Revolución #173, 16 de agosto de 2009


Del Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar

Los procesos en Irán: Una contraataque desde una posición de debilidad

3 de agosto de 2009. Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar. El 1º de agosto la facción Ahmadinejad-Jamenei del régimen islámico llevó su golpe a una nueva etapa a fin de aterrorizar y desmoralizar al pueblo.

Anunciaron el proceso de alrededor de cien personas detenidas en los acontecimientos después de la elección, entre ellos unas figuras dirigentes de las facciones “reformistas” del régimen que tenían altas posiciones durante la administración de Mohammad Jatami antes de la presidencia de Mahmoud Ahmadinejad.

La fecha escogida para este proceso fue importante: dos días después de otra serie de manifestaciones valientes en Teherán y otras ciudades y dos días antes de que el Líder Supremo ayatolá Alí Jamenei confirmara el segundo mandato de Ahmadinejad.

La parte más importante de estos hechos fue la “confesión” de Mohammad Abtahi, el vicepresidente durante la presidencia de Jatami y consejero para la campaña del candidato presidencial Medhi Karoubi. En sus “confesiones” denunció a Musavi, Jatami y el ayatolá Alí Akbar Hashemi Rafsanjani. Confirmó a regañadientes la “posibilidad” de una revolución “de terciopelo” en el país, dijo que los extranjeros fomentaron el movimiento de protesta, etcétera. Los medios de la República Islámica emitieron unas entrevistas con Abtahi y una figura similar en que describieron qué bien habían sido tratados en lo que llamaron una casa de huéspedes de primera calidad, qué simpáticos eran sus interrogadores y lo que es más importante, cómo habían cambiado de opinión y cómo habían madurado durante su detención. Una cosa que no dijeron fue por qué este cambio tuvo lugar.

Musavi, uno de los verdaderos blancos de este proceso que quizás por sí mismo está en peligro, respondió en una declaración: “Esto muestra el colapso moral y la vergüenza de los que han estado orquestado esta situación”. Jatami dijo: “Eso es simplemente un proceso con fines propagandísticos… y las confesiones carecen de toda credibilidad”.

Se esperaba estas “confesiones” mucho antes, porque ya se habían filtrado los detalles de la tortura que el régimen estaba aplicando a los presos. Se ha informado que incluso algunos miembros de la facción dominante estuvieron al tanto de los métodos escandalosos usados para obtenerlas y se opusieron a la divulgación de las confesiones por temor de que desacreditaran al régimen aún más. Se dice que Ahmadinejad ha despedido al ministro de Información Mohsen Ezhei después de una discusión violenta acerca de este asunto.

Incluso el sitio web Alef dirigido por Ahmad Tavakoli, cercano a la facción dominante, llamó este proceso un “error” y advirtió: “¿Han considerado detenidamente los que convocaron este juicio las consecuencias y el impacto de su medida en la política del país?” (Naser Imani, Alef, 2 de agosto de 2009).

Desde sus inicios la República Islámica ha orquestado repetidamente procesos de sus opositores en que figuran confesiones obtenidas por la tortura o la vil presión psicológica como la amenaza de violación u otro daño a parientes cercanos. Esto es del conocimiento común en Irán.

En los años 1980, decenas de miles de comunistas y otros revolucionarios fueron víctimas de esta política. El régimen ejecutó a los que no renunciaron a su pasado y no concedieron entrevistas televisadas para condenar el comunismo, su ideología, su organización y sus líderes o “confesar” haber tenido relaciones con otro país, especialmente el “Gran Satanás” (Estados Unidos) después de procesos que duraron solo unos minutos. En aquellos días esos crímenes fueron ignorados en silencio por la llamada “comunidad internacional”, incluso grupos para derechos humanos y otras instituciones occidentales.

Este método ha seguido siendo un aspecto principal de la represión del régimen desde entonces, usado contra sectores diferentes del pueblo, incluidos los detenidos en las redadas contra los intelectuales en los años 90 y luego de nuevo contra los estudiantes después del levantamiento en 1999 en las universidades.

Lo irónico es que muchos que ahora son las víctimas de estos métodos fueron importantes defensores de su uso en contra de los comunistas y los revolucionarios en los años 1980.

Pese a que tales acciones en este momento sean trágicas o sean amargamente cómicas, representan un contraataque de parte de la facción dominante de la República Islámica de Irán contra la imparable lucha popular además de su facción rival. Los de arriba están tratando de mostrar que todavía mandan. Están mostrando los dientes para indicar que no van a retroceder con facilidad. Pero el otro aspecto de la situación es que se les están acabando las opciones efectivas para contener la situación y tienen que recurrir a los métodos que mucha gente ya han denunciado y que odia en general. Con mucho fundamento es dudable que estos métodos funcionen en su favor. Corren el riesgo de aún más aislamiento incluso en sus propias filas, porque más personas en su propia facción están vacilando y dudando que sean acertadas tales acciones.

El régimen confronta una situación donde tiene poco en que se puede apoyar salvo su monopolio de la fuerza.

El Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar es un servicio de Un Mundo Que Ganar (aworldtowin.org), una revista política y teórica inspirada por la formación del Movimiento Revolucionario Internacionalista, el centro embrionario de los partidos y organizaciones marxista-leninista-maoístas.

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