Revolución #157, 22 de febrero de 2009


Del Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar

Pakistán y la ocupación de Afganistán

Lo siguiente es un pasaje de un artículo del Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar.

9 de febrero de 2009. Del Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar. El 20 de enero fundamentalistas islámicos volaron cinco 5 escuelas en Mingora, una de las áreas más seguras en Swat al noreste de Pakistán para imponer su creciente dominio sobre el norte del país. No hacía mucho prohibieron y declararon anti-islámica la educación de las niñas. De acuerdo a los reportes, cerca de 200 escuelas del gobierno fueron destruidas. Hace poco, un grupo similar, el Talibán Pakistaní, también prohibió la educación de las niñas, obligando al gobierno a cerrar por días cientos de escuelas en el área.

Esta clase de cosas están ocurriendo con más frecuencia especialmente al norte de Pakistán. “Los representantes elegidos huyeron de Swat y muchos policías desertaron, por ser blanco de los ataques terroristas suicidas, lo que ha hecho que cayeron de 1.725 a 295 elementos” (Guardian, 20 de enero de 2009). Una buena parte del área tribal en Waziristán, al norte de Peshawar, está bajo el mando de Baitullah Mehssud, un líder tribal que se dice está cercano a Al Qaeda. La mayor parte del Valle de Swat fue un área turística y ahora está controlada por un grupo fundamentalista islámico dirigido por el clérigo Maulana Fazlullah.

“A través de una buena parte de la Provincia Fronteriza del Noroeste, casi una quinta parte de Pakistán, hoy obligan a muchas mujeres a ponerse la burka o velo, se silenció la música, se prohíbe que las peluquerías corten barbas y han volado e incendiado más de 140 escuelas de niñas. En la capital de Peshawar, una gran proporción de la elite social y sus músicos se han mudado a las áreas relativamente seguras y tolerantes de Lahore y Karachi. Mientras tanto, decenas de miles de personas del pueblo de las colinas alrededor del cinturón tribal semiautónomo, es decir, las Áreas Tribales de Administración Federal sobre la frontera afgana, huyen de zonas de conflicto sacudidas por misiles de los aviones Depredadores norteamericanos no tripulados y ametralladas por helicópteros artillados pakistaníes a las carpas de los campamentos que rodean a Peshawar” (“Pakistan in Peril”, William Dalrymple, New York Review of Books, 12 de febrero de 2009).

En realidad, incluso Lahore está paralizado por el miedo. Se evaporó la esperanza de que esta ciudad, el hogar de muchos intelectuales seculares pakistaníes y el centro de la cultura y poesía del país, pudiera mantenerse fuera de la guerra. Han sacudido la ciudad bombardeos y amenazas. Esta es una señal de que cuán profundamente ha penetrado el impacto de la guerra que una vez se limitaba a la zona fronteriza.

En los últimos años, Pakistán vio un incremento de ataques terroristas, bombas suicidas y asesinatos sectarios entre sunitas y chiítas. Pero ahora hay una guerra a gran escala en el norte. El ejército pakistaní tiene decenas de miles de soldados operando en el área. Todos los días cada bando declara haber asesinado decenas de sus enemigos. Según la BBC (2 de noviembre de 2002), el ejército pakistaní tardó 6 semanas en recuperar el control de solo 13 kilómetros de una carretera al norte de Pakistán. Cuando el ejército en esta campaña se tomó un pueblo, lo pudo hacer solo después de un intenso bombardeo aéreo y de tanques y artillería. Al final cuando los soldados entraron el pueblo, quedó demolido sumando muchos miles más a los cientos de miles de personas que son ahora desamparados y/o refugiados de esta guerra.

Como las dimensiones del campo de batalla han expandido la guerra, como un cuarto de millón de personas atrapadas en el fuego cruzado huyen de los pueblos y aldeas. Irónicamente, muchos pakistaníes han buscado refugio en un Afganistán azotado por la guerra.

En noviembre y diciembre se cerró temporal la vía principal que conecta Afganistán y Pakistán por el estratégico Paso Kiber después de ataques a un depósito de carga y el incendio de camiones de carga que abastecían a las tropas al mando de EE.UU. que combatían a Al Qaeda. Destruyeron un gran número de Humvee que estaba a la espera de ser trasladados al campo de batalla. El 3 de febrero, fue volado un puente de hierro en esta vía, a solo 23 km al oeste de Peshawar y de nuevo se cerró la vía. Dos días después, se destruyó en un ataque un retén de control. Cerca del 80% de los suministros para los EE.UU. y los aliados pasaban a través de esta vía del puerto de Karachi a las bases norteamericanas en Afganistán.

Otro aspecto de la espiral de violencia en la región es la intervención de EE.UU. en el norte de Pakistán donde la CIA usa aviones a control remoto equipados con misiles y sin piloto para atacar a aldeas bajo el pretexto de combatir a Al Qaeda. Cada ataque aéreo mata a docenas de personas. En agosto de 2008, EE.UU. atacó por tierra y mató a 18 personas. Según la prensa grande, la gran mayoría de esos muertos son simples pobladores. Desde entonces y hasta finales de enero las fuerzas de EE.UU. en el sur de Afganistán usaron aviones Depredadores no tripulados para realizar cerca de 40 ataques aéreos en el norte de Pakistán y el ritmo se está acelerando. Después de asumir el cargo, Obama solo tardó tres días en demostrar lo que propone traer a la gente de Pakistán y Afganistán, aprobando la continuación de los ataques aéreos.

Esta descripción corta pero dolorosa de Pakistán luce muy diferente a los tiempos de antes de la ocupación de 2001 de Afganistán. La larga y cruel campaña de EE.UU. de Afganistán en la “guerra contra el terrorismo” que supuestamente traería “estabilidad” y “democracia” a la región solo echó leña al fuego esparciendo rápidamente las llamas de la guerra. El infierno para la gente de Afganistán y ahora el infierno para los que están en Pakistán: todo eso es el fruto de la ocupación.

El Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar es un servicio de Un Mundo Que Ganar (aworldtowin.org), una revista política y teórica inspirada por la formación del Movimiento Revolucionario Internacionalista, el centro embrionario de los partidos y organizaciones marxista-leninista-maoístas.

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