Trump revive el oleoducto Keystone XL — un desastre ambiental

25 de enero de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

El 24 de enero, Trump firmó un memorándum ejecutivo que pidió al constructor del oleoducto petrolero Keystone XL, Trans Canada, que sometiera una nueva aplicación para construir el oleoducto, y dio un plazo de 60 días al departamento del estado para revisar la aplicación. Así, con un plumazo, Trump prestó nueva vida a un horror ambiental, al cual lo detuvo Obama en 2015. Ese memorándum ocurrió al mismo tiempo que Trump y su equipo fascista desataron otros asaltos contra el medioambiente, al dar luz verde al oleoducto Dakota Access (vea en inglés “Trump Order Gives Green Light to Dakota Access Pipeline—Tramples on Native American Rights and People’s Struggle”); y cierran acceso a la prensa a los oficiales de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) y congelan cualquier nuevo contrato o subvención.

Keystone XL traería 830.000 barriles de petróleo al día de Alberta, Canadá a Estados Unidos para procesarlo, provenientes de arenas bituminosas. Se trata de un tipo de petróleo que es uno de los más sucios y contaminantes en el planeta. La producción en arenas bituminosas es, en sí, extremadamente destructiva al medioambiente — destruye vastas regiones de bosque, contamina tierras y aguas, e intoxica a pueblos indígenas habitantes de la región. Estudios científicos comprueban que, si haya esperanza para que la humanidad evite una catástrofe climática debido a la quema de petróleo y otros combustibles fósiles, hay que detener en seco los proyectos petroleros de arenas bituminosas y también hay que dejar bajo tierra muchos combustibles fósiles tradicionales.

Obama había detenido Keystone XL después de años de protesta y resistencia popular por parte de indígenas, ambientalistas y muchos otros. Obama había apostado fuertemente con expandir la producción estadounidense de petróleo y gas natural en pos de mantener el poderío y rentabilidad global, y al mismo tiempo disminuía en escala menor las emisiones de gases invernaderos y forjó el Acuerdo Climático de París. Tenía la esperanza de promover una “marca” para Estados Unidos como el líder de la batalla contra el cambio climático, y pensaba que el Keystone XL perjudicaría dicho empeño.

Sin embargo, la verdad es que, bajo Obama, sus predecesores, y el resto del sistema capitalista global, el planeta ya se arroja hacia una catástrofe climática. Cada uno de los últimos tres años ha sido más caluroso que el anterior. El calentamiento de los océanos ha matado a vastas regiones a nivel global, de arrecifes corales, la fuente de mucha de la vida en los océanos. El hielo polar ha derretido a tal punto que se transforman los patrones del clima. La humanidad se encuentra ante un futuro de un aumento catastrófico en el nivel del mar, una sequía capaz de devastar regiones y pueblos enteros, y tormentas cada vez más poderosas y mortíferas.

James Hansen, uno de los principales climatológicos del mundo, dijo en un artículo reciente en la revista Rolling Stone, “Estamos cerca a ese punto de no regresar. Si lo hayamos pasado o no, no sé… Lo hemos pasado en el sentido de que van a ocurrir algunos de los impactos climáticos y algo del aumento del nivel del mar, pero posiblemente no hemos llegado al nivel desastroso, que arrasara con economías globales y nos dejaría con un planeta ingobernable. Pero estamos cerca”.

No tenemos otra alternativa que resistir
No existen "hechos alternativos".
No existe ningún "planeta alternativo".
No tenemos ninguna alternativa salvo oponer resistencia.
Imagen: Twitter/350 dot org

La hora para la Tierra ya es muy tarde. Ahora Trump, ese mentiroso narciso, que ha calificado el cambio climático de un engaño, quita todos los frenos para construir nuevos oleoductos que ponen en peligros la suministra de agua y escalan la crisis climática, y quitar todas las limitaciones a la expansión de producción de combustible fósil. El rechazo de Keystone XL había contribuido, junto con la baja de precios del petróleo, a desacelerar la construcción de nuevos proyectos en arenas bituminosas. La acción de Trump podría dar nueva vida a esos proyectos y empeorar la crisis aún más allá de la causada por Keystone XL sólo. Y esto es sólo un comienzo, sólo lo que ha hecho en los primeros cuatro días. En un momento en que el futuro del planeta pende de un hilo, el reino de Trump y Pence, al no ser parado, resultaría en un desastre no mitigado para la Tierra y el lugar de la humanidad en ella.

Las acciones de Trump en pro del Keystone XL y DAPL deben toparse inmediatamente con resistencia masiva y protestas a gran escala en las calles. Al momento de publicarse este artículo, ya han estallado protestas de emergencia en Washington, DC y muchas otras ciudades. Miles ya están saliendo a las calles. Además, muchas organizaciones ambientalistas han expresado su indignación y condena ante ese anuncio. Es crucial que se eleve el nivel de ese ímpetu, y que se converjan diferentes corrientes de resistencias — desde los esfuerzos de Rechazar el Fascismo hasta los ultrajes al medioambiente, desde la Marcha de Mujeres hasta la oposición al nombramiento del racista Sessions y la lunática Betsy DeVos, y muchos otros. La gente debe llenar las calles y permanecer en las calles de ahora en adelante, cada vez más con el objetivo y la determinación de sacar del poder este régimen horripilante e ilegítimo antes de que implemente de lleno todo su programa fascista.

 

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