De un lector:

Vendiendo el periódico Revolución en el transporte público

23 de mayo de 2013 | Periódico Revolución | revcom.us

 


Quiero compartir algo de mi experiencia en distribuir, solo, el periódico en el transporte público. Desde los días del Obrero Revolucionario (el nombre anterior de Revolución) lo había hecho como parte de equipos, pero durante la huelga de hambre de los presos de California, me sentí obligado a distribuirlo a mis compañeros de viaje en toda oportunidad que tuviera, si las condiciones lo permitieran (no muy apiñadas). A veces me sentía más cómodo cuando la portada trataba temas que se conectaban con la gente inmediatamente, como las denuncias del asesinato policial y la encarcelación genocida en masa o los artículos sobre la resistencia contra las atrocidades como el asesinato de Trayvon Martin — el elemento "Luchar contra el poder", un elemento muy necesario.

Pero en algún punto empecé a esperar los números que planteaban la revolución muy directamente y al centro, como las citas de Lo BAsico que podía leerle, del periódico o de memoria, a la gente. Como "No más generaciones de nuestra juventud…" o "No se pueden romper todas las cadenas menos una …" o "Existe una teoría muy avanzada…" (una versión truncada de la última llegó a ser una parte semi-permanente de mi agitación por un tiempo). Esto se debe en gran parte a mi desarrollo en general, pero también a las pistas que saqué de la gente en la forma de respuestas cuando me centro demasiado en los crímenes de este sistema, como "Yo ya sabía eso…" o "No quiero escuchar más cosas tan deprimentes…". Bueno, aquí viene la parte inspiradora —estamos construyendo el movimiento para la revolución para poner todo derecho, para lo cual tenemos la dirección, la organización, el plan y la estrategia— y ustedes están invitados a participar. Para repetir, durante el último año y medio empecé a notar que esto se conectaba mejor con las personas — tal vez porque llegué a entender más y a basarme más en los fundamentos de nuestro proyecto y de ahí sonar más convincente, o tal vez por los cambios de la situación objetiva que hacen que la gente responda más al mensaje de la revolución. (¿Ocupar? ¿Una crisis económica más profunda? ¿Una tras otra atrocidad?)


Quiero compartir unos momentos memorables y a lo mejor algo de análisis. Ocurrió un episodio durante los preparativos para la gira de Lo BAsico del verano, cuando yo no estaba haciendo mucho trabajo para guardarme las fuerzas; pero un hombre mayor caribeño comenzó a agitar como lo siguiente: "Apoyo a Romney; porque Obama apoya al aborto…" — ello en un espacio lleno de muchas mujeres de toda edad. Yo tenía que responder y le dije que de hecho Obama no lo apoya, que en verdad desmoviliza a la gente y facilita los ataques contra el aborto, y en todo caso ¿por qué quería esclavizar a la mujer en la maternidad obligatoria? De ahí me acordé de que un número del periódico tenía la cita de BA sobre "todas las cadenas menos una" y la leí, la que suscitó APLAUSOS de la mitad de las 20 personas presentes. Me arrancaron de las manos cinco ejemplares del periódico — tuve que bajar, desafortunadamente.

Hace poco, me encontré con un grupo de beatos de diversas nacionalidades, géneros y edades y les dejé hojear el periódico, y al enterarse de la posición sobre la liberación de la mujer y posiblemente la del ateísmo, comenzaron a agitar de manera agitada —y a poner muy al desnudo su propia posición en el proceso— como por ejemplo, le echaban la culpa a la mujer por dejarse violar. Aprendí a aplicar un método de no responderle directamente a los reaccionarios empedernidos cuando no existe ninguna posibilidad de cambiarlos, sino hablarle a los demás: "Fíjense, mis amigos, puede que suene como unos cuentos de hadas pre medievales y tonterías, pero estas ideas son muy nocivas en el mundo real". Y de ahí hacía lo que pudiera para plantear lo de "las tres preguntas sobre dios" de la película Habla BA: ¡REVOLUCIÓN — NADA MENOS!, por ineptos que fueran mis intentos, y eso les llamaba mucho la atención; algunos tenían el valor de conseguir el periódico a pesar de la contra-agitación un poco amenazadora.

En general, es muy difícil hacer que la gente responda, aunque haya interés o se vea en sus ojos su asenso. No por falta de intentar, les digo que compartan en el acto su ideas, críticas, desacuerdos, fuertes acuerdos y (a veces) puños en alto — diciéndoles que eso es la manera de construir este movimiento y de gobernar la sociedad en caso de hacer una revolución — mediante el papel de la gente de contribuir y asumir la responsabilidad cada vez más conscientemente. Frecuentemente recibo respuestas reaccionarias apasionadas (quizás más recuerde yo éstas simplemente por su intensidad) — "regrese a su país", "éste es el país mejor posible", "si los coreanos hacen algo, deberíamos volver a aplastarlos con bombas". Un sujeto negro mayor que yo estaba pregonando —"y sí, yo estaba totalmente con Malcolm y yo estaba en la prisión por cinco años y soy estadounidense y Estados Unidos es el número uno", bla bla — lo que me dio la oportunidad de decir que Estados Unidos sí era el número uno en varios sentidos como por ejemplo la encarcelación en masa de proporciones genocidas. Como él planteaba ideas un poco contradictorias, también le hablé directamente un poco, en violación de mi técnica — ¿qué diría Malcolm sobre esas tonterías de "soy un estadounidense orgulloso"? Este sujeto dijo: "En Rusia lo eliminarían a usted". Le dije: "Han estado haciendo eso en este país también. La pregunta es, ¿de qué lado está usted, cuando comiencen de nuevo? Un tipo mucho más joven, con las joyas ostentosas de oro, estaba siguiendo este intercambio atentamente. Le pedí que leyera el artículo sobre Noche Díaz de la pagina 13 ("¡Fuera las manos de Noche! ¡A retirar todos los cargos!", del 14 de abril de 2013) y mucho más tarde me dio un dólar por el periódico. Cuando ya me había sentado al otro extremo del vagón, un tipo de un museo nos invitó a una exhibición sobre el arte y el activismo de los años 1930 e insistió en interrumpirnos para decir que esto era un periódico muy bueno.


Union Square, Ciudad de Nueva York, Primer de Mayo 2013

El número con el conflicto en Corea en la portada ("Amenazas yanquis contra Corea del Norte: Lo que motiva el conflicto", del 14 de abril de 2013) fue una excepción a la norma de la falta de intercambio y retroalimentación positivos, porque apliqué una técnica muy aleccionadora con una prueba de respuestas múltiples: "¿Cuántas armas nucleares tiene Corea del Norte? ¡Un periódico gratis por la primera respuesta correcta!" (De hecho tuve que regalar unos cuantos.) "¿Cuál país las usó dos veces?" Recibí unas respuestas enojadas pero buenas como "Los Estados Jodidos", o "¿Y qué de Irán? — ¡tienen cero!", una buena respuesta correcta aunque no responda exactamente a la pregunta. Una respuesta retrógrada vino de un tipo parecido a un profesor — "Sí, pero hacen que su pueblo pase hambre, y cosas menores así" — así que este tipo cree en serio que es una política consciente de esos gobernantes la de causar la hambruna en su pueblo, y no tiene nada que ver con las sanciones y bloqueos imperialistas. Por eso es necesario leer Revolución, para que la máquina de propaganda imperialista o le manipule la mente. Hablé de la naturaleza de Corea del Norte, de la historia de la primera guerra por motivos diferentes y eso llamaba mucha atención.

El número con el matrimonio entre las personas del mismo género en la portada ("El matrimonio entre las personas del mismo género: Un derecho básico, una demanda justa", del 7 de abril de 2013) ocasionó mucha polarización, por ejemplo, causó divisiones en algunos grupos de estudiantes de secundaria, cuando uno o dos de éstos iban contra la corriente atrasada. Hasta las personas más atrasadas entendieron la analogía del caso de los Loving (y la referencia a la biblia que hizo el juez en el fallo), la que medio los sacudió y algunos de hecho adquirieron el periódico.

Cerca del 22 de Octubre, el Día Nacional de Protesta para Parar la Brutalidad Policial se dio una escena memorable cuando un grupo de jóvenes abrió la página con las fotos de las víctimas del asesinato policial y comenzaron a corear los nombres con furia, suscitando bulla entre todos en el vagón y una mujer, una artista visual, me dio su tarjeta. De hecho, ella se reunió con nosotros posteriormente — pero, desafortunadamente, llegaba a tener una aversión por nuestro programa entero. En otras ocasiones un grupo de jóvenes que conocían a Noche salieron corriendo del vagón y por el andén gritando "Libertad para Noche".

Además trato de desarrollar buenas relaciones con los danzantes, los vendedores de golosinas. Durante un período muy largo un tipo con un piano intentaba crear estrofas irónicas de tres líneas al estilo de Calhoon Brown sobre las personas blancas con plata en el tren, y de hecho yo trataba de hacer que él me diera acompañamiento de rap cuando yo hablaba con la gente. Un vendedor de golosinas mayor me pide el periódico todo el tiempo y se puso el botón "Alto al parar y registrar" diciendo: "Me lo pongo al lado izquierdo, donde ellos ponen su placa, ¡Voy a hacerles un parar y registrar!" Dos días seguidos, el día antes y el día de la comparecencia de Noche en la corte, vi a una mujer joven que conocía el periódico y tuve la oportunidad de informarle a ella sobre la victoria en el caso al día siguiente.

En el futuro trataré de escribir estos informes de manera oportuna.

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