La necesidad de la dirección de vanguardia

25 de noviembre de 2013 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Pregunta: Pero lo que comentas va contra este punto de vista en general. Se me ocurren los movimientos diversos que has mencionado, como Ocupar, que afirman que una dirección altamente organizada sofoca a la gente.

Raymond Lotta: Claro, eso anda por allá, y de manera muy generalizada, y está profundamente equivocado. Lenin desarrolló el análisis científico de la necesidad de tener un partido de vanguardia basado en dos planteamientos cruciales. Uno, las masas populares no pueden desarrollar espontáneamente una conciencia revolucionaria y un entendimiento científico acerca de la estructura y el funcionamiento de la sociedad, y las maneras, las únicas maneras en que se puede transformar radicalmente… a partir de su propia experiencia y lucha. Fíjate en Egipto: la gente se ha puesto en pie con gran valor, pero tiene todas esas ilusiones sobre el ejército de Egipto. Para llevar ese entendimiento a las masas populares, se necesita una dirección. Para hacer una revolución, se requiere la ciencia. Una revolución requiere de pasión, corazón, valor y energía creativa. Pero eso en sí o de por sí no cambiará al mundo…. sin un entendimiento científico de lo que se requiere para hacer una revolución y emancipar a la humanidad.

Pregunta: ¿Y el otro punto?

RL: La necesidad de tener una dirección centralizada. Para capacitar concretamente a las masas de modo que despejen los obstáculos y todo lo que el enemigo va a echarles, en particular su poderío militar. Y para tener la capacidad de navegar por medio de todas las curvas, giros y vaivenes, lo que incluye las maniobras y engaños de la clase dominante en una crisis revolucionaria y para dirigir al pueblo para derrotar concretamente al orden viejo y seguir adelante para revolucionar a la sociedad. Se necesita un enfoque estratégico y la capacidad estratégica de aglutinar toda la creatividad y determinación de las masas.

Cuando la gente efectivamente se zafe de la “rutina normal” y levante la cabeza, ¿hacia dónde va a encaminarse todo esto? La cuestión de la dirección es lo decisivo. Además, fíjate, no existe nada parecido a eso de “estar sin dirección”. Algún programa y alguna fuerza que representa distintos intereses de clase, van a liderar, no obstante en qué medida las personas quieran hacerle caso omiso a la dirección. Seamos directos: “estar sin dirección” efectivamente es un programa que cuenta con una dirección, y no conduce a nada que sea radicalmente transformador.

Se necesita una dirección centralizada. ¿Cómo se va a coordinar un levantamiento? ¿Cómo se va a coordinar la reconstrucción de la sociedad después de la destrucción de una guerra revolucionaria? ¿Cómo se va a coordinar el funcionamiento de una nueva economía? ¿Cómo se va a coordinar el apoyo a la revolución mundial? Se necesita una dirección centralizada.

Pero Lenin no sostenía: “Bien, simplemente nosotros reemplazaremos a las masas”. No. Lo más importante es que mientras más que la dirección desempeñe su papel de vanguardia, más grande será la actividad consciente de las masas. Las masas hacen la historia, pero sin una dirección no pueden hacer la historia al servicio de sus intereses más altos. Se dio la Revolución Rusa y eso cambió el curso general de la historia universal, porque se contaba con esa dirección.

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