Revolución #171, 2 de agosto de 2009


Fiesta de escuchar en Libros Revolución

El día 21 de julio, se reunió un grupo pequeño en la tienda Libros Revolución para escuchar al show de Michael Slate trasmitido en KPFK, la emisora radial local de Pacífica, que presentó una entrevista con los partidarios del PCR Clyde Young y Sunsara Taylor acerca de la nueva declaración. Un pintor de letreros había aparecido más temprano en la tarde para pintar el título de la declaración en la ventana de la librería en color amarillo-naranja, suscitando así interés.

Tres personas vinieron a la fiesta de escuchar, juntos con un par de personas que ayudaron con las traducciones entre inglés y español. Un hombre, un trabajador negro quien había tenido una suscripción por algún tiempo y quien había venido a la tienda varias veces, dijo que le gusta y tiene respeto por lo que dice Bob Avakian sobre los Estados Unidos, la llamada “tierra de los libres”. Odia con pasión la hipocresía de los EE.UU. y comprende cómo los Estados Unidos obliga a los inmigrantes a venir aquí y luego no les permite hablar su propio idioma pero tiene mucha disposición de explotarlos. Fue conmovedor oírlo defendiendo a los inmigrantes de esta manera y es obvio que ha discutido con otros acerca del tratamiento ultrajante que sufren los inmigrantes. Estuvo muy interesado en el folleto El comunismo y la democracia jeffersoniana y trató de decidir si tuviera dinero suficiente para comprarlo. También estuvo interesado en la cuestión de que Lincoln de hecho no quiso liberar a los esclavos, sino que al contrario intentó salvar a la Unión y al modo capitalista de producción.

Cuando se le preguntó qué piensa de la revolución y el comunismo, se puso muy callado y tuvo muy poco que decir. Le gustó lo que dice la proclamación sobre lo que significa el comunismo: “un mundo en que las personas trabajen y luchen juntas por el bien común... en que todos contribuyan a la sociedad lo que puedan y reciban lo que necesitan para tener una vida digna de un ser humano... en que ya no haya divisiones entre las personas en que algunas gobiernan y oprimen a otras, arrebatándoles no sólo los medios para obtener una vida digna sino también el conocimiento y un medio para entender bien el mundo y tomar acciones para cambiarlo”. Charlamos acerca de un mundo donde la gente forcejea con las cuestiones grandes de cómo marchar adelante en la sociedad para deshacerse de la explotación y la opresión, llegando a la verdad a través de la efervescencia y la discusión en la sociedad sobre la base del núcleo sólido, para transformar el mundo. Pero para él todo esto fue muy nuevo: También tiene la pregunta sobre si esto es posible o no. Hablamos sobre lo que dice la declaración sobre eso, la crisis financiera, pero también sobre lo que requiere una situación revolucionaria. Y el ejemplo de Irán y con qué velocidad cambian las cosas, y la pregunta es dónde está la dirección que pueda acelerar aquella situación y conducirla adelante hacia la revolución y el comunismo. Y que tenemos esa dirección.

Otro hombre negro quien se encontró en todo esto durante los años 60 y 70 está muy orientado hacia el movimiento, piensa que la izquierda necesita unirse y que eso es el problema principal, no cree que revolución es posible ni deseable y que “definitivamente no necesitamos a un solo líder al que todo el mundo sigue ciegamente”. Este señor se puso de acuerdo con muchas personas que llamaban al programa radial, quienes hablaron de la cuestión del “culto” y también preguntaron “¿y qué pasa si a un gran líder se lo lleva?... si todos dependen de él, pues su movimiento se derrumbará si las personas no están listas a ser líderes también”. Había discusión sobre la importancia decisiva de defender a un líder que tiene el calibre de Avakian y de no permitir que las autoridades lo acallen o les nieguen a las masas su dirección, que si no lo defendiéramos, estaríamos renunciando antes de empezar.

La tercera persona que vino es un mexicano hispano-parlante que había participado con varios partidos y luchas en México. Refutó lo que dijo la segunda persona sobre Avakian, de una manera muy elocuente. Dijo que solía pensar así, que se había enterado de Avakian por primera vez en Estados Unidos y pensó: “Bueno, ¿quién es el tipo este, que no ha encabezado ninguna revolución, así que, qué tiene que ofrecer?” Pero dijo que había leído El falso comunismo ha muerto… ¡Viva el auténtico comunismo! y se dio cuenta que había cuestiones muy importantes que planteaba Avakian ante él y las masas acerca del rumbo general de la sociedad y la diferencia entre la revolución y el revisionismo. Dijo que había participado en muchas luchas en México con varios partidos y líderes revisionistas y que ninguno de éstos le había desafiado a leer análisis y filosofía. Dijo que solamente las dirigirían a meterse en alguna lucha u otra por la tierra o para sueldos mejores, u otro tipo de reforma, pero nunca para comprender la sociedad y cambiar el mundo. Dijo que se dio cuenta que Avakian estuvo desafiando a las masas y dándoles el entendimiento que éstas necesitan para hacer la revolución y transformar y dirigir la sociedad. Dijo: “Así que es por eso que tengo muchas ganas de ayudar y promover a este líder, a Bob Avakian. No hay ninguna otra persona como él”.

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