El Departamento de "Hombre muerde perro"

Por que no puede existir un derecho a comer — bajo el capitalismo

13 de mayo de 2016 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Hungry children line up to receive banana porridge in Peru, 2015. AP photoNiños hambrientos hacen cola para recibir puré de banana en Perú, 2015. Foto: AP

En febrero, un hombre sin hogar en Roma, Italia, fue condenado a seis meses de cárcel y una multa de $ 114 por robar queso y salchichón que valían $ 4.70. El tribunal de apelaciones más alto de Italia luego anuló los cargos, diciendo que el robo de pequeñas cantidades de comida frente a la necesidad esencial de alimentarse no constituye un delito.

Se ha dicho que “no es noticia si un perro muerde a un hombre. Pero si un hombre muerde a un perro, es GRAN noticia” porque es POCO común. Esta noticia apareció mundialmente en los titulares y la historia se convirtió en “hombre muerde a perro” precisamente porque es extremadamente raro que un tribunal diga que NO debería ser un delito cuando una persona pobre toma algo necesario para la supervivencia. LA MAYOR PARTE DEL TIEMPO la gente con hambre que roban alimentos son detenidos, condenados y encarcelados.

En Estados Unidos, encarcelan con regularidad a la gente por robar comida. En 1995, en Los Ángeles, bajo la ley de sentencia de “3 strikes”, sentenciaron a Jerry Dewayne Williams, de 27 años de edad, a entre 25 años y cadena perpetua por el robo de una rebanada de pizza. En 2013, un jurado en Waco, Texas necesitó solo dos minutos para condenar a Willie Smith Ward, de 43 años de edad, por el robo de unas costillas y sentenciarlo a 50 años de prisión, lo cual significa que si sirviera toda su condena por el “delito” de robar comida, saldría cuando tenga 93 años de edad. El año pasado, en Mount Vernon, Nueva York, Raynette Turner, madre de ocho hijos, murió en una celda de la cárcel después de ser arrestada por presuntamente robar unas patas de cangrejo en una tienda. Reflexione por un minuto sobre esos “delitos” y esas “sentencias” y cómo esto se multiplica una y otra y otra vez. La decisión del tribunal en Italia realmente ES la excepción que confirma la regla, uno en un millón. Y hay que notar que la cobertura mediática sobre este caso explicó que la decisión del tribunal no era vinculante y no estableció un precedente.

Pero hay una lección más profunda aquí sobre por qué esto es una excepción tan patente. Bob Avakian ha señalado:

Lo BAsico, de los discursos y escritos de Bob Avakian

A entrarle a Lo BAsico, el manual para la revolución.

Un ejemplo que he citado anteriormente… es la cuestión del “derecho de comer”. O sea, por qué en realidad, en este sistema, no existe ningún “derecho de comer”. Bueno, la gente puede proclamar el “derecho de comer”, pero no existe tal derecho dentro del funcionamiento de este sistema. En realidad no se puede ejercer eso como un derecho, dada la dinámica del capitalismo y la manera en la cual crea desempleo, como últimamente se nos ha demostrado de manera muy dramática. Crea y mantiene empobrecimiento en masa. (En cierta medida, si bien en los países imperialistas existe un nivel importante de pobreza, en cierta medida el nivel de parasitismo ahí lo ha contrarrestado y disfrazado; el imperialismo “se ceba de” la extrema explotación de la gente del tercer mundo en particular, y una parte del “botín” de esta “se filtra” de formas importantes a las capas medias en especial. Pero viendo el mundo en su conjunto, el capitalismo crea y mantiene muchísima pobreza).

Muchísimas personas no pueden encontrar lo suficiente para comer ni pueden comer de una manera que les permite estar sanas — y en general no pueden mantener las condiciones que les permiten estar sanas. Así que hasta en el caso de algo tan básico como “el derecho de comer”, la gente no tiene ese derecho bajo el capitalismo. Si se declarara como un derecho y la gente empezara a ejercerlo yendo a los lugares donde se vende comida como mercancía y diciendo “tenemos un derecho más fundamental que su derecho de distribuir las cosas como mercancías y acumular capital —tenemos el derecho a comer”— y si la gente empezara a llevarse la comida, pues sabemos lo que ocurriría y lo que ha ocurrido cuando la gente lo ha hecho: “saqueadores, mátenlos en la calle”.

Lo BAsico 1:20

En realidad, se producen suficientes alimentos en el mundo para alimentar a todo el mundo. Sin embargo, unas 21.000 personas mueren cada día de hambre o de causas relacionadas con el hambre, la mayoría niños. En 2013, hubo 161 millones de niños menores de cinco años cuyo crecimiento había sido impedido debido a la desnutrición. En los últimos dos años, 795 millones de personas, o uno de cada nueve personas que viven en este planeta, sufrió la desnutrición crónica.

Así que imagínese si la gente que padece de hambre tomase en serio las palabras de este tribunal italiano. ¿Qué pasaría si muchas personas simplemente fueran una noche al supermercado y se llevaran lo que necesitaran para que sus hijos tengan una cena saludable? ¿Y si no lo fuese por sólo una noche, sino durante todo un mes? ¿Qué pasaría con esas tiendas? ¿Y qué pasaría si esto se hiciera, no sólo en una ciudad, sino en todo el mundo?

Bueno, para consumar este experimento pensado tenemos que considerar cómo los alimentos llegan a las tiendas en primer lugar. Como ha explicado Bob Avakian, para producir algo bajo el capitalismo, incluso para las necesidades sociales como los alimentos, la ropa y el refugio, tiene que realizarse una “conversión previa en capital”. ¿Qué quiere decir eso? Hay que invertir dinero de modo que resulte en que la inversión se convierta en capital. Por ejemplo, si un capitalista particular quiere hacer pan para vender, tiene que conseguir dinero (tal vez de un préstamo bancario) e invertirlo en las materias primas de que compone el pan, como la harina, el azúcar, el aceite, etc. Tiene que invertir en la construcción de la fábrica, los hornos, los materiales de empaque, los camiones para el transporte. Y lo más importante, si él no lo hace todo él mismo, tiene que contratar a los trabajadores — tiene que invertir en la compra, el control y el uso de la fuerza de trabajo (de las personas cuyo trabajo aporta un valor añadido a todo esto). El capitalista no está motivado principalmente por la alimentación de los hambrientos, sino por la necesidad objetiva de obtener beneficio y acumular más capital. Tiene que mantenerse a flote, al mismo tiempo que compite con muchos otros capitalistas que asimismo producen el pan y tratan de acumular más ganancias a través de obtener una mayor participación en el mercado. Estas son las dinámicas que impulsan este sistema, a las cuales los propios capitalistas están sujetos.

Entonces, ¿qué ocurre si en lugar de la venta del pan, la gente que padece de hambre “ejerciera” un “derecho a comer” y simplemente lo tomara? El capitalista no obtendría beneficio y, posiblemente, ni siquiera recuperaría la inversión inicial para hacer el pan. Y si esto sigue ocurriendo, no va a poder pagar los préstamos al banco, no dispondrá de fondos para una mayor inversión para producir más pan, no podrá pagar su alquiler o el salario a sus trabajadores. Se irá a la quiebra. Y si la gente hambrienta entra en las tiendas y toma el pan y otros alimentos sin pagar, no sólo un día y no sólo en una ciudad o país, pues los supermercados irán a la quiebra, los productores de alimentos irán a la quiebra, y una parte muy básica de la economía capitalista (la producción de alimentos) comenzará a desmoronarse, afectando drásticamente todo el sistema capitalista.

Ya hay suficientes alimentos producidos para proporcionarles a todos en el planeta una dieta saludable. La única razón por la cual la gente pasa hambre y muere de hambre es este modo de producción capitalista.

Por el contrario, una sociedad socialista tiene una economía radicalmente diferente, libre de las limitaciones de tener que producir todo a través de la conversión previa en capital. Pretende principalmente satisfacer las necesidades sociales de todo el pueblo, de acuerdo con el objetivo de eliminar todas las relaciones de explotación y emancipar a toda la humanidad, y como parte de ese objetivo. Esto no quiere decir que no habría la necesidad de encontrar la manera de hacerlo sin saquear el planeta y la manera de reformular sustancialmente cómo se lleve a cabo la agricultura con fines de alimentar a todo el mundo. Tampoco significa que no se le prestaría atención a concebir los ajustes necesarios en otras partes de la economía, para que la gente realmente TENGA este derecho — para que las necesidades de la vida estén disponibles para todos. Pero sí se podría hacerlo — y todo esto no sólo se ha esbozado sino que elaborado con profundidad en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte.

Así que piense de nuevo en esas 21.000 personas que van a morir hoy de hambre o causas relacionadas. Piense de nuevo sobre el hecho de que la mayoría de éstos son niños. Piense de nuevo en los 161 millones de niños cuyo crecimiento será impedido a causa de la desnutrición — visualice a sólo uno de ellos que se acuesta con hambre esta noche. Entonces piense sobre el hecho de que la única cosa que causa esto es este sistema, el cual podría ser erradicado mediante la revolución comunista.

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