En defensa de Cornel West: ¿Tiene razón Barack Obama, o ha enloquecido Michael Eric Dyson?

Por Carl Dix y Lenny Wolff

28 de abril de 2015 | Periódico Revolución | revcom.us

 

(Carl se encuentra en este momento en Baltimore enfocado en la lucha contra asesinatos policiales y el encarcelamiento en masa. Pero en vista de lo grave que es el ataque contra Cornel West, él y yo hemos conversado a fondo y decidimos que yo escribiré esto en nombre de los dos. Lenny Wolff.)

El pasado domingo, la revista New Republic publicó un feroz ataque contra Cornel West a través de un artículo de Michael Eric Dyson titulado “El fantasma de Cornel West”. No es una disputa académica, es un ataque contra un intelectual de sólidos principios que rehusó esconder sus facultades críticas cuando Obama asumió la presidencia, que se ha estado destacando en la lucha contra asesinatos policiales y el encarcelamiento en masa, y lo ha hecho de tal manera que condena y desenmascara los crímenes —y si son crímenes— de la administración de Obama. Y toda la furia y ruido despotricado por Dyson no puede ocultar ese hecho esencial y vergonzoso.

Por un lado, el ataque apenas se merece una respuesta, por ser despreciable. Pero debido a que en esta sociedad el principio y el rigor intelectual son menospreciados, y porque poderosas fuerzas parecen estar comprometidas con promover el ataque de Dyson contra Cornel West, hay que responder.

En vez de hacer una crítica razonable de la verdadera posición de Cornel West, Dyson fabrica una bebida tóxica llena de especulaciones sobre motivos personales, rumores, críticas de una amplia gama de fuerzas (algunas con las cuales ni siquiera él está de acuerdo), así como pedazos y retazos de la vida personal de West (aprovechando especialmente momentos en los que Corel se hizo vulnerable al confiar arrepentimientos personales), y Dyson vomitan todo eso sobre sus lectores. Ha combinado esa bebida tóxica con la incomprensión de conceptos claves que Cornel ha desarrollado o profundizado (el surgimiento del nihilismo en la comunidad negra en las décadas de los 80 y 90, el papel de la profecía dentro de la directriz negra, la importancia del jazz en tareas intelectuales, etc.), que son tan superficiales como intencionales. Todo esto tiene el propósito de abrumar las facultades críticas de los lectores y así ocultar la esencia de lo que Dyson está atacando y lo que está defendiendo. Eso es lo que en la era de los reality shows en la tele se hace pasar de criticismo intelectual. Veamos lo que dice Dyson.

Primero, Dyson acusa a Cornel West de carecer de un nuevo pensamiento. Seguro que Dyson no ha leído o escuchado lo que West tiene que decir últimamente, porque de hacerlo se hubiera dado cuenta que en Black Prophetic Fire, West en realidad ha desarrollado su pensamiento con respecto a varios temas importantes. West usa el método de conversación con seis figuras destacadas de la causa por la emancipación negra y destaca lo que para él son las contribuciones y debilidades de cada uno de ellos. Y al hacerlo, desarrolla al mismo tiempo sus ideas sobre el papel de los afroamericanos a lo largo de la historia de Estados Unidos hasta la fecha, las calidades (variantes, múltiples y en ocasiones contradictorias) de lo que él llama dirección profética, el reto de las condiciones actuales, entre otras cosas. Es cierto, es una forma diferente que concuerda con la tradición del jazz que West emplea  es improvisar sobre un tema, hecho colectivamente en forma de diálogos con alguien que tiene puntos de vista diferentes pero también traslapados. ¡Qué refrescante!

El verdadero contenido de LO QUE Cornel aborda —su objetivo, la manera que plantea y aborda estos temas, la verdadera evaluación que está haciendo de esos personajes históricos, la síntesis a la que quiere llegar y nuestras ideas al respecto— está más allá de lo que se puede decir en esta carta. Lo importante aquí es que Dyson, al decir que West no tiene nuevas ideas, jamás se adentra en lo que Cornel ha estado diciendo, en esta y otras obras así como en otros foros. Esta manera descarada de no adentrarse en el tema es algo que se debería considerar como inadmisible, y a las personas que hacen eso no se les debe tomar en serio.

Segundo, Dyson rechaza la obra de Cornel West de los últimos seis años por ser motivada por rencor personal. ¡Háganme el favor! El que esas alegaciones encuentren un espacio es en sí un comentario sobre esta cultura motivada por el chisme. Uno de nosotros, Carl, ha dialogado en público con Cornel más de media docena de veces, desde junio del 2009 cuando el diálogo “En la era de Obama: ¿Qué futuro para la juventud?” hasta el diálogo de hace un mes sobre la urgencia causada por las matanzas policiales. Esos diálogos están en línea, así como los muchos otros que Cornel ha realizado con una amplia gama de personas en estos últimos años. Entre ellos el diálogo sin precedentes con Bob Avakian en noviembre en la iglesia Riverside sobre revolución y religión. Si los ves, unos pocos minutos te convences de que las críticas de Cornel West contra Obama se enfocan en cuestiones de imperio y de lo que Obama verdaderamente ha hecho como cabeza del imperio. (Repito, ¡es asombroso, y un triste comentario sobre el discurso intelectual hoy día, el hecho de que Dyson piensa que puede atacar a Cornel West sin jamás mencionar ni una sola vez, en el bulto apestoso de 9500 palabras, la palabra “imperio!).

Si lo que está en juego no fuera tan grave, las instrucciones que Dyson le da a Cornel sobre “cómo criticar a Obama ante una audiencia negra” serían casi cómicas. Dyson dice que hay que empezar por cuanto se le ama y respeta a Obama y sus “logros” de ser presidente, luego hay que reconocer la animosidad que ha incurrido de racistas y fascistas, y solo entonces se le puede criticar por sus “tropiezos y fallas”. En una conversación con migo, Carl recalcó que esta simple fórmula fácil omite por completo el hecho de que Obama es el Comandante en Jefe del mayor imperio del mundo y que en esa capacidad está desatando terror y horror sobre los pueblos y esos son crímenes no “tropiezos”. Luego Dyson reduce la supuesta incapacidad de Cornel para seguir la fórmula a que “le falta respeto” a Obama, cuando en realidad la diferencia clave está precisamente entre si se desenmascara o no el PAPEL de Obama.

Tercero, es relevador —y muy pertinente al tema en cuestión y al propósito de la diatriba de Dyson— el hecho de que embosque a Cornel West por desempeñar cada vez más un papel destacado y muy importante en la lucha contra los asesinatos policiales. Se atreve a decir que ese activismo son piruetas ante las cámaras.

Veamos los hechos. En agosto del 2011, uno de nosotros, Carl, fundó con Cornel y una docena de otras personas reunidas en un sótano la Red Parar la Encarcelación en Masa, sin que hubiera una sola cámara rodando. La primera acción de esta red, en octubre del 2011, fue conectar a los revolucionarios y el movimiento contra la brutalidad policial con el movimiento Occupy Wall Street, para llevar a cabo una serie de acciones de desobediencia civil contra el Parar y Registrar en Nueva York. Es cierto, Carl, Cornel y otros querían hacer saber de eso, poner frente a las cámaras este descarado abuso — ¡inocentes porque sí lo hemos hecho! Cornel participó en reuniones cruciales, tras puertas cerradas, donde se forjaron la estrategia y voluntad política con los padres y parientes de víctimas de asesinatos policiales, activistas en defensa de inmigrantes, el clérigo y muchos más, y en numerosas ocasiones habló en eventos organizados especialmente por los padres y el clérigo y ha aportado su nombre y plataforma a sus causas. Es sumamente irónico que las acciones en Nueva York contra la brutalidad policial de hace una semana, a las que Dyson se refiere de paso en su comentario publicado en el New York Times del 17 de abril, fueron parte de acciones nacionales que Cornel y Carl convocaron y ayudaron a organizar, incluyendo una el 6 de abril en Nueva York en preparación para esas acciones.

¿Qué es exactamente el problema que Dyson tiene con esto? ¿Será que en estas últimas acciones se le ha citado a West recalcando el hecho de que a seis años de tener un presidente negro, un procurador general negro, y un director negro de “Seguridad Interior”, no ha habido ni una sola acusación federal exitosa por el delito de asesinato policial? ¿Qué en realidad durante su reino este delito ha aumentado?

(Ahora bien, hay que decir, ante las acusaciones de Dyson de egoísmo, que, como Carl suele señalar, Cornel se extiende en acreditar a otros y arrojar luz sobre ellos, y generalmente y en toda oportunidad, hacer referencia a las obras de otros y agradecer sus aportes, aunque fuera contra la corriente de la audiencia. En muchos respectos, Cornel lucha por representar lo que Bob Avakian ha llamado “la “magnanimidad intelectual y generosidad de espíritu” que es tan necesitada en la sociedad hoy).

Repito, la diatriba de Dyson adquiría proporciones cómicas, si no fuera por lo mucho que está en riesgo y por el peligro de estos tiempos, cuando, casi al fin, Dyson enumera su patética lista de los “logros” de Obama. Estos, supuestamente, son logros “izquierdistas” obtenidos ingeniosamente mientras Obama ha fingido “hablar de modo derechista”. Aquí Dyson borra y encubre la historia de Obama como: deportador en jefe; alguien que ha rehusado criticar aunque a medias a los asesinatos policiales (y mucho menos hacer algo al respecto), hasta que no hacerlo le hubiera causado una pérdida grave de legitimidad ante el pueblo negro; alguien que ha defendido el espionaje draconiano y los ataques contra quienes se han atrevido a desenmascarar esos crímenes; alguien que ha defendido desenfrenadamente el ataque genocida de Israel contra Gaza; alguien que ha desatado una feroz rapiña militar y cometido descarados crímenes de guerra desde Afganistán hasta Libia y últimamente en Yemen (donde, ¡fiel a su doble lenguaje, “condenó” los ataques aéreos de Arabia Saudita que él mismo autorizó!), etc. Y como Dyson bien sabía, por ejemplo cuando (correctamente) escribió todo un libro para desenmascarar el veneno vomitado por Bill Cosby con eso de “súbete los pantalones”, el “hablar de modo derechista” tiene consecuencias muy graves. Como por ejemplo cuando en la conferencia de prensa de “Brother´s Keeper” en 2014, Obama prácticamente culpó a los padres negros ausentes de las muertes de Trayvon Martin y Jordan Davis (cuando esa “ausencia” tiene todo que ver con una política genocida de encarcelamiento en masa astutamente diseñada)*. O cuando el propio Obama imitó a Bill Cosby en la ceremonia de graduación en la Universidad de Morehouse en 2014.

Hay más ironía cuando Dyson, quien alabó el estreno de Race Matters, ahora considera una falla el que Cornel West haya criticado el nihilismo en la comunidad negra, Dyson llamándolo “culpar a la víctima”. Ante todo, lee el pinche libro en serio, éntrale, considera lo que verdaderamente está diciendo. Y si tú —Dyson— has cambiado de opinión, explica por qué antes estabas de acuerdo y ahora ya no lo estás. Mejor dicho, es indignante decir esto de Cornel cuando buena parte de su vocación se ha dedicado precisamente a respaldar, defender y unirse con “los de abajo” — los que el sistema ha desechado, estigmatizado, demonizado, despreciado, encarcelado y asesinado.

Quiero concluir con algo que Carl en particular recalcó —que uno tiene que preguntarse sobre en el momento en que se ha lanzado este ataque, un momento cuando la red que él y Cornel co-iniciaron acaba de montar una masiva movilización contra los asesinatos policiales el 14 de abril, y de esa manera hizo una enorme contribución a retomar la ofensiva en este frente para el movimiento en conjunto. Hay que preguntarse sobre el momento para este compendio de golpes bajos, flagrantes distorsiones y verdades a medias, precisamente en el momento cuando estamos en el umbral de lo que promete ser un verano largo y caliente, para evocar un término de los años 60; un momento cuando la policía se siente envalentonada por el carpetazo que dio el Departamento de Justicia en el asesinato de Michael Brown por Darren Wilson, pero también cuando las masas populares cada vez más rechazan eso, y no están muy convencidas por quienes quieren que trabajen a través del sistema, y cuando la administración de Obama, que Dyson tanto adora, no tiene una respuesta a este horror. Hay que preguntarse también porque Dyson no ofrece una crítica o desacuerdo más razonados, en vez de un fárrago de sarcasmo insidioso, verdades a medias y calumnias descaradas, con el aparente fin de destruir a una persona especial e importante quien dice la verdad y es cada vez más un activista en las primeras filas en este momento crucial.

Michael Eric Dyson: ¿de qué lado estás?

 


* La conferencia de “Brother’s Keeper” se llevó a cabo unos días después del aniversario del asesinato, no castigado, de Martin por el vigilante George Zimmerman, y poco después de que el asesino de Jordan Davis fue declarado no culpable, en el primer juicio. Es dolorosamente irónico que a pesar de toda la cháchara de Obama enfatizando la ausencia de padres, la verdadera presencia de estos padres en la vida de sus hijos no pudo impedir que la supremacía blanca los asesinaran. [regresa]

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