Revolución en línea, 1 de diciembre de 2008


Hay que ver:

Milk

Milk es una película sobre la vida de Harvey Milk, un líder de la comunidad gay en el distrito Castro de San Francisco en los años 1970, y la primera persona abiertamente gay elegida a un cargo público en Estados Unidos. La película es oportuna y poderosa. Aunque es más que una “película política”, a veces le hace eco de manera casi inquietante al actual asalto político contra el matrimonio gay y de la resistencia de la gente.

Sean Penn da vida al carácter de Milk — divertido, agradable, carismático, valiente, dedicado a una causa justa. El director de la película Gus Van Sant es gay y suele hacer películas que representan a los marginados de una clase u otra.

Los créditos de apertura de la película muestran secuencias noticieras de redadas de la policía en bares gay, en que esta detiene y lleva a personas en coches celulares mientras que estas intentan taparse la cara para evitar que se revele su “crimen” de orientación sexual. Por medio de la vida de Milk, pinta un cuadro de la batalla feroz y compleja por cambiar todo eso, que es una batalla lejos de haber acabado.

Se ve a Milk abriendo la que llegó a ser su famosa tienda de cámaras en la Calle Castro en 1972. El dueño de la tienda de enfrente le dice que si Milk abriera la tienda, llamaría a la policía. Milk le pregunta bajo qué ley, y el tipo le dice: “Manda la ley de dios y manda la ley del hombre, y la policía de San Francisco hace cumplir las dos”. La respuesta de Milk es abrir la tienda de inmediato.

Cuando ocurre un asesinato de una persona gay en el distrito Castro, o la policía hace redadas despiadadas de bares gay (hubo un caso en que los policías se cubrieron las placas y por sus desmanes 14 personas fueron a dar al hospital), Milk agarró su megáfono y dirigió marchas combativas por San Francisco.

La película describe las viles campañas políticas contra los derechos de los gays por gente como la cantante de música country y portavoz de jugo de naranja de Florida, Anita Bryant, y la lucha por derrotarlas. Las secuencias documentales muestran a Anita Bryant diciendo que “fuerzas malvadas están alrededor de nosotros que quieren destruir la unidad familiar que mantiene unido a Estados Unidos”. (¿Les suena?) El senador estatal reaccionario John Briggs lanzó una iniciativa para despedir a todos los maestros gay, denunciando a “pervertidos y pedófilos que reclutan a nuestros niños”. En respuesta Milk solía empezar sus discursos con su frase característica: “Soy Harvey Milk y quiero reclutarte a ti”.

La película demuestra la determinación de Milk de buscar el cambio dentro del sistema postulándose repetidamente a puestos elegidos, y por fin ganó en 1978. En 1979, menos que un año después de su elección, Milk y el alcalde de San Francisco George Moscone fueron asesinados por el supervisor de San Francisco y ex policía Dan White (representado por Josh Brolin), un representante de los valores tradicionales quien se postuló a su puesto con una plataforma que denunciaba a “los grupos marginales de radicales, pervertidos sociales e incorregibles”.

La película termina con miles en una marcha conmemorativa a la luz de velas después del asesinato de Milk. Por dos asesinatos políticos, White fue condenado solamente  por homicidio sin premeditación y sentenciado a solamente siete años de cárcel. Tras el veredicto y sentencia leve, que muchos consideraron una vindicación de White, San Francisco presenció el estallido de los motines de “Noche Blanca”. Salieron rotas las ventanas del palacio municipal y quemadas una docena de patrullas de la policía.

La película capta vívidamente la vida de Harvey Milk, con todas sus contradicciones, y también capta el espíritu del movimiento gay de ese entonces —los años 1970— centrado en el distrito Castro de San Francisco durante el período en que surgió como centro cultural, político y social de los gays a nivel nacional.

Milk se estrenó el 26 de noviembre en varias ciudades y ahora está en cines de todo el país.

Sugerencia para los y las lectores/as: Lleven a sus amigos, y un manojo del número 148 de Revolución (con el reportaje de primera plana “El matrimonio entre gays: ¡Un derecho básico! ¡Una demanda justa!”), a los cines donde están pasando Milk por donde vives. Distribuyan Revolución entre las personas que están yendo a ver la película.

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