Revolución y religión: un diálogo entre Cornel West y Bob Avakian

©2014 de Alice Walker

Si el asesinato de nuestros jóvenes se considera insignificante por aquellos que en la sociedad estadounidense hacen las leyes, aquellos que aman los niños y sus padres y nosotros mismos debemos despertar a la realidad de que el sistema político en que nos hallamos prisioneros debe abandonarse. ¿Qué debe hacerse?

Esta pregunta es asumida con valentía, dignidad y nitidez en esta conversación entre Cornel West, un cristiano revolucionario, y Bob Avakian, un comunista revolucionario. El camino no será fácil, pero ¿cuándo lo ha sido? No todos estaremos de acuerdo en alguna cosa, pero ¿cuándo no ha sido así? La ira, creo, no tiene futuro. La destrucción no es una cura. Llamar a la gente por el nombre de animales inocentes y bastante decentes queda en realidad por debajo de nosotros como descendientes de aquellos a quienes normalmente llaman cualquier cosa menos hijos de Dios. Como ellos tan poéticamente lo dicen. ¿Qué es lo que considero que cambia la realidad? El profundo estudio de las causas de nuestro sufrimiento, el apoyo a aquellos que vemos que están luchando, la enseñanza de los analfabetos a leer, la alimentación de los que no tienen comida, el vestir a quienes no tienen ropas, el dar viviendas a los que no las tienen. En mi opinión, la frase atribuida a Marx, “De cada cual según su capacidad a cada cual según su necesidad”, no parecería fuera de lugar entre las enseñanzas del Nuevo Testamento, un manifiesto en sí mismo. Tanto los cristianos como los comunistas han sido desdeñados y ridiculizados por masas humanas, mientras se esforzaban por escalar sobre otros para llegar a la cima de la montaña. Nosotros podemos mirar a sus creaciones de nuevo a la luz de este diálogo histórico entre el hermano Avakian y el hermano West. Nuestras vidas en este planeta y la propia vida del planeta dependen de nuestra habilidad para aprender cómo estudiar y cómo protestar también. Es por eso que en los 60, estudiantes que eran arrestados en el Sur llevaban con ellos sus libros a la cárcel. Es por eso que en Mississippi, considerábamos el hecho de enseñar a leer y escribir un acto fundamental de protesta.

Probablemente como personas nunca abandonaremos nuestra solidaridad con Jesús. Y ¿por qué hemos de hacerlo? Jesús mismo fue un revolucionario. Echar a los usureros del templo no es lo único que hizo. Debemos conocer a este hombre profundamente, no como un cordero expiatorio que cuelga de la pared, sino como un ejemplo de compasión, empatía y coraje. Y de intenso intelecto. Un intelectual público en realidad. Percatémonos de que él renace una y otra vez, también, en todas las personas que poseen las cualidades que él personaliza.

Debemos conocer por qué el comunismo ha sido tan calumniado. En retrospectiva es casi divertido pensar que el “comunismo impío” fue la frase que mayormente alejó a la gente del estudio del comunismo, cuando de hecho el aplastamiento del comunismo consistía en la determinación de los ricos, por cualesquiera criminales medios que fueran necesarios, a mantener su riqueza. ¿Hay alguien hoy que crea que a los dueños de la mayoría de la riqueza robada en el mundo les interesa Dios?

Gracias, hermanos West y Avakian, por este rayo de luz. Debemos saber la verdad. Aunque sea la última cosa que sepamos para siempre. Y quién sabe qué futuro espera a la humanidad más allá de nuestro conocimiento.

alicewalkersgarden.com
Reimpreso con permiso

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