La entrevista del OR

Esther Kaplan: Sobre la pista de la derecha cristiana

Sunsara Taylor

Obrero Revolucionario #1269, 27 de febrero, 2005, posted at rwor.org

La entrevista del OR

Una sección especial para que nuestros lectores se familiaricen con las opiniones de importantes figuras del arte, la música y la literatura, la ciencia, el deporte y la política.

Los entrevistados expresan sus propias opiniones, naturalmente, y no son responsables de las ideas que aparecen en otras partes de esta página web.

En el pueblo de King's Valley del estado de Oregon, la familia de Esther Kaplan era la única familia que no era cristiana. De niña convivió y jugó con fundamentalistas cristianos, aunque la consideraban una rareza y trataban de convertirla. Años más tarde, la epidemia del SIDA la tocó personalmente. La respuesta usual de la derecha cristiana, que cree que el SIDA es el castigo de dios contra los gays, la impulsó a luchar. Con ese conocimiento profundo de la gente de base de la derecha cristiana, así como del costo humano y el sufrimiento que causan los líderes políticos de ese movimiento, Esther ha abordado el tema del ascenso del fundamentalismo cristiano en este país.

Cuando se vio que la derecha cristiana estaba abiertamente metida en la campaña de reelección de George Bush, Esther puso todo a un lado y se dedicó a terminar el libro With God on Their Side, How Christian Fundamentalists Trampled Science, Policy, and Democracy in George W. Bush's White House (New Press, October 2004), que detalla cómo están cambiando al país los fundamentalistas cristianos.

Yo devoré el libro y pasé días con un nudo en el estómago al darme cuenta de lo lejos que ha llegado este fundamentalismo fascista cristiano. Poco después tuve la oportunidad de ir a una presentación de Esther y de sentarme a hablar con ella. Me impactó su profundo interés por la gente: tanto la gente que tiene creencias reaccionarias, como la gente que sufre y muere debido a medidas del gobierno dictadas por la Biblia. Tomando té para calentarnos en un día helado de Brooklyn, hablamos de lo que está pasando en nuestra sociedad y en el mundo.

Sunsara Taylor: ¿Qué te llevó a escribir este libro?

Esther Kaplan: Lo que pasó fue que me tropecé con evidencia de que la derecha cristiana se estaba infiltrando en el gobierno federal. Yo estaba trabajando en un artículo sobre el nuevo Consejo Asesor de la Presidencia sobre SIDA. Ha podido ser por otro motivo, pero fue ese.

No recuerdo si escribí esto, pero cuando Bush llegó a la Casa Blanca él (o Andrew Card, el jefe del gabinete) dijo: "Vamos a eliminar la Oficina del SIDA de la Casa Blanca. No vamos a tener un Consejo de SIDA". El SIDA no les interesaba. Pero se armó un gran escándalo con artículos de primera plana en los principales periódicos, así que les tocó medio retractarse y Ari Fleischer [vocero del presidente] dijo que Card se equivocó.

A mediados del 2002 finalmente crearon ese Consejo. La revista POZ me mandó a reportearlo y fui a un par de reuniones. La primera fue en junio del 2002: una reunión de dos días enteros y yo era la única periodista.

Casi no había representantes de los enfermos de SIDA. Al terminar hubo una corta sesión de comentarios del público y se presentaron dos o tres personas. El Consejo eran una bola de chiflados: evangélicos proselitistas, vírgenes profesionales, mejor dicho, gente que no sabía nada del SIDA y que atacaba a los gays sin taparse la boca.

El Consejo de Clinton estaba formado por gente seria del mundo del SIDA, como el director de la Asociación Nacional de Personas con SIDA, uno de los principales investigadores de prevención del país de la Universidad de California (San Francisco), que tiene un programa de prevención muy respetado. Mejor dicho, gente de peso.

Pero este Consejo era una bola de chiflados. Yo investigué eso y otros asuntos relacionados con el SIDA. En esas se me metió en la cabeza que seguramente estaba pasando lo mismo en todo el gobierno y que, igual que en este campo, la prensa no le ponía atención. Nadie estaba al pendiente.

Desde que empecé a trabajar en esto... y ahora, claro, con las elecciones todo mundo lo sabe, pero empezó poco a poco. Las organizaciones SIECUS, Advocates for Youth y Planificación Familiar están criticando el hecho de que el gobierno solo financia programas de educación sexual que lo único que enseñan es la abstinencia. La Union of Concerned Scientists sacó un informe sobre la politización de la ciencia. Así, poco a poco, la oposición empezó a presionar a la prensa para que informara. Pero cuando yo empecé solo se hablaba de la guerra contra el terror, en particular de la guerra de Afganistán y después de la guerra de Irak. Uno que otro periodista hablaba de la economía. Pero nadie informaba sobre la infiltración de los evangélicos de ultraderecha.

ST: Tu libro examina las fuerzas armadas, las ciencias, los programas del gobierno, la investigación del SIDA, la drogadicción y el embarazo juvenil: entras a todas esas esferas de la sociedad. Cuéntame por qué empiezas el libro diciendo: "Sí, es una guerra santa".

EK: Bueno, por varias razones. Una es que el movimiento de derecha cristiana, los líderes de la derecha cristiana, hablan en esos términos. Los máximos líderes han satanizado el Islam como religión de una forma horrible: Jerry Falwell, Pat Robertson, Franklin Graham (el nuevo líder, hijo de Billy Graham) y demás. Y cuando a Bush se le ha presionado para que se desvincule de la idea de guerra santa, de la idea de que el Islam es "malvado", no ha querido hacerlo.

Otra razón es que los funcionarios del gobierno también hablan así. Creo que el ejemplo más atroz es el de Jerry Boykin, subsecretario adjunto de Defensa; es un general que desempeña un papel militar y un papel civil en la guerra contra el terror. Es un experto en contrainsurgencia y te recomiendo investigarlo. Estuvo en Centroamérica, en Somalia, etc. Hay que investigar su pasado. El caso es que le dieron un puesto civil en el Departamento de Defensa; era el encargado de cazar a los principales enemigos públicos de la guerra contra el terror: Osama bin Laden y Saddam Hussein.

En ese puesto, Boykin iba a hablar a las iglesias evangélicas del noroeste. Yo vi una película de uno de sus sermones porque Gary Bauer se la mandaba a todos sus partidarios; Boykin muestra diapositivas de Kim Jong-Il, de los talibanes, de Osama bin Laden, etc. En cada caso pregunta: "¿Es este el enemigo? ¿Es este el enemigo? ¿Es este el enemigo? No". Dice que el enemigo es Satanás y que todos tenemos que entrar al ejército de dios para derrotar a ese enemigo. O sea, el encargado de capturar a Osama bin Laden dice en público que Osama bin Laden no es el enemigo.

Bueno, se armó un escándalo y la derecha cristiana salió a defenderlo. Creen que es un héroe de la nación. Le pusieron tremenda presión a la Casa Blanca para que lo apoyara. Lo último que supe es que le iban a dar un mínimo jalón de orejas, o sea, mandarle una carta diciendo que su conducta "preocupa", que es lo más suave. Pero hace un par de semanas ni siquiera le habían mandado esa carta. No he vuelto a saber. Así que uno empieza a atar cabos sueltos y se da cuenta de que el actual gobierno o apoya totalmente esa visión del mundo o por lo menos la apoya tácticamente para no ir a molestar a la derecha cristiana.

En la práctica, hay cosas muy concretas, como permitir que detrás de las tropas lleguen los evangelizadores cristianos a convertir a los musulmanes. Eso es de gran prioridad para los proyectos misioneros evangélicos. También hemos visto que miembros de las fuerzas armadas les imponen el cristianismo a sus soldados. En el libro cito un artículo que salió en un periódico de Florida (que negaron rápidamente y que ningún reportero investigó más) sobre un capellán que obligaba a los soldados a dejarse bautizar si querían meterse en una tina en medio de una gran escasez de agua para los soldados.

Yo menciono el artículo y que el gobierno lo desmintió. Pero hace unas semanas conocí a un soldado que estuvo en esa base en Irak, con ese capellán, y me lo confirmó. O sea, si no es una guerra santa, tiene toda la pinta.

ST: Ha habido mucha protesta contra la guerra de Irak y mucha gente cree que es injusta e inmoral. ¿Qué efecto tiene que la presenten como una cruzada o una guerra santa? ¿Qué efecto tiene aquí y qué efecto tiene para la población del Medio Oriente, que ve la cara de esto en la práctica?

EK: Bueno, en el Medio Oriente y en el sur de Asia presentar la guerra así es sumamente incendiario. Por ejemplo, uno de muchos comentarios incendiarios de los líderes de la derecha cristiana fue cuando Jerry Falwell dijo que Mahoma era un "terrorista"; en India estallaron protestas que dejaron varios muertos. La prensa de aquí casi ni lo menciona, pero esas declaraciones de la derecha cristiana contra el Islam son noticia de primera plana en el mundo musulmán. Eso es peligroso de por sí.

Encima, cuando Bush no critica ni se desvincula de esas declaraciones, se ve que el gobierno comparte esas ideas. Especialmente cuando vienen de alguien como Franklin Graham, el predicador que bendijo la toma de posesión de Bush y tiene abiertas las puertas de la Casa Blanca.

Aquí, en el país, me imagino que has visto pruebas de que los seguidores de Bush son impermeables a los hechos concretos de la guerra de Irak que han salido a la luz: que no había armas de destrucción masiva ni conexión con Al Qaeda, etc.

Ahí es donde yo veo la influencia de la visión de guerra santa, o sea, piensan que no hay que distraerse con los hechos, que está en marcha algo cósmico en que se identifica a Estados Unidos con dios, y se identifica a Irak, Afganistán o el país de turno con las fuerzas satánicas. En esa visión del mundo, la batalla tiene que continuar, es parte de los designios de dios.

Eso se manifiesta en otros aspectos de la política exterior, por ejemplo la posición hacia Israel y Palestina, y otras partes. Ahí es donde es sumamente peligroso. También se manifiesta en la ciencia y en otros campos. Mejor dicho, cuando uno deja de fijarse en los hechos porque cree en un proyecto por razones cósmicas, se vuelve inmune al diálogo democrático que debería moldear la conducta del gobierno. Ya sea que ese diálogo se dé por medio de protestas, de investigaciones periodísticas y demás, así es como se debe debatir la política nacional: ¿qué pasa de verdad, qué pensamos de eso y qué vamos a hacer al respecto?

Pero tenemos un sector, una minoría del país (cerca del 20% de la población y 40% del electorado de Bush), que es más o menos inmune a la información que salga a la luz. Eso es problemático porque, ¿entonces cómo nos corregimos? ¿Cómo avanzamos? ¿Cómo aprendemos de nuestros errores en las respuestas al 11 de septiembre u otra cosa si a un buen trozo del país y a un trozo mayor de la base de Bush no le interesa lo que pasa?

ST: Esto me recuerda la última pregunta que te hicieron en la mesa redonda en que te vi: "¿Por qué los hechos importan tan poco?". Todos la contestaron y un par de personas mencionaron una parte importante de la respuesta: que mucha gente no conoce los hechos por culpa de la prensa.

EK: Efectivamente.

ST: Tú dijiste que eso era cierto, pero que además hay un sector de la población al cual no le interesan los hechos, los datos concretos. Me intriga... con esto de la división del país en estados rojos [republicanos] y azules [demócratas], sé que no es tan simple, ¿pero has encontrado en las zonas azules gente que entiende lo que pasa con ese sector de la población al que no le interesan los hechos concretos?

EK: Bueno, como dije, me parece que antes de las elecciones se hizo caso omiso. Eso es bastante curioso, dado que este movimiento lleva formándose unos 25 años o más y dado el impacto político que ha tenido en gobiernos anteriores. De pronto como que se pensó que fue una moda pasajera o algo por el estilo, y en general no se vio la sinergia que existe entre este movimiento y Bush.

Ahora que el asunto está a la vista de todos, lo que me preocupa es que se está viendo de una forma despolitizada; mejor dicho, se cree lo que dicen. Se asume que hay un electorado profundamente preocupado por la homosexualidad y el aborto, motivado por valores morales. Eso es cierto en parte, pero me parece sumamente importante que como nación abramos los ojos, reconozcamos la presencia de ese electorado y pensemos qué vamos a hacer, porque es una cosa muy importante que hay que pensar. Es sumamente importante que entendamos que a esa gente la organizaron políticamente;que la organizaron agentes políticos de ultraderecha que fueron a esas congregaciones, a esas organizaciones, a consolidarlas como un movimiento político a partir de temas sociales candentes. Si a los miembros de base de esas congregaciones les preguntaran cuáles son sus preocupaciones en la vida, qué problemas tienen con sus hijos y cónyuge, francamente no creo que se pusieran a hablar del matrimonio gay.

Pero los han organizado con tácticas de miedo; les inculcan que el matrimonio gay es el fin de la civilización, en parte con el fin de meter esa visión religiosa, milenialista, directamente en el campo de la política.

O sea, una cosa es tener una serie de creencias que dicen que el mundo se desenvuelve conforme a un plan divino. Pero otra cosa es llevar eso al mundo de la política; eso tomó un largo proceso de organización. Me parece importante que lo veamos como un resultado político: que cierta gente ahora ve en términos bíblicos algo tan concreto como la guerra de Irak. No creo que eso fuera inevitable.

ST: Uno de los temas más fascinantes de tu libro es lo que está pasando en el campo de la ciencia. La mayoría de este país no conoce lo que pasa en ese campo y, especialmente, la gente que más sufre a causa del gobierno de Bush no está en el campo de la ciencia. El libro documenta que las dos organizaciones centrales de salud, National Institutes of Health y Center for Disease Control, están creando un clima de censura; que los investigadores no pueden usar ciertas palabras al solicitar financiación del gobierno; que hay una especie de macartismo en todo el mundo de la ciencia.

EK: Sí, hablé con muchos investigadores (especialmente de los campos de VIH y sexualidad gay, planificación familiar, drogadicción, etc.) que dicen que les ha tocado cambiar el título de sus proyectos y poner mucho cuidado en lo que le escriben a la Agencia Federal de Financiación.

Bueno, mucho de eso es autocensura en respuesta a medidas muy fuertes y amedrentadoras del Congreso y el gobierno federal, que han dado a entender muy claramente que el que trabaje con ciertos temas más vale que se cuide porque le van a quitar la financiación. Por ejemplo, enmiendas que ha considerado el Congreso y llamadas amenazantes del National Institutes of Health.

La respuesta de la mayoría de los investigadores ha sido ser muy cuidadosos para proteger sus programas, y eso es perfectamente razonable y admirable porque son programas que salvan vidas. Por ejemplo, cómo prevenir el VIH en poblaciones de alto riesgo de hombres gay, en las cuales está aumentando la infección; eso es un asunto de vida o muerte.

Por otra parte, yo tengo la esperanza de que más investigadores empiecen a protestar públicamente, a decir lo que pasa, en vez de sufrir individualmente en silencio. O sea, que den una respuesta colectiva.

Pero sí, hay mucha censura e intimidación y eso lleva a autocensura. Hablemos de la censura directa: si la información de los websites del gobierno ofende la sensibilidad moral o las tendencias políticas de la derecha cristiana, pues la quitan.

Te doy un ejemplo clásico: el website del National Cancer Institute tenía un estudio que demuestra que no hay conexión entre el aborto y el cáncer. Eso es algo que llevan años diciendo los que se oponen al aborto para asustar: "Si te haces un aborto, te va a dar cáncer de seno". Como ese estudio contradice la propaganda, lo quitaron del website. El National Cancer Institute organizó una conferencia dizque para reevaluar la información, aunque no había nuevos estudios sobre el tema. Al año y medio finalmente reiteraron la información del estudio. Pero en ese tiempo, dos estados decretaron que se le "informe" a las mujeres que quieren abortar que se exponen a que les dé cáncer de seno. O sea, hay leyes estatales basadas en conclusiones completamente falsas, que cuentan con todo el apoyo de la Casa Blanca.

ST: En el libro dices que la gente progresista no se da cuenta del impacto social de esos decretos sobre ciencia, pero que el movimiento contra el aborto sí lo entiende muy claramente. ¿Por qué no hablamos de la conexión entre la censura de la ciencia y el impacto concreto a nivel social? ¿Qué efecto tiene en las medidas del gobierno?

EK: Bueno, los dos ejemplos que tienen el mayor impacto social son los programas de educación que solo promueven la abstinencia, aquí y en el mundo, y varios esfuerzos para quitarle la financiación a los programas de planificación familiar en todo el mundo: la norma de Ciudad de México [que prohíbe a los centros de planificación familiar de todo el mundo hablar del aborto, o pierden los fondos de Estados Unidos] y muchos esfuerzos de quitarle la financiación al Fondo de Población de Naciones Unidas y a otros grupos de planificación familiar.

Los efectos internacionales son alarmantes. Un ejemplo es el caso de Rumania, donde el aborto es un método común de planificación familiar. Cuando una mujer va a una clínica de planificación familiar a abortar, los consejeros le enseñan otros métodos, ya sea la píldora, el diafragma u otro, para que no tenga que volver a abortar. Pero esa conversación, que a la larga reduce la cantidad de abortos, solo la pueden tener si la clínica practica abortos y habla del aborto, porque a eso es a lo que van las pacientes.

Así que en Rumania, prohibir la mención y la práctica del aborto en las clínicas de planificación familiar hará subir la cantidad de abortos. Esa es la consecuencia lógica, porque todas las organizaciones que ofrecen servicios de aborto han perdido los fondos de Estados Unidos para planificación familiar y no pueden ofrecer esos servicios; y las clínicas que dejaron de practicar abortos no ven a las mujeres que abortan y no pueden enseñarles otros métodos. Es absurdo.

Otro caso peor aún es lo que pasa con las organizaciones y clínicas de planificación familiar que ofrecen servicios de prevención, análisis y atención de VIH. En los países en desarrollo y en el África subsahariana, donde la epidemia del SIDA es más intensa, la enfermedad está muy estigmatizada. Es ingenuo pensar que la gente va a ir a una clínica especializada de VIH a hacerse análisis. Pero sí va a las clínicas de planificación familiar que ofrecen servicios de VIH.

Así que precisamente cuando Bush lanza su iniciativa global del SIDA y cuando supuestamente vamos a aumentar la respuesta mundial al SIDA, todas las clínicas que ya están en la mejor posición para responder a la crisis del SIDA y ofrecen consejería, análisis, atención medica, etc., han perdido las contribuciones de Estados Unidos, el mayor donador del mundo.

Muchas clínicas han tenido que cerrar o despedir a los empleados. Las que siguen abiertas, están reducidas a casi nada. Aunque en teoría los fondos para SIDA no tienen la misma prohibición de mencionar el aborto que los fondos para planificación familiar, las clínicas de planificación saben que no les van a dar fondos para el SIDA. No se los van a dar. Así que se ha perdido una enorme oportunidad y costará muchísimas vidas.

Hablando de los programas que solo enseñan el método de abstinencia (que se basa en premisas falsas), la información que tenemos a la fecha indica que los jóvenes que pasan por esos programas tienen más riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual y de embarazo. En Estados Unidos esos programas no mencionan los métodos anticonceptivos ni los condones; solo dicen que no son de fiar.

Puede que se demoren unos meses más en tener relaciones sexuales por primera vez, hasta ocho meses, pero cuando las tienen no están preparados. No se hacen análisis de enfermedades de transmisión sexual, no se ponen condones. Se exponen a riesgos. Todavía no tenemos información estadística de lo que está pasando en el país con los índices juveniles de enfermedades de transmisión sexual y de embarazo como resultado de los programas que solo enseñan abstinencia, pero da temor pensar en el impacto que pueden tener.

Es criminal que ahora eso se esté exportando a los países de África. Ir a enseñar programas de abstinencia, que hablan mal de los condones, en un país donde el índice de infección de SIDA es 25%, es de plano criminal.

ST: Tú documentas que la Iniciativa de Fe de la Casa Blanca le está quitando los fondos a los programas laicos de servicios sociales y se los da a programas cristianos. Es terrible, por ejemplo que no dejen hablar de condones. Pero los están presentando como algo muy bueno: "Vamos a dejar de discriminar contra los servicios religiosos que quieren ayudar a los americanos, a los pobres, bla, bla".

EK: Sí, suena lindo. Bueno, veamos lo que está pasando.

Una cosa es que los grupos que tienen afiliación religiosa reciben más privilegios que los grupos laicos de servicios sociales con más experiencia. Un grupo que se llama OMD Watch, que observa la conducta del gobierno, cuenta el caso de un grupo de veteranos que recibió fondos del gobierno muchos años; cuando empezó la Iniciativa de Fe, perdió los fondos y entonces se cambió el nombre, dijo que era un grupo religioso, y le volvieron a dar fondos.

Pero no todos los grupos religiosos reciben fondos; ahí también hay discriminación. Hasta el verano pasado, todos los grupos religiosos que recibieron dinero eran cristianos. No tengo información más reciente.

Cuando hablé con el director del programa, le pregunté: "No veo obras de beneficencia musulmanas ni judías ni de otras religiones que no sean cristianas. ¿Por qué?". Su respuesta me pareció muy irrespetuosa de las religiones minoritarias: "Bueno, los judíos y los musulmanes solo quieren trabajar con su propia gente, así que no les interesa este dinero". Bueno, eso se puede voltear y aplicárselo a los evangélicos.

Por último, otra tendencia importante es que le están dando mucho dinero a programas abiertamente políticos de la derecha cristiana.

Una parte va a programas de abstinencia, otra parte va a programas de la Iniciativa de Fe, pero mucho dinero va a una cosa que llaman centros de crisis por embarazo (crisis pregnancy centers). Son locales que posan de clínicas, pero en realidad son centros de propaganda para convencer a las jóvenes de que no se hagan un aborto asustándolas con cuentos de que les "va a dar cáncer" y con fotos de fetos muy desarrollados cubiertos de sangre. A muchos de esos centros los han demandado por presentarse como clínicas cuando no tienen personal médico. De todos modos, reciben una enorme proporción, millones de los fondos para programas de abstinencia.

Los peces gordos de la derecha cristiana han recibido millones: el grupo Samaritan's Purse de Franklin Graham acaba de recibir millones de dólares de la Iniciativa Presidencial de Emergencia del SIDA para enseñar programas de abstinencia en África. El grupo de Pat Robertson, Operation Blessing, recibió millón y medio. El grupo Prison Fellowship Ministries de Chuck Colson recibió dos millones para programas de capacitación vocacional de ex convictos.

Los meros meros de la derecha cristiana, los que tienen buenas conexiones políticas, están recibiendo dinero a manos llenas. Están contratando empleados. Es una enorme inyección de fondos de los contribuyentes a grupos cristianos para que contraten gente para hacer lo que hacen, no dar servicios sino labor ideológica.

ST: En el libro explicas que Bush habla al mismo tiempo en dos niveles [para el público general y para los evangélicos] y que distintos grupos lo oyen con distintos oídos. ¿Qué oye la base fundamentalista cristiana de George Bush que los demás no oímos cuando habla con el lenguaje del "fin de los tiempos" de Palestina y política exterior, de una moral bíblica textual, etc.?

EK: Bueno, hay que tener cuidado y no dejarse llevar únicamente por experiencias personales, así que yo le presto mucha atención a la investigación que hacen grupos como Beliefnet o Pew Center on Religión in Public Life y otras organizaciones dedicadas a estudiar el tema.

Yo creo que el núcleo, el denominador común de las organizaciones evangélicas (como la Association of Religious Broadcasters or el Southern Baptist Seminary y otras que tienen una "declaración de fe" que hay que aceptar para ser miembro) es la aceptación personal de Jesucristo como salvador, la creencia en la verdad literal de la Biblia y otros puntos oscuros sobre la resurrección de Jesús. Además, comprometerse a "caminar por el camino de la vida con Jesús, a caminar con Dios".

En cuanto a los detalles de la posición exacta sobre el matrimonio gay, la interpretación exacta del fin de los tiempos, etc... hay mucho debate sobre la doctrina del fin de los tiempos y, sobre los asuntos nuevos, todavía no está claro cuál va a ser el consenso. Todavía se está decidiendo.

Pero tu pregunta era qué ven en George Bush, qué les late. Yo creo, primero, que les encanta que sea tan abierto y explícito sobre su fe. Les encanta que hable de religión en público; que hable de religión con otros jefes de estado, lo que ha sido un escándalo internacional; por ejemplo, que haya rezado y estudiado la Biblia con Tony Blair es un escándalo en Inglaterra.

Los demás medio aceptamos ese lado suyo, pero a los evangélicos les encanta que hable de su experiencia de volver al redil, que dijera en el debate presidencial del 2000 que su filósofo favorito era Jesús. Todo eso les fascina.

Lo segundo es que perciben que Bush tiene más o menos la misma posición que ellos sobre sus valores morales. A veces dudan de él y lo presionan a ver qué hace. Por ejemplo, les molestó mucho que demorara tanto tiempo en apoyar la idea de prohibir el matrimonio gay con una enmienda constitucional. Bush pasó meses explorando otros caminos para no tener que tomar esa posición, como echarle un chorro de dinero a programas de promoción del matrimonio y otras cosas, pero finalmente quedó contra la pared.

Así que a veces dudan de él, pero a la hora de la hora, va a firmar la ley contra el aborto que le pongan por delante y va a apoyar las estrategias para bloquear el matrimonio gay. Va a apoyar la orientación religiosa, es decir cristiana, a todo: prevención de embarazo, prevención de enfermedades de transmisión sexual, tratamiento para la drogadicción, etc. Va a decir que la solución cristiana es la mejor.

Creo que a ese nivel sienten fundamentalmente que tienen un aliado, aunque a veces haya que presionarlo un poquito aquí o allá.

Además tienen la fuerte creencia, reforzada por gente de la Casa Blanca y por la dirección del movimiento de derecha cristiana, de que Bush es presidente por intervención divina. Al principio muchos de ellos no lo querían del todo; por ejemplo, James Dobson de Focus on the Family no apoyó a Bush en el 2000 porque en su opinión no se oponía lo suficiente al aborto. Pero después del 11 de septiembre pasó una cosa en la derecha cristiana: vieron que Bush ganó la presidencia sin ganar el voto popular, que surgió una gran crisis por culpa del Islam, esa religión "malvada", y se pusieron a decir que dios puso a Bush en la presidencia. Se convencieron de que la ciudadanía no sabía cuánto íbamos a necesitar un líder como Bush, pero dios sí lo sabía ; que aunque no votamos por él, dios sabía y lo puso ahí para "tiempos como estos", como dice el general Boykin repitiendo palabras de la Biblia.

Cuando Bush entreteje en sus discursos (especialmente sobre el 11 de septiembre y la Guerra contra el Terror, pero también sobre cualquier otro tema, como el SIDA) referencias bíblicas y morales, alimenta la idea de que dios opera por medio de él. A Bush le gusta estar en las manos de dios. Le gusta hacer la labor de dios. De modo que adorar a dios, tomar partido con dios, caminar con Jesús, todas esas cosas que son tan importantes para ellos, y apoyar a Bush se entrelazan. Porque Bush es un agente de dios.

El otoño pasado, antes de las elecciones, fui a una concentración de la Coalición Cristiana donde Jerry Falwell habló en esa tónica de por qué Bush ganó en el 2000. Después dijo: "Y esta vez queremos que gane el voto popular tan claramente que nosotros sepamos y el Partido Republicano sepa que Jesús lo hizo". Estoy segura de que esta vez creen que dios está operando por medio del electorado, por medio de la ciudadanía, para que tengamos un líder devoto como Bush.

ST: Me parece que los líderes evangélicos, como Viguerie y Dobson, también hablan en dos niveles: le dicen una cosa a sus seguidores y al día siguiente le dicen otra cosa al New York Times,como que es "la hora de nuestra revolución". Son muy calculadores. Viguerie ha dicho claramente que el aborto es la puerta por la cual muchos entrarán al movimiento y de ahí atacaremos el laicismo y de ahí. y terminan apoyando una postura muy agresiva contra el resto del mundo. Mucha gente que se ha tragado todo esto no sabe adónde lleva.

EK: Cierto. Pero como tienen una ideología que dice que la mano de dios está actuando en el mundo (y eso no es igual a la fe general en dios que tienen la mayoría de los estadounidenses; es la idea evangélica de que la mano de dios está actuando en el mundo), no sé si piensan que es necesario entender adónde lleva. La fe los hace creer que va en la dirección correcta. Pueden perdonar mucho, como la muerte de tantos soldados estadounidenses en Irak o los problemas económicos, porque creen en una presencia divina.

ST: Una ironía que me impactó al leer el libro es que la derecha cristiana siempre se queja de que está bajo ataque. En realidad, desde la época de Constantino, el cristianismo ha respaldado las cruzadas, el holocausto, la trata de esclavos, el genocidio de los amerindios. tiene una larga trayectoria, y hoy tiene importantes puestos en el gobierno, las fuerzas armadas y el mundo financiero. Pero se quejan de que son víctimas. Esto también define el marco del diálogo nacional. Mucha gente progresista vacila en oponerse a esto, a pesar de lo peligroso que es, porque cree que nuestro lado tiene que practicar la tolerancia. El otro lado es intolerante y eso es lo que no nos gusta. Por eso nos encontramos en una situación irónica y peligrosa.

EK: En Europa, donde el laicismo es más prominente a pesar de que muchos países tienen religión estatal oficial, es más fácil, irónicamente, oponerse a esto desde una perspectiva laica.

Por ejemplo, cuando Francia prohibió que las estudiantes musulmanas se pusieran pañoletas en la cabeza en la escuela (lo que se puede decir es un ataque contra las minorías), se decía abiertamente que nuestras escuelas son laicas y no se deben permitir despliegues religiosos.

Eso sería mucho más difícil en este país porque la abrumadora mayoría es religiosa. Creo que solo el 10% de la población se describe como laico, ateo u agnóstico. Otro 10% son de religiones minoritarias. Y el 80% son cristianos.

Estratégicamente, ¿cuáles son las implicaciones para la derecha cristiana? Yo aliento a todos los que les molesta la situación actual a no tener miedo de expresar sus valores como valores, sean laicos o religiosos.

Tomemos por ejemplo el debate sobre la abstinencia. El marco de discusión es que por un lado está la gente "motivada por la moral", que recomienda la abstinencia, y por el otro está la gente "motivada por la ciencia", que recomienda una forma integral de educación sexual con información sobre los condones, etc. Pero esto tapa el hecho de que los que quieren educación sexual integral también tienen un valor moral, que es salvar vidas. Eso es un valor moral.

La gente que quiere educación integral y programas de información para prevenir el VIH también está motivada por valores morales. Le preocupa mucho salvar vidas en África y salvar la vida de jóvenes de este país.

Esto no responde directamente a la pregunta sobre tolerancia, pero me parece que, como somos partidarios de la ciencia, permitimos que se diga que nuestro lado es científico y laico y que no lo motivan los valores. Al contrario, debemos decir: ellos tienen cierta moral, que se basa en los mandamientos divinos y no tolera la menor desviación, y si uno va más allá pagará un precio alto. Pero nosotros también tenemos nuestra moral, que es salvar vidas, cueste lo que cueste. Al carajo la ideología. Vamos a hacer lo que sea para salvar vidas.

Eso se puede aplicar a otros temas, como si la guerra de Irak es justa o injusta. En una amplia gama de temas los que nos oponemos al programa de la derecha cristiana podemos decir que, sí, la criticamos porque se basa en una ciencia falsa y en fantasías sobre el apocalipsis, pero además la criticamos porque tenemos nuestro propio sistema de valores.Y aquí está. Hay que expresar esos valores, decir que los valores no son propiedad exclusiva de la derecha cristiana evangélica.

Hace poco fui a un diálogo de varias religiones sobre las elecciones en la iglesia Riverside. Varias voces expresaron una fuerte oposición a los vínculos entre el cristianismo y el imperio, y pidieron regresar a la misión principal de proteger a los pobres y los desamparados. Participaron judíos, gente como Manning Marable, que es socialista y laico, un imán, etc. Presentaron valores morales desde una perspectiva pluralista religiosa-laica que comparte mucha gente.

Creo que una solución, por ahora, es decir que nos oponemos [a las medidas del gobierno] desde la perspectiva de nuestros valores morales, que es la vida humana y la dignidad humana.

ST: Sí, esto es muy importante. nos interesan los hechos, nos interesan muchos temas, y los investigamos y nos movilizamos. Pero si uno examina las sociedades humanas es claro que los seres humanos buscamos entender el mundo, buscamos significado en el mundo. Queremos entender lo que es ser humanos en el ambiente y sociedad en que nos encontremos. Si no abordamos esto desde nuestra perspectiva, desde una perspectiva progresista o radical o revolucionaria, pues concedemos ese terreno. Hoy en día la vida es muy tumultuosa, y si no abordamos eso pues le concedemos ese terreno al otro lado, que está listo y dispuesto a dar respuestas absolutas. Estoy de acuerdo.

Para concluir y por curiosidad, viste un problema y te pusiste a investigar. ¿Qué te sorprendió más al investigarlo? ¿Qué se destacó?

EK: Varias cosas. Una, que describí en el libro, fue una reunión con dos personas que enseñan abstinencia en Tennessee. Me confesaron que varios amigos suyos que le enseñaron abstinencia a sus hijos tenían hijas adolescentes embarazadas. Pensé que me lo dijeron para criticar el programa de enseñar solo abstinencia, pero resulta que no lo lamentan, que les parece bien enseñar una moral clara incluso si no es eficaz en el caso de sus propias hijas.

Reflexioné mucho sobre esto durante varias semanas, y me impactó que lo importante para ellos, ya sea con la adicción, el VIH o el embarazo, no son los resultados. Esa no es la meta. Eso sí es lo importante para los trabajadores de salud pública, pero no para los religiosos.

Lo que ellos buscan es establecer un marco moral claro, que no deje lugar a dudas, y comunicarlo claramente. Y que se entienda que si uno se desvía del camino, tendrá consecuencias serias.

Esa es la perspectiva del cristianismo evangélico. Que no importan los pecados (por ejemplo, perdonan a George Bush, a pesar de que fue un borrachín y mujeriego). no importan los pecados. Si una acepta el bien, que es Jesús, y sus valores morales, se le perdona todo. Si una adolescente embarazada se arrepiente, reconoce su pecado y se hinca ante Jesús, llegará al cielo.

Es importante tener esto en mente en los debates sobre salud pública. A fin de cuentas no les interesan los resultados. Si uno cree que eso es lo que les importa, está confundido.

Otra cosa que me sorprendió es que solo le han dado fondos para programas "motivados por la fe" a grupos cristianos. Pensaba que tendrían más sentido común y que le darían fondos a grupos musulmanes o judíos, para disimular. Eso me demostró que no les importan las apariencias.