¿Quién es Mumia Abu-Jamal?

6 de abril de 2015 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Mumia Abu-Jamal

Mumia Abu-Jamal, uno de los presos políticos más conocidos en Estados Unidos, ha estado encarcelado injustamente en Pensilvania por casi 35 años. El 9 de diciembre de 1981, Mumia conducía un taxi en el centro de Filadelfia. Vio a un policía golpeando brutalmente a su hermano con una linterna de metal. Mumia se apresuró a la escena. El policía le disparó en el pecho, y encontraron a Mumia sentado en la acera en un charco de su propia sangre. El policía estaba cerca, muriendo de una herida de bala. Los policías que llegaron conocían a Mumia como un periodista revolucionario y ex Pantera Negra y lo golpearon y arrestaron acusándolo del asesinato del policía.

Mumia llevaba un arma de autoprotección como taxista nocturno. Pero la bala extraída del oficial asesinado nunca fue conectada con la pistola de Mumia. Nunca probaron su arma para ver si había sido disparado, ni probaron sus manos para saber si había disparado un arma recientemente. De hecho, el informe del médico forense identificó la bala fatal como un calibre diferente a la pistola de Mumia, pero el jurado nunca vio este informe. La policía aseveró que Mumia se paró sobre el oficial caído, disparando a él repetidamente pero sólo pegándole una vez, en la cabeza. Sin embargo, las fotografías que aparecieron años después no mostraron ningunas marcas en la acera de las balas que supuestamente fallaron.

En su juicio de 1982, negaron a Mumia el derecho a servir como su propio abogado y lo excluyeron de la sala del tribunal durante la mitad de su juicio. Un proceso racista de seleccionar el jurado resultó en un jurado casi completamente blanco. Y un reportero de la corte escuchó al juez decir que iba a ayudar a la policía “freír al n**** r [palabra racista]”.

Hicieron caso omiso y nunca presentaron al jurado a los testigos que dijeron que habían visto a una persona diferente disparar y huir de la escena. La fiscalía afirmó que Mumia había confesado — una confesión que los policías sólo “recordaron” unos meses después del incidente. Sin embargo, el jurado sólo escuchó la falsa historia de la confesión y nunca vio el oficial informe policial que dijo Mumia no había hecho ninguna declaración. No es de sorprender que, en estas circunstancias, condenaran a Mumia a la pena de muerte.

Documentos obtenidos para el proceso de apelación de parte de Mumia en 1995 mostraron que había estado bajo vigilancia del gobierno desde que tenía 14 años de edad. Un líder de protestas en la escuela secundaria, llegó a ser un joven ministro de Información del Partido de las Panteras Negras en Filadelfia. En los años siguientes, estudió en la universidad y se hizo un periodista de radio respetado en Filadelfia.

Sin dejarse intimidar por su encarcelamiento, Mumia continuó y se desarrolló como periodista tras las rejas, escribiendo una sindicada columna semanal y escribiendo y publicando varios libros. Cuando el gobernador firmó una orden de ejecución en 1995, se formó rápidamente un creciente movimiento de masas en su apoyo lo que impidió la ejecución de Mumia. Aun así, Mumia siguió relegado a una celda de aislamiento del tamaño de un cuarto de baño 22 horas al día, y sólo permitido ver a su familia y sus abogados a través de una ventana de plexiglás. Su negativa a capitular ante todo esto es un ejemplo de la valentía, la dedicación y el potencial revolucionario de los millones de presos en Estados Unidos, y sirvió de inspiración para grandes cantidades de personas.

La lucha por la libertad de Mumia, le que se ha librado alrededor del mundo, radicalizó a una nueva generación de estudiantes. Este movimiento jugó un papel importante en cambiarle la mente a mucha gente, no sólo acerca de la pena de muerte, sino las injusticias del sistema en su conjunto.

Mumia pasó un cuarto de siglo en régimen de aislamiento en el pabellón de la muerte hasta que los tribunales anularon su condena a muerte al mismo tiempo que reafirmaron su convicción, dejándolo a encarar la expectativa de la cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. A lo largo de todo esto, Mumia ha seguido denunciando en comentarios de audio y escritos los crímenes de lesa humanidad perpetrados por este sistema.

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