Albuquerque: La policía ejecuta a un hombre sin hogar por acampar ilegalmente

7 de abril de 2014 | Periódico Revolución | revcom.us

 

El asesinato a sangre fría por parte de agentes de las autoridades — eso es lo que sale sin duda cuando se ve el video en YouTube de la muerte de un hombre sin hogar por la policía en Albuquerque, Nuevo México.

El video del incidente del 16 de marzo, grabado por la cámara del casco de un policía, muestra a un grupo de policías que rodean a James Boyd, de 38 años, en las colinas de Sandia en la ciudad. El enfrentamiento había comenzado un par de horas antes, cuando la policía se acercó a Boyd para arrestarlo por acampar ilegalment. El video muestra a Boyd recoger sus pertenencias para, al parecer, acatar las órdenes de la policía. A uno de los policías se escucha decir: “Yo puedo mantenerte a salvo.” Pero de inmediato un policía dice: “Hazlo”, y se estalla cerca de Boyd una granada flash (granada aturdidora). Cuando Boyd le da la espalda, dos de los policías disparan seis rondas de sus rifles de asalto, y Boyd cae al suelo. Boyd está boca abajo en el suelo — aún está vivo, pero no se mueve y ruega a los policías para que no lo lastimaran más. Pero los policías le disparan cartuchos “no letales” y le dieron una descarga de Taser en la espalda, y dejaron que un perro policial lo mordiera.

James Boyd murió de sus heridas al día siguiente.

Cuando un canal de televisión local puso este video en YouTube, surgió una amplia indignación. El video ha sido visto casi un millón de veces. Ya había existido un auge de furia ante la serie de disparos mortales por la policía de Albuquerque, la que ha matado con sus armas a 23 personas desde 2010 e hirió a otras 14.

La primera víctima de la ola de muertos por las balas de la policía en Albuquerque desde 2010 fue un veterano de la guerra de Irak, Kenneth Ellis III, que al parecer sufría de trastorno de estrés postraumático. Ellis estaba fuera de una tienda, apuntando una pistola a su propia cabeza, cuando un oficial lo asesinó a tiros. Un juez en una demanda civil dictaminó que Ellis no presentaba ninguna amenaza a nadie, excepto a sí mismo, cuando fue asesinado.

El asesinato de James Boyd provocó una protesta justa el domingo 30 de marzo por cientos de personas que marcharon y se reunieron en las calles de Albuquerque desde el mediodía hasta la medianoche. Un informe de la Associated Press [AP] citó a un manifestante de 23 años de edad quien estaba “harto” de la manera en que la policía trata a las personas: “Se ha llegado a un límite de aguante, y la gente simplemente no puede soportarlo más.” Otro manifestante llevaba un cartel que decía “APD: Vestido Para Matar”, en referencia al departamento de policía de Albuquerque, y dijo: “Esa es la naturaleza de la policía.”

La protesta incluyo a diferentes grupos y las familias de algunas de las personas asesinadas por la policía de Albuquerque. Según el Albuquerque Journal, “Los manifestantes se apoderaron de gran parte del centro de la ciudad y la zona universitaria durante una manifestación de todo el día.... La marcha por Central se desbordó en varias ocasiones, los manifestantes haciendo caso omiso de las órdenes de la policía de que dispersaran y enfrentándose con agentes antidisturbios”. La AP informó: “Repetidas veces, los manifestantes marcharon los 3 kilómetros del centro de Albuquerque a la Universidad de Nuevo México, con carteles que protestaban los disparos policiales recientes, y a menudo atascaron el tráfico.” En un momento, los manifestantes interrumpieron el tránsito en la carretera interestatal 25. La protesta continuó hasta la noche, y la policía antidisturbios utilizó gases lacrimógenos para tratar de dispersar a la multitud.

Boyd al parecer tenía un historial de enfermedad mental y encontronazos con la policía. Según el Departamento de Defensa Pública de Nuevo México, casi el 75% de las personas baleadas por la policía de Albuquerque en 2010 y 2011 sufría de enfermedades mentales. Y el patrón es similar en todo el país — un artículo de 1 de abril del New York Times citó un cálculo basado en estudios y reportes informales que “la mitad del número de personas disparadas y asesinadas por la policía tiene problemas de salud mental”.

La policía a menudo trata a las personas con enfermedades mentales como “criminales” peligrosos —en lugar de abordarlas con compasión y un auténtico interés en ayudarlas—, y eso es una concentración de la función de la policía bajo este sistema de capitalismo. Su papel no es en realidad “servir” al pueblo — sino servir a los intereses del sistema de explotación y opresión que reina sobre el pueblo. Y como ha señalado Bob Avakian, bajo un sistema diferente, un poder del estado revolucionario, “…habríamos preferido que un policía del pueblo diera la vida primero, antes de matar sin sentido a uno de las masas.” (Lo BAsico 2:16 )

Cuando el video de la muerte de James Boyd se hizo público, el jefe de la policía declaró de inmediato que los agentes habían actuado con “moderación” y que los disparos fueron justificados porque Boyd había “amenazado” con cuchillos a un policía K-9 [con perro policial] que supuestamente no tenía ninguna arma. Un conjunto de policías, armados con rifles y otras armas, rodean a un hombre que a lo sumo tiene cuchillos... ¿y ellos son los que se sienten “amenazados”? Cualquiera que honestamente ve el video de los disparos puede ver cómo esta justificación completamente pone de cabeza la realidad.

Ante la amplia indignación por el asesinato y la justificación del jefe de la policía, el alcalde dijo que el jefe “No debería haber dicho eso”, y prometió “seguir el proceso cabal y exhaustivamente.” Esta es una mala película que hemos visto una y otra vez, en todo el país: Cuando las autoridades no pueden dar por terminado un asesinato policial declarándolo “justificado”, presentan promesas de “investigaciones” que, en la inmensa mayoría de los casos, terminan con el mismo resultado. La policía de Albuquerque ya estaba bajo investigación del Departamento de Justicia federal por balear a 37 personas desde 2010. Sean lo que sean los resultados particulares de estas investigaciones, no van a cambiar la naturaleza básica de la policía bajo este sistema como una fuerza que está en relación antagónica a la gente.

Por todo el EE.UU., estos defensores armados del sistema tratan como criminales, brutalizan y asesinan a los jóvenes de color, la gente en los barrios oprimidos, las personas sin hogar y otros — y las autoridades declaran “justificada” esta violencia reaccionaria. Debemos actuar para oponer resistencia y parar esta injusticia intolerable.

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