Revolución #188, 10 de enero de 2010


Rockford, Illinois:

Indignación versus aprobación por gran jurado del asesinato policial de Mark Anthony Barmore

Recibimos lo siguiente de un corresponsal quien fue a Rockford. (Vea la cobertura anterior en Revolución #177 y #178.)

Por esos hechos mil personas se tomaron las calles de Rockford en protesta y para exigir justicia para Mark Barmore. Éste fue otro caso claro de un hombre negro joven baleado por los agentes armados del sistema y la gente estaba resuelta a que los juzgara.

Poco después, recibió mucha atención mediática una manifestación de mil partidarios reaccionarios de la policía y hubo amenazas de muerte abiertas contra la familia Brown. Esto representa un descarado desafío racista contra la comunidad negra entera y logró intimidar y callar a alguna gente, si bien sigue ardiendo una profunda ira contra este asesinato injusto.

El fiscal de la localidad anunció que un gran jurado decidiría si juzgar o no a los dos policías que mataron a Mark Barmore. Funcionarios municipales y líderes de la comunidad negra hicieron llamados a dejar que el sistema funcionara como debiera. En Rockford, una mujer negra describió su reacción: “Sabía que no iba a dar buenos resultados, pero no obstante tuve una pizca de esperanza”.

El 23 de diciembre, se hizo añicos esa pizca de esperanza: el gran jurado emitió su decisión de que los policías habían usado “fuerza justificable” y no les levantarían cargos. Maryann Barmore, que crió a Mark, le dijo a la estación de televisión local que “era como si hubieran matado a Mark de nuevo”.

Entre muchas personas en Rockford y concentradas en la comunidad negra, se desenmarañó más la fe en la capacidad del “sistema de justicia” de la localidad porque el gran jurado ni siquiera tomó en cuenta el testimonio de los testigos presenciales del balaceo y asesinato de Mark Barmore por la policía.

La Rda. Shelia Brown y su hija, Marissa Brown, estaban en la guardería infantil con los niños y presenciaron el asesinato brutal. Su abogado dijo que desde el principio los Brown disponían que la Policía del Estado y cualquier autoridad del orden público los entrevistaran. Pero en dos ocasiones la Policía del Estado canceló las reuniones programadas con los testigos. Durante meses, las autoridades no se comunicaron con los Brown respecto a su testimonio, hasta el 17 de diciembre, cuando les enviaron una citación para comparecer ante el gran jurado el 23 de diciembre. El abogado de los Brown se comunicó con el fiscal para solicitar un aplazamiento porque Shelia y Marissa Brown tenían una visita navideña hace tiempo programada con familiares en Misisipí. El juez rechazó la solicitud y el gran jurado continuó sus labores sin molestarse en escuchar este testimonio presencial.

El 28 de diciembre, el fiscal anunció que ¡iba a pedir que el juez levantara cargos de desacato contra Shelia y Marissa Brown por no haber comparecido ante el gran jurado! Varias personas negras de Rockford nos comentaron que eso era como si las tradiciones de justicia racista del Sur siguieran con vida en el Norte.

Ocurrió esto dos días después de una rueda de prensa el 26 de diciembre en el mismo lugar donde mataron a Mark Barmore. Casi cien personas, principalmente de la comunidad negra de Rockford, junto con líderes religiosos blancos y negros, activistas de la comunidad negra, comunistas revolucionarios, representantes de la NAACP (Asociación Nacional para el Avance de la Gente de Color), LULAC (League of United Latin American Citizens) y el Rdo. Jesse Jackson de PUSH, se reunieron para condenar el veredicto del gran jurado y exigir justicia para Mark Barmore. El activista de Rockford Steve Muhammad habló sin pelos en la lengua: “Policías de Rockford: mentirosos. Fiscal estatal: mentiroso. Gran jurado: mentirosos”.

Kelli Harrington, la madre de Mark Barmore, le dijo a Revolución: “Creo que la gente debería indignarse. Debería ponerse en pie y luchar en contra de esto. Mi hijo era un hombre bueno, pero ¿qué mensaje se comunica al público el que los policías vengan, baleen y maten a un hombre sin arma, sin remordimiento ni consecuencias en absoluto?... Esto es una barbaridad, no lo soportaremos y conseguiremos nuestra justicia. Mi hijo no murió en vano”.

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