El veredicto en el caso de la violación

Hay algo de justicia… pero ningún motivo de celebración… en los veredictos de Steubenville

31 de marzo de 2013 | Periódico Revolución | revcom.us

 

El 11 de agosto de 2012, una muchacha de 16 años de edad perdió el conocimiento en una fiesta en Steubenville, Ohio. Mientras estaba inconsciente, unos hombres la desnudaron y la violaron. La arrastraron de una fiesta a otras, y la violaron y la degradaron en cada una. En el video de los teléfonos celulares filmado esa noche y posteado en línea, uno de los presentes se ríe y bromea sobre la violación de la muchacha: "¿En realidad es una violación? Pues, no se sabe si ella la quería o no. Quizá ella la quisiera. Quizá eso fuera su último deseo". Si bien ella no murió, se escucha a un grupo de tipos riéndose mientras uno de éstos sigue hablando durante 12 minutos de cosas como "Ella está más muerta que la esposa de OJ Simpson" y "Ella está más muerta que Trayvon Martin".

Cuando la historia salió a la luz, las personas por toda la sociedad se escandalizaron y se indignaron.

El 17 de marzo, dos jugadores de fútbol americano de secundaria de Ohio fueron condenados por violar a la muchacha y uno de éstos fue condenado por difundir una foto de la víctima desnuda en línea. Uno de éstos recibió una sentencia de un mínimo de uno año en detención juvenil y el otro, un mínimo de dos años, y ambos podrían recibir la máxima sentencia de estar encerrados hasta los 21 años de edad.

Revolución recibió la siguiente carta en respuesta al veredicto:

* * * * *

Que quede claro, lo que le pasó a la joven mujer en Steubenville, Ohio, fue sumamente horroroso: un horroroso asalto sexual, violación, degradación total y deshumanización. En realidad, la trataron y la maltrataron como un objeto, un juguete y no la consideraban un ser humano pleno esos dos jóvenes y muchos otros a su alrededor (quienes posteriormente difundieron textos e imágenes degradantes vía los medios sociales). El incidente en su conjunto es un horror total y sumamente asqueroso y además, sin duda alguna, es algo que ocurre con demasiada frecuencia. Se trata de un claro ejemplo de la degradación y deshumanización desenfrenadas, sistemáticas y sistémicas, directas e indirectas, de todas las muchachas y mujeres, en Estados Unidos y por todo el mundo. Y esto tiene que TERMINAR. Pero, si bien es necesario defender y apoyar a esta muchacha y de ninguna manera se permite disculpar este crimen, perdonarlo o meterlo debajo el tapete, no podemos alegrarnos por el hecho de que dos chicos adolescentes todavía jóvenes (de 16 y 17 años de edad, un blanco y un negro) ahora irán a dar a la cárcel, vivirán con el estigma de este antecedente penal y tendrán que inscribirse como criminales sexuales (en la misma categoría que los adultos que son violadores en serie y pedófilos [aquellos que abusan sexualmente de los niños], etc.).

Ahora que resulta aparente mediante las actuaciones jurídicas que estos jóvenes, de hecho, estuvieron involucrados en esta degradación deshumanizante, es correcto que sus actos tengan consecuencias serias (lo que quizá incluya cosas tales como las sentencias de detención juvenil dictadas en estos casos). Un tirón de orejas por tales delitos agravaría más la degradación inicial y no se podría tolerar. Pero no hay motivo de alegrarse ante el hecho de que la vida de estos jóvenes (y de sus seres queridos) va a salir por el tubo: no existe motivo en absoluto de celebración. Para repetir, lo que le pasó a esa joven mujer (y lo que sucede de costumbre en esta cultura) es sumamente horroroso y NO SE PUEDE TOLERAR NI DISCULPAR. Constituye, y debe constituir, una fuente de furia, y de ningún modo debemos querer o intentar apagar esa furia. Todo lo contrario. Pero lo fundamental es: ¿hacia dónde y hacia qué se debería dirigirla en lo fundamental? En esta conexión, llama la atención que algo que los diversos expertos y comentaristas aparentemente no quieren tocar, ni con un palo de cinco metros, es algo que siquiera se aproximara a un análisis correcto y concreto de ¿POR QUÉ ocurren estas cosas, qué y quiénes CONDICIONARON Y ENTRENARON a estos adolescentes (y sus amigos) para que PIENSEN en las muchachas y las mujeres de tales formas, a ACTUAR de modo que denigren y deshumanicen con indiferencia a las muchachas y las mujeres de tales formas, a ni siquiera considerar que hubiera algo MALO en lo que hacían. Para repetir, ¿qué y quiénes los CONDICIONARON Y ENTRENARON de este modo, de manera muy sistemática, muy constante, muy acostumbrada y desde una edad muy temprana? En lo más profundo, ¿quiénes o qué tienen la culpa de todo esto? Sí, tuvo algo que ver la cultura que convierte en un mito el fútbol americano y los respectivos jugadores, al igual que la cultura del alcohol y tomar hasta que te meen los perros, al igual que la cultura de difamar y degradar de manera cruel y temeraria mediante los medios sociales… pero estos chicos no inventaron estas cosas ni decidieron por su cuenta que estuviera bien desarrollar y tolerar tal cultura. Y ¿qué de echarles la culpa a los padres? El tema general de la sistemática denigración y deshumanización de las muchachas y las mujeres en este caso es algo que va MUCHO MÁS ALLÁ (y qué está muy fuera del control) de siquiera los padres y los maestros con los mejores principios e intenciones buenas. ESO es el tema que ninguno de los expertos y comentaristas aparentemente están dispuestos a explorar y tratar: el hecho de que existe un condicionamiento social sistemático generalizado de los muchachos y hombres que se emprende de forma sistemática desde sus primeros años de edad, y que activamente se tolera y alienta de enemil maneras, lo que incluye fomentar la industria multimillonaria del porno con aceptación oficial y participación así como el comercio mundial del sexo que enseñan desde una temprana edad que es normal, acostumbrado y perfectamente aceptable comprar y vender muchachas y mujeres como propiedad, manipular y torturar sus cuerpos por motivos de excitación sexual.

¿Y las cosas que esos jóvenes le hicieron a esa joven mujer? Sin duda éstos emulaban las cosas que pueden ver a diario en el porno establecido y tolerado en la cultura, el que de costumbre presenta a las muchachas y las mujeres como objetos de la violación, sobre las cuales orinan y defecan, las que cubren de semen, les penetran con objetos y toda clase de horrenda degradación… todo eso lo toleran de costumbre, por lo normal y objetivamente en la oficialidad las personas que tienen el poder estatal bajo el actual sistema y quienes hacen menos que nada para detenerlo. Todo eso es, en el sentido literal, UNA PARTE INTEGRAL de la cultura y la forma general de organización de este SISTEMA SOCIAL. Los sujetos que rigen este sistema dedican más esfuerzos a diario para reforzar los reglamentos de tránsito que la prevención de esta forma de explotación y degradación de las muchachas y las mujeres o del entrenamiento sistemático de la juventud en la perpetuación de esta denigración y deshumanización (de los varones para que lo practiquen; de las muchachas, con demasiada frecuencia, para que lo acepten).

Además: ¿POR QUÉ promueve y tolera este sistema tal asquerosa cultura? No lo hace únicamente porque es buen negocio (lo que sí es) pero porque la opresión de la mujer como algo menos que un ser humano pleno es una parte de la propia estructura y "tejido" de tal sociedad y se ha institucionalizado como una parte integral de este SISTEMA explotador y opresor desde sus meros inicios. ESO (y la necesidad de ELIMINARLO mediante una revolución sistémica) es algo de lo que ellos en realidad no quieren que las personas hablen y que ni siquiera consideren. Para ellos, más les conviene apresar a unos cuantos adolescentes, derramar unas cuantas lágrimas y lamentarse del fútbol americano, del trago y de la crianza permisiva de los padres… todo menos analizar las causas más profundas… y discutir las soluciones más profundas. Por lo tanto, nosotros los comunistas no "nos alegramos" ni celebramos cuando meten a la cárcel a los jóvenes de 16 y 17 años de edad y los tildan de criminales sexuales de por vida como represalia exageradamente simplista por una vida de pesadillas de una joven mujer. Tenemos más seriedad que eso… acerca de parar EN REALIDAD todas estas porquerías… en lo concreto… y desde la RAÍZ. De este modo, podemos poner fin a este sinfín de denigración y deshumanización de las muchachas y las mujeres en vida (y de fondo, también de los muchachos y los hombres, quienes desde su niñez reciben un entrenamiento sistemático para que piensen de estas maneras y practiquen todo eso, relegados a pervertir una buena parte de su propia humanidad en ese proceso).

Por ende, si bien, para repetir, no se permite disculpar en absoluto los actos que estos jóvenes llevaron a cabo, encubrirlos o ni siquiera responderles con un mero e insignificante "tirón de orejas", no hay motivo de "alegrarse" en lo de Steubenville, pero ¡sí existe muchas cosas en contra de los cuales enfurecerse, clamar y luchar!

Envíenos sus comentarios.

Si le gusta este artículo, suscríbase, done y contribuya regularmente al periódico Revolución.