Revolución #147, 16 de noviembre de 2008


Para reflexionar: Mandela y Obama

Hoy muchos comparan a Barack Obama con Nelson Mandela, el líder sudafricano quien llegó al poder a principios de los años 1990, después de décadas de gobierno del apartheid, en que los sudafricanos negros no tenían casi ningún derecho, ni el derecho de votar, de vivir en ciertas áreas, de desplazarse libremente, etcétera.

Aunque era fundamentalmente un reformista, y nunca verdaderamente revolucionario, Nelson Mandela estaba vinculado con la lucha del pueblo negro oprimido en Sudáfrica y pagó un precio por su participación en esa lucha (mientras que Obama nunca ha jugado ningún papel semejante a lo que Mandela jugaba en relación a la lucha de la gente oprimida). Con la elección de Mandela en los años 1990, y el ascenso al poder de un presidente negro en Sudáfrica, acabó el sistema formal de segregación del apartheid. Pero las condiciones económicas de la gran mayoría del pueblo negro de Sudáfrica han continuado empeorando desde ese tiempo y también en muchas formas sus condiciones sociales y políticas. Para colmo, este cambio político a una presidencia negra ha jugado un gran papel en acabar con los anteriores levantamientos y la resistencia de las masas negras y los extendidos sentimientos revolucionarios que acompañaban esa rebelión de masas: ha  dejado a las masas negras cruelmente oprimidas y al mismo tiempo desmovilizadas políticamente, mientras que sus condiciones concretas, como la pobreza que continúa y el amplio desempleo, seguían empeorando. Además, por el momento, el levantamiento revolucionario de millones de jóvenes y otros negros, la esperanza y la lucha por un mundo mejor que caracterizaban ese levantamiento, y la inspiración que este generaba, los ha reemplazado la mayor delincuencia, la que ha desmoralizado más a las masas negras.

Esta es una experiencia amarga cuyas lecciones cruciales —que destacan fuertemente la necesidad de la revolución y una sociedad radicalmente diferente y no simplemente un cambio de la tez del administrador del sistema opresivo— tienen que ser aprendidas profundamente, a fin de beneficiar a las masas negras de Sudáfrica y a la gente oprimida en todas partes, inclusive en Estados Unidos.

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