Carta de un lector

¡Hay una sacudida! ¿Qué es nuestra responsabilidad ahora?

4 de agosto de 2013 | Periódico Revolución | revcom.us

 

16 de julio de 2013. A ver si lo siguiente resuena en el momento político actual:

La posibilidad de una crisis revolucionaria se encuentra en la propia naturaleza de este sistema capitalista — con las repetidas convulsiones económicas, el desempleo y la pobreza, las profundas desigualdades, la discriminación y la degradación, la brutalidad, la tortura y las guerras, la destrucción sin sentido. Todo esto causa gran sufrimiento. A veces conduce a la crisis en uno u otro nivel — sacudidas y fallas repentinas en el "funcionamiento normal" de la sociedad, que estimulan a muchas personas a cuestionar y resistir lo que suelen aceptar. Nadie puede decir de antemano exactamente qué va a pasar en estas situaciones — qué tan profunda la crisis pueda llegar a ser, de qué maneras y en qué medida podría plantear desafíos para el sistema en su conjunto y en qué medida y de qué maneras podría suscitar el descontento y la rebelión entre las personas que en tiempos normales se dejan llevar por lo que hace este sistema o se sienten incapaces de ponerse de pie en su contra.

Déjeme parar aquí un momento. Eso es de la declaración del Partido Comunista Revolucionario (PCR), Sobre la estrategia para la revolución, la que se encuentra en revcom.us así como en el libro Lo BAsico, de los discursos y escritos de Bob Avakian. Sí, existe una estrategia concreta —y una declaración concreta sobre la estrategia— para hacer una auténtica revolución en Estados Unidos. Cualquiera que lea este artículo y que tenga sed del cambio radical, o que incluso se pregunte si es posible el cambio radical, debería ponerse serio, y de modo serio adentrarse en toda esta declaración sobre la estrategia. ¡Estúdiela usted mismo, y estúdiela y discútala con muchos otros!

Creo que se puede decir con certeza que ahora estamos experimentando una de estas sacudidas en el funcionamiento normal de la sociedad mencionadas en esta declaración sobre la estrategia. Creo que se puede decir con certeza que este es un momento cuando la gente está cuestionando y oponiendo resistencia a lo que suele aceptar. Veamos las últimas 48 horas: El sábado a las 22 horas de la costa oriental estadounidenses, absolvieron de todos los cargos a George Zimmerman por asesinar a sangre fría y al estilo justiciero a Trayvon Martin. Con ese veredicto, el sistema dio el mensaje de que más de 100 años después del infame fallo Dred Scott, un hombre negro en esta sociedad todavía no tiene "ningún derecho que el hombre blanco tenga la obligación de respetar". Para colmo, el sistema ha dejado en tamaña claridad que sigue siendo cierto que en esta sociedad se puede usar el perfil racial, cazar y en un instante asesinar a un hombre negro —y en especial, a un joven hombre negro— en cualquier lugar, en cualquier momento y por cualquier supuesto motivo. Y además, que todos los jóvenes hombres negros en esta sociedad tienen que vivir bajo el temor de que esto les pase a sí mismos en cualquier momento. No hay palabras para describir la vileza de este veredicto: Constituye y es necesario ver en el mismo una denuncia contundente de este sistema capitalista imperialista y del supuesto faro resplandeciente de ese sistema y su superpotencia más grandiosa, Estados Unidos. La realidad para muchas decenas de millones de negros en esta sociedad ha salido a la luz para que la vea todo el mundo — además de lo que eso enseña acerca de la verdadera naturaleza de Estados Unidos y todo el sistema. Me recuerda de Nueva Orleáns de 2005 después del huracán Katrina cuando todo el mundo veía que este sistema abandonó para se ahogaran a literalmente cientos de miles de negros pobres, poniendo de manifiesto que a sus gobernantes simplemente no les importa un bledo.

Pero hay más. Al anunciar el veredicto, los medios de comunicación establecidos informaron que quizá hubiera de 75 a 100 manifestantes en frente del palacio de justicia de Sanford. Los describió como un número alto en comparación con los números de personas en los días antes del veredicto. No obstante, cuando se pronunciaron las palabras "no culpable", brotaron inmediatamente el enojo, la angustia, la pena y la furia. Algunas de las imágenes más evocadoras que me llamaron la atención en las primeras horas después del veredicto son las fotos en los medios informativos de los negros que sollozaban… los siglos de lágrimas enfurecidas y amargas se les escurrían por las mejillas. Regresaré a este punto en un momento. Esa noche en San Francisco, Oakland, Los Ángeles, Chicago y otras ciudades, la gente se tomó las calles para expresar su indignación. Al día siguiente, el domingo, ocurrió por supuesto una ola de manifestaciones por todo el país, entre ellas una multitud de miles de personas en Times Square, Nueva York y una marcha que fue a Harlem (a unas 80 cuadras al norte), algunos hasta caminaron al Bronx, según informaron los medios informativos de Nueva York.

También los medios sociales estaban envueltos en las llamas de la furia. Entre las voces prominentes que expresaron su enojo, repugnancia, indignación y conmoción por el veredicto en Twitter figuraron las estrellas de música Rihanna y Miley Cyrus, los atletas profesionales Dwayne Wade, Kendrick Perkins y Stevie Johnson, y el actor/comediante Will Ferrell.

¡¡Cabe volver a repetir que todo esto sucedió en un lapso de unas 48 horas!!

Este es un momento poco común. No lo es porque un justiciero racista asesinó a un joven negro y salió en libertad, ni lo es por todo lo que eso concentra. Eso pasa todos los malditos días: encierran a millones de jóvenes negros y latinos en las prisiones de esta sociedad, la policía para y registra a cientos de miles de éstos al año tan sólo en la Ciudad de Nueva York y la policía ha matado a miles de personas en las últimas décadas. No, lo poco común de este momento es el hecho de que se está poniendo todo eso ante los ojos del mundo y que las personas se están poniendo de pie y luchando contra todo eso, lo que encierra el potencial de elevar a otro nivel tanto las denuncias y revelaciones como la resistencia. Eso me conduce al siguiente punto: Este es un momento de enormes oportunidades así como de una enorme responsabilidad para el movimiento para la revolución.

Déjeme retomar a la declaración sobre la estrategia del PCR, la que señala dos puntos importantes acerca de las citadas sacudidas:

  1. Estas "sacudidas" en el "funcionamiento normal" de las cosas, aun cuando no se desarrollen completamente hacia una crisis fundamental para el sistema en su conjunto, sí crean situaciones en las que muchas más personas están buscando respuestas y se encuentran receptivas a considerar un cambio radical. Es necesario llevar a cabo el trabajo sistemático de construir el movimiento para la revolución en todo momento, pero en estas situaciones de rupturas profundas con la "rutina normal" hay una mayor posibilidad y un mayor potencial para lograr avances. Es necesario reconocer eso en toda su extensión y partir de ello en la mayor medida posible, de modo que mediante estas situaciones, se den saltos en la construcción del movimiento y la acumulación de las fuerzas organizadas para la revolución, creándose así una base más sólida desde la cual trabajar para seguir avanzando.
     
  2. En determinadas situaciones, los sucesos importantes o los grandes cambios pueden darse en la sociedad y en el mundo y pueden combinarse de modo que se sacuda el sistema hasta sus cimientos... se abran y amplíen profundas grietas en las estructuras y las instituciones de poder... queden al descubierto más nítidamente las descarnadas relaciones de opresión... se profundicen los conflictos en el orden establecido y no sea posible resolverlos fácilmente, y se vuelva mucho más difícil que ellos mantengan la situación intacta bajo su control y mantengan sometida a la gente. En ese tipo de situación, para un gran número de personas, se podría poner en tela de juicio seria y directamente la "legitimidad" del sistema actual y el derecho y la capacidad del orden imperante de continuar gobernando, y millones de personas tendrían sed de un cambio radical que solamente una revolución pueda plasmar.

Partiendo de estos dos puntos, déjeme volver ahora a las imágenes evocadoras que mencioné, de los negros que sollozaban, las lágrimas desgarradoras de furia que les escurrían pos las mejillas, después del pronunciamiento del veredicto. Que quede muy claro: para nada digo que solamente los negros deberían llorar —o están llorando— lágrimas de furia sobre la injusticia escandalosa de la absolución de Zimmerman. Pero he aquí lo que digo: Cuando vemos esas lágrimas y reflexionamos sobre todo lo que representan, deberíamos comprender que no sólo son un indicio de la profunda necesidad de la revolución, sino de la profunda posibilidad de la revolución.

¿Por qué digo esto? Bueno, déjeme contestar planteando dos preguntas. Una: ¿Cuántas decenas de millones de personas, cuántos siglos de opresión brutal, representa cada una de esas fotos? Dos: ¿Dónde consideramos que la gran mayoría de esas decenas de millones de personas se alinearían si las cosas se polarizaran en la sociedad entre las condiciones actuales y la posibilidad de eliminar este sistema mediante una revolución y de crear un sistema completa y radicalmente diferente, con el objetivo de un mundo totalmente nuevo? ¿Cuál alternativa beneficiaría de veras a sus intereses?

Ahora bien, no vamos a ganar hacia esta revolución a decenas de millones, ni siquiera millones, de personas en un solo instante ni en línea recta. Ni siquiera en un momento como este. Pero jamás las ganaremos si simplemente nos quedamos aguardando y esperando que se unan a la revolución por sí mismas, o todas al mismo instante en algún momento futuro, o que éstas determinen por sí mismas que la fuente del problema que enfrenta la humanidad es el sistema del capitalismo-imperialismo y que la solución es la revolución comunista para eliminar dicho sistema y crear una sociedad totalmente nuevo, por el camino hacia un mundo totalmente nuevo. Es absolutísimamente necesario entender que esta conciencia no surge espontáneamente del mero resultado de sufrir la opresión ni en el curso de la lucha contra la opresión. Si eso fuera cierto, se hubieran dado muchas más revoluciones comunistas en la historia que en los hechos ocurrieron, porque no había existido ninguna escasez de opresión brutal —ni de lucha contra esa opresión— en toda la historia. Al contrario, es necesario que esa conciencia acerca del problema y de la solución se lleve a la gente desde fuera de su propia experiencia y luchas, y es necesario retarle a la gente para que transforme su manera de entender el problema y la solución y se una al movimiento para la revolución y a la dirección que tenemos para esa revolución, Bob Avakian, a la vez que vayan aprendiendo y que se pongan de pie y luchen contra las atrocidades y crímenes que este sistema genera.

Lo que sí podemos hacer, lo que tenemos que hacer, como dice la declaración sobre la estrategia del PCR, es trabajar ahora para organizar, orientar y entrenar a miles de personas de manera revolucionaria, para que se conecten con millones de personas y las influencien, y que, en distintas condiciones futuras cuando haya una situación revolucionaria, podrían "ser una columna vertebral y fuerza fundamental para ganar a millones de personas a la revolución y para organizarlas en la lucha para llevar a cabo la revolución hasta el final".

Un punto esencial que plantea la declaración sobre la estrategia es que las sacudidas en el funcionamiento normal de la sociedad, cuando la gente está cuestionando y oponiendo resistencia a lo que aceptan normalmente, ofrecen una mayor oportunidad para dar saltos en la acumulación de fuerzas para la revolución. Pero aunque tenga muchísima importancia crear una situación en que las personas en la sociedad constantemente se encuentren con esta revolución y su dirección, miles de personas no se organizarán, se orientarán y se entrenarán por su cuenta simplemente por su contacto con nosotros, mediante una especie de "intoxicación revolucionaria debido al contacto". Tenemos que trabajar activamente para organizarlas, orientarlas y entrenarlas de modo revolucionario. Por lo tanto, quiero terminar este artículo con un par de ideas acerca de este proceso de trabajar activamente para organizar, orientar y entrenar a miles de personas de modo revolucionario, las que influenciarían a millones más — de hacer eso en un sentido generalizado y al calor de este momento.

Primero, quiero retomar la importancia del hecho de que tenemos una estrategia concreta para la revolución y una declaración sumamente científica sobre esta estrategia que podemos usar, recomendar que otras personas la lean y estudiar y discutir con éstas. Aunque me he estado refiriéndome a varios pasajes de la declaración, es muy importante estudiar y aplicar la declaración en su conjunto y usarla como guía en nuestro trabajo revolucionario. Para aquellos que están leyendo este artículo —el que hayan formado parte de este movimiento para la revolución guante largo tiempo o el que acabaran de conocer el movimiento para la revolución, o el que ocupen un espacio de en medio—, quiero instarles a leer y a leer de nuevo y a estudiar esta declaración.

Algo que me llamaba la atención en serio al leer de nuevo la declaración sobre la estrategia hace poco es qué tan específica, detallada y concreta que lo es del comienzo al fin — al identificar las condiciones necesarias para hacer una revolución; cómo podrían surgir esas condiciones; lo que, específicamente, tienen que hacer los revolucionarios para acelerar mientras aguardan esas condiciones, y cómo; los enormes recursos que tenemos a nuestro favor en ese proceso; lo que supone el proceso de hacer una revolución; y quiénes tienen que ser las fuerzas para esta revolución. En este artículo, no puedo adentrarme en esto a fondo — y para ser franco, lisa y llanamente uno debería ir directamente a la fuente y leer la declaración sobre la estrategia en lugar de mi resumen de la misma.

No obstante, para ilustrar en pocas palabras este punto sobre qué tan específica, detallada y concreta que lo es la declaración sobre la estrategia y para tratar un poco más esta cuestión de trabajar activamente para acumular fuerzas para la revolución —organizando, orientando y entrenando a miles de personas de manera revolucionaria—, me gustaría resaltar y remitir al lector a algunas secciones de la declaración sobre la estrategia. Primero, me gustaría señalar que la declaración sobre la estrategia recalca que la manera en que deberíamos trabajar para acumular fuerzas para la revolución es Luchar contra el poder, y transformar al pueblo, para la revolución (p. 110 de Lo BAsico). De ahí la declaración se adentra directamente en lo que implica luchar contra el poder, y transformar al pueblo, para la revolución (pp. 110-111). De ahí, la declaración aborda el trabajo que implica luchar contra el poder, y transformar al pueblo, para la revolución, identificando tres puntos específicos en negrillas:

  • Apoyar y fortalecer a nuestro Partido como la dirección general de esta revolución.
  • Aprender del Presidente de nuestro Partido, Bob Avakian, dar a conocer su dirección pionera y difundir la influencia de ésta, y defender y proteger a este líder poco común y valioso.
  • Empuñar más plenamente el periódico de nuestro Partido, Revolución.

La declaración sobre la estrategia explica en mayor detalle cada uno de esos tres puntos. En lugar de hacer eso yo mismo en este artículo, quiero remitirles a ustedes a esas partes de la declaración sobre la estrategia y a la declaración completa, y puntualizar que el conjunto de nuestro trabajo revolucionario tiene que basarse constantemente en esta declaración sobre la estrategia y guiarse por la misma— para repetir, tanto en un sentido general como en medio de las sacudidas parecidas a las que estamos experimentando ahora.

El segundo y último punto que quiero señalar acerca del proceso de trabajar activamente para acumular fuerzas para la revolución tiene que ver con el método de hacerlo, y en específico la gran importancia de retar a las personas y luchar con éstas. A mi parecer, podemos y tenemos que aprender mucho de la manera en que Bob Avakian aborda este punto.

El reconocimiento y aplicación de la necesidad de retar a las masas y luchar con éstas para transformar su modo de pensar y para que éstas se unan con la revolución, es un hilo que recorre toda la obra, método y enfoque de Bob Avakian. Pero en estos últimos días, con relación a este punto, he estado reflexionando mucho sobre dos elementos en particular de la obra de BA. El primero se encuentra en el último ensayo en Lo BAsico, "El potencial revolucionario de las masas y la responsabilidad de la vanguardia". El segundo es la parte de Habla BA: ¡REVOLUCIÓN — NADA MENOS! que se titula "El potencial revolucionario de los más oprimidos requiere de la dirección científica". Observe que ambos títulos comienzan con una referencia al "potencial revolucionario" de las masas, pero no se detienen en eso: es necesario que la dirección y la vanguardia se responsabilicen para plasmar en serio dicho potencial.

En "El potencial revolucionario de las masas y la responsabilidad de la vanguardia", por ejemplo, BA señala lo siguiente:

Yo odio el sufrimiento de las masas, pero no les tengo lástima. Tienen el potencial de cambiar el mundo, y tenemos que luchar con ellas con todas nuestras fuerzas para que lo vean y hacer que se pongan a la altura y lo hagan. Nuestra meta no debe ser nada inferior. ¿Por qué vamos a pensar que no son capaces de todo eso?

Recomiendo fuertemente que ustedes estudien, o vuelvan a estudiar, estas partes de Lo BAsico y Habla BA: ¡REVOLUCIÓN — NADA MENOS! Bob Avakian en vivo, y de aún más importancia, que estudien esas dos obras en su totalidad.

No podemos suplicarles a las masas que se unan a la revolución. Ni simplemente podemos aguardar o esperar que lo hagan. Tenemos que trabajar con éstas, retarlas, invitarlas y luchar con éstas para que lo hagan.

Vuelvo una última vez a aquellos que han estado llorando lágrimas de enojo, pena, determinación y desesperanza durante los últimos días. Esas lágrimas me recuerdan precisamente de lo que dice Avakian en la película [Habla BA: ¡REVOLUCIÓN — NADA MENOS!]:

Aquellos que el sistema ha desechado, aquellos que el sistema ha tratado como menos que humanos, podrían constituir la columna vertebral y la fuerza motriz de una lucha para eliminar su propia opresión y además eliminar por fin toda opresión y emancipar a toda la humanidad.

Podemos y tenemos que unirnos con aquellos que están indignados, asqueados y acongojados y aquellos que están encauzando su enojo y pena hacia la lucha contra los crímenes de este sistema y que se niegan a aceptar esos crímenes.

¿Pero qué es nuestra mayor responsabilidad hacia dichas personas y hacia toda la humanidad?

Llevarles el análisis de que este sistema es el problema y que la revolución es la solución necesaria y posible, retarles activamente para que se unan a esta revolución y su dirección y trabajar y luchar tenazmente a su lado para superar los obstáculos que impiden que lo hagan.

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