El Colegio Electoral:
Creado para proteger la esclavitud, hoy refuerza la supremacía blanca

21 de diciembre de 2016 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Hillary Clinton ganó el voto popular por unos 2,5 millones de votos. Pero el Colegio Electoral decide quién sea presidente. Y el Colegio Electoral, si las cosas siguen su curso, hará que Donald Trump sea el próximo presidente.

¿Qué es el Colegio Electoral? En resumen, es una institución que se creó para proteger la esclavitud y que sigue siendo un instrumento para reforzar la supremacía blanca.

“Los orígenes pro-esclavitud del Colegio Electoral”

¿Cómo funciona el Colegio Electoral? A cada estado se le asigna un número de votos en el Colegio Electoral más o menos basado en la población. Y en casi todos los estados, todos los votos del Colegio Electoral del estado van al candidato que obtiene el mayor número de votos.

¿Qué es el motivo de eso? En un artículo titulado con razón “Los orígenes pro esclavitud del colegio electoral”, el historiador jurídico Paul Finkelman escribe, “el acta de la Convención [Constitucional fundadora] demuestra que, de hecho, la conexión entre la esclavitud y el colegio [electoral] fue deliberada y en gran medida estaba en la mente de muchos delegados, entre ellos James Madison”.

Madison y los otros que escribieron la Constitución de Estados Unidos tenían como objetivo crear un estado unificado y poderoso que pudiera resistir la dominación o interferencia de las potencias europeas, llevar a cabo el genocidio y el robo de tierras a los pueblos indígenas y hacer cumplir la explotación, ya sea en la forma de la esclavitud capitalista del trabajo asalariado o la esclavitud abierta de las personas negras. Como parte de promover la ilusión de que “Nosotros, el pueblo” dirigía la sociedad, los redactores de la Constitución lo consideraron importante extender el derecho a votar, inclusive por el presidente, a un gran número de blancos — y excluir de ese derecho a los esclavos y los pueblos indígenas (y mujeres). (Para entender las implicaciones de este arreglo y su centralidad en la historia y la naturaleza actual de Estados Unidos, véase El comunismo y la democracia jeffersoniana, de Bob Avakian [en inglés]).

Pero... el hecho de que el presidente fue elegido por el voto popular planteó “una dificultad... de una naturaleza grave”, como dijo James Madison. Madison, uno de los más influyentes de los “Padres Fundadores”, señaló que “el derecho al sufragio era mucho más difuso en los estados del norte que en los del sur; y estos últimos no podían influir en las elecciones al no contar a los negros”. En otras palabras: si el presidente fuera elegido realmente sobre la base de un hombre-un voto, los estados esclavistas no tendrían voz suficiente en la política nacional.

Madison mismo era propietario de esclavos. También lo eran casi la mitad de los otros autores de la Constitución de Estados Unidos. Y como condición para que firmaran la Constitución, exigían influencia en el gobierno más allá del número de votantes blancos en el Sur.

La “solución” que elaboraron los fundadores de Estados Unidos fue lo siguiente: Primero, para fines de representación en el gobierno nacional, contaron a los esclavos como tres quintas partes de una persona. Por supuesto, en verdad no les consideraron a los esclavos seres humanos. Les consideraron propiedad, privados de todos los derechos y completamente a merced de los despiadados amos de esclavos. Pero los contaron para decidir cuánta representación tendrían los estados esclavistas en el gobierno. En esencia, los votantes blancos de los estados esclavistas recibieron un enorme número de votos extras para el Colegio Electoral como resultado de esta “regla de las tres quintas partes”.

Un instrumento para reforzar la supremacía blanca

Aun después del fin formal de la esclavitud, el Colegio Electoral ha seguido dando una influencia desproporcionada a los votos de los blancos, en particular de los blancos de los estados y zonas rurales escasamente poblados. Este fue un factor decisivo en la elección de Donald Trump.

Durante la mayor parte de los primeros 100 años después de la guerra de Secesión, en el Sur todavía contaron a los negros con el propósito de asignar votos en el Colegio Electoral. De hecho, los contaron como una persona completa, y no sólo tres quintas partes de una persona. Pero a través del terrorismo del KKK y las leyes discriminatorias, impidieron que la enorme mayoría de gente negra siquiera inscribirse para votar.

Eso cambió en los años sesenta. La Ley de Derechos Civiles de 1964 y la Ley del Derecho a Votar de 1965 se aprobaron sólo después de un masivo y valeroso sacrificio por parte de los negros del Sur y de otras personas, blancas y negras —especialmente estudiantes— de todo Estados Unidos. En cierta medida, estas leyes pusieron fin a los requisitos racistas para registrar para votar que habían impedido que millones de negros votaran.

Pero esos avances se han revertido dramáticamente. En 2013, la Corte Suprema de Estados Unidos básicamente lo hizo imposible hacer cumplir la Ley del Derecho a Votar (en Shelby County, Alabama v. Holder). Por ejemplo, poco después de la evisceración de la Ley del Derecho a Votar, una ley de “Identificación del Votante” entró en vigor en Alabama. Tenía la intención, y la realizó, de expulsar a los negros de las listas de votación. Una demanda que impugnó la Ley de Identificación del Votante de Alabama señaló que un número desproporcionado de votantes privados de derechos son afroamericanos y latinos, y predijo que en las elecciones de 2016 la Ley de Identificación del Votante de Alabama privaría del derecho a votar a más de 280.000 ciudadanos en Alabama.

Las leyes de identificación del votante se basan en mentiras de que está en marcha un fraude electoral masivo (en verdad quieren decir un fraude masivo de votantes negros y latinos). Trump despotrica rabiosamente sobre “las millones de personas que votaron ilegalmente” en las últimas elecciones. No hay ninguna evidencia de que algo así haya pasado, y muchos estudios serios demuestran que no es cierto. Pero lo que es cierto es que en todo Estados Unidos, el 13 por ciento de los afroamericanos no tienen una identificación con foto; cinco por ciento de las personas blancas no la tienen (American National Elections Study [Estudio de las elecciones nacionales en Estados Unidos], 2012).

Y los estados del Sur vienen cerrando los lugares de votación con el fin de obstaculizar aún más a los negros que quieran votar. En las elecciones presidenciales de 2016, Luisiana, Alabama y Texas redujeron o cerraron un gran número de lugares de votación.

La mayoría de los estados tienen leyes que privan del voto a cualquiera que haya sido condenado por un delito grave. Dado que a los negros los condenan desproporcionadamente por delitos graves, estas leyes afectan de manera desigual a los negros — de hecho, más de dos millones de personas negras no pueden votar debido a una condena del pasado. (A uno de cada 13 negros se le ha privado del voto de esta manera, la cifra para los blancos es uno en cada 54).

Además, el sistema del Colegio Electoral otorga un valor muy ponderado a los votos de los blancos en los estados escasamente poblados, los que tienen tres votos en el Colegio Electoral independientemente de su población. Además, las cortes han defendido el gerrymandering”, o sea, cambiar las fronteras de los distritos electorales que eligen los legisladores del Congreso y de las legislaturas estatales con el fin de aislar y minimizar el impacto de los votantes no blancos. A su vez, esto lo ha hecho más fácil que los gobiernos estatales dominados por los republicanos aprobaran las leyes de identificación del votante y otras leyes discriminatorias.

* * *

Hoy, al igual que en los días de esclavitud, “cuentan” a los negros para decidir el número de votos de cada estado en el Colegio Electoral. Pero millones de ellos no tienen el derecho a votar. Y así, como era el caso bajo la esclavitud, el Colegio Electoral sigue siendo una institución que sirve para multiplicar el poder de los votantes blancos en el Sur. Y aunque no es el foco de este artículo, el Colegio Electoral sirve asimismo para quitarles el voto a los latinos y los pueblos indígenas.

Donald Trump fue elegido por el Colegio Electoral, lo que se creó para proteger los intereses de los propietarios de esclavos y que hoy sigue sirviendo para proteger la supremacía blanca. Eso no es una elección legítima, y él no es un presidente legítimo.

 

Se necesitan: Voluntarios para revcom.us y Revolución

Envíenos sus comentarios.

Si le gusta este artículo, suscríbase, done y contribuya regularmente al periódico Revolución.