Debatiendo: "Una pregunta agudamente planteada: ¿Nat Turner o Thomas Jefferson?"

22 de agosto de 2013 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Hace unos meses, un lector de Revolución recibió el siguiente comentario de un profesor sobre un ensayo de Bob Avakian, "Una pregunta agudamente planteada: ¿Nat Turner o Thomas Jefferson?" A continuación presentamos el comentario y una respuesta al mismo.

 

El comentario:

Raras veces respondo, estoy en las trincheras al igual que ustedes… pero como ya sabes y como he dicho claramente, me he dedicado la vida a combatir la opresión y a trabajar incansablemente al igual que todos nosotros contra la maquinaria de la globalización, el capitalismo desenfrenado y la opresión en todas partes.

En nuestro mundo de las Artes de la Liberación, hemos estado definiendo la retórica opresiva como binarios — o lo uno o lo otro. George W. Bush solía decirnos: "O están con nosotros o están con los terroristas". Asqueroso.

Mi pregunta para ti es: ¿De qué manera es distinto Bob Avakian? "O están con Nat Turner o están con Thomas Jefferson"… ¿de veras?

Yo elijo la opción tres: ninguno de los dos, completamente, y ambos, parcialmente.

Jefferson fue un amo de esclavos, no hay duda.

¿Es eso todo lo que fue?

Turner fue un liberador. ¿Fue eso todo lo que fue?

Mis bendiciones por el trabajo incansable que haces; una vez más, sin embargo, algo me recuerda una y otra vez el motivo por el que no soy un aficionado de Bob Avakian.

 

La respuesta:

El problema de ese argumento es que en el mundo concreto en el que vivimos, lleno de explotación, la miseria en masa, el sufrimiento innecesario y la tremenda destrucción del medio ambiente natural, no existe ninguna "tercera opción", y tratar de encontrarla dejará intacto este mundo y todas estas divisiones antagónicas y opresión institucionalizada.

Para ilustrar por qué es así, imaginémonos una hipótesis histórica. Partiendo de la lógica de este profesor y remontándonos en la historia: ¿Qué hubiera hecho usted si los esclavos hubieran marchado hasta Monticello —la casa de la plantación de Jefferson— diciendo que iban a incendiarla y matar a todas las personas blancas adentro?

¿Trataría de impedir por la fuerza que se levantaran hasta que usted pudiera imponer ciertas condiciones sobre su lucha? ¿Les habría rogado que se depusieran las armas y volvieran a las plantaciones y a las brutales condiciones de trabajo hasta que prometieran que su rebelión no cometiera ningún exceso? Piense en lo que eso hubiera implicado. En las plantaciones del Sur, la famosa Monticello de Jefferson inclusive, se aplicaba el látigo con mucha brutalidad contra todo indicio de desobediencia, ni hablar de la rebelión. Azotaban con el látigo a los niños de diez años de edad por perder un día de trabajo duro en la fábrica de clavos la que generaba grandes ganancias para Jefferson. ¿Se puede imaginar la respuesta a una abierta rebelión? Eso hubiera implicado un tremendo castigo y brutalidad para impedir que los esclavos siquiera volvieran a contemplar esta clase de rebelión. El poder hubiera permanecido en las manos de los esclavistas, y cientos de hombres, mujeres y niños hubieran sufrido condiciones aún más severas, y les hubiera deparado una vida de brutalidad desgarradora, de familias separadas y de un trabajo rompe-lomo — "desde antes del amanecer hasta después del anochecer".

¿Usted hubiera propuesto que los esclavos no se pusieran tan "binarios", que tal vez hubiera una manera de negociar, que buscaran un tercer camino entre los esclavos y los amos? Eso hubiera  sido semejante a decirles a los esclavos: váyanse y sigan siendo esclavos hasta que yo pueda convencerle a su amo a que cambie de opinión. En el caso del mismo Jefferson, en realidad más de una persona le pidió que cambiara de opinión y les diera la libertad a sus esclavos — a los seres humanos que eran de su propiedad. Pero él dijo que no. Además de la gran riqueza que los esclavos y su trabajo generaron, Jefferson temía la reacción de sus socios amos de esclavos y las consecuencias que el acto de poner en libertad a sus propios esclavos tendría sobre la institución de la esclavitud.

Pero además de eso, no se pudiera haber puesto fin al sistema económico de la esclavitud —un fundamento esencial de este país— cambiando la manera de pensar de todos los amos que estaban en la cúpula del mismo. Para lograr eso, se requirió una guerra civil. Una guerra civil que desmanteló el sistema de la esclavitud, les quitó la propiedad a los amos de esclavos y puso en libertad a los cientos de miles de esclavos negros. (Y aun así, poco después de que se puso fin oficialmente al sistema de la esclavitud, debido a las necesidades del capitalismo estadounidense en esos momentos, mantuvieron a muchas decenas de miles de negros en nuevas formas de esclavitud mediante el uso del trabajo de presos y el sistema brutal de la aparcería.)

Volviendo a la pregunta histórica planteada aquí, la única otra opción hubiera sido tomar partido con los esclavos y su rebelión justa que exigían que ya no fueran esclavos y de ahí, en ese contexto, luchar junto con ellos sobre cómo luchar mejor, sobre quiénes deberían ser y quiénes no deberían ser el objetivo de su rebelión y cómo luchar para ganar.

Como se puede ver al repasar ese momento histórico, si uno hubiera intentado atenuar o aliviar la contradicción objetiva entre los esclavos y los amos de esclavos, sin importunar sus intenciones, habría terminado en el campo de los amos. O si hubiera usado las contradicciones secundarias en la manera en que los esclavos luchaban para justificar apartarse de su lucha con los brazos cruzados, te habrías apartado con los brazos cruzados de gran ultraje y habrías presenciado el mismo, en el que pudieras haber desempeñado un papel para prevenir.

Así que aquí estamos, de vuelta a lo que es objetivamente en el mundo concreto la pregunta sobre lo uno o lo otro, "una línea divisoria fundamental", como lo explica Bob Avakian: "¿Nat Turner o Thomas Jefferson? ¿Una rebelión de esclavos o un esclavista? ¿Apoyas a los oprimidos y su rebelión en contra del sistema opresivo y su búsqueda de un camino radicalmente diferente, aun con ciertos errores y excesos — o apoyas a los opresores, y a los dirigentes y guardianes de un orden opresivo anticuado, quienes tal vez hablen de unos 'derechos inalienables' pero aplican una brutalidad gratuita y un terror muy concreto sobre las masas populares a fin de reforzar y perpetuar su sistema de opresión?"

El punto de vista de la clase de en medio

Las aspiraciones del profesor a encontrar este tercer camino inexistente representan la perspectiva de una clase en la sociedad que está entre las clases opresoras y las clases oprimidas. Se trata de la pequeña burguesía suprimida y dominada por la gran burguesía pero que no experimenta las condiciones de explotación del proletariado — la clase que trabaja siempre que su trabajo acreciente la riqueza de la clase dominante, misma que aparte de poseer la riqueza, posee los medios para crear la riqueza (las grandes fábricas, granjas, minas, pozos de petróleo, la manufactura, etc. por todo el mundo). La pequeña burguesía está metida en la posición intermedia — o trata de mejorar su posición mientras que la suprimen de varias formas los grandes acumuladores de capital o intenta refrenar excesos particulares del capitalismo sin cuestionar los cimientos fundamentales de todo el sistema del capitalismo.

Para entender esto más profundamente, he aquí una cita de Marx que lo trata poderosamente:

"No vaya nadie a formarse la idea limitada de que la pequeña burguesía quiere imponer, por principio, un interés egoísta de clase. Ella cree, por el contrario, que las condiciones especiales de su emancipación son las condiciones generales fuera de las cuales no puede ser salvada la sociedad moderna y evitarse la lucha de clases. Tampoco debe creerse que los representantes democráticos sean todos tenderos o gentes que se entusiasman con ellos. Pueden estar a un mundo de distancia de ellos, por su cultura y su situación individual. Lo que les hace representantes de la pequeña burguesía es que no van más allá, en cuanto a mentalidad, de donde van los pequeños burgueses en modo de vida; que, por tanto, se ven teóricamente impulsados a los mismos problemas y a las mismas soluciones a que impulsan a aquéllos, prácticamente, el interés material y la situación social. Tal es, en general, la relación que existe entre los representantes políticos y literarios de una clase y la clase por ellos representada...

"Pero el demócrata, como representa a la pequeña burguesía, es decir, a una clase de transición, en la que los intereses de dos clases se embotan el uno contra el otro, cree estar por encima del antagonismo de clases en general. Los demócratas reconocen que tienen enfrente a una clase privilegiada, pero ellos, con todo el resto de la nación que los circunda, forman el pueblo. Lo que ellos representan son los derechos del pueblo, lo que los interesa, es el interés del pueblo. Por eso, cuando se prepara una lucha, no necesitan examinar los intereses y las posiciones de las distintas clases" (Carlos Marx, citado en Bob Avakian, "Democracia: ¡Más que nunca podemos y debemos lograr algo mejor!", Un Mundo Que Ganar 1992/17, que se puede descargar en revcom.us).

Ésta es una cita compleja y Avakian la ha desmenuzado y ha forcejeado con el materialismo y la dialéctica de la misma en varias obras. No voy a intentar tratar las muchas capas que BA ha extraído de esta cita importante. Pero en respuesta al profesor, hay dos puntos que quiero subrayar:

  • Debido a que la pequeña burguesía es esta "clase de transición" entre el proletariado y la burguesía, en la que los intereses de estas "dos clases se embotan el uno contra el otro, cree estar por encima del antagonismo de clases en general". Sus intereses, como una clase, suponen embotar y tratar de aliviar la contradicción fundamental entre estas dos clases, tratar de encontrar un terreno intermedio inexistente y reconciliar las contradicciones materiales fundamentales que es imposible reconciliar concretamente. Para repetir, retomando el ejemplo del esclavo y el esclavista — tratar de encontrar un terreno intermedio, una "tercera opción", hubiera sido imposible y hubiera implicado dejar intacto, y apuntalado, al sistema de la esclavitud — y toda su brutalidad y represión.
     
  • En la idea y enfoque de que los "binarios" o un enfoque de "o lo uno o lo otro" constituyen una "retórica opresiva", vemos la arrogancia engreída de presentar las predisposiciones y prejuicios de la pequeña burguesía como una verdad universal. Como explica Marx, esta clase no hace eso a fin de "imponer un interés egoísta de clase" (en otras palabras, no lo hace por un interés propio limitado) pero por la idea que afirma que "ellos [el intelectual democrático], con todo el resto de la nación que los circunda, forman el pueblo. Lo que ellos representan son los derechos del pueblo, lo que los interesa, es el interés del pueblo". Pero para repetir, como demuestra el citado ejemplo, al hablar en nombre de "el pueblo" sin ningún análisis de los distintos intereses de clase de los que constituyen "el pueblo" (es decir, los distintos intereses de los esclavos y aquellos de los amos de esclavos), y al hablar en contra de la aclaración de las diferencias agudas entre aquellas personas, el resultado es condenar a dichos esclavos a conservar su posición como esclavos.

Finalmente, de todo esto debería resultar claro por qué el profesor no es un "aficionado de Bob Avakian". Efectivamente, por lo que representa Bob Avakian y lo que él reta fuertemente a que hagan otras personas: reconocer los afilados bordes de este sistema pesadillesco y "una revolución verdadera, muy radical y total que tiene por objetivo final el comunismo en todo el mundo y la emancipación de toda la humanidad de los miles de años de cadenas de la tradición, de las relaciones de explotación y opresión y de las ideas anticuadas" (de "BA: Una cuestión controvertida").

No se puede poner fin a la explotación y brutalidad con las que este profesor dedica la vida a combatir, en los confines de este sistema ni rehuyendo a la agudeza de las contradicciones inherentes a este sistema. Nos hace falta una revolución, y al luchar por la misma, efectivamente se plantea agudamente la pregunta:

"¿Se toma partido con este sistema opresivo, o con la lucha por derrocar y arrancarlo de raíz, y por crear un sistema y forma de vida radicalmente diferentes y emancipadores? (énfasis añadido).

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