Revolución #149, 30 de noviembre de 2008


Abrazar la revolución total

Recibimos la siguiente carta de un lector.

Escribo esta carta con la esperanza de que mi historia personal pueda inspirar a otra gente joven para luchar con las contradicciones y comprender la revolución. Como alguien medianamente nuevo trabajando en el movimiento revolucionario, siento que es necesario relatar las experiencias que finalmente me llevaron a asumir la línea del Partido Comunista Revolucionario. Después de todo, no muchas personas esperaban que mi vida diera un giro así de esa manera, incluyéndome a mí…

En 1999, el Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York asesinó a Amadou Diallo, quien vivía en el Bronx, disparándole 41 veces y desencadenando en todo el país una ola de furia y protesta. No me enteré del asesinato de Diallo a través de los medios oficiales, sino por el esfuerzo colectivo de docenas de raperos que contribuyeron al CD Hip Hop For Respect.

En esa época tenía solamente 14 años y esto me parecía como vivir a un mundo de distancia en términos del estilo de vida al que estaba acostumbrado. Crecí en el exterior en las bases militares de Estados Unidos debido a la participación de mis padres en el ejército norteamericano. En mi primer año de secundaria, yo aún aceptaba casi todo el “megadiscurso” acerca de la grandeza de los Estados Unidos (y el chovinismo nacional que conlleva). Nunca había vivido en los Estados Unidos, pero recorrí cerca de la mitad de estados en las vacaciones de verano en que cuando era pequeño mi familia me llevaba. Pero se puede decir sin temor a equivocarse que en esos viajes vimos solo un lado de los Estados Unidos: la manera en que la clase media más acomodada vive.

Así, aquí yo oía esta noticia acerca de un inmigrante africano que balearon con entusiasmo unos policías en una barriada de Nueva York, y esto me cayó como una tonelada de ladrillos: “Demonios, ¿cómo pudo suceder esto en la tierra de la LIBERTAD?” Me picó la curiosidad. ¿Habría otros incidentes de brutalidad policial que padecían las llamadas minorías? Descubrí que la respuesta era “sí”. Mi siguiente pregunta fue más al grano. ¿Fue este incidente de un asesinato a sangre fría una expresión de algo sistemáticamente malo en la sociedad norteamericana? La respuesta a esa pregunta me asustó, porque de nuevo descubrí que era “sí”.

En ese tiempo, la Internet se expandía rápidamente y le saqué todas las ventajas para educarme yo mismo. Uno de los portales que frecuenté y que tuvo un profundo impacto en mí desde la primera vez que lo vi fue el Obrero Revolucionario (ahora Revolución, o revcom.us). Era la versión virtual de un periódico que no solo documentaba los tantos horrores que el gobierno de los Estados Unidos inflige sobre su propia población y sobre las masas alrededor del mundo, sino también los artículos planteaban con osadía la visión de un orden social de NUEVO tipo y un mundo mucho mejor. La visión que planteaba era la del socialismo en transición al comunismo. Yo ciertamente había oído del comunismo antes. En realidad, al haber vivido parte de mi infancia en Europa cerca de los llamado países comunistas (los cuales entiendo ahora nunca fueron socialistas), al igual que al haber cursado años en las escuelas del ejército de los Estados Unidos, mi percepción del comunismo era que se trataba de algo semejante al “mal”, o a lo mejor, algo “inviable”. Sin embargo, el Obrero Revolucionario me dijo una historia muy diferente, y me mostró que el inútil y decadente sistema que le priva a la mayoría de la humanidad de sus necesidades y derechos más básicos es el CAPITALISMO.

Yo navegaba por el portal frecuentemente, pero mi desarrollo político era lento y cauteloso. Después de todo, si mencionara la palabra revolución a alguien, normalmente se reiría, lo que muchas veces me parecía producto de su ignorancia de lo que la revolución realmente significa. Y había muchos partidos “radicales” a que probar y conocer.

En la universidad (mientras vivía en una base militar de Estados Unidos), finalmente leí El manifiesto del Partido Comunista, y quizás un tanto prematuramente, empecé a llamarme a mí mismo un marxista-leninista. Esta infancia ideológica se expresó por sí misma en la inscripción para unirme a una organización que resultó reformista y revisionista: el Partido Comunista de los Estados Unidos, o el PCEUA. Recibí su literatura política, pero me pareció muy extraño que un partido que se suponía ser revolucionario en sus orientaciones me estaba diciendo que saliera y apoyara a los demócratas en las elecciones generales. Después de recibir sus periódicos y revistas por unos años, renuncié a mi membresía y busqué una mejor forma de contribuir a emancipar a la humanidad.

En 2008 finalmente rompí con el llamado estilo de vida de “niño mimado de padres militares” que había conocido durante casi toda mi vida. Me mudé a los Estados Unidos para seguir una carrera como artista hiphopero. Frecuentemente me dije a mí mismo que cuando fuera a los Estados Unidos, chequearía Libros Revolución, que es donde supuestamente el periódico Revolución estaba a la venta al lado de las obras y los materiales del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, y del presidente Bob Avakian. Entré a Libros Revolución y sin exageración por el beneficio de esta historia, eso me cambió la vida.

Empecé a bregar profundamente con la línea desarrollada en el periódico Revolución. Y empecé a comprender cuán importante es tener una herramienta como el periódico Revolución en la construcción del partido de vanguardia comunista revolucionario. Leí Away With All Gods!, Unchaining The Mind and Radically Changing The World de Bob Avakian, un trabajo que evalúa brillantemente el rol negativo que juega la religión y todas las formas de superstición en mantener a las personas lejos de la verdad acerca de la verdadera forma en que funciona el mundo y lejos de ser fundamentalmente LIBRES. Esta obra me confirmó la necesidad de tener una concepción del mundo científica, dialéctica y materialista, y cambié de ser un agnóstico a un acérrimo ateo. También me influenció enormemente El comunismo y la democracia jeffersoniana de Avakian, un folleto que cuestiona de fondo el punto de vista democrático burgués. Por allá en 2004, voté por John Kerry para la presidencia, creyendo que “el mal menor” sería la mejor opción para el pueblo trabajador. Sin embargo, después de leer El comunismo y la democracia jeffersoniana, me quedó requete-claro que de hecho esta democracia es una democracia burguesa, o una dictadura burguesa. Esto es tan importante para el momento actual cuando mucha gente que quiere ver cambios reales y fundamentales está dejando irse a los brazos del presidente electo Barack Obama. La verdad es que ¡no se puede obtener ningún auténtico cambio para mejorar la situación si no se acabe con el sistema entero basado en la opresión y explotación! Tiene suma importancia entender eso.

Lo más importante acerca de enchufarme al periódico Revolución es que he alcanzado cierto nivel de claridad ideológica, y como resultado cierta capacidad de llevar esta línea a las masas. Esta dinámica de teoría-práctica-teoría es vital. Con demasiada frecuencia en el pasado leía cosas que pensé que eran importantes, pero en muchísimos casos yo no las llevaba a debatir con la gente. Todo el trabajo que yo estaba haciendo en el campo de las ideas simplemente se volvió mi información privada y guardado de conocimientos. ¡Eso era (y en un sentido general es) problemático! El cambio no puede darse en el mundo cuando la gente simplemente “tome conciencia”. La teoría tiene que aplicarse activamente para resolver las contradicciones de la vida real. Ahora estoy viendo cuán difícil eso puede ser. Después de todo, estamos viviendo en tiempos y en condiciones no revolucionarias y en muchos sentidos es cierto que nuestro trabajo está “yendo contra la corriente”. Pero déjeme aclarar que este trabajo también entretiene, estimula y satisface mucho. ¡En realidad no hay nada en absoluto que más satisface que dedicar la vida al desarrollo de un movimiento revolucionario que es verdaderamente capaz de tomar el poder estatal y transformar el mundo!

En este momento, busco maneras de contribuir concretamente y una cosa que estoy empeñado a hacer es volverme un contribuyente financiero constante del periódico. Además, de corazón urgiría a todos que hagan lo mismo, que sus donaciones generosas pueden aportar mucho para construir el movimiento. Además, verdaderamente urgiría que todos los jóvenes que deseen ver venir un mundo mejor, que anhelen abrazar la libertad durante su vida, aprendan – que aprendan acerca de Revolución, aprendan acerca de Bob Avakian, aprendan acerca del Partido Revoluciona-rio Comunista, Estados Unidos. Fortalecer su conocimiento de la línea del partido, ampliar su comprensión científica del mundo y acoger la lucha por un futuro donde tengamos un mundo en el que valga la pena vivir. ¡Abrazar la revolución total!

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Revolución: por qué es necesaria, por qué es posible, qué es
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