Convención Republicana: Desfile de extremismo

Obrero Revolucionario #1252, 19 de septiembre, 2004, posted at http://rwor.org

Toda la Convención Nacional del Partido Republicano (y el discurso de Bush) pintó a Estados Unidos como la única fuerza del bien en un mundo rebosante de maldad.

Dijeron que las esperanzas de "dios" radican en los tanques y los misiles de las fuerzas armadas estadounidenses. Presentaron a "América", esta "sociedad de propiedad" capitalista, como el modelo perfecto para los que la acepten y como el ajusticiador implacable de los que la rechacen.

Repitieron una y otra vez que Estados Unidos necesita un "comandante en jefe" libre de dudas e indecisión. Dieron a entender que pensar en todos los lados de un asunto o incluso sentir curiosidad intelectual es una debilidad peligrosa.

A lo largo de esta convención afirmaron que la seguridad de toda "familia americana" requiere una máquina militar global agresiva e invencible que no se deje frenar por el derecho internacional ni la opinión mundial. Exaltaron la fuerza armada bruta como el bálsamo para todos los miedos y como la solución para todos los problemas internacionales.

Varios discursos proclamaron que se necesita un clima político nacional que rechace el debate y el disentimiento, que los declare sospechosos o de plano traidores. Detrás de las cámaras, alentaban las "guerras culturales" con que atizan a los soldados cristianos a atacar los derechos de la mujer, los matrimonios gays, la tolerancia, las nociones de igualdad y todo lo que tenga el más mínimo aire de pensamiento secular, progresista y crítico.

Los delegados, como telón de fondo, coreaban la mantra del imperio, "¡USA!, ¡USA!, ¡USA!", hasta quedar roncos.

El Pentágono informa que tiene 700 instalaciones militares en 130 países y que en los últimos tres años ha montado bases para fuerzas de despliegue rápido en una docena de países (como Uzbequistán y Kirguistán en la zona petrolera de Asia central, y Polonia, Rumania y Bulgaria en Europa oriental). Pero en esta convención, dijeron que eso NO ES SUFICIENTE.

Para los delegados, Francia era un enemigo y el mundo musulmán era el chamuco en persona, y lo crucial para ser presidente es tener los cojones de lanzar guerras "preventivas".

Matraquearon una y otra vez el 11 de septiembre para borrar hechos inconvenientes para justificar todo acto de barbarie imperialista... ahora y siempre.

Abu Ghraib ha mostrado la barbarie de las operaciones militares yanquis. La ausencia de armas de destrucción masiva ha demostrado que las justificaciones de la guerra de Irak fueron mentiras. Hay nuevas fosas comunes en Fallujah llenas de civiles muertos por el ejército yanqui. Afganistán e Irak viven bajo ocupación extranjera, con gobiernos corruptos títeres instalados desde Washington. Pero en Madison Square Garden no se mencionó nada de eso y se matraqueó el 11 de septiembre para exaltar y justificar la venganza.

Esta convención fue una ovación milimétricamente coreografiada a la rapiña de poder más inexorable de la historia. Fue un cursillo televisado de cómo ver el mundo y el futuro. Fue una delimitación de los límites políticos de las ideas aceptables. Fue una campaña para envalentonar y desatar a las gentes más ignorantes, crédulas, infames y corruptas de un imperio como las fuerzas de choque de una cruzada permanente.

La crítica es traición

Antes de la convención la prensa comentó que la Casa Blanca presentaría una "cara de moderación"... para calmar los temores de los que huelen fascismo en el aire. Efectivamente, pusieron en el podio a unos cuantos republicanos "moderados" (que no tienen ninguna influencia a la hora de tomar decisiones) y no acercaron a las cámaras a los peces gordos más poderosos y odiados, como Rumsfeld, Ashcroft, Rice y Wolfowitz.

Pero no suavizaron los temas de la convención.

El senador demócrata de Georgia Zel Miller, que dio el discurso que estableció la tónica de la convención, bramó que TODO cuestionamiento de la guerra y sus motivos pone en peligro la vida y el honor de los soldados.

Gritó: "Nada encabrona más a este marine que alguien diga que nuestras tropas son tropas de ocupación y no de liberación".

En el clímax de su perorata, Miller proclamó: "Ahora, mientras nuestros muchachos mueren en las arenas de Irak y las montañas de Afganistán, la obsesión maníaca de los demócratas de tumbar a nuestro comandante en jefe está desgarrando y debilitando la nación".

He aquí en una oración un tema central de la campaña presidencial: Miller dice que pedir el cambio de este presidente (¡incluso por los canales de la política electoral tradicional!) equivale a una traición que pone en peligro a compatriotas y que alienta a los enemigos internacionales.

Es el tema de "están con nosotros o están con los terroristas" aplicado a la política interna.

El vicepresidente, Richard Cheney, se lanzó a la campaña electoral después de la convención diciendo que si Bush pierde "corremos peligro de que nos ataquen otra vez y nos atacarán de una forma devastadora desde el punto de vista de Estados Unidos".

Después aclaró que no quiso decir textualmente que la victoria de John Kerry alentaría un nuevo ataque "terrorista" contra la "patria", pero esas vagas aclaraciones hicieron que el tema siguiera en las noticias varios días más.

El extremismo de las declaraciones de Miller y Cheney resalta en comparación con la campaña de Kerry, que casi no critica a Bush y que bate los tambores de guerra como el que más.

Un artículo de primera plana del San Francisco Chronicle comentó: "Los discursos de Kerry y las entrevistas a sus asesores militares dejan en claro que está de acuerdo con Bush en que Estados Unidos debe conservar su predominio militar absoluto y la capacidad de proyectar fuerza donde se necesite, y que no debe limitarse a reaccionar a ataques sino lanzar guerras preventivas". (23 de agosto de 2004)

Antes de la convención, Kerry atacó a Bush desde la derecha porque está pensando en retirar una parte de las tropas que ocupan a Corea del Sur.

Kerry quiere continuar la ocupación de Irak y dice que cree que puede conquistar la victoria en cuatro años. Dice que volvería a votar a favor de darle a Bush el poder de atacar a Irak. Está a favor de duplicar los comandos que realizan operaciones y asesinatos clandestinos.

El Partido Demócrata pidió a sus bases que criticaran a Bush con suavidad y respeto, y se distanció oficialmente de las protestas que sacudieron a Nueva York durante la convención.

Pero así y todo... después de que el candidato demócrata apoya servilmente todos los crímenes de guerra y todas las agresiones de este gobierno, después de que la maquinaria del Partido Demócrata hizo todo lo posible para que estas elecciones no fueran una plataforma para oponerse a la guerra... después de todo eso, Cheney (y sus suplentes, como los veteranos pro Bush y Zell Miller) dicen que toda crítica a esta Casa Blanca (por blanda, limitada o fundamentalmente proimperialista) alienta a los "terroristas".

Esto demuestra que el grupo que detenta el poder actualmente (esta camarilla de Bush y los sectores de la clase dominante que la respaldan) cree (desde hace tiempo) que es el único poder legítimo de esta sociedad (y del mundo), y que tiene derecho de atacar a cualquiera que amenace (o cuestione) su poder.

A fin de cuentas, es la misma camarilla que se robó las elecciones pasadas con una combinación impresionante de trampas y que hace poco habló de posponer o cancelar las elecciones. ( Newsweek , 19 de junio)

El gobierno de Bush ha cambiado normas legales y políticas de muchos años. Ha suspendido el derecho de habeas corpus de una forma nunca vista en este país, y tiene montones de presos (ciudadanos e inmigrantes) sin acusarlos ni juzgarlos.

Ha pisoteado las garantías que ofrece la Cuarta Enmienda de la Constitución de que el gobierno no hará "requisas y confiscaciones excesivas", y ha lanzado una vasta campaña de infiltración, vigilancia semisecreta, requisas sin orden judicial e intercepción de llamadas y correspondencia. Ha mandado a volar los tratados internacionales, como la Convención de Ginebra sobre el tratamiento de los presos de guerra, y ha creado "zonas de libre tortura" en Guantánamo, la base aérea de Bagram en Afganistán, Abu Ghraib y otros sitios que por ahora no se conocen.

Y ahora, en la Convención Nacional del Partido Republicano, el comienzo oficial de la campaña electoral, declaran que las nimias y serviles diferencias que expresa la oposición oficial debilitan la nación y le abren la puerta al "terrorismo".

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Esta convención no salió como esperaban. Karl Rove (el cerebro de la campaña de Bush) anhelaba una celebración triunfalista de un presidente guerrero sobre las cenizas de Nueva York.

La convención ORDENÓ obediencia ciega y fiebre bélica, pero no pudo IMPEDIR que una potente resistencia le dijera NO a todo eso.

Un río humano inundó las calles de Manhattan el 29 de agosto y durante toda la semana saltaron constantes protestas.

Solo fue posible realizar la convención tras círculos de barricadas, francotiradores y policías. Salieron con el cuento de que eran medidas de protección contra "ataques terroristas", pero todo mundo vio que tuvieron que sellar la convención del resto de Nueva York y de las potentes protestas que se manifestaron por toda la ciudad.

Ahora que continúa y se profundiza el conflicto por el futuro, vale la pena reflexionar sobre lo que representó esta convención y sobre el curso que quieren imponer Bush y Cía.

Tenemos que ver cómo serán el mundo y el futuro si se salen con la suya y si no forjamos una resistencia más fuerte.

¿Cómo será la dominación permanente y la guerra sin fin de Estados Unidos, y qué le impondrán a miles de millones a punta de fusil?

¿Qué nuevas locuras ashcroftianas querrán imponer en el "frente interno", y qué cambios y restricciones querrán forzar en la vida y la política de esta sociedad?

¿Y es concebible que ellos (y su aparato de cuadros, agentes y correligionarios) se dejen derrotar y dispersar por medios electorales?