Discurso de Bush ante el Congreso

Imperio e inseguridad social: Plan de batalla de la Casa Blanca

 

Obrero Revolucionario #1267, 13 de febrero, 2005, posted at rwor.org

La arrogancia de Bush durante el informe presidencial, las ovaciones del Congreso y las fiestas que le hizo la prensa fueron como para tirarse el pelo de furia.

Se supone que cada año el presidente va al Congreso a dar un informe de la situación del país; en realidad, el discurso es un medio para generar apoyo de la ciudadanía a los planes de la presidencia.

George W. Bush no soltó ni una palabra de verdad sobre la situación real del país: no mencionó que la mayoría del planeta cree que es un cowboy asesino que quiere gobernar como un nuevo emperador romano; no dijo que la ocupación de Irak se ha vuelto una contrainsurgencia brutal; no habló de que este país está dividido en dos y que la mitad lo detesta.

No habló de que millones hablan de irse a otra parte o de oponerse a lo que está haciendo.

Ni siquiera presentó, como se hace cada año, el estado de cuentas de la nación por la obvia razón de que el déficit anual ya casi son $500 mil millones (y pidió $100 mil millones más para la ocupación de Irak y Afganistán).

No, este gobierno tiene una misión divina y no va a dejar que los hechos estorben. Barrerá los obstáculos, a la fuerza si es necesario. Por eso todo discurso de Bush está lleno de dobles sentidos y mentiras, como en el mundo de pesadilla de su tocayo George Orwell.

Bush estaba orondo con las elecciones a punta de fusil de Irak, que vimos con la lente de una prensa increíblemente deshonesta. Dijo que esa farsa electoral era la prueba de que Estados Unidos está "haciendo el bien" en Irak. Sus compinches metieron el dedo en tinta y lo mostraron ante las cámaras en "solidaridad con los votantes de Irak".

Sería mucho más honesto si metieran las manos en sangre iraquí.

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Vayamos más allá de las apariencias y hagamos un "reconocimiento del enemigo". Veamos lo que Bush dijo sobre los planes del gobierno. Se destacan tres puntos:

Rey del mundo

El presidente de Estados Unidos se paró ante el Congreso como un emperador y anunció lo que otros gobiernos deben hacer: Arabia Saudita debe hacer esto, Egipto debe hacer lo otro, Siria tiene que hincarse. Instó a tumbar el gobierno de Irán y ofreció apoyo.

Hace un par de años, Bush dijo que invadió a Irak porque tenía armas de destrucción masiva, pero no era cierto; porque tenía "lazos" con terroristas, pero no era cierto; porque era una "amenaza" a Estados Unidos, pero no era cierto.

¡Ahora espera que tengamos memoria de mosquito porque en este discurso salió con los mismos cuentos! ¿Su justificación para amenazar a Irán? Quiere construir armas de destrucción masiva. Supuestamente apoya "terroristas". ¡El mismo cuento otra vez!

Esto es una forma de decir que, a fin de cuentas, Estados Unidos no necesita justificación para la guerra.

La lógica implícita es que Estados Unidos quiere ser el rey y que los demás (especialmente los países estratégicos del Medio Oriente y los rivales potenciales de la Union Europea) tienen que hincarse.

Pero la Casa Blanca soltó amenazas más explícitas. Cheney dijo que de pronto Israel va a atacar a Irán (órale, ándenle). La nueva secretaria de Estado, Condoleezza Rice, no quiso decir que no habrá otra guerra pues Bush no quiere "eliminar ninguna opción". Mejor dicho, Irán (y otros países) están bajo amenaza permanente de ataque.

Hablemos de valores por un momento: se supone que ese descarado imperialismo se debe considerar como algo normal. Usan una ecuación tonta y sin sentido: el gobierno estadounidense busca la "libertad" y cuenta con la aprobación de "dios"; por lo tanto, todo lo que haga o quiera es justificado.

Nadie debe pensar si eso niega los derechos de otras naciones, si pisotea los deseos de sus ciudadanos, si los gobernados por Estados Unidos son "libres", si existe un "dios" y apoya las cruzadas coloniales, o si lo que están imponiendo no son más que los sórdidos intereses del capitalismo yanqui.

La última pizca de seguridad

Bush ha declarado guerra contra el programa de Seguridad Social (las pensiones para jubilados).

Hay que señalar un par de puntos de entrada:

Primero: esto es una muestra del extremismo de los círculos que detentan el poder.

El programa de Seguridad Social se estableció para garantizar una pensión mínima a la mayoría de la población (y un ingreso mínimo a los discapacitados y huérfanos).

Hoy, casi 48 millones de personas reciben un promedio de $11,000 anuales. Sin eso, la mitad de los jubilados caerían en una pobreza terrible y no tendrían con qué vivir. Aunque lo que paga la Seguridad Social es vergonzoso, es un programa muy popular y querido porque muchos trabajadores no tienen más que esa pensión.

Por eso tradicionalmente los políticos no se han atrevido a tocar este programa y siempre se ha dicho que el que lo haga está muerto.

Bueno, claramente Bush y su bola de derechistas sí se atreven a tocarlo... con hachas y serruchos.

Segundo: el plan de Bush no tiene nada que ver con resolver la "crisis de Seguridad Social".

El gobierno ha hecho lo mismo por décadas: no le asigna los fondos necesarios a los programas que quiere destruir (como la educación pública, la vivienda de interés social, la Seguridad Social); después, cuando el programa está en quiebra, el gobierno dice que "no funciona" y que hay que abolirlo y privatizarlo.

Privatizar la educación ha creado escuelas segregadas por raza y nivel económico, llenas de ignorancia religiosa.

Eliminar la vivienda de interés social ha condenado a vivir en la calle a cientos de miles.

Serruchar la asistencia pública ha empujado a muchas mujeres a la prostitución.

Ahora el gobierno está empujando a millones más a los brazos de las iglesias fundamentalistas que administran los programas sociales.

El programa de Seguridad Social no tiene suficientes fondos. ¿La solución? Los planes de Bush no solucionan el problema. Nunca ha hablado de conseguir los fondos necesarios. Su solución es la "privatización parcial": depositar en el mercado de valores una parte de las contribuciones. Eso no soluciona nada y por el contrario aumentará la inseguridad de los jubilados.

Tercero: la orientación de Bush es contraponer unos sectores de la sociedad con otros y con lo que queda de la red social.

Después de trabajar buena parte de la vida, los ancianos necesitan una vida digna, llena y segura, especialmente si no pueden trabajar por la edad o por mala salud.Este sistema capitalista jamás ha ofrecido tal seguridad y ahora está atacando la endeble red social que queda.

Además, el gobierno está usando la discusión de los problemas del programa para estimular egoísmo e individualismo. Bush dice que como ahora los ancianos viven más tiempo son una carga injusta para las próximas generaciones, y que los trabajadores jóvenes deben pensar en sus propios intereses y guardar sus contribuciones para sí mismos (personalmente, como individuos).

Con la lógica más torcida que se haya visto en muchoooo tiempo, Bush anda diciendo en su gira actual que los negros deben apoyar la privatización del programa de Seguridad Social porque ellos viven menos que los blancos y porque menos hombres negros llegan a la edad de jubilarse. ¿Recomienda mejorar los servicios de salud para los negros para que no se mueran sin necesidad? ¡No! Lo que dice es que los negros deben ayudarlo a desmantelar el programa de Seguridad Social porque no viven para aprovecharlo.

(Esto es una mentira: la pensión de Seguridad Social es el único ingreso de un 20% de los jubilados, pero es el único ingreso del 38% de los ancianos negros y latinos. Atacar el programa de Seguridad Social es atacar a los sectores más pobres, entre los que están los negros).

Cuarto: el plan de privatización parcial es apenas el primer paso.

El objetivo de la camarilla de Bush es crear las condiciones políticas para eliminar las protecciones sociales universales. Los centros de investigación derechistas proclaman abiertamente que cuando los trabajadores jóvenes inviertan parte de sus contribuciones en el mercado bursátil, cuando se desintegre el sistema unificado, se astillará el "consenso político" de apoyo a la red de seguridad social. El plan es eliminar en última instancia el sistema nacional de pensión garantizada.

Veamos ahora el cuadro general: esta destrucción del programa de Seguridad Social es parte de un cambio del contrato social del capitalismo y de crear una "sociedad de propietarios" (ownership society).

Hablemos de valores: los conservadores republicanos que detentan el poder quieren una sociedad sin pizca de solidaridad social ni de programas de ayuda social. Quieren una sociedad en que el temor y la inseguridad refuercen el conformismo y la obediencia, en que el único refugio del individuo sea la familia tradicional y la iglesia tradicional.

Quieren una sociedad que glorifique la "responsabilidad personal", lo que implica echarle la culpa de las injusticias sociales a las faltas morales (e "irresponsabilidad") de los que sufren.

En resumen, quieren una sociedad de pobreza sin dignidad ni ayuda social y de riqueza sin culpa.

Hablemos de las bases materiales de esos valores depravados: quieren un sector de gente pobre que viva con miedo de caer. La base fundamental de este y otros programas bushistas es el capitalismo y la necesidad del capitalismo de tener a su disposición más y más gente dispuesta a trabajar por menos y menos... a fin de mantener la competitividad de la "patria".

Cambio de ley

Bush planteó un plan de batalla específico para ganar las "guerras culturales" cambiando el sistema judicial. Dijo que nombrará jueces que "no se las den de legisladores" y que la mayoría republicana del Senado los debe apoyar en un dos por tres. También recomendó una enmienda constitucional contra el matrimonio de los gays.

Veamos los fallos de la Suprema Corte que los conservadores tienen en mente cuando dicen que los jueces "se las dan de legisladores":

Brown vs. Junta de Educación (1954, que desmanteló la segregación estatal oficial de las escuelas públicas)

Griswald vs. Connecticut (1965, que dijo que los estados no podían prohibir la venta de anticonceptivos)

Loving vs. Virgina (1967, que anuló las leyes estatales que prohibían el matrimonio mixto)

Roe vs. Wade (1973, que legalizó el aborto)

Lawrence vs. Texas (2003, que legalizó las relaciones sexuales homosexuales en todo el país)

Bush y su camarilla siguen una doctrina judicial que se llama "constructivismo estricto" y sostiene que los jueces solo pueden defender los derechos que están en la Constitución. Gran parte de la tradición judicial moderna, como el derecho a la vida privada y la separación de la iglesia y el estado no están escritos en la Constitución.

De nuevo, hablemos de valores: todo este programa se basa en la concepción fundamentalista de que los seres humanos son pecadores, y que hay que limitar estrictamente su conducta y opciones. Esa concepción cree que el Bien y el Mal son absolutos, y que la doctrina cristiana fundamentalista los determina. Por lo tanto, las personas no deben tener muchas "opciones" sobre su propia vida ni sobre la dirección de la sociedad.

Bush habló de "forjar una cultura de la vida", que es una forma de atacar el derecho de la mujer al aborto. Curiosamente, en el mismo discurso habló de reformar el sistema federal de pena de muerte, que es una forma de decir que hay que volver a realizar ejecuciones al nivel federal. ¡Qué maravillosa "cultura de la vida"!

Hablemos del cuadro general: la derecha llama todo esto "guerras culturales", y efectivamente quiere decir "guerra". Busca una victoria que aplaste a sus enemigos y le dé el poder de reconstituir el país (y buena parte del mundo) "a su imagen y semejanza".

Específicamente, quiere imponer una visión reaccionaria y tradicional de patriarcado sobre la familia y la sexualidad, especialmente a las mujeres y los jóvenes. Quiere acabar el aborto y mucho más: restringir el control de la natalidad, la información sexual, la tolerancia de la sexualidad gay y la experimentación social. Quiere que la "diversidad cultural" desaparezca bajo una oleada de conformidad y censura. Muchos del núcleo fascista cristiano de Bush tienen metas teocráticas: quieren que la severa moral y reglas de su religión sean la ley.

En ese mundo, todos "conocen su debido lugar" y la fuerza de la sociedad meterá en su lugar a cachetadas al que se salga de él.

Creen que les ha llegado la hora y están buscando oportunidades. Imaginemos que hubiera otro incidente como el del 11 de septiembre. ¿Cómo lo explotarían gente como Bush, Alberto Gonzales, Rumsfeld y Condoleezza Rice? ¿Cómo quedarán este país y el mundo si logran imponerse? Desde la cúpula del poder, en la Casa Blanca, en el Congreso, en las fuerzas armadas y en la Suprema Corte, son como el gánsgter que dice: "podemos hacer esto a las buenas o a las malas".

Un futuro inaceptable

Después del informe presidencial se vio con toda claridad que no hay oposición al programa de Bush en la estructura de poder.

Los demócratas respondieron. El primero que habló fue el senador Harry Reid de Nevada, un mormón conservador que apoya la penalización del aborto. ¡Ese tipo es el líder de los demócratas en el Senado!

También habló la representante Nancy Pelosi, líder demócrata de la Cámara de Representantes, quien dijo que "no debemos irnos de Irak" hasta que el nuevo ejército títere iraquí esté listo.

Gente así no se va a oponer al programa de Bush.

Pero si uno oye atentamente el discurso y lo analiza, es muy claro: el gobierno tiene toda la intención de imponer sus planes y debemos tomarlo con toda seriedad. Ellos tienen sus sucios valores y nosotros tenemos que luchar por nuestros valores: internacionalismo, experimentación social, cambio social liberador, igualdad para la mujer, educación edificante, pensamiento científico crítico y una cultura de valor y apoyo mutuo.

A millones les horroriza la idea de vivir en el mundo que Bush propone, y millones lucharían contra eso si entendieran profundamente lo que está en juego, si vieran cómo sumarse a la resistencia y si captaran cómo podrá ser una nueva sociedad liberada por la que valga la pena luchar.