Revolución #150, 14 de diciembre de 2008


Del Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar

La Gaza: Al borde del precipicio

 

24 de noviembre de 2008. Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar. En la forma de tortura favorita de Estados Unidos, el submarino, llevan a la víctima al borde de la muerte para luego, en la mayoría los casos pero no todos, suspenderla un poquito para no exponerse a la acusación de asesinato, aunque hayan causado sufrimientos insoportables. Viene a ser lo mismo lo que Israel está haciendo a los habitantes de la franja de Gaza, no de a uno por uno sino en escala general, al mantenerlos al borde de morirse de hambre.

El 24 de noviembre, mientras la Gaza carecía casi completamente de luz, paralizadas las unidades de cuidado intensivo de sus hospitales, obligada a escoger entre usar diesel para proveer agua potable o para sacar al mar las aguas negras sin tratar, y faltando pocos días para que la población se muriera de hambre, Israel abrió tantito la llave. Permitió que entrara desde Egipto un convoy de unos 45 camiones con alimentos y otros productos de necesidad básica y mandó un poco de combustible por un oleoducto desde Israel al otro extremo de la Gaza. Luego Israel cerró la llave de nuevo.

La cantidad de alimentos que entró apenas alcanzaría para tres días bajo condiciones normales. “Israel sigue dejando entrar alimentos poco a poquito, nunca lo suficiente. Se vive al día, literalmente”, informó un reportero de Al Jazira. Hacía una semana que entró el último convoy de una cantidad semejante de alimentos, y el anterior entró hacía dos semanas atrás.

En 2005 cuando el estado sionista terminó su ocupación de la Gaza y su dominio militar directo sobre esa franja del desierto, guardó para sí el control completo sobre sus fronteras terrestres, marítimas y aéreas. Destruyó sus huertas frutales con bulldozers blindados, bloqueó el puerto de pesca, cortó el suministro de insumos y productos para fábricas y otros negocios, y prohibió a la mayoría de la población el derecho de trabajar y hasta de marcharse. Como resultado, aproximadamente un millón de los 1.5 millones de habitantes de la Gaza dependen de la distribución de alimentos por la ONU. El organismo de la ONU cerró sus centros principales de distribución a mediados de noviembre por falta de provisiones. Otro dijo que podía seguir distribuyendo paquetes de cereales, harina, azúcar y aceite comestible durante unas pocas semanas más. Los funcionarios de la ONU no esperan que la situación se mejore. “Simplemente no es suficiente”, le dijo un representante de la UNWRA (Agencia de Ayuda para los Refugiados de Palestina de Naciones Unidas) a la agencia noticiosa Reuters sobre las aperturas fugaces de la frontera.

Está claro que la política del gobierno israelí es de mantener en desesperación y sin esperanzas a la población de la Gaza.

Pero esta situación no simplemente continúa igual sino que se está deteriorando. Un informo aún secreto de la Cruz Roja Internacional, una parte del cual fue filtrada a la prensa, “describe el efecto ‘devastador’ del sitio que impuso Israel tras la toma de poder de Hamas en junio de 2007 y indica que la caída dramática en condiciones de vida ha provocado un cambio de dieta que perjudicará a largo plazo la salud de los que viven en la Gaza y ha causado deficiencias alarmantes de hierro y las vitaminas A y D” (The Independent, 15 de noviembre).

El informe señala “el deterioro progresivo de la seguridad alimenticia de hasta 70 por ciento de la población de la Gaza” y advierte que la mayoría de los hogares viven en un “nivel de subsistencia”, alimentándose principalmente de productos de harina, azúcar y aceite, frecuentemente sin combustible para cocinar granos, y que “la desnutrición crónica es una tendencia cada vez mayor, y las deficiencias en micronutrientes es motivo de gran inquietud”.

Metas políticas del cierre

Las metas políticas israelíes para el cierre no son ningún secreto: doblegar a la población de la Gaza a la voluntad sionista. Es ilegal incluso por los motivos que los funcionarios israelíes declaran al mundo: “Las fronteras están cerradas por los constantes lanzamientos de proyectiles” (Reuters, 18 de noviembre). Infligir el castigo colectivo a todos los habitantes de la Gaza, por los poquitos proyectiles que caen en las dunas de arena en Israel y de vez en cuando en la ciudad de Ashkelon acerca de la Gaza, va en contra de la Cuarta Convención de Ginebra. Pero, por supuesto, ningún gobierno occidental quiere que sean procesados los funcionarios israelíes juntos con los serbios y africanos por crímenes de guerra en el tribunal internacional en La Haya.

Estados Unidos y las potencias europeas aprueban los actos israelíes porque aprueban sus metas: aplastar la resistencia palestina y en particular quebrar a Hamas, el partido fundamentalista islámico que ganó las elecciones parlamentarias en 2006 cuando Israel y sus patrocinadores esperaban que ganara la más acomodaticia Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Los gobiernos democráticos occidentales aprueban el castigo colectivo a los habitantes de la Gaza por votar por Hamas.

Al mismo tiempo, es una la situación compleja. A Hamas le interesa más el dominio islámico que la autonomía palestina, sin hablar de la verdadera liberación. El ritmo del estrangulamiento intermitente israelí de la Gaza obedece a las negociaciones intermitentes entre Israel y Hamas, y también entre Israel y la OLP. La “calma” de largo plazo (la suspensión de actividades armadas) a la cual Hamas acató, se interrumpió a principios de noviembre cuando Israel atacó a la Gaza y mató a miembros de Hamas que supuestamente estaban excavando un túnel debajo la frontera. Algunos observadores creen que lo que motiva las acciones armadas de los dos lados es presionar a cada quien en preparación para más negociaciones.

El papel del Egipto dependiente de Estados Unidos

Con o sin Hamas, la política explícita de Israel es de obligar a Egipto a asumir más control sobre la Gaza y quizás en el futuro absorberla y así eximir a Israel de la carga y la vergüenza. Esta parte de Palestina ha cambiado de dueño entre Egipto e Israel varias veces desde la fundación del estado sionista. El gobierno de Hosni Mubarak, dependiente de Estados Unidos, apuesta a sus tropas como celadores para evitar que los palestinos se escapen o que entren provisiones.

En otra demostración poca conocida pero extrema de la disposición de Mubarak de defender los intereses israelíes, es sabido que el año pasado guardias fronterizos egipcios, a solicitud de Israel, mataron a balazos o a golpizas a por lo menos tres docenas de africanos que intentaban cruzar el desierto cerca de la frontera israelí, según un informe de Human Rights Watch del 12 de noviembre. Una era una mujer embarazada. El 24 de noviembre los guardias fronterizos egipcios mataron a balazos a un africano por la razón oficial de que se echó a correr cuando lo vieron. Era el asesinato número 28 registrado este ano. Las autoridades explicaron que la falta de papeles en el cuerpo era prueba de sus intenciones criminales: de brincar la frontera israelí y pedir asilo. Se especulaba que era del Sudán, Etiopía o Eritrea, como muchas otras víctimas asesinadas.

Si un solo israelí sale perjudicado por los actos de un palestino, se arma un lío mayúsculo, castigan a la toda población palestina, y la “comunidad internacional” lo considera justo. Pero aunque Israel y el régimen de Mubarak pueden matar a todos los africanos que les dé la real gana, ningún gobierno o medio de prensa grande del occidente ni siquiera presta atención. Aprueban por igual el asesinato en cámara lenta (y muchas veces al instante) de palestinos por Israel; el Occidente no se ha molestado ni siquiera para presentar una queja formal contra la decisión israelí de prohibir la entrada de periodistas, médicos, académicos y una delegación de diplomáticos europeos para investigar las condiciones en la Gaza.

El Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar es un servicio de Un Mundo Que Ganar (aworldtowin.org), una revista política y teórica inspirada por la formación del Movimiento Revolucionario Internacionalista, el centro embrionario de los partidos y organizaciones marxista-leninista-maoístas.

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