protestas como un problema de seguridad o como algo insignificante. Paul Browne, el subcomisionado de información pública de la policía, le dijo a la revista New Republic que los organizadores "se dan mucha importancia" si piensan que la alcaldía quiere callarlos.

Pero esas declaraciones públicas tienen el propósito de tapar la verdad.

Cuando el gobierno estadounidense ataca a otros países e implementa nuevas medidas represivas aquí dice que lo hace en nombre de la ciudadanía . La alcaldía neoyorquina sigue su ejemplo, y se otorga el derecho de callar el disentimiento y sembrar miedo en nombre de la "seguridad" de la población.

Al acercarse la convención, la situación EXIGE que se luche por hacer oír la voz popular inconfundiblemente. Es una oportunidad histórica con tremendas posibilidades de denunciar y debilitar el programa de la camarilla de Bush y su deseo de legitimidad.

La lucha por el permiso es de ninguna manera una cuestión de facilitar el tráfico o de proteger céspedes. Como dijo AiMara Lin: "Es una cuestión del futuro de la humanidad".