Familias de vidas robadas en la proyección de Fruitvale Station

15 de abril de 2015 | Periódico Revolución | revcom.us

 

De un lector:

La noche del 7 de abril en Los Ángeles fue rara, lloviznaba y estaba fresco, pero en el teatro de la Universidad del Sur de California (USC) en Los Ángeles había mucha calidez. Ahí éramos como 60 los que nos juntamos a varias familias de Vidas Robadas, como la de “Tío Bobby” (también conocido como Cephus Johnson, el tío de Oscar Grant), para presenciar una proyección especial de la película Fruitvale Station que es un retrato cariñoso y humanista de la vida y muerte de Oscar Grant, un joven negro que a los 22 años fue asesinado por policías del Bay Area Rapid Transit (BART) en Oakland, California, el día de año nuevo del 2010. Fue una noche emotiva e inspiradora.

“Tío Bobby” viajó desde San Francisco para esta proyección presentada y auspiciada por el profesor Rafael Angulo, de la Facultad de Bienestar Social de la Universidad del Sur de California. Ambos son arduos promotores del Llamamiento para no actividades como de costumbre el 14 de abril en la lucha contra la brutalidad y asesinato policial.

Una maestra de la USC llevó a todos sus alumnos a la proyección. Además de un par de maestros y una veintena de estudiantes de la USC, también estaban presentes personas sin techo de un barrio pobre de Los Ángeles y personas de la zona sur central de Los Ángeles, así como activistas de la Red Parar la Encarcelación en Masa (SMIN, por sus siglas en inglés) y A14 y miembros del Club Revolución y de Libros Revolución de Los Ángeles. Algunos venían de la protesta contra la muerte a manos de la policía. (Ver, en inglés, “LA: Hundreds March in ‘Death by Cop’ Protest”.)

En su bienvenida, el profesor Angulo dijo que la película de esta noche no sería para la diversión, sino que más bien tenía que ver con todo lo que estaba por venir la siguiente semana, refiriéndose a #ShutdownA14. En medio de la película se podía escuchar los llantos de muchos en el público. Durante la escena en la que los policías asesinos atacan brutalmente a Oscar, los familiares de Vidas Robadas lloraban y se abrazaban fuertemente.

Al terminar la película el profesor Angulo presentó a los familiares y les invitó a hablar sobre la tragedia que significa perder un ser querido, lo cual lo hicieron con elegancia y valentía. “Tío Bobby” dijo que por lo general no ve la película hasta el fin, pero que esta vez sí lo hizo y por eso necesitó unos minutos para recomponerse y tranquilizarse.

La hermana de Michael Lee Nida II dijo que no estaba armado cuando policías del Downey lo acribillaron el 22 de octubre del 2011, mientras cruzaba la calle después de haber comprado cigarrillos. Su mamá dijo que la experiencia le había abierto los ojos para ver lo que experimentan los jóvenes negros y latinos. También sacudió la confianza que tenía en policías, nutrida por una vida conservadora en los suburbios de Los Ángeles.

Más de la mitad de la audiencia se apuntó para ser parte del 14A y se llevaron más de 2000 tarjetas de mano y cientos de afiches.

October 22, 201422 de octubre, 2014. Familiares de Ignacio Ochoa. Foto: Especial para revcom.us

Los llantos fueron aún más fuertes cuando Víctor Ochoa de 18 años contó como la policía de Compton asesinó a su papá Ignacio Ochoa en el 2012. Habló de lo mucho que Óscar Grant le recordaba la cariñosa relación que él tenía con su papá, quien estaba buscando trabajo para mantener a la familia, y de cómo lo acribillaron cuando iba a bicicleta, con audífonos, y de que ni escuchaba ni entendía las ordenes en inglés de los cerdos asesinos que iban detrás de él. Cuando un vecino averiguó sobre lo sucedido, el policía dijo: “No es nada, es sólo un mexicano”. Víctor concluyó con un simple: “Esto tiene que parar”.

“Tío Bobby” habló apasionadamente de su amor por Óscar. Hizo ver la necesidad de que continúen los movimientos masivos de resistencia como A14, y de que en Oakland solo fue por las masivas protestas tras la muerte de Óscar que le arrestaron y condenaron a 11 meses de cárcel al cerdo policía Mehserle, quien es el que le mató, y que esa fue la primera vez en la historia de California que algo así había pasado. Dijo que el juez le pidió a la familia que hiciera desaparecer a los manifestantes, pero está contento de que las familias no lo hicieron, de cómo las instrucciones al jurado fueron explicadas de tal manera que redujo la condena de Mehserle, y de que en cierto momento el juez les dijo “les acabamos de dar un presidente negro”, como para decir, ¡qué más quieren!

“Tío Bobby” también dijo que en Estados Unidos, cada 28 horas una persona negra muere a manos de la policía, guardias de seguridad o vigilantes. ¡Pero si incluimos a los incidentes no denunciados, así como de las vidas robadas de latinos, podría ser una por cada 8 horas! Eso fue antes de enterarnos del asesinato policial de Walter Scott.

La audiencia hizo varias preguntas pensativas, como: ¿Son los asesinatos policiales de los negros algo sistemático? y ¿qué será necesario para acabar con ello definitivamente? Alguien de SMIN habló de la valiente sublevación en Ferguson tras la muerte de Michael Brown, así como de las masivas protestas cuando no se le acusó al policía en ese caso ni al que mató a Eric Gardner, de por qué una encrucijada en este momento se enfrenta a todas las personas de conciencia para volver a las calles, volver a tomar la iniciativa, y que este asesinato debe parar y para ACTUAR ACERCA DE ESTO en A14, incluyendo el cierre de la USC y sus alrededores.

Decenas de personas se inscribieron para ser contactados, y muchos se fueron con una brazada de su kit organizador para A14, pilas de tarjetas de mano y afiches para la convergencia para paralizarlo todo A14 y el afiche de Vidas Robadas — mientras miraban a la manta gigante de este último en el pasillo al salir del teatro. Un profesor dijo que quería poner el afiche Vidas Robadas "en lugares estratégicos" en la universidad, y algunos de los estudiantes sopesaban opciones para paralizar las cosas en A14 en la USC y más allá, saliendo de una noche emotiva pero inspiradora para unirse para detener este horror de asesinatos policiales en nuestra sociedad.

Era evidente el profundo impacto de la película y de las familias que hablaron — la autoridad moral y la certeza de que "esto tiene que parar" resonaron con el público diverso. Esto tiene que multiplicarse muchas veces mientras entremos en este fin de semana con el llamamiento para los días de Vidas Robadas en los barrios. Espero que muchas más familias de Vidas Robadas aprovechen este momento para hablar y obligar a la gente a actuar.

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