Revolución #198, 11 de abril de 2010


Arde la batalla sobre el aborto en México

El 24 de abril de 2007 en la Ciudad de México, se despenalizó el aborto en el primer trimestre, en las narices de una férrea oposición de la iglesia católica y el oficialista PAN (Partido Acción Nacional) del presidente Calderón, incluso con la injerencia directa del mismo Papa. De inmediato, miles de mujeres decidieron terminar sus embarazos en condiciones sanas y seguras. Esta despenalización del aborto, aunque solamente para el primer trimestre, representó un importante avance en la lucha de las mujeres por el control sobre su cuerpo y por su liberación. Se calcula que en 2009 en la Ciudad de México, 30 mil mujeres se han hecho abortos bajo la ley. En diciembre de 2009 en la misma ciudad, se despenalizó el matrimonio entre gays.

Estos sucesos representan un desafío directo al reaccionario movimiento lanzado por la iglesia católica, no sólo en México sino a lo largo de América Latina, para reafirmar y reforzar el patriarcado, la autoridad de la iglesia y la moral de la familia tradicional. La iglesia católica y las fuerzas dominantes de las clases dominantes han respondido desatando una poderosa contra-reacción con la finalidad de penalizar el aborto en toda circunstancia y así negarles a las mujeres el derecho a controlar su propia reproducción.

Mujeres obligadas a hacerse abortos clandestinos

Antes del 2007 el aborto era casi completamente ilegal en todas partes de México. Las marañas burocráticas bloqueaban en efecto la mayoría de las poquísimas excepciones: la violación, las deformidades del feto o el peligro para la vida de la mujer. Como resultado, las mujeres han tenido que hacerse abortos clandestinos (en secreto). Se calcula que cada año en México se practican 800 mil de estos abortos clandestinos, lo que provoca la hospitalización de 150 mil de ellas, o el 17%, debido a complicaciones causadas por procedimientos antihigiénicos e inseguros (en comparación con la cifra de menos del 0,3% en Estados Unidos).

Ahora los partidos políticos en el poder han emprendido una contraofensiva para que se clasifique el aborto en cualquiera circunstancia como homicidio, punible con una condena de cárcel. De lograrse eso, las mujeres de México tendrán la "opción" de un embarazo indeseado, la cárcel o la muerte debido a complicaciones no tratadas.

La contra-reacción

Justo después de la aprobación de la ley de derecho al aborto, el PAN la recusó ante la Suprema Corte con el argumento de que la ley era inconstitucional. Pero la demanda no prosperó; en agosto de 2008 la Corte confirmó la ley. Pero la contra-reacción ya se había extendido por todo el país.

El PAN empezó a enmendar las constituciones de los estados donde gobierna para que estipularan que "la vida se inicia en el momento de la concepción". En la misma tónica, el PRI (Partido Revolucionario Institucional), el que tuvo el poder durante 70 años hasta su derrota en 2000, presentó enmiendas antiaborto en los estados que gobierna. El PRD (Partido de la Revolución Democrática) ha tenido un papel contradictorio. En la capital, donde gobierna, se despenalizó el aborto. Pero el PRD ha estado acomodándose a los vientos políticos en el resto del país. En Chiapas, donde las complicaciones debido al aborto representan la principal causa de muerte de mujeres, el gobernador perredista se negó a oponerse a la enmienda antiaborto y los once legisladores perredistas votaron a favor; se aprobó unánimemente en diciembre de 2009. En febrero de 2010, la dirigencia nacional del PRD llamó a su partido a oponerse a las prohibiciones del aborto.

En este momento, 18 de los 31 estados del país han enmendado sus constituciones y están promulgando leyes para castigar a las mujeres y aquellos que les ayudan a abortar. Las mujeres que necesitan tratamiento médico de urgencia por hemorragias debido a un aborto clandestino o inducido, o incluso un aborto espontáneo, correrán el riesgo de ser entregadas a las autoridades. Según la diputada perredista en el congreso federal, Claudia Elena Águila, una mujer del estado conservador de Guanajuato podría pasar 35 años en la cárcel si decidiera interrumpir su embarazo, y que hay hasta ahora 165 presas por este tipo de situaciones ("Exige el PRD frenar la criminalización del aborto", La Jornada, 9 de marzo de 2010). En Chiapas, las mujeres que abortan tienen que someterse a asesoría psicológica para "rehabilitar su instinto maternal" o ir a dar a la cárcel.

En noviembre, el estado de Veracruz presentó una enmienda ante el congreso federal que propone agregar "la vida se inicia en el momento de la concepción" a la constitución federal, lo que penalizaría el aborto en todo el país. De aprobarse y de ratificarse la propuesta enmienda por tres cuartos de los estados, sería delito hacerse un aborto en cualquier parte del país.

Cambios subyacentes y la reafirmación de la autoridad patriarcal

Como escribió Revolución después del voto que despenalizó el aborto en la Ciudad de México en 2007:

"Con una mayor penetración imperialista, se han dado grandes cambios en la sociedad mexicana. Una consecuencia ha sido que muchas mujeres han entrado a la población activa en fábricas y maquiladoras con brutales condiciones de explotación. Estos cambios en la base económica han traído nuevas formas de opresión: especialmente en la zona fronteriza, se han visto una gran explotación y asesinatos de centenares de trabajadoras. Pero por otro lado, esos cambios han sacudido la concepción tradicional del papel de la mujer, que surgió de las relaciones feudales y semifeudales. Se ha planteado la cuestión de que la participación plena de la mujer en la sociedad como ser humano que goza de todos los derechos, incluso el derecho de determinar cuándo tener hijos, es absolutamente necesaria para la emancipación de la humanidad. Hablar de la revolución, la liberación o la emancipación y excluir a la mitad de la humanidad es hueco… o peor" ("Despenalizan el aborto en la Ciudad de México", Revolución #90, 27 de mayo de 2007).

El México del 2010 es una olla de presión. Como la economía de este país depende de Estados Unidos, la crisis económica mundial lo ha azotado más que a ningún otro país latinoamericano. Padece índices muy altos de desempleo y pobreza y la contracción de la economía estadounidense, junto con la represión en la frontera, está frenando la válvula de escape de la inmigración. En el gobierno crece la crisis de legitimidad y la militarización del país ha agravado la guerra con los cárteles del narcotráfico y ha causado gran sufrimiento para la población.

En diferentes sectores de las clases dominantes mexicanas crece el consenso de que la reafirmación de los "valores" religiosos conservadores, centrados en la familia y en el papel subordinado de la mujer ahí, es un elemento fundamental del "aglutinador" que se necesita para mantener la unidad del país.

La punta de lanza de un movimiento católico fascista

Las iniciativas para penalizar el aborto constituyen la punta de lanza de un movimiento católico fascista, al cual se le unen los evangélicos protestantes, el cual obra para imponer los valores tradicionales de la familia y la subordinación total de la mujer en la sociedad. Como dijo en un reciente artículo, Soledad Loaeza, una profesora de ciencias políticas de El Colegio de México: "La jerarquía católica ha decidido poner un ‘¡Hasta aquí!’ a la sociedad moderna en México. No es su iniciativa, simplemente está cumpliendo con las instrucciones vaticanas que ordenan defender el ‘derecho a la vida’ y el concepto tradicional de familia".

Se puede ver una vislumbre de lo que pasa cuando el aborto es equivalente a la muerte: en El Salvador y Nicaragua hoy, donde mueren mujeres porque una o un ginecóloga/o puede ir a dar a la cárcel por practicar un aborto para salvarles la vida. De acuerdo al procedimiento médico normal, a una mujer que acuda a un consultorio con un aborto espontáneo, hemorragias y contracciones, el médico debería administrarle un medicamento para que expulse el feto. Pero es un delito cuando un médico haga algo para salvarle la vida a la mujer mientras que lata el corazón del feto. En todo el continente latinoamericano, donde más se practica el aborto clandestino en el mundo, se están aprobando las leyes antiaborto.

En enero de 2009 en México, se celebró el Encuentro Mundial de las Familias del Vaticano. La jerarquía católica de todo el mundo asiste a este encuentro anual. El presidente mexicano Calderón habló ante el encuentro, recalcando lo que, según él, eran los efectos corrosivos del divorcio sobre la capacidad de una sociedad de combatir la delincuencia. Muchos comentaristas y expertos en derecho señalaron que con su presencia en el encuentro, Calderón violó su encargo presidencial de defender la constitución federal, con el mandato de la separación entre el estado y la iglesia.

Desde el púlpito de las iglesias católicas y en las escuelas católicas entre los jóvenes se está movilizando un movimiento social popular con la finalidad de apoyar y luchar por la moral y leyes religiosas. Bajo el lema "¡Viva Cristo Rey!", las organizaciones como Provida y los Caballeros de Colón han organizado desfiles contra el aborto, preservativos y otros anticonceptivos, el matrimonio entre gays y la eutanasia y a favor de la educación religiosa en las escuelas públicas.

Oposición a la teocracia de las tinieblas

En enero de 2010, la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) circuló una declaración en la red y en varios periódicos importantes firmada por 16 ex presidentes del organismo, la cual habla de "una incompatibilidad flagrante entre el concepto moderno, multifacético y complejo, de lo que es un ser humano y la simplista, arbitraría y poco informada definición de la vida en que se basan las reformas indicadas".

Se ha declarado el 28 de septiembre el "Día Internacional por la Despenalización del Aborto en América Latina y el Caribe"; con motivo de ese día en 2009, mil mujeres marcharon en la Ciudad de México unidas bajo la consigna "No somos maquinitas de reproducción. Somos mujeres con derecho y decisión". Exigieron la despenalización del aborto a nivel nacional y la anulación de las reaccionarias leyes estatales. Repudiaron el entrometimiento de la iglesia católica en los asuntos de la sociedad. En Oaxaca 500 mujeres marcharon coreando "¡Saca tu rosario de mis ovarios!" En Baja California, ¡las mujeres fueron al Registro Civil para solicitar un "acta de fecundación", en lugar de uno de nacimiento!

En diciembre de 2009, representantes de 990 organizaciones de 20 estados fundaron una organización nacional contra estos ataques llamada Pacto Nacional por la Vida, la Libertad y los Derechos de las Mujeres, para luchar contra estas leyes, presentar argumentos ante la ONU y forjar diversas formas de oposición en todo el país. En febrero de 2010, 400 mujeres agrupadas en torno al Pacto Nacional protestaron frente al palacio legislativo federal en la Ciudad de México. Montaron tres jaulas en representación de las mujeres presas. El Pacto Nacional planea organizar acciones en todo el país.

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