¡No a la prohibición! ¡No al muro! Contra la prohibición de los musulmanes 2.0

Actualizado 15 de marzo de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

El jueves 16 de marzo, el régimen de Trump y Pence pondrá en vigor la prohibición de los musulmanes 2.0, a siete semanas de que contra la orden ejecutiva de Donald Trump del 27 de enero que prohibía la entrada de los inmigrantes y refugiados musulmanes hubo protestas furiosas y de ahí los tribunales federales la suspendieron. Justo después de que las cortes bloquearon la primera prohibición, Stephen Miller, el principal asesor de política de Trump, declaró que no iban a retroceder de su objetivo, que “se trata de diferencias menores y técnicas, principalmente. En lo fundamental, todavía será la misma política básica…”.

Esta nueva prohibición, al igual que la anterior, es una terrible injusticia, y un importante paso hacia la consolidación de una forma fascista de gobierno en Estados Unidos. Augura una postura militar más abiertamente agresiva y un gran salto para forjar una población fascista en Estados Unidos.

La “nueva” prohibición

La orden de Trump del 6 de marzo no sólo impedirá que millones de musulmanes emigren o huyen a Estados Unidos, o hasta lo visiten, sino que también dejará abierta la posibilidad de incluir a muchos más países en la prohibición, así como de poner bajo sospecha a los musulmanes que han vivido en los Estados Unidos durante décadas, entre ellos los que son ciudadanos.

Donald Trump prometió una prohibición contra la entrada de los musulmanes a Estados Unidos. Le pidió a su asesor cercano Rudolph Giuliani que elaborara semejante prohibición de los musulmanes y que, según Giuliani, encontrara “la manera correcta de hacerlo por ley”. Todo lo relacionado con esta nueva prohibición todavía refleja ese enfoque. Todavía es una prohibición de los musulmanes. David Cole, el director jurídico de la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU), dijo que la nueva prohibición “aún constituye la discriminación religiosa bajo el disfraz-pretexto de seguridad nacional. Y aún es inconstitucional”. Poco después del anuncio, cientos de manifestantes se reunieron frente a la Casa Blanca y se han celebrado acciones en ciudades y universidades. (Lea el artículo sobre las protestas, “¡PROTESTA! 16 DE MARZO: ¡No a la prohibición! ¡No al muro! Contra la prohibición de los musulmanes 2.0”).

La orden prohibirá la entrada a Estados Unidos de las personas provenientes de los países que se han transformado en un infierno insoportable. El gobierno de Estados Unidos es más responsable que cualquier otra fuerza en el mundo de las condiciones ambientales, militares y económicas que obligan a las personas a huir de sus hogares en esos países. La satanización y prohibición de la entrada a las víctimas de lo que Estados Unidos ha hecho en esta región son un obsceno crimen contra la humanidad.

¿POR QUÉ sale esta prohibición ahora?

Muchos comentaristas, entre ellos los conservadores como el Instituto Cato, han señalado que los refugiados e inmigrantes de esos países no han sido acusados de ningún acto “terrorista” en el suelo de Estados Unidos en los últimos 15 años. Así que ¿por qué la prohibición?

En primer lugar, sea lo que sea la intención de la prohibición, está claro que augura un cambio importante en la postura hacia los muchos países de mayoría musulmana en el mundo. Steve Bannon, el consejero principal de Trump, dijo claramente en un discurso de 2014 en el Vaticano que vio el conflicto entre el “occidente” (o sea, los países imperialistas de Europa y Estados Unidos en particular) y los movimientos yihadistas fundamentalistas islámicos como una continuación y tal vez una concentración que ocurre una vez cada cientos de años, de un choque histórico y determinante de civilizaciones, entre el lado judeo-CRISTIANO como flor de la civilización y el lado islámico como su enemigo y amenaza mortal1.

Trump hasta ha abandonado la posición del belicista fascista George W. Bush, así como la de Obama “A ver quién mato con un avión no tripulado esta semana”, los que se cuidaron de distinguir entre los yihadistas y la mayoría de los musulmanes (lea “Asesinato por un avión no tripulado”).

 De hecho, la presente prohibición dice que todos los que viven en los países de una mayoría musulmana son culpables hasta que se demuestre lo contrario, lo que tiene implicaciones sumamente graves en el caso de Trump que ya ha acelerado las acciones militares estadounidenses en el Medio Oriente, que hizo un nauseabundo espectáculo durante su discurso ante el Congreso con la viuda de un criminal de guerra Navy SEAL2 y a propósito ha preguntado: “Si tenemos armas nucleares, ¿por qué no podemos usarlas?”. (Y en el caso de aquellos que sostienen que la prohibición es contradictoria porque no toma en cuenta a los otros países de mayoría musulmana de los que han provenido personas que han cometido actos terroristas en Estados Unidos… pues, tengan cuidado con lo que deseen o pidan). Así que, para repetir, sea lo que sea la verdadera intención de la prohibición, tendrá el efecto de dar un mensaje a todos en Estados Unidos y en todo el mundo en su conjunto que Estados Unidos considera a todo aquel de un país de mayoría musulmana como un enemigo potencial, así como de aumentar el número de personas que se identifican con las fuerzas yihadistas reaccionarias y las apoyen en esos países; y es muy posible que eso sea la intención, con el preciso fin de agravar la dinámica.

Forjar un pueblo fascista

El segundo propósito de la prohibición es forjar un pueblo fascista — azuzar a los partidarios de hueso colorado de Trump quienes ya odian a los musulmanes (y a los inmigrantes en general) y entrenar la gente en general para que acepte estos ultrajes, siempre y cuando no le afecten directamente. La gente como Hitler necesitaba y utilizaba tanto un núcleo de seguidores fanáticos como los “buenos alemanes” que se hacían de la vista gorda y fingían que no veían nada, o lo veían pero no hacían nada.

Recuerde las palabras de Martin Niemöller, un pastor alemán encarcelado por Hitler de 1937 a 1945:

“Primero vinieron por los comunistas, y yo no dije nada, porque yo no era comunista.

“Luego vinieron a buscar a los judíos, y no dije nada, porque yo no era judío.

“Luego vinieron por los sindicalistas, y yo no dije nada, porque yo no era un sindicalista.

“Entonces vinieron por los católicos, y yo no dije nada, porque yo era protestante.

“Entonces vinieron a buscarme a mí, y no quedó nadie para hablar por mí”.

Ahora, en Estados Unidos, vienen por los inmigrantes, y por los musulmanes. La cita de Niemöller recalca la urgencia de tomar acción contra esta prohibición y echarla al suelo —porque es extremadamente indignante, injusta y ominosa en sí Y ADEMÁS porque es un paso hacia la consolidación de la victoria electoral y toma de posesión completamente ilegítimas de Trump en un régimen completamente fascista.

La nueva orden ejecutiva

Una concatenación de distintas fuerzas respondió a la orden inicial. Surgió una indignación importante e inspiradora de personas de muchos sectores sociales y perspectivas, que ven en la satanización de los musulmanes algo que es totalmente intolerable según los valores que consideran fundacionales. Y, al mismo tiempo, unos sectores de la clase dominante tienen inquietudes reales porque consideran esta política en particular, y aún más todo el programa que sirve, como algo muy peligroso para la estabilidad e intereses económicos, políticos, culturales y militares del imperio estadounidense. En ese contexto, y en el de la patente inconstitucionalidad de discriminar contra una religión, las cortes bloquearon la prohibición.

En parte y a cierto nivel, la nueva prohibición es una maniobra para sanear algunas de las partes más obvia y abiertamente inconstitucionales de la orden inicial. En particular, la primera orden prohibía a los residentes permanentes por ley (los titulares de una “tarjeta verde”) volver a Estados Unidos después de visitar a su país de origen; la nueva orden exime a estas personas de tal prohibición. La orden inicial generó escenas en los aeropuertos en que las personas con permiso legal para entrar o volver a Estados Unidos fueron detenidas horas tras horas, estaban sometidas a condiciones crueles y degradantes, mientras las autoridades no les ofrecían ninguna información a sus familiares y amigos. La primera orden se aplicó a siete países; la nueva a sólo seis (Ahora Irak está excluido de la lista). Y la primera orden incluía una excepción esencialmente explícita que priorizaba la entrada de los inmigrantes cristianos de los países prohibidos. La nueva orden no dice eso, aunque sí incluye un lenguaje vago que permite que los funcionarios estadounidenses, a su “discreción”, pasen por alto la prohibición incluso en el caso de los inmigrantes de estos seis países — tal lenguaje obviamente deja muy abierta la puerta para la entrada de los cristianos pero de los musulmanes.

En ciertos sentidos, la nueva orden “subcontrata” la prohibición. Les dice a las personas que tienen una visa —por ahora— que pueden entrar o volver a Estados Unidos. Pero bloquea a las personas que han solicitado una visa para visitar a familiares y amigos o para ir a Estados Unidos por una amplia gama de razones. Sigue promoviendo y aplicando una xenofobia racista. Sigue prohibiendo a los inmigrantes de seis países predominantemente musulmanes durante 90 días, con la premisa subyacente de que todos están bajo sospecha de terrorismo a menos que puedan “demostrar” lo contrario. Lo anterior pese al hecho de que la inmensa mayoría de estos inmigrantes y refugiados no tienen ninguna relación con ningún grupo terrorista, y en muchos casos de hecho están huyendo del Estados Islámico, el Talibán u otras fuerzas fundamentalistas islámicas.

Por ahora, la nueva prohibición se aplica a las personas de los seis países de mayoría musulmana, pero estipula que “el secretario de Estado, el procurador general o el secretario de Seguridad Nacional también pueden presentar al presidente los nombres de países adicionales para los cuales cualquiera de éstos recomiende otras restricciones o limitaciones por ley que estime necesarias para la seguridad o el bienestar de Estados Unidos”. Esto plantea el peligro real de que esta orden inicial sea sólo el primer paso en una prohibición más amplia contra los musulmanes.

La orden también sienta las bases para atacar a los musulmanes que ya están en Estados Unidos, entre ellos los residentes permanentes y ciudadanos. Por ejemplo, la orden alega que a “cientos de personas que nacieron en el extranjero han sido de por delitos relacionados con el terrorismo” en Estados Unidos, y menciona específicamente el caso de “un originario de Somalia quien había sido traído a Estados Unidos de niño refugiado y quien más tarde se convirtió en un ciudadano naturalizado” (énfasis añadido) — y que luego, supuestamente, participó en un complot terrorista. La orden incluye esta estipulación con el propósito de decir que todos los musulmanes están bajo sospecha, sin importar cuánto tiempo hayan estado en Estados Unidos. Y que, para colmo, considera que los niños refugiados son “terroristas potenciales”.

Y para recalcar lo anterior, la orden pide que se emitan informes periódicos para el público estadounidense acerca de todos los “ciudadanos extranjeros... quienes han sido acusados de delitos relacionados con el terrorismo estando en Estados Unidos”, “que han sido radicalizados después de entrar a Estados Unidos” o que están involucrados en “la violencia de género contra las mujeres, como los llamados ‘asesinatos de honor’”. Este programa tiene la obvia intención de satanizar a todos los musulmanes y de azuzar un odio y ataques racistas en su contra — ataques que ya van en aumento. (Y tenemos que agregar que es pura hipocresía increíble que Donald Trump, esa cloaca abierta de la cultura de la violación, el presidente “agarrador de conchas” de un país en que una de cada tres mujeres ya es la víctima de una agresión sexual, ¡se haga pasar por defensor de las mujeres contra el crimen basado en el género!).

El 16 de marzo: Un momento crítico

El procurador general de Hawai’i ha solicitado que la corte bloqueara la nueva prohibición. Más de una docena de otros estados han hecho lo mismo o han tomado la posición de que sus casos contra la previa prohibición siguen en vigor contra la nueva. Los grupos de derechos del inmigrante y de libertades civiles han argumentado de modo convincente contra la prohibición ante la corte.

La prohibición que es inconstitucional. Omar Jadwat, director del Proyecto para los Derechos de los Inmigrantes de la ACLU, dijo: “La única manera de realmente corregir la prohibición contra los musulmanes es que no exista la prohibición de los musulmanes. Por el contrario, el presidente Trump de nuevo se ha comprometido a la discriminación religiosa y puede esperar la continua desaprobación tanto de las cortes como del pueblo”.

Pero en esta nueva prohibición, el régimen de Trump y Pence ha afinado el lenguaje de modo que quizá sea más difícil luchar contra la prohibición en las cortes y para tratar de aplacar las objeciones de algunas fuerzas en la clase dominante como la industria de la informática (que objetó fuertemente que se prohibiera que las personas con visas entraran o volvieran a Estados Unidos). Además, si las cortes bloquearan la ejecución de la prohibición en parte o en total, ¿quién puede garantizar que Trump lo respete? Después de que la Corte de Apelaciones del IX Circuito suspendió la ejecución de la prohibición original de Trump, el consejero de política de la Casa Blanca, Stephen Miller, hizo una serie de presentaciones de alto perfil en los noticieros dominicales de las cadenas nacionales. En respuesta a la decisión de la Corte de Apelaciones, Miller le dijo al Noticiero Fox: “en este caso, los poderes del presidente están fuera de toda duda”. Y: “No tenemos una supremacía judicial en Estados Unidos”. De inmediato, Trump tuiteó: “Felicitaciones a Stephen Miller, por representarme esta mañana en los diversos programas dominicales mañaneros. ¡Un gran trabajo!” Si ocurriera alguna clase de “incidente de seguridad nacional”, real o no, este régimen bien podría usarlo como pretexto para simplemente ignorar y desestimar cualquier orden de la corte, bajo el pretexto de “proteger al pueblo estadounidense”.

Todo lo anterior indica la gran urgencia de la necesidad de oponer resistencia a la Prohibición de los Musulmanes 2.0 y de expulsar al régimen fascista de Trump y Pence en nombre de la humanidad.


1. En esta presentación, Bannon muy claramente expone una perspectiva de “guerra santa” del “capitalismo judeocristiano” contra el islam, remontándose a las guerras religiosas del pasado y sobre la marcha, acusa al “secularismo” de minar la “fuerza” del Occidente. Se puede leer el discurso entero en inglés aquí.

Para tener una idea al respecto, lea la siguiente pregunta y respuesta de esa presentación:

Entrevistador: Una de mis preguntas tiene que ver con cómo el Occidente debería responder al islam radical. ¿Cómo, específicamente, deberíamos nosotros como Occidente responder al yihadismo sin perder nuestra propia alma? Dado que podemos ganar la guerra y perdernos a nosotros al mismo tiempo. ¿Cómo es que el Occidente deba responder al islam radical y no perderse en el proceso?

Bannon: Desde una perspectiva, pues puede que sea un poco más militante que otras. Creo que definitivamente se necesitará un aspecto que es [ininteligible]. Creo que hay que adoptar una postura muy pero muy agresiva contra el islam radical. Y me doy cuenta de que hay otros aspectos que no son tan militantes y no son tan agresivos, lo que está bien.

Si repasamos la larga historia de la lucha del Occidente judeocristiano contra el islam [nota de la redacción: dice, “islam”, punto, y no el “islam radical”], creo que nuestros antepasados mantuvieron su postura y creo que hicieron lo correcto. Creo que la mantuvieron fuera del mundo, ya sea en Viena, Tours u otros lugares... Se nos legó la gran institución que lo es la iglesia del Occidente.

Además, yo pido que están presentes en el público hoy, en vista de que en verdad ustedes son los motores, los conductores, los agitadores y los líderes de pensamiento en la Iglesia Católica hoy, piensen, cuando la gente de aquí a 500 años vaya a pensar en lo de hoy, piensen en las acciones que ustedes han tomado, y creo que todos los que están asociados con la iglesia y que están asociados con el Occidente judeocristiano que creen en los puntales de eso y creen en los preceptos de eso y quieren ver que se legue a las futuras generaciones tales como se legó a nosotros, sobre todo en vista de que ustedes se encuentran en una ciudad como Roma, y en un lugar como el Vaticano, que vean lo que nos han legado, y se pregunten, ¿a partir de hoy a 500 años, qué es lo que las personas van a decir de mí? ¿Qué van a decir sobre lo que hice en los comienzos de esta crisis?

Dado que se trata de una crisis, y no va a desaparecer. No tienen por qué aceptar mi palabra. Lo único que tienen que hacer es leer las noticias todos los días, vean lo que se aproxima, vean lo que sale en Twitter, lo que sale en Facebook, vean lo que está en la CNN, lo que está en la BBC. Vean lo que pasa y verán que estamos en una guerra de inmensas proporciones. Es muy fácil que manipulen nuestros instintos más bajos, y no podemos permitirlo. Pero nuestros antepasados tampoco lo hicieron. Y lograron evitarlo y lograron derrotarlo, y pudieron legarnos una iglesia y una civilización que de veras es la flor de la humanidad, por lo que creo que nos incumbe a todos hacer lo que yo digo es escuchar su fuero íntimo, de contemplar en serio lo que nuestro papel es en esta batalla ante nosotros. [regresa]

2. Este “héroe” participó en una redada que mató a diez niños de menos de 13 años de edad, así como a otros no combatientes. [regresa]

 

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