Del Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar:

México: “¡Generalizar el despertar y la rebelión de la gente contra el Estado criminal!”

8 de diciembre de 2014 | Periódico Revolución | revcom.us

 

1º de diciembre de 2014. Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar. Enormes cantidades de personas marcharon en la Ciudad de México y una docena de otras ciudades en un tercero de los estados mexicanos en un “Paro Cívico Nacional” el 1º de diciembre para intensificar la lucha que exige la presentación con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa secuestrados en septiembre. El mismo día que el presidente Enrique Peña Nieto marcó los dos años de su presidencia con un discurso que promete reforma institucional, la demanda que él renuncie refleja el sentimiento cada vez más amplio de que su gobierno es totalmente ilegítimo.

Maestros y otros hicieron paros en muchos estados que van desde Sonora y Durango en el norte a más de cien escuelas en el estado de México y estados del sur. El día se arrancó al bloquear una refinería petrolera miles de maestros en Salina Cruz, Oaxaca, mientras otros tomaron brevemente el aeropuerto principal de ese estado. Maestros, estudiantes y miembros de organizaciones indígenas bloquearon carreteras y marcharon en San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Trabajadores de la educación en Guerrero, el estado donde se ubica Ayotzinapa, obligaron a tiendas departamentales a cerrar. Más tarde irrumpieron en la oficina del fiscal estatal en Chilpancingo, quemaron patrullas policíacas e hicieron destrozos en oficinas administrativas. En Guadalajara, un grupo de escritores encabezaron una marcha desde la Feria Internacional del Libro al centro de la ciudad. En Veracruz, manifestantes respondieron a las acusaciones oficiales coreando, “No somos infiltrados, somos pueblo encabronado” al hacer pintas a las paredes del Instituto Federal Electoral de Xalapa. En muchos lugares, los manifestantes cargaron fotos de los normalistas desaparecidos y denunciaron los esfuerzos del gobierno de criminalizar y reprimir el movimiento de protesta.

Media docena de marchas cruzaron la capital hasta formar una sola corriente encabezada por los padres de los normalistas. En la tarde, cuando decenas de miles de manifestantes, la mayoría estudiantes preparatorios y universitarios, junto con integrantes de sindicatos y otros, marcharon por una avenida principal coreando consignas que exigían que el presidente renunciara, cientos de policías “encapsularon” a un contingente de unos 500 jóvenes. Observadores de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos llegaron y sacaron a los manifestantes del encapsulamiento policial.

Se sostuvieron manifestaciones solidarias en otros países, incluyendo en Los Ángeles, California, y Frankfurt, Alemania. La marcha del 1º de diciembre terminó en el Consulado Mexicano, y una protesta fue programada para el 3 de diciembre en frente de edificios del gobierno estadounidense para denunciar la complicidad estadounidense en la guerra contra el pueblo del gobierno mexicano.

El siguiente artículo, publicado poco después de una ronda de protestas el 20 de noviembre, es de la página web de la Organización Comunista Revolucionaria (OCR) de México (www.aurora-roja.blogspot.com).

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Llegaron los padres de los 43 normalistas desaparecidos al zócalo capitalino la tarde del 20 de noviembre en el marco de la cuarta Jornada de Acción Global por Ayotzinapa. Después de convivir con mucha gente en el transcurso de tres caravanas que realizaron por varias partes del país, su conclusión fue clarísima: “No sólo es Guerrero: en todo México hay fosas clandestinas, ejecutados extrajudicialmente y desapariciones forzadas”. A lo largo y ancho del país y alrededor del mundo, la cuarta Jornada remarcó un nuevo auge de lucha. Muchos que antes se callaban por temor ahora se atreven a protestar y manifestarse. Muchos que antes se encontraban inmersos en la lucha diaria por sobrevivir o salir adelante, mantenidos en la ignorancia por los medios masivos de desinformación, comienzan a despertarse a la vida política y exigir justicia en esta sociedad tan injusta. Docenas de miles de personas convergieron en el centro del Distrito Federal en marchas animadas y combativas, con el pulso de música acompañando a los manifestantes. Más de cien universidades, públicas y privada, en varios estados realizaron paros de protesta. Cientos de miles tomaron las calles en unas 120 ciudades en el país y más de 30 ciudades alrededor del mundo, desde Argentina hasta Rusia y en muchas partes de Estados Unidos. Fue una magnífica jornada de lucha y rebelión en repudio al Estado criminal responsable de los asesinatos y desapariciones de Iguala y de un sinnúmero de otros crímenes de sangre en su guerra contra el pueblo. Una vez más el gobierno capitalino de Miguel Mancera del PRD [el partido de oposición “izquierdosa” del cual el alcalde de Igual es miembro] y el gobierno federal de Enrique Peña Nieto del PRI [el partido gobernante histórico] se unieron esfuerzos para reprimir brutal y arbitrariamente a los manifestantes en la capital, mostrando una vez más la identidad de intereses de los diversos partidos en el gobierno en reprimir al pueblo. Como ya es un show de costumbre coordinado entre el gobierno y los medios de desinformación, se evitaba filmar cualquier acto de los granaderos del Distrito Federal y la Policía federal golpeando gente al azar, incluyendo a niños y ancianos. Al contrario, la televisión arengaba sobre la “violencia” (mucho más condenable para estos loros del sistema que los múltiples asesinatos por parte del gobierno) de alguna gente que arrojaba objetos al palacio. Se armó la típica nota de “manifestantes violentos” y “policías víctimas”, y se tapó por completo la policía agrediendo y deteniendo gente al azar. La represión fue documentada por videos y fotos que circulan en Internet. Grupos de manifestantes pacíficos con participación de familias enteras fueron “encapsulados”, empujados contra las cortinas de metal de los comercios cerrados y agredidos sin piedad, con muchos cayendo al suelo debido a la golpiza. Un hombre de avanzada edad que ofrecía un texto a los granaderos, alentando que lo leyeran, fue golpeado brutalmente por un grupo de policías después. Representantes de organizaciones de derechos humanos y reporteros también fueron atacados por las mal llamadas "fuerzas del orden". Las detenciones, como de costumbre, fueron arbitrarias e incluyeron casos como un chileno que andaba en bicicleta o un estudiante de artes plásticas cuyo ultrajante arresto fue videograbado y difundido en Internet. Hubo reportes contradictorios sobre el número de detenidos, pero por lo menos 26 fueron detenidos. De las 15 personas llevadas a la Procuraduría federal, 11 han recibido trato como si fueran criminales peligrosos, recluidos en penales de alta seguridad en los estados de Veracruz y Nayarit con acusaciones de asociación delictuosa, motín y homicidio en grado de tentativa. Después de soltar bajo fianza a otras 11 personas detenidas, el ministerio público del Distrito Federal recibió órdenes superiores de negarse a seguir recibiendo fianzas y mandó a los reclusorios a los tres hombres y una mujer que todavía tenían en custodia. Uno de los policías les dijo a los detenidos de una manifestación cerca del aeropuerto que "Los vamos a llevar a Oaxaca y los dejaremos como los 43". Es evidente que el Estado estaba preparado para desatar una represión aún más sangrienta: circulan en la red fotografías de francotiradores apostados en el techo de Palacio Nacional durante la manifestación, imágenes que hacen pensar en la masacre de cientos de estudiantes y otros por el ejército en 1968. Horas antes de que el gobierno desatara a sus perros guardianes contra la gente, el presidente Enrique Peña Nieto [EPN] oficiaba una ceremonia con las fuerzas armadas, condenando la violencia “cualquiera que sea su origen” y repudiando las “injustas” acusaciones en contra del ejército que asesinó a sangre fría a 21 jóvenes rendidos en Tlatlaya y participó en reprimir a los estudiantes de Ayotzinapa en Iguala. Impunidad total para la violencia del Estado, cada vez más mano dura para el pueblo. Hasta niegan a los familiares de los desaparecidos datos del expediente oficial del caso, aunque el pleno acceso a lo mismo fue uno de los diez supuestos “acuerdos” de EPN con los familiares, ninguno cumplido. Al salir de un encuentro el 21 de noviembre con una comitiva del gobierno federal, los familiares de los 43 estudiantes desaparecidos les lanzaron botellas de agua y refrescos enlatados para expresar su enojo frente a la duplicidad del gobierno, que no da ningún dato confiable en la búsqueda de los desaparecidos y que recurre cada vez más a la represión del movimiento de protesta. El presidente Peña Nieto habla de “paz y justicia” mientras el Estado que encabeza hace la guerra al pueblo y comete todo tipo de injusticias con total impunidad. Arremete contra “el ataque a las instituciones”, cuando son las instituciones del Estado las que atacan, desaparecen y matan al pueblo. Es evidente no sólo de estos casos sino del sinnúmero de casos de asesinatos, desapariciones y tortura por parte de las fuerzas armadas y policías que han quedado en la impunidad y comienzan a salir a la luz en la lucha por justicia por Ayotzinapa, que este Estado no hará justicia. La pregunta para muchos, es ¿por qué? y ¿qué debemos hacer? No es simplemente un problema de ciertos políticos o ciertos partidos electorales: desde la masacre de Tlatelolco de 1968 hasta Atenco y ahora Ayotzinapa, todos los principales partidos electorales han participado directamente en reprimir con saña al pueblo. Tampoco es simplemente un problema del neoliberalismo: Tlatelolco, el halconazo de 1971, la guerra sucia y muchos otros crímenes del Estado sucedieron antes de la implementación de estas políticas de libre mercado del sistema. El actual Estado tuvo sus orígenes, no precisamente en la Revolución de 1910 sino en la contrarrevolución de las fuerzas “constitucionalistas” de Carranza y Obregón que mataron a traición a Zapata y Villa y ahogaron en sangre a los revolucionarios que siguieron a ellos y a los hermanos Flores Magón. El Estado que establecieron fue un Estado al servicio del sistema semicolonial y semifeudal en que se ha desenvuelto cada vez más un capitalismo sometido al imperialismo, principalmente estadounidense. Este Estado siempre ha oprimido y reprimido al pueblo en defensa de este sistema de explotación que hasta nuestros días sigue manteniendo a la mayoría de la población en la pobreza y sujeta a la violencia reaccionaria, como el sistema capitalista-imperialista mundial somete también a la gran mayoría de la humanidad. Así las cosas, si no se puede esperar justicia de este Estado…, ¿qué debemos hacer? Debemos aprender de la muy positiva iniciativa de los familiares de los 43 desaparecidos que llevaron su lucha a la gente en muchas partes y a la vez aprendieron de los sufrimientos de esa gente. Hay que generalizar la denuncia y la lucha, llevándolas sobre todo a lo hondo y profundo de las masas de proletarios, campesinos, los pobres y oprimidos de campo y ciudad en general, que…, junto con los estudiantes e intelectuales que han dado un gran impulso a los comienzos de este movimiento, podrán cambiar el país de raíz. ¡Desatemos el brigadeo [la actual extensa actividad de formar brigadas para salir en la sociedad y hacer agitación en las locaclidades y por todo el país] y muchas formas creativas más para llevar la verdad sobre los crímenes del Estado a todos! En medio de la denuncia y resistencia en contra del Estado criminal y por la justicia para los normalistas, hace falta ir forjando un movimiento para la revolución, porque sólo la revolución hará posible poner fin a la matanza de nuestros jóvenes, la matanza de mujeres, y otras injusticias intolerables. Sólo la revolución nos llevará hacia la emancipación, al tumbar este criminal Estado capitalista y crear un nuevo poder estatal al servicio del pueblo y la humanidad, al desmantelar este inhumano sistema mayormente capitalista y desatar la creatividad del pueblo para edificar uno nuevo, fundamentalmente distinto y liberador. Los más avanzados revolucionarios de 1910 no tenían el entendimiento necesario para guiar semejante proceso, pero hoy en día, a raíz de las lecciones muy positivas pero también negativas de las revoluciones socialistas del siglo pasado, así como muchas otras fuentes, se ha forjado un nuevo entendimiento revolucionario, la nueva síntesis del comunismo desarrollada por Bob Avakian, que nos da nuevas herramientas para poder descubrir y forjar el camino hacia la liberación. No nos dejemos embaucar de nuevo por la falsa ilusión de componer este sistema descompuesto e intolerable. La revolución es el único camino hacia la emancipación de la gente de tantas injusticias y sufrimientos innecesarios. Para que esta lucha realmente contribuya a crear un mundo mucho mejor y para no desperdiciar el actual despertar de millones de personas, forjemos el movimiento para la revolución que hace falta.

 

El Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar es un servicio de Un Mundo Que Ganar, una publicación política y teórica inspirada por la formación del Movimiento Revolucionario Internacionalista, el centro embrionario de los partidos y organizaciones marxista-leninista-maoístas.

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