¡No, señor Presidente!
La complicidad en el genocidio lento del pueblo negro es un crimen de lesa humanidad

11 de noviembre de 2015 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Barack Obama pronunció un importante discurso el 27 de octubre en la conferencia de la Asociación Internacional de Jefes de Policía (IACP) en Chicago.

El discurso abarcó una serie de temas pero es importante tener en cuenta que él aseguró en repetidas ocasiones a la policía que él está de su lado y que está trabajando para que sea “más fácil que sus elementos hagan su trabajo de manera segura y efectiva”, solicitando mayor financiamiento para “asegurarse de que tengan la capacitación y el equipo que necesitan”, enfatizando, en este contexto, “Eso es lo que yo valoro”. Citando la reciente muerte de un policía en Nueva York, dijo Obama, “Todos los días, ustedes arriesgan sus vidas para que el resto de nosotros no tengan que hacerlo. Ustedes sirven y protegen para proveer la seguridad que muchos estadounidenses dan por sentado” dando las gracias repetidamente a la policía “en nombre del pueblo estadounidense”. Evocó una imagen del amable oficial de la comunidad, mencionando “un sinnúmero de actos de bondad y apoyo, ayuda que sus agentes realizan en sus respectivas comunidades todos los días”.


Descargar y compartir: Pdf para imprimir | Jpg para la red

Obama dijo que rechaza “cualquier narrativa que busca dividir a la policía de las comunidades que sirven”. Y añadió: “Yo rechazo una narrativa que dice que cuando se trata de la seguridad pública hay un ‘nosotros’ y un ‘ellos’”.

Luego, mientras decía: “... durante generaciones, hemos tenido comunidades afroamericanas y latinas que han señalado las disparidades raciales en la aplicación de la justicia penal, en las tasas de arresto y las sentencias dictadas y las tasas de encarcelamiento. Y con demasiada frecuencia estas preocupaciones, no importa qué tan bien documentadas, fueron pasadas por alto”. Y en la manera típica del estilo de Obama, inmediatamente añadió: “Al mismo tiempo, con demasiada frecuencia se utiliza a la policía como chivo expiatorio por los fracasos más amplios de nuestra sociedad y nuestro sistema de justicia... no podemos esperar que contengan y manejen los problemas que el resto de nosotros no estamos dispuestos a enfrentar o hacer algo al respeto — problemas que van desde la educación deficiente a la escasez de empleos y oportunidades, a la falta de programas de tratamiento de drogas, y las leyes que dan lugar a que sea más fácil en muchos barrios para una persona joven comprar un arma que un libro”.

Para algunos, la narrativa de Obama puede parecer razonable a primera vista. Pero la realidad sostiene con firmeza: ¡No, señor presidente!

En primer lugar, echemos un vistazo a la realidad empírica.

¿Quienes mueren de manera desproporcionada en los encuentros entre la policía y los civiles, especialmente negros y latinos? ¿Quién está bajo riesgo en estos encuentros?

Echemos un vistazo al asesinato por parte la policía de Walter Scott en Carolina del Sur, el asesinato por estrangulamiento de Eric Garner en Nueva York, el asesinato de Antonio Zambrano-Montes en Pasco, Washington, el asesinato, a12 años de edad, de Tamir Rice en Cleveland, todos visibles en video, y la lista sigue y sigue, como cualquier búsqueda en Internet de “la policía mata persona sin arma” demostrará.

¿Qué pasó con la detención de Sandra Bland por el policía en Prairie View, Texas, lo que resultó en que ella fue brutalizada, encarcelada y terminó muerta? ¿O la detención de Samuel DuBose por la policía en Cincinnati por falta de una placa de matrícula? El policía, Ray Tensing, sacó su arma, lo metió dentro de la ventana del coche y le disparó a quemarropa en la cabeza de Samuel.

Lo que Obama dijo a los policías, “Todos los días, ustedes corren el riesgo de su vida...”, es precisamente lo que se utiliza con mayor frecuencia para racionalizar los asesinatos policiales, incluyendo de personas no armadas, y para determinar que son “homicidio justificable”.

Las estadísticas refutan a Obama abrumadoramente en cuanto a “quién está bajo riesgo” en estos encuentros, con 38 policías muertos en lo que va del año (a partir del 1º de noviembre), en comparación con 957 civiles, 189 de ellos no armados.

Obama no hizo mención, en un discurso de casi una hora, de ni siquiera uno entre la ola de asesinatos policiales de personas no armadas. Ocultó por completo la creciente lista de personas brutalizadas y asesinadas por la policía. Obama a su vez proyectó una “narrativa” falsa de que son los policías cuyas vidas están bajo riesgo, en lugar de las de las personas latinas y negras en los barrios que ocupan y aterrorizan.

Llama la atención que Obama dio este discurso cuando la televisión y las redes sociales estaban repletas de la imagen de un brutal policía, Ben Fields en Columbia, Carolina del Sur, cuando agarró y tiró al suelo a una joven mujer negra o adolescente en un salón de clases. Ni una palabra de esto. ¿Existe evidencia de una brecha entre “nosotros” y “ellos” en la violencia del video, o, como a él le gustaría contar la historia, de una familia feliz? Nada sobre las políticas de Ventanas Rotas y de Parar y Registrar, las sagradas doctrinas policiales que se dirigen de manera desproporcionada en contra de la juventud latina y negra en los barrios oprimidos, doctrinas que constituyen las directrices de un patrón diario del acoso, degradación y criminalización por parte de los policías.

Más adelante en su discurso, Obama alegre y amistosamente habló de sus experiencias de ser parado por la policía, y mientras minimizaba el peligro concreto a la vida de tales encuentros, dijo de mala gana que “... hay que admitir que existe algo de prejuicio racial en el sistema”.

Esto no era más que un mero susurro cuando enfrentamos un tsunami genocida, y su humor alegre y amable son un cruel insulto a los padres de Sandra Bland, Sam DuBose y tantos otros cuyas vidas se les han quitado en encuentros similares. Alguna gente piensa que la raza y la experiencia de Obama le otorgan un privilegio especial como fuente de verdades sobre las proporciones genocidas del terror y brutalidad policial, pero al contrario, Obama utiliza estas experiencias para confundir, desorientar y desmovilizar a la gente que debe levantarse para PARAR el terror policial.

Lo que Obama rechaza como una “narrativa” es, de hecho, la realidad. La realidad es que las vidas robadas de aquellos asesinados por la policía son una manifestación concentrada de las relaciones entre la policía y especialmente las “comunidades [latinas y negras] que sirven”, entre “nosotros” y “ellos”. Estas historias desgarradoras y exasperantes estuvieron presentes de manera poderosa la semana pasada como parte de De Pie en Octubre, en los nombres y testimonios de los familiares de las vidas robadas.

Cuando la policía nos acosa sistemáticamente, maltrata y asesina a “nosotros”, Sr. presidente, son un “ellos”. No es una “narrativa”, como usted dice, sino una realidad.

En segundo lugar, si el papel de la policía es el de servir a las comunidades, como dice Obama, ¿dónde están los procesamientos de policías que matan a personas no armadas? En lugar de ello, cada institución de la ley y el orden, de los cuerpos de policía hasta los fiscales a los tribunales, llegando al Departamento de Justicia y los más altos puestos del país, cierran filas en estos casos. ¿Dónde están las acusaciones, las convicciones y el encarcelamiento de los policías asesinos en los casos de cientos y cientos de personas no armadas asesinadas por la policía durante la década pasada, o simplemente a lo largo de los años presidenciales de Obama?

Como se ha ilustrado en esta pagina web, el Departamento de Justicia, bajo la vigilancia de Obama, no sólo se ha negado a enjuiciar a un solo caso en el que los policías han asesinado a una persona sin arma (incluyendo el caso de alto perfil de Michael Brown en Ferguson, cuando el Departamento de Justicia emitió un informe que distorsionó deliberadamente la realidad y sembró confusión en el proceso), sino que ha defendido asimismo con regularidad a la policía en todos los casos pertinentes de la brutalidad policial ante la Corte Suprema.

¿Cuál es la realidad más profunda y sistémica debajo de estas relaciones entre la policía y las “comunidades a las que sirven”? ¿Cuál es el papel de la policía? Como Bob Avakian ha dicho:

El papel de la policía no es de servir y proteger a la gente, es para servir y proteger el sistema que gobierna sobre la gente. De reforzar las relaciones de explotación y opresión, las condiciones de pobreza, miseria y degradación que el sistema ha impuesto sobre la gente y está determinado a mantenerla allí. La ley y el orden que representa la policía con toda su brutalidad y asesinato es la ley y el orden que refuerza toda esta opresión y locura. (Lo BAsico 1:24)

Es por ello que Obama tiene que defender a la policía: es el director ejecutivo y representante del mismo sistema al cual la policía sirve como matones armados. Como Obama dijo muy claramente: “Tenemos que empezar por apoyar a ustedes, los hombres y mujeres que caminan esa línea azul fina”. Cualquier persona que todavía alberga ilusiones y engaños de que Obama nos vaya a hacer algo significativo respecto al terror y asesinatos policiales debe ver el video de este discurso para sentar los pies en la realidad.

Obama dice que “... no podemos esperar que [los policías] contengan y manejen los problemas” tales como “la educación deficiente a la escasez de empleos y oportunidades, la falta de programas de tratamiento de drogas”, etc. Pero, ¿podemos esperar razonablemente que los policías dejen de matar a nuestros jóvenes? Y cuando matan, ¿que los procesen, incluso el Departamento de Justicia de su administración? Todos deberíamos estar preguntando: ¿Cuál es su respuesta, señor presidente?

Aunque parece reconocer que “las disparidades raciales en la aplicación de la justicia penal, desde las tasas de detención hasta las sentencias hasta las tasas de encarcelamiento”, y tocar algunos aspectos de los “problemas” más grandes sistémicos que azota a los negros, Obama va inmediatamente a poner a la policía en el papel de “chivos expiatorios”, como las víctimas inocentes, en lugar de los autores, en este drama mayor, así liberándolos de toda responsabilidad.

¿Quiénes son las fuerzas de primera línea arrestando y encarcelando a los latinos y los negros sino la policía? ¿Quiénes son los que imponen y defienden este sistema y, en consecuencia, son la concentración y la punta de lanza de este lento genocidio del pueblo negro, tal como los guardias de los campos de concentración nazis y los verdugos de las víctimas en las cámaras de gas del Holocausto — sino la policía? Estos policías no son chivos expiatorios inocentes sino los autores de genocidio.

Hay un genocidio lento del pueblo negro que está pasando en Estados Unidos en este momento que podría convertirse en un genocidio rápido. La fuente de este genocidio es la historia de esclavitud en este país, y es una manifestación concentrada de la continua opresión del pueblo negro bajo el sistema del capitalismo-imperialismo. Junto con la sistemática y omnipresente discriminación hacia los negros en la vivienda, el empleo, la educación y el servicio médico, uno de cada tres hombres negros nacidos hoy está destinado a ir a la cárcel.

La afirmación de Obama de que el lento genocidio del pueblo negro es sólo una “narrativa” encubre, ayuda y refuerza crímenes de lesa humanidad.

 

Se necesitan: Voluntarios para revcom.us y Revolución

Envíenos sus comentarios.

Si le gusta este artículo, suscríbase, done y contribuya regularmente al periódico Revolución.

REVOLUCIÓN Y RELIGIÓN: La lucha por la emancipación y el papel de la religión
Lo BAsico, de los discursos y escritos de Bob Avakian
CONSTITUCIÓN Para La Nueva República Socialista En América Del Norte (Proyecto De Texto)
Lo que la humanidad necesita: Revolución, y la nueva síntesis del comunismo Una entrevista a Bob Avakian
No sabes lo que crees que 'sabes' sobre… La revolución comunista y el VERDADERO camino a la emancipación: Su historia y nuestro futuro Una entrevista a Raymond Lotta.
La opresión del pueblo negro, los crímenes de este sistema y la revolución que necesitamos