Revolución #196, 28 de marzo de 2010


Carta de preso sobre la pornificación de las cárceles

23 de feb. de 2010

Estimadas Amigas y Amigos:

Acabo de recibir su carta así como el editorial “Día Internacional de la Mujer de 2010: Hora de actuar”.

Quisiera que sus lectores sepan que estoy bregando constantemente con los presos acerca de la importancia de la liberación de la mujer como parte de la emancipación de toda la humanidad, lo que de ningún modo es fácil pero no obstante se debe y se puede lograr. Las cárceles de hombres, como les comentó un ex preso, están fuertemente “pornificadas” de manera directa e indirecta.

Como la mayoría de ustedes ya saben, desde los 13 años de edad el frío acero y hormigón del estado me han criado… hoy tengo 31. Puedo recordar cuando entré por primera vez a una cárcel para jóvenes, que algunos de los guardias nos trajeron películas pornográficas según fuera nuestro “comportamiento”. Si nos portáramos muy “bien”, lo que yo nunca hice de acuerdo a sus normas, la institución llevaría un autobús repleto de muchachas de la institución para muchachas y organizaría bailes. O sea, para poder tener el “privilegio” de participar en la opresión y explotación de las mujeres, tuvimos que portarnos “bien” y ser considerados presos “modelo”. No puedo sino recordar esos años y arrugarme ante lo que promovían y el daño que eso les causaba a todas las muchachas, así como los muchachos que participaban, sobre todo en vista de la realidad de que la mayoría de nosotros éramos de hogares en que tuvimos que observar el abuso de nuestras madres y hermanas a manos del “hombre o los hombres del hogar”.

Cuando llegué a la edad de ir a la “Casa Grande” donde hoy languidezco, la “pornificación”, opresión y explotación de la mujer asumió una dimensión completamente nueva. A todo nivel y a cada lado la promueven y la refriegan en nuestras narices. Los guardias prohíben que entre el periódico Revolución a la institución, pero permiten que entre una cantidad ilimitada de revistas y materiales pornográficos.

No más el otro día, la “Manada Anaranjada” vino por asalto armada con palos de roble, escudos, guantes forrados de plomo, cascos y escopetas para montar una campaña generalizada de humillación y registros. Nos esposaron y obligaron a caminar cabizbajo y en el caso de aquellos que tuvieran al valor de levantar la cabeza, los golpearon sin demora y se los llevaron a rastras. Una vez que nos meten en la capilla, fíjese que nos ponen en fila delante de una gran pintura de la “Última Cena” y nos obligaron a desnudarnos, agacharnos, abrir las nalgas y levantar el escroto a la vez que tener que mirar a este Jesús de piel blanca y fríos ojos azules.

Pese a todo eso, según la actual reaccionaria “política carcelaria” no trae nada peor el que “otro hombre le llame a otro un puto”, pero es muy aceptable que estos mismos hombres se refieren a las mujeres del mundo, quienes en verdad sostienen la mitad del cielo, como “putas” y “perras”.

Tenga la seguridad de que seguiré batallando ferozmente con los presos desde una perspectiva comunista revolucionaria acerca de la importancia de la liberación de la mujer, que es un deber para lograr emancipar a toda la humanidad. Dicho eso, quisiera que ustedes me armen con “Una declaración: Por la liberación de la mujer y por la emancipación de toda la humanidad”.

Quisiera concluir esta carta con una cita del asombroso y perspeicaz libro de Bob Avakian, ¡Fuera con todos los dioses!:

“No se trata de hacer una apología o alabar la sociedad burguesa y sus formas de opresión de la mujer; pero en algunos sentidos importantes, esta opresión se manifiesta de forma muy distinta en estos países imperialistas ‘modernos’ a sus expresiones en los países en que las relaciones y tradiciones feudales, o los vestigios de estas, siguen teniendo una importante influencia, y en que, de la mano con todo eso, la dominación patriarcal se manifiesta de manera más abierta y más atrincherada en una forma tradicional. Es importante enfatizar: en una forma tradicional…

Todo esto es muy complejo porque, en un grado importante, lasformas de opresión de la mujer en los países como Francia o EstadosUnidos dan la apariencia, especialmente a las personas queprovienen de un ambiente tradicionalista, de incluir ‘un exceso delibertad’. No hay una regulación de las mujeres con las mismas formas,no se requiere que se vistan la ropa tradicional de la mismamanera, ni tienen que portarse con la misma ‘modestia’. De hecho,esta ‘libertad’ para las mujeres es parte de una diferente red de relacionesopresivas, que a menudo asume una forma extrema a sumanera particular. Por doquier hay pornografía, dura y blanda. Enun grado muy importante, la publicidad se basa en la utilización delcuerpo femenino a fin de vender mercancías — y trata como mercancíael cuerpo femenino en sí de formas muy degradantes y muygeneralizadas”.

Trabajemos y luchemos juntos para deshacernos de “la burka y la tanga horrorosas encarnaciones de la degradación de la mujer”, que solamente se pueden eliminar de fondo mediante una verdadera revolución comunista. Debemos seguir trabajando y luchando hacia tal revolución… el Día Internacional de la Mujer de 2010 es de veras la “¡Hora de actuar!” ¡¡Presos revolucionarios de pie y en lucha al lado de las mujeres del mundo!!

Muchas gracias por todo. Sigan surtiéndome literatura revolucionaria tales como:

  1. Una declaración: Por la liberación de la mujer y por la emancipación de toda la humanidad
  2. La ciencia de la evolución, de Ardea Skybreak
  3. La ciencia de la revolución, de Lenny Wolf
  4. El comunismo y la democracia jeffersoniana, de Bob Avakian
  5. El comunismo: El comienzo de una nueva etapa, Un manifiesto del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos

y cualquier otro título que les parezca que necesito a fin de luchar con eficacia por un mundo mejor.

P.D. Además, quisiera que me envíen, de ser posible, “Un ‘acto de fe’ y un ‘salto’ al conocimiento racional” de Bob Avakian y “Dios: El fascista original” de A. Brooks.

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