Estados Unidos abre nuevo campamento de concentración para inmigrantes en la frontera Texas-México

22 de diciembre de 2014 | Periódico Revolución | revcom.us

 

El 14 de diciembre, Jeh Johnson, el secretario de Seguridad Nacional de la administración de Obama, viajó a Dilley, Texas, para anunciar la inauguración de un nuevo centro de detención para inmigrantes, principalmente mujeres y niños. Esta nueva cárcel, de gestión privada, comenzará a recibir presos de inmediato y alcanzará su capacidad prevista de 2.400 presos en mayo de 2015.

La nueva prisión se abre poco después de un cambio importante en la política migratoria que Obama declaró en una orden ejecutiva en noviembre de 2014. La orden de Obama se centró en la promesa de alivio temporal de la deportación para algunos inmigrantes, y una intensificación de medidas represivas duras a lo largo de la frontera. (Vea en “Las medidas de Obama acerca de la inmigración — y la mayor resistencia que hace falta” un análisis más completo de las medidas de Obama en relación a los inmigrantes y los intensos conflictos en la clase dominante.)

August 2, 2014: Immigrants' rights protest in Washington, DC

Una protesta por los derechos del inmigrante, Washington, D.C., 2 de agosto de 2014. Foto: AP/José Luis Magaña)

El gobierno de Estados Unidos dio a su nueva cárcel para niños el nombre inocuo de “Centro Residencial de Familias del Sur de Texas”. Los artículos en los grandes medios de comunicación invariablemente describen su “atención médica y consejeros, salones de clases en edificios provisionales, biblioteca y acceso al correo electrónico y una cancha de baloncesto y patios de recreo...” — como si el gobierno federal contratara a la infame CCA (Corrections Corporation of America [Corporación de Correccionales de Estados Unidos], el que se debería conocer más precisamente como Campamentos de Concentración de Amérikkka) para construir un campamento de veraneo o centro de recreación para niños pobres. Pero un abogado que ha luchado para defender a las familias inmigrantes detenidas en Artesia, Nuevo México y otros lugares habló de la realidad de la prisión Dilley: “Me faltan palabras para imaginarme cómo se verá Dilley con tantos niños de 6 años de edad detenidos tras el alambre de púas”.

Dilley es una ciudad desolada, dura y remota al noreste de Laredo, muy lejos de Austin, San Antonio y otras ciudades de Texas donde existe el posible apoyo legal para los inmigrantes detenidos. El nuevo campamento de prisioneros está metido entre una unidad penitenciaria estatal y un llamado “campamento para hombres” — cuarteles temporales para cientos de trabajadores de la industria de fracturación de petróleo y gas natural.

Otras prisiones para las familias de inmigrantes tienen un historial bien documentado de abuso, violaciones y condiciones deshumanizantes, incluido el grave abuso de niños. En 2009, cerraron un centro de la CCA para niños inmigrantes en Hutto, Texas después de prolongadas protestas en contra de sus condiciones patentemente crueles y acusaciones de continuo abuso sexual brutal. Otra prisión para mujeres y niños inmigrantes en Karnes City, Texas se enfrenta a una demanda que la acusa de acoso sexual repetido a las mujeres y alega el constante abuso sexual, extorsión y acoso de parte de los guardias. Las mujeres detenidas allí informan que están agotadas constantemente porque tienen que cargar a sus hijos pequeños todo el tiempo porque no se permite que los niños gateen ni correteen en el suelo.

El campamento de prisioneros en Dilley es una piedra angular de la política de Obama de reprimir a los inmigrantes y controlar la frontera mediante la militarización en masa. Proporcionará los medios para acelerar la deportación de los inmigrantes capturados — lo que un funcionario cínicamente llamó “un lugar que se encarga de todas sus compras en un solo tienda”. Las familias inmigrantes estarán en jaulas, contarán con una farsa de un procedimiento judicial somero y la deportación del propio centro de detención en cosa de unas semanas.

Uno de los objetivos esenciales de las recientes medidas migratorias agresivas de Obama ha sido el de promover divisiones entre los inmigrantes — prometiendo un cierto alivio temporal de la deportación para los que reúnen los criterios del gobierno para “salir de las sombras”, y aún más dura represión y criminalización para los que no. Aquellos de la segunda categoría incluyen a personas que han estado en Estados Unidos por años y otros que siguen intentando entrar en El Norte debido a la destrucción que Estados Unidos ha infligido a sus países de origen.

Jeh Johnson lo dejó claro en sus declaraciones en Dilley al decir: “Nuestras nuevas políticas... establecen una clara distinción entre el pasado y el futuro. Aquellos que vinieron aquí ilegalmente en el pasado, que han estado aquí por años, que no han cometido delitos graves y que se han convertido en miembros integrados de la vida estadounidense, no son prioridades para la deportación. Pero, todos aquellos que llegaron ilegalmente después del 1º de enero de 2014, en otras palabras, a partir de este año [2014], ahora son las prioridades para el traslado a sus países de origen. Esto debe quedar claro de ahora en adelante: Nuestras fronteras no están abiertas para la inmigración ilegal”. El New York Times informó que Johnson, “Parado en un camino de tierra bordeado de cabañas en un recinto estéril encerrado por una cerca... dio un mensaje duro a las familias sin papeles en regla que consideren hacer un viaje a Estados Unidos: ‘Ahora será más probable que ustedes sean detenidas y devueltas’”.

El discurso de Obama sobre la inmigración, junto con esta nueva prisión para familias en Dilley, representan una importante intensificación de las medidas del gobierno para sacar “de las sombras” a los inmigrantes, reprimir y controlarlos, intensificar y acelerar las deportaciones, e introducir aún más equipo y fuerzas militares y policiales en una frontera ya saturada. También demuestran que los representantes principales del sistema del capitalismo-imperialismo dependen de la explotación intensiva de los inmigrantes y temen su potencial de ser una parte esencial de las luchas contra este sistema.

Es preciso que todos los sectores de la población opongan resistencia a todos los ataques a los inmigrantes — y es crucial que esta resistencia se intensifique en los meses por venir.

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