De The Michael Slate Show:

El científico Michael Mann habla del nuevo informe sobre el clima: "Esta es una amenaza para nosotros... aquí y ahora"

21 de abril de 2014 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Se entrevistó al Dr. Michael Mann, profesor distinguido de meteorología de la Universidad Estatal de Pensilvania y el director del Centro de la Ciencia del Sistema de la Tierra de dicha universidad, en el programa The Michael Slate Show en la radioemisora KPFK Pacifica en relación al nuevo informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). A continuación presentamos la trascripción de esa entrevista.

Michael Slate: El informe anterior salió hace siete anos. Ahora hay uno nuevo. ¿Qué ha cambiado desde entonces y dónde estamos ahora?

Michael Mann: Bueno, llama mucho la atención leer este reciente informe sobre los impactos. El informe del IPCC tiene tres partes: la evidencia científica de base que salió apenas el otoño pasado; este informe trata los impactos del cambio climático, la adaptación y la vulnerabilidad; el próximo mes van a informar sobre la parte final en relación a posibles soluciones, que podemos hacer mitigar el problema del cambio climático. Este informe reciente sobre los impactos fue muy llamativo y muy fuerte y claro en cuanto a los términos que se exponen. Este es un informe de naturaleza muy conservadora, porque es un consenso entre literalmente cientos de los científicos prominentes del mundo. El informe refleja el mínimo común denominador acerca de lo que todos los científicos pueden estar de acuerdo. En tal sentido, es notable que el informe mencione la amenaza en términos tan claros. Básicamente, lo que el informe aclara, si había alguna duda, es que el cambio climático no es una abstracción existencial lejana. No es algo que sólo va a afectar a los osos polares en el Ártico en unas décadas. Nos está impactando aquí y ahora y negativamente. Y en cierto sentido nosotros somos el oso polar. Estamos viendo el impacto negativo del cambio climático, sea la disponibilidad de alimentos y el agua potable, la disponibilidad de tierras, la salud humana, la salud de nuestra economía, lo que está relacionado con los conflictos y la seguridad nacional, los que son después de todo una consecuencia de la competencia sobre los recursos disponibles. Y lo que el informe aclara muy bien es que si seguimos en el camino en que estamos, quemando los combustibles fósiles, vamos a ver una disminución en el nivel de alimentos, de tierras y de agua y una mayor competencia por cada vez menos recursos en una población global cada vez más grande. Y esto es una receta perfecta para el conflicto, básicamente para una calamidad de seguridad nacional.

Así que el IPCC está diciendo claramente en este último informe que el cambio climático es un gran problema. No es solamente que se sabe que estamos calentando el planeta, que eso es el resultado de la actividad humana, que la quema de los combustibles fósiles y otras actividades resultan en un incremento de la concentración de los gases de efecto invernadero. Ahora hay un consenso establecido entre los científicos del mundo de que es una amenaza para nosotros, aquí y ahora.

Michael Slate: Sí, eso salió muy claro. Y por años nos han advertido con regularidad, y nos están advirtiendo ahora, pero de que en realidad no hay ningún apuro, que es posible hacer algo para lidiar con esto. He querido preguntarle sobre esto, me molesta mucho la idea de que, en cuanto al cambio climático y el aumento de la temperatura entre 2 y 8 grados centígrados, ese rango — ¿está ocurriendo ahora? ¿Ocurre esto ahora? ¿Y si de hecho ocurre, qué significa?

El derretimiento del glaciar Grinnell del Parque Nacional de los Glaciares, Montana. La foto superior se tomó alrededor del año 1940, la inferior en 2004. Foto: AP

Michael Mann: Sí, así que ya hemos calentado, hemos calentado el planeta un poco menos de un grado centígrado, aproximadamente un grado y medio Fahrenheit hasta ahora. Resulta que ya estamos comprometidos a por lo menos otro medio grado centígrado, casi otro grado Fahrenheit — solamente por los gases de efecto invernadero que ya hemos emitido a la atmósfera. Continuarán calentando el planeta por décadas, aunque dejáramos completamente de quemar combustibles fósiles ahora mismo. Todavía experimentaremos el calentamiento del planeta por décadas en el futuro, simplemente a causa de la inercia del sistema climático. Los océanos continúan absorbiendo una parte del calor que ya hemos puesto en la atmósfera debido al aumento de los gases de efecto invernadero. Así que ya nos hemos comprometido a probablemente la mayor parte de los 2 grados centígrados. O al mínimo un grado y medio. Y lo que nos dice la ciencia es que si continuamos como si no pasara nada, quemando combustibles fósiles durante otra década o más, es casi seguro que nos comprometamos a calentar el planeta más de 2 grados centígrados o más de 3 y medio grados Fahrenheit. Y el número ese es importante porque es efectivamente el umbral que muchas organizaciones y científicos quienes estudian el impacto de cambio climático dirán, que el umbral de 2 grados centígrados está donde empezamos a ver en serio algunos impactos muy dañinos y potencialmente irreversibles del cambio climático.

Otra vez, el que hablemos de los alimentos, el agua, la tierra o la salud — de todo, de la salud de los ecosistemas, todo aspecto de nuestra vida, veremos crecientes impactos negativos. Así que el problema tiene una urgencia, más que cualquier cosa que hemos visto antes. Si no actuamos ahora es probable que nos estemos comprometiendo a por lo menos 2 grados centígrados. Si continuamos como ahora, si continuamos quemando combustibles fósiles sin ninguna medida para controlar las emisiones del carbono y disminuir nuestra huella de carbono, pues lo que nos dice el informe es que podemos ver un calentamiento del globo de hasta 4 o 5 grados centígrados, 7, 8, 9 grados Fahrenheit para el fin del siglo. Y como una vez dijo mi colega James Hansen, el anterior director del Instituto Goddard para Estudios del Espacio de la NASA, si calentamos el planeta tanto, será un planeta distinto. No será el planeta en que crecimos. Dejaremos un planeta fundamentalmente degradado a nuestros hijos y nietos.

Michael Slate: Una cosa que usted señala continuamente es la idea, o el hecho, bueno son dos cosas. El hecho de que eso ya está en marcha. Está ocurriendo concretamente en estos momentos en términos del cambio climático. Quisiera hablar sobre eso, y con relación a eso, lo que está sucediendo en cuanto a los alimentos, por ejemplo en la gran mayoría del planeta, ésa es una cuestión constante. Se puede ver las hambrunas que ocurren en todas partes de África y otros lugares. Si uno ha viajado por el tercer mundo, pues uno tiene alguna idea de qué tan desesperadas son algunas personas por obtener una alimentación de la más mínima. Y ustedes han estado diciendo que eso tendrá un impacto horrible en el rendimiento de los cultivos y en la alimentación. Expliquemos eso.

Michael Mann: He aquí una de las tragedias en eso; de hecho los impactos más severos y los que vendrán lo más pronto les afectarán a las partes del mundo que están en vías de desarrollo, precisamente esas zonas tropicales donde actualmente las naciones están luchando por satisfacer las necesidades de agua dulce y alimentos. En realidad allá es donde el cambio climático les va a azotar más duramente. Parte de eso se basa en un conocimiento científico muy fundamental. Si las temperaturas suben incluso un poquito en las zonas tropicales, sabemos que eso resultará en una disminución muy grande, muy sustancial, en la productividad de los cultivos de granos básicos. Eso es simplemente porque esos cereales ya se cultivan a temperaturas límite, las temperaturas más cálidas que pueden tolerar. Y si sube el calor solo un poquito, disminuyen drásticamente los rendimientos agrícolas. Así que irónica y trágicamente, esas naciones que ahora menos pueden satisfacer sus necesidades de comestibles, es ahí que van a darse los descensos más severos. Bien, antes pensábamos, tan reciente como el último informe del IPCC, si se lee el capítulo sobre la agricultura en la parte sobre impactos en ese último informe del IPCC, el lenguaje ahí plantea que en realidad podríamos ver aumentos en los rendimientos agrícolas en algunas regiones fuera de los trópicos, como Estados Unidos, Norteamérica, Europa, otras zonas de latitudes más altas. La idea era que la temporada de cultivo sería más larga en un planeta más cálida. El invierno sería más corto, aumentaría la temporada de cultivo, y si no intervinieran otros factores, parecía que eso implicaría un aumento de los rendimientos agrícolas. Pero lo que hemos visto durante los últimos dos veranos en particular es que cualquier aumento teórico en los rendimientos que resulte de las temporadas de cultivo más largas, queda eliminado por completo debido a los fenómenos meteorológicos cada vez más extremos: sequías más generalizadas y más marcadas en grandes partes de Estados Unidos, como hemos visto en los veranos recientes en Texas y Oklahoma. Durante el verano de 2011 en Texas, la agricultura quedó devastada. El estado perdió el 25 por ciento de sus animales de cría debido a la sequía récord de 2011. Hace dos años, durante el verano, tuvimos una sequía y un calor de nivel récord en gran parte de nuestra región de granos y el rendimiento agrícola fue diezmado. Así que ahora pensamos que incluso en las regiones fuera de los trópicos, donde antes pensábamos que pudiera haber un aumento en los rendimientos agrícolas, ahí también se verá un descenso. Por eso este informe reciente llega a una conclusión mucho más pesimista en cuanto a los alimentos, nuestra capacidad de satisfacer nuestras necesidades alimenticias. Y, una vez más, se trata de una población mundial que está creciendo. Y frente a una disminución de alimentos y agua dulce, se trata de una calamidad en ciernes.

Michael Slate: Hay un punto que se repite en el informe. Creo que es importante que la gente entienda lo que significa. Habla repetidamente de la adaptación y de adaptarse en relación con esto. ¿Puede usted explicar esto? Y luego tengo una pregunta complementaria.

Michael Mann: Desde luego. Nuestro asesor presidencial en ciencias, John Holdren, un científico líder, ha sido un vocero muy eficaz en torno a esta cuestión en la administración actual. Creo que alguna vez él formuló el problema muy bien al decir que la manera en que lidiemos con el cambio climático constará de una combinación de tres cosas. Será una clase de combinación de la adaptación, la mitigación y el sufrimiento. Y nos toca a nosotros decidir cuál combinación sea aceptable. Ya estamos viendo el sufrimiento. Hay una cierta cantidad de cambio climático que ya es inevitable. Ya ha pasado y hay más por venir. Y lo que eso quiere decir es que ya existe algún sufrimiento y habrá más sufrimiento en el futuro. Quiere decir que ya tenemos que empezar a adaptarnos, sea con respecto a fortalecer nuestras defensas costeras en contra del aumento en el nivel del mar y los huracanes cada vez más devastadores, o con respecto a adaptar las prácticas agrícolas frente a las temperaturas más altas, las sequías peores, y toda la lista. Hay un montón de cosas que necesitamos comenzar a hacer para fortalecer la capacidad de adaptación, para lidiar con algo de lo que ya está por venir. Pero, el hecho es que según los pronósticos habituales, si continuáramos sobre el camino actual, para el fin del siglo experimentaríamos cambios climáticos sin precedentes y tan grandes que no existiera ninguna adaptación que básicamente pudiera mantener ningún nivel de resiliencia frente a los impactos sobre la alimentación, el agua, la salud y nuestra economía. Así que la conclusión, si se considera los impactos pronosticados por este último informe, la conclusión es que la adaptación no será suficiente. Tenemos que hacer una cierta cantidad de adaptación en todo caso. Porque hay una cierta cantidad de cambio climático que ya es inevitable. Pero el hecho es que hay muchos otros cambios climáticos que aún podemos evitar. Y tenemos que realizar las acciones necesarias para evitarlos. Y eso quiere decir reducir nuestras emisiones de carbono. Quiere decir cobrar un precio por la emisión de carbono para que el mercado interiorice los daños muy concretos que el cambio climático ya está haciendo en todas partes.

Michael Slate: Yo le iba a preguntar, si existe un punto, como un punto de inflexión, después del cual la adaptación es claramente imposible, y usted habló de esto. Me parece que hay una dinámica en juego, la cual limitaría las respuestas, diciendo que una respuesta efectiva sería la de adaptarse. Pero se agrega toda una nueva dimensión. Yo estaba leyendo en alguna parte que el deshielo en el Ártico que expone el material orgánico que estaba ahí congelado desde antes de que la civilización empezara, de repente está al descubierto y comienza a pudrirse provocando la salida de todo tipo de gas de efecto invernadero y complica mucho las cosas. Parece ser algo de lo que no se habla mucho, lo que se desata, en el sentido de una dinámica que se desata hasta dominar todo.

Michael Mann: Sí, claro que sí. A veces les llamamos a estos fenómenos, procesos positivos de retroalimentación, si bien puede ser una expresión que confunde a las personas que no son científicos y no están familiarizadas con el lenguaje científico. Suena como algo positivo, “un proceso positivo de retroalimentación”, como cuando uno recibe comentarios positivos del jefe por un buen trabajo. Pero no es cosa buena. Lo que significa es que es un círculo vicioso. Significa que es una respuesta que agrava las cosas. Y uno de los resultados que nos preocupan son los llamados ciclos de retroalimentación del carbono. Y lo que significa en este caso es, como usted señalaba, si se calienta el suelo, si se derrite el permafrost en el Ártico, resulta que hay mucho metano actualmente encerrado en ese permafrost. También hay mucho metano encerrado en forma cristalina, en forma sólida, en las plataformas continentales. A medida que calentamos el planeta, los océanos y el permafrost, existe la posibilidad de desestabilizar todo el metano que actualmente está encerrado. Resulta que el metano es un gas de efecto invernadero aún más potente que el CO2 [dióxido de carbono]. Si eso se inicia, empezamos a presenciar el ciclo de retroalimentación de ese metano, significa que de repente tenemos aún más calentamiento. Esto no se está tomando en cuenta actualmente porque hay demasiada incertidumbre. No sabemos cómo incluirlo dentro de nuestros modelos porque no sabemos cuánto metano es inestable y que podría salir aun con un incremento modesto del calentamiento. Así que es un gran ejemplo de la incertidumbre, a pesar de lo que digan los críticos — y se oye decir que hay incertidumbre en la ciencia, así que ¿por qué deberíamos de tomar estas precauciones que podrían dañar la economía? Pues, es probable que la falta de acción perjudique la economía mucho más. Pero el hecho es que dicha incertidumbre no nos favorece. En muchos sentidos, las incertidumbres son tales que el problema podría resultar mucho peor que lo que estamos proyectando actualmente. He aquí un buen ejemplo: el hielo marino del Ártico. Ahora mismo estamos presenciando un descenso peligroso de la cantidad de hielo que queda al fin del verano al extremo que si continuaran las tendencias actuales, en un par de décadas habría un Ártico sin hielo para el fin del verano. Los modelos indican que no se alcanzaría esa situación por varias décadas, por unos cincuenta años y tanto. Así que, en nuestros pronósticos ya estamos adelantados a varias décadas por lo que se refiere a qué tan rápido se está disminuyendo el hielo marino, y de la mano con el descenso del hielo marino, eso implica un cambio fundamental en los ecosistemas del Ártico, significa una amenaza para los animales que dependen de ese entorno, inclusive el oso polar y la morsa… lo que eso significa es que estamos perdiendo un ecosistema entero. Estamos perdiendo un ecosistema único, el del Ártico, el cual no se podrá reemplazar. ¿Qué valor tiene el ecosistema del Ártico? ¿Qué valor tiene el golfo de México? Estas son las interrogantes que deberíamos estar considerando a medida que continuamos la peligrosa excavación del petróleo en busca de fuentes de combustibles fósiles y la continuación del empeoramiento del problema del cambio climático respectivo.

Michael Slate: Muy bien, Dr. Michael Mann, desafortunadamente se nos acabó el tiempo, pero muchas gracias por haber estado con nosotros hoy.

Michael Mann. Gracias, fue un gran placer.

Se necesitan: Voluntarios para revcom.us y Revolución

Envíenos sus comentarios.

Si le gusta este artículo, suscríbase, done y contribuya regularmente al periódico Revolución.