Nuevo informe del panel del cambio climático de la ONU

¡Este sistema criminal está destruyendo nuestro planeta!

Orpheus Reed | 7 de abril de 2014 | Periódico Revolución | revcom.us

 

El 31 de marzo, el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) dio a conocer su informe más reciente sobre los peligros del cambio climático, “Climate Change 2014: Impacts, Adaptation and Vulnerability” [El cambio climático: Impactos, adaptación y vulnerabilidad]. Este informe del IPCC es la segunda parte de su informe actual y el quinto informe de evaluación que se ha publicado en los últimos 25 años.

Cada informe sucesivo del panel ha planteado advertencias más alarmantes, peligros más claros y más que está en juego. El informe de 2014 establece que la ciencia climática en su conjunto ha llegado a la conclusión de que el cambio climático no es un peligro distante y abstracto, pero ya está afectando “sistemas naturales y humanos en todos los continentes y todos los océanos”. Los efectos negativos del cambio climático están perjudicando de manera muy desproporcionada a las poblaciones y los países pobres del planeta, los que menos han hecho para causar el problema. El informe deja claro que si no se realicen drásticos cambios muy pronto, el calentamiento del planeta y el cambio del clima producirán impactos devastadores y posiblemente catastróficos en el mundo natural y en la vida humana.

Por 25 años, el IPCC ha advertido al mundo de los peligros climáticos. A pesar de esas advertencias, y contra la opinión del 97 por ciento de los climatólogos del mundo y una acumulación creciente de estudios sorprendentes y extremadamente alarmantes realizados por equipos científicos más pequeños (sobre los cuales hablaré más adelante), las potencias que dominan el mundo no han hecho nada que vale un comino para detener o incluso abordar esta emergencia colosal. En verdad estamos yendo rumbo al desastre climático y humanitario, y tenemos que actuar ya para dar un giro a ese rumbo antes de que sea demasiado tarde.

Puntos del resumen del IPCC para los responsables de política

El cambio climático ya está afectando el mundo de estas formas:

  • Los glaciares siguen menguando en todo el planeta debido al calentamiento mundial. Eso está afectando el suministro de agua a la población de muchas regiones.
  • El cambio climático está calentando y descongelando el permafrost en las regiones del extremo norte. El permafrost es tierra que ha estado congelada durante más de dos años, pero gran parte ha estado congelada durante un período mucho más largo. El derretimiento del permafrost es muy peligroso, porque contiene grandes cantidades de materia orgánica congelada. Cuando el permafrost se derrite, escapan a la atmósfera el metano y el dióxido de carbono de esa materia antes congelada, y eso calienta el planeta aún más.  
  • Está cambiando la distribución geográfica de muchas diferentes especies terrestres y marinas, además de sus migraciones y sus actividades estacionales en respuesta al cambio climático, y eso está afectando la salud de las especies y sus interacciones. El informe dice que, aunque hasta ahora se ha comprobado que el cambio climático ha causado la extinción reciente de solo unas cuantas especies, los cambios climáticos naturales y más graduales del pasado produjeron grandes cambios en los ecosistemas y en la extinción de especies. Ese punto señala el peligro de que, si seguimos por el rumbo actual, la extinción de especies será mucho más severa.
  • El impacto humano del cambio climático está incrementando: las muertes causadas por olas de calor, inundaciones, ciclones y también el impacto de las sequías e incendios forestales más frecuentes. Estos impactos ya están interactuando con las desigualdades sociales existentes y empeorándolas; afectan más a las poblaciones pobres y los países pobres.

Las consecuencias y los riesgos que están por venir con el avance del cambio climático:

  • El informe dice: “El aumento de la magnitud del calentamiento aumenta la probabilidad de impactos severos, omnipresentes e irreversibles”.
  • La proporción de la humanidad que experimenta una escasez de agua en algunas regiones o durante algunos períodos y, por otro lado, grandes inundaciones de los ríos en otras regiones u otros períodos, aumentará mientras sigue en marcha el calentamiento del planeta.
  • Ha aumentado el riesgo de extinción de “una alta fracción” de las especies terrestres y marinas, a medida que el cambio climático interactúe con otras presiones ambientales.
  • El aumento de los niveles del mar producirá la erosión e inundaciones, y en algunos casos las zonas costeras de poca elevación quedarán sumergidas.
  • El cambio climático causará una enorme redistribución y reducción de las especies que viven en el océano, y eso producirá una severa reducción en la productividad de la industria pesquera.
  • La acidificación del océano, que ocurre cuando los mares absorben el dióxido de carbono, plantea grandes peligros para la vida en los océanos, particularmente en las regiones polares y los arrecifes de coral.
  • La producción de importantes comestibles como el trigo, el arroz y el maíz, se verá afectada de forma negativa en las regiones tropicales y templadas. Enormes riesgos al suministro mundial de alimentos son posibles si el planeta se caliente por otros 4 grados Celso (7.2 grados Fahrenheit) o más. (Los científicos prevén un aumento de al menos 3 a 4 grados C, y tal vez más, si las emisiones continúen a su ritmo actual.)
  • Todo eso les afectará más a las poblaciones y los países pobres, e intensificará esa pobreza. Los pobres sufrirán de manera desproporcionada, y les afectarán el estrés por exceso de calor, las precipitaciones extremas, los aluviones, el derrumbe de tierras, la contaminación del aire, las sequías, la escasez del agua y la falta de alimentos.
  • El cambio climático aumentará el desplazamiento de poblaciones y el peligro de que surjan conflictos violentos —guerras civiles y otras formas de “violencia intergrupo”— al intensificar la pobreza y los choques económicos.

El informe del IPCC también trata posibles formas de adaptarse a las transformaciones que el cambio climático está causando: por ejemplo, maneras de prevenir las peores marejadas ciclónicas que resultan de poderosos huracanes, inundaciones, etc. Esa “adaptación”, en la medida que se intentara, sería muy desigual en vista de la enorme brecha que existe entre los países ricos y los países pobres del mundo. Pero más fundamentalmente, lo que queda claro en este informe y en el panorama descrito por la ciencia climática en general es que por más que se adapte, no será lo suficiente como para lidiar con los impactos verdaderamente horribles que están por venir. Lo que se necesitan son enormes esfuerzos de emergencia ahora mismo para DETENER las emisiones de gases de efecto invernadero que resultan de los combustibles fósiles y otras causas, y para transformar toda la base energética de la sociedad humana. Dar marcha atrás a la crisis del medioambiente requiere la revolución, y la batalla hoy para DETENER la devastación del medioambiente podría y debería contribuir al movimiento general para la revolución y debería ligarse cada vez más a éste. Basándose en este informe, se debería llegar a la conclusión de que nos espera un futuro particularmente horrible para la abrumadora mayoría de la humanidad: los pobres y desposeídos en los países oprimidos del mundo, que ya hacen frente a enormes luchas para poder alimentarse, a veces pasando hambre, padeciendo enfermedades y sufriendo la falta de agua higiénica, servicios médicos, etc. Todo eso se intensificará de manera inimaginable e incluso probablemente de manera catastrófica, si el rumbo actual del calentamiento del planeta siga en marcha.

El consenso del IPCC y el estado actual de las cosas

Miles de científicos de más de 100 países contribuyen a los informes del IPCC. Así que los informes representan el consenso de la abrumadora mayoría de los climatólogos mundiales, basado en un examen cuidadoso de los estudios científicos revisados por pares y publicados, y que representan varios corrientes de evidencia. Debido a ese consenso, en que todos tienen que llegar a un acuerdo sobre las conclusiones finales escritos en el informe, los informes terminan siendo un tipo de “mínimo denominador común” al describir los impactos y los peligros. Los informes del IPCC en el pasado han subestimado, en ciertos sentidos, la rapidez y la magnitud de los impactos climáticos, en particular la rapidez con que se derrite el hielo del Ártico. Unos climatólogos, como Michael Mann y Stefan Rahmstorf, han señalado que el IPCC representa un consenso importante respecto a la realidad y los pronósticos sobre el clima, pero en todo caso suelen subestimar la magnitud de los aumentos en las temperaturas y del nivel del mar en el futuro. En una importante entrevista que le hizo Michael Slate en KPFK, Mann describe lo que el informe actual demuestra, y observa que es sorprendente que a pesar de esa tendencia conservadora que es intrínseca al proceso, el informe llegue a conclusiones tan drásticas.

Desafortunadamente, por severa que es la realidad demostrada por el IPCC, la verdadera magnitud del peligro que el mundo confronta es probablemente mucho mayor. Así es el caso, particularmente porque cuando el clima se calienta a ciertas temperaturas, pueden desatarse nuevos procesos peligrosos que produzcan un calentamiento aún mayor, a veces de una magnitud cualitativamente mayor.  El derretimiento del permafrost y del metano congelado en los océanos, y el derretimiento del hielo polar, son ejemplos de esa retroalimentación “positiva” que, cuando lleguen a cierto nivel, pueden reforzar más el calentamiento que ya está en marcha y hasta producir mayores cambios cualitativos: los puntos de inflexión climática.

En 2012, el bloguero Joe Romm, que es climatólogo y experto principal del Center for American Progress, escribió un resumen de las conclusiones de muchos de los últimos estudios climatológicos revisados por pares. Tras una investigación de solo unos cuantos, las conclusiones son más que espeluznantes.

He aquí unos resultados de esos estudios:


Una bandada de gansos pasa por una chimenea del Centro de Energía Jeffrey, una planta de energía de carbono cerca de Emmitt, Kansas. Foto: AP

  • Un artículo de Jeffrey Kiehl en la revista Science en 2011 examina “las lecciones del pasado de la Tierra”. Los científicos pueden usar varios métodos para estudiar las temperaturas y los niveles de dióxido de carbono (CO2) en el pasado. Si los niveles mundiales del carbono siguen aumentando durante un siglo al mismo ritmo que hoy, se espera que alcancen de 900 a 1100 partes por millón para el fin de este siglo. A raíz de examinar la evidencia de las eras geológicas del pasado, Kiehl descubrió que la última vez que los niveles de CO2 estaban a esos niveles fue hace 30 a 100 millones de años y que las temperaturas en ese período estaban a un promedio de 16 grados C (29 grados F) más altos que hoy. Kiehl concluye: “Si el mundo alcanza tales concentraciones de CO2 en la atmósfera, los procesos de retroalimentación positiva pueden intensificar el calentamiento mundial más allá de los cálculos de los modelos actuales”.  En otras palabras, con el mismo nivel de CO2, las temperaturas mundiales reales en el pasado eran en realidad más altas que los pronósticos más pesimistas hoy para la temperatura en la Tierra en 2100.
  • El Centro Hadley para Predecir e Investigar el Clima, de la Oficina Metropolitana (el servicio meteorológico nacional de Gran Bretaña), en un estudio de 2006, predijo que al mantenernos en el rumbo de hoy, para 2100 la sequía afectará la tercera parte de la masa continental de la Tierra.
  • Un estudio, publicado en la revista Nature en 2010, descubrió que durante el siglo pasado, el fitoplancton del océano decreció por un 40%. De acuerdo a los autores del estudio, eso se debe a que el calentamiento mundial ha aumentado las temperaturas del mar. Uno de los coautores, el biólogo marino Boris Worm, dijo: “He estado tratando de pensar en algún cambio biológico que fuera mayor que eso, y no puedo pensar en ninguno. … El fitoplancton es una parte crítica de nuestro equipo planetario de mantenimiento de la vida. Produce la mitad del oxígeno que respiramos, atrae hacia bajo el CO2 de la superficie del agua y, a final de cuentas, sustenta todos nuestros peces”.

No obstante, ninguna de esas evidencias que señalan un futuro catastrófico al continuar con las cosas como son, ha logrado detener la continua expulsión de gases de efecto invernadero. Los niveles del dióxido de carbono ya han subido a más de 400 partes por millón, un nivel no alcanzado durante toda la historia humana. Los gases de efecto invernadero siguen en aumento y, lo que es más, ¡ha subido el ritmo de ese aumento! En lugar de detener todo eso, las clases dominantes de las potencias capitalistas dominantes, que mantienen un dominio asfixiante sobre la economía y el poder político del mundo, solo apresuran la emergencia.

La humanidad tiene que confrontar lo que está en juego aquí: si aceptaremos o no la gran posibilidad de que nosotros como seres humanos no sobrevivamos en este planeta y que la mayoría de las especies del mundo también sea llevada a la extinción. El rumbo en que estamos es uno de cambios catastróficos y horribles, cambios que se están acelerando y cobrando momento de maneras que hubieran sido inimaginables hace veinte o tal vez incluso diez años. Pero hoy tales cambios nos están encima y amenazan con desencadenar una espiral fuera de todo control.

Cuando se publicó el informe del IPCC, el secretario de Estado John Kerry, de Estados Unidos, dijo: “el costo de la inacción será catastrófico”. Pero él representa la potencia mundial que tiene la mayor responsabilidad histórica de la acumulación de CO2. Barack Obama promete “actuar [sobre el cambio climático] si el Congreso no lo hace”, al mismo tiempo que da pasos para que Estados Unidos sea el principal productor de petróleo y gas natural en el mundo, y entre los principales países en la producción y exportación de carbón: precisamente los materiales cuya combustión está llevando a esta catástrofe. Estados Unidos y todas las demás potencias capitalistas se retuercen las manos por el peligro, mientras siguen impelidas por las leyes del sistema a hacer carrera para descubrir y quemar combustibles fósiles no convencionales aún más peligrosos en su implacable batalla de aventajarse la una a la otra. Todo eso ya sobrepasa la hipocresía y el cinismo; es la destrucción sistémica y repugnante de todo.

La publicación de este informe ha provocado expresiones generalizadas de inquietud y de indignación; para millones de personas, ha sido el grito que les despertó y las sacudió. Y así debería ser. ¡Pero hay que despertar y sacudir a muchísimas personas más! En vista de eso, quisiera plantearles unas preguntas a los lectores: ¿Es realista esconder la cabeza en la arena o solo dejar entrar en la cabeza las partes de la realidad que uno “pueda soportar”? ¿Es realista suponer que esos criminales capitalistas, que están destruyendo el mundo entero y amenazando con llevarnos a la extinción, sean capaces de detener todo eso? ¿O es realista despertarse y darse cuenta de que necesitamos transformaciones dramáticas que solo se darán con una revolución y un nuevo sistema socialista, uno que se base en que las personas sean los guardianes de la Tierra y en su movilización para remover tierra y cielo para combatir el desastre ambiental? Ésa es nuestra única esperanza real. Acepte eso o no, tenemos que unirnos, despertar a la humanidad y luchar para impedir que esos criminales tengan la posibilidad de llevar a nosotros y la mayor parte de nuestro mundo natural a la extinción.

 

 

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