Un mensaje importante de Carl Dix

9 de marzo de 2015 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Durante décadas, desde que fue vencida y reprimida la lucha por la liberación de los negros de los años 60, se ha dado un genocidio lento contra el pueblo afroamericano. El enorme auge de la encarcelación ha sido la punta de lanza para la devastación de comunidades enteras, y este enfoque genocida también ha golpeado a otras comunidades de dolor. No es que las personas no lucharan, no es que no se opusiera resistencia, hasta resistencia heroica; pero las esperanzas para la revolución y para una emancipación de verdad iban alejándose cada vez más, y cada sueño por el cambio se convertía en engaño.

Pero este verano y hasta principios del invierno, esa situación empezó a cambiar. Los brotes de resistencia a la negativa del sistema de castigar a los policías que asesinaron a Michael Brown, Eric Garner y muchas otras personas negras y latinas abrieron los ojos de muchísimas personas a la posibilidad de hacer la revolución. Un regalo para la vista: miles y miles de personas de diferentes razas y nacionalidades y de todos los sectores sociales tomaron las calles hombro a hombro para decir ¡FIN a la impunidad con que la policía asesina a la gente! Demostró a las personas que sufren bajo el programa del sistema de castigar y privar que cuando se pongan de pie y resistan, no quedarán solas. Además les abrió los ojos a muchas personas a las que el sistema las mantenía alejadas e ignorantes de esa terrible realidad de lo que se descargaba sobre el pueblo, y las retó a que se uniera a luchar en contra. Y a mucha gente le volaba la imaginación hacia la posibilidad de cambiar las cosas radicalmente, como no había pasado desde hace décadas.

Debido a esa lucha, es posible que se desenvuelva una oportunidad concreta para hacer la revolución, en combinación con el desarrollo de otros factores. Imagínense. Liberación. Pero al mismo tiempo no es imposible que logren sofocar el levantamiento del otoño en la cuna, entre los golpes de la represión y las palabras venenosas acarameladas de los representantes del sistema. No se ha dado ninguna justicia en absoluto en ninguno de esos casos indignantes. No solamente continuarán estos asesinatos ultrajantes impunes por la policía y todo este programa genocida —y ocupo la palabra “genocida” muy consciente y muy seriamente— sino se empeorará.

No podemos permitir que el otoño del año pasado pase a ser un recuerdo lejano. Si usted era uno de los decenas de miles que en ese entonces tomaba posición con la justicia y no la consiguió... si era uno de los millones que se inspiraron y tenía ganas de apoyarlo pero no sabía cómo... pues el 14 de abril tiene que ser su día. El 14 de abril tiene que ser el momento cuando el pueblo tome la ofensiva de nuevo. Cuando se cierren las universidades. Cuando los estudiantes de secundaria salgan de clases. Cuando las personas en las comunidades más afectadas se movilicen, haciendo soñar silbatos y rehusando quedarse calladas. Cuando las “pandillas” hacen causa común. Cuando las personas de la clase media y de renombre patenticen que no se conformarán con una sociedad que canaliza a la prisión a uno de cada tres negros varones jóvenes desde el momento de nacer, que ha reemplazado la soga del linchamiento con el asesinato policial de negros y latinos.

¿Quién debe ser parte de eso? Todo el mundo que quiera PONERLE FIN a estos ultrajes y se niegue a quedar cruzado de brazos, hasta que terminen... y todo el mundo al que se pueda ganar, por medio de la lucha, a tomar esa posición.

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